viernes, 30 de noviembre de 2018

EUROPA, DESDE LO LOCAL

Hay que enganchar y hacer creer a la población en el proyecto”, dijo el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, en el curso de la última sesión plenaria del Comité Europeo de las Regiones (CDR), donde no solo voces municipalistas españolas sino también autonómicas reivindicaron la construcción de un proyecto europeo”de abajo a arriba”. Habían sido convocados ediles, presidentes, consejeros y representantes de los poderes públicos para hablar sobre “El futuro de Europa”. Ahora que el mandato toca a su fin y pueden contemplar los hechos con cierto sentido de perspectiva, independientemente de las pretensiones de reelección o de dar el salto a otras instituciones, la idea de Europa tiene que resultarles cada vez más cercana. Sobre todo, como una oportunidad: no es un subterfugio ni una utopía lejana ni un clavo ardiente al que asirse en en fases críticas o depresivas. Es una oportunidad para que los poderes locales trabajen de forma coordinada con tal de alcanzar objetivos comunes, no solo haciendo uso de los recursos presupuestarios sino ejecutando con eficacia los programas diseñados y, lo que es más importante, impregnando la filosofía y los valores que entrañan la gran idea de Europa, el gran proyecto europeísta.

Por eso habla Espadas de enganchar y de ganar credibilidad. Si queremos una Europa de todos y para todos, hay que identificarse con los principios y seguir produciendo avances sociales que hace unos pocos años podían considerarse impensables. Se trata de no incurrir en una suerte de 'euroescepticismo' que recorre amplios círculos, no solo los políticos, hasta acentuar las crisis que se van sucediendo como consecuencia de errores, inhibiciones o probada ineficacia. Es muy difícil poner de acuerdo a gobiernos de distinto signo, sobre todo cuando se anteponen los intereses nacionales a cualquier otro objetivo que hay que compartir a poco que se tenga una visión de futuro y ante la que hay que desenvolverse con generosidad. Porque sin tolerancia y sin desprendimiento será difícil avanzar. “Debemos aceptar -dijo Stefano Bonaccini, presidente del Consejo de Municipios y Regiones de Europa-, y conocer tanto la parte que nos gusta de Europa como la que nos aterra”.

Está claro que nada de eso cuaja si no hay diálogo y si no hay cooperación entre las administraciones. Ahora que la Unión Europea (UE) se ha visto agitada y sacudida por algunos hechos políticos relevantes, y cuando la crisis del brexit tendrá que desembocar en un coste social, político y económico de proporciones imprevisibles, habrá que insistir nuevamente en el por qué Europa y por qué su necesidad. Las respuestas deben ser más sólidas que nunca. La crisis de institucionalidad, no solo en el territorio de la UE, sino en otras muchas partes del mundo, solo puede afrontarse con voluntad y entendimiento, sobre todo cuando los radicalismos y los populismos apenas dejan ver el bosque de la realidad unionista.

Por eso han hecho bien Espadas y otros colegas en el pleno del Comité de las Regiones en ponderar nuevamente el papel de lo local, porque es en este ámbito donde la ciudadanía puede entender mejor que sin la solidaridad europea, aunque sea insuficiente, es difícil convivir. Los ayuntamientos son los que acaban implementando directivas europeas que son claves para la convivencia y la cohesión. Y ante los anuncios que se hacen para el futuro, en materia energética, de transporte o de medio ambiente, hay que ser consecuentes. Fue tajante, en ese sentido, el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, al referirse al trabajo de los gobiernos locales, tanto gestionando recursos como compartiendo espacios y experiencias: “La Europa que sueño, la Europa de la libertad y la solidaridad, es posible y alcanzable siempre que sea fruto de la unión”.

jueves, 29 de noviembre de 2018

LA IMPOSIBLE AMPLIACIÓN DEL BOTÁNICO

Es probable -ojalá- que alguien se haya acordado y en plena tramitación de los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma promueva que un grupo parlamentario presente una enmienda para desbloquear y asegurar la financiación de la actuación. O es probable -ojalá- que los responsables hayan hecho la correspondiente previsión y consignaran la cantidad que asegure la ejecución, siquiera en una primera fase.
El caso es que la ampliación del Jardín Botánico -en el Puerto de la Cruz, aunque se denomine de La Orotava- sigue ahí, iniciada, inconclusa, vegetando (¿nunca mejor dicho?), a la vista -la misma vista- de turistas repetidores o de ciudadanos nativos que se han cansado de tanta desidia, de tanta incapacidad inexpresada y dan aquel terreno -reservado el Plan General de Ordenación para esa finalidad- por inútil -bueno, los Reyes de España en 1985 aterrizaron en un helicóptero cuando lo habían sembrado como una alfombra verde-, aquel terreno donde se ven muros hormigón vista de construcción inacabada, un portalón lateral del que se espera funcione su dispositivo mecánico de apertura, arboleda desigual solo tratada con agua de lluvia y un murallón de piedra envolvente de todo el recinto.
Es inevitable la sensación de estar reiterando esta entrada, de haberla escrito antes, de haber afrontado este asunto en ocasiones varias. Han pasado años, sigue discurriendo el tiempo y la asignatura está igual de pendiente. Cambiarán los cargos y los nombres, modificarán las consignaciones y hasta la denominación de las partidas, pero las obras ni se inician ni se completan. Es para creer en maldiciones, pero más allá de las manos negras, debe haber, sobre todo, inhibiciones, pasotismo, aplazamientos, prioridades inversas, bloqueos, mareo de avestruces y todo eso que va contribuyendo al empantanamiento, hasta alimentar la frustración e ir desilusionando hasta dar por perdida la empresa o quedar a la espera de que alguien haga memoria y consigne u otro alguien enmiende con la esperanza de que todas las agonías se pueden alargar.
La ampliación del Jardín Botánico durme un letargo demasiado largo. El municipio donde está enclavado precisa de impulsos y de gestión para innovarlo. El lugar constituye un recurso científico y turístico extraordinario. Solo falta voluntad política y decisión...
Perdón, te estás repitiendo.
Bueno, hay que seguir intentándolo -las veces que haga falta- hasta ver culminado por entero un proyecto con el que igual no sueña mucha gente pero que entraña una indudable interés colectivo y un aliciente máximo para proyectarlo.

miércoles, 28 de noviembre de 2018

EL PERIODISMO LE GANA A TRUMP

La justicia devolvió a la cadena CNN la acreditación de su corresponsal en la Casa Blanca, Jim Acosta, después de que la Administración norteamericana la retirase a raíz de un incidente durante una rueda de prensa en la Casa Blanca, durante la que el periodista cuestionaba al presidente Donald Trump, quien le acusó de “persona grosera y terrible” a medida que aquél preguntaba una y otra vez por la demonización de los migrantes de las caravanas que intentan cruzar la frontera y a los que el inefable presidente llegó a calificar de criminales. Trump, después de espetarle a Acosta que no debería estar trabajando para la CNN, en un clima de máxima tensión, ordenó a una becaria retirar el micrófono.
Es un episodio que no debe pasar inadvertido. De Trump está demostrado que se puede esperar cualquier cosa y que, independientemente de las bravatas, no le importa hacerla, aunque las cámaras recojan los hechos. Su conocida aversión a los medios, con progresivas descalificaciones, especialmente hacia la CNN, refleja no solo la personalidad del gobernante del país más poderoso sino la comodidad que disfruta moviéndose en ese clima de enfrentamiento.
Claro que hay caprichos que no salen gratis. La cadena reclamó cuando fue retirada la acreditación a su corresponsal. Un juez -nombrado por Trump, precisamente- resolvió que la devolvieran, al menos por dos semanas. La administración replicó señalando que, cumplidos esos catorce días, volverían a revocar. Tras esa respuesta, nueva denuncia de la CNN y del propio periodista: cuidado, el presidente y su equipo están violando la Constitución. Fue entonces cuando la Casa Blanca se rindió y restauró la credencial, eso sí, estableciendo nueva pautas de trabajo para los periodistas durante las comparecencias presidenciales: harán solo una pregunta y luego cederán la palabra a otro de los presentes acreditados. Solo se permitirá una nueva cuestión si el presidente u otro funcionario lo autoriza. Terminado su turno, los periodistas deberán entregar el micrófono al personal de presidencia. La comunicación de la administración era, en ese sentido, contundente: “El incumplimiento de cualquiera de las reglas puede dar lugar a la suspensión o revocación del pase permanente del periodista”.
Así se zanja un incidente que, teniendo como marco las limitaciones a la libertad de expresión y las limitaciones para que los profesionales de la información ejerzan su trabajo, ha hecho tambalearse al mismísimo presidente de los Estados Unidos. Habrán valorado sus asesores el alto coste de actitudes así. Cabe interpretar que la Casa Blanca se ha rendido, aunque se guarde alguna carta para prevenir nuevas situaciones. Con la libertad de expresión no se juega.

martes, 27 de noviembre de 2018

EN EL PUERTO YA NO QUEDAN PESCADORES

El amigo Bernardo Cabo Ramón viene publicando en facebook, bajo el título genérico Las faenas de la mar que ya no volverán, una serie de fotografías que reflejan las actividades que llevaban a cabo en las inmediaciones del muelle portuense -su denominación coloquial más empleada- personas más o menos vinculadas a tareas del ámbito márítimo-pesquero.
Son fotos antiguas, la mayoría en blanco y negro, donde aparecen patrones, pescadores, aprendices, espectadores y hasta espontáneos que se acercaban para echar una mano cuando la ocasión lo requería. Gente de todas las edades, sombrero, boina, barbados, en mangas de camisa o con prenda de abrigo que duró años, descalzos, personajes que se ganaron por derecho propio el respeto y contribuyeron decisivamente al sustento familiar. Ellos y ellas, pues en la pescadería cercana vendían y distribuían -a menudo, voceando-, embutidas en ropas protectoras de frío, las que mostraban con desenfado el género, las capturas del día, y complementaban su cometido desescamando pescado o limpiando sus entrañas.
Son testimonios que plasman el núcleo de actividad profesional y social que fue el muelle, donde desemboca gente fervorosa y curiosa de todas las latitudes el martes conmemorativo de la festividad de la Virgen del Carmen o la mañana de San Juan, cuando bañan las cabras y otros animales para su purificación y dar la bienvenida al solsticio de verano.
Son las pruebas de que allí había un sector productivo, minúsculo si se quiere, pero lo había. La expectativa de la llegada de las falúas o de la pequeña lancha; el desembarco de lo capturado; el descanso subido sobre un lateral, a proa o popa, daba igual; los hombres cosiendo las redes, extendidas sobre el paseo del espigón principal, o reparando nasas y tambores; las miradas de los viejos lobos de mar escrutando el horizonte; abuelos sentados sobre las escalinatas viendo pasar el tiempo, a mujeres guapas y a turistas de toda laya... Personajes que dieron vida a aquel entorno y conocían de memoria las piedras y el camino adoquinado que iba del chorro a las lonjas, de los bares cercanos a la orilla o a la fábrica de hielo o a la cofradía o al antiguo mercado donde en la planta baja, por las tardes, cuando el sol declinaba, siempre cerraban ellos.
El muelle fue un lugar alegre, animado, no tan silente porque los días de mar brava -o de luna llena, como gustaba decir a algún patrón- circulaban las llamadas de atención y los gritos para indicar lo que había que hacer y cómo había que hacerlo. Discusiones vivas sobre el sentido de las corrientes y los pronósticos meteorológicos. Porfías sobre la orientación de los muros de defensa. Leyendas e historias domésticas, más o menos fundamentadas y transmitidas oralmente. Estampas entonces de embarcaciones varadas a toda prisa sobre las vías urbanas, encharcadas y con piedras arrastradas. Aquellos muros resistiendo los embates de los temporales. Cuando la sustancial reforma de principios de los ochenta del pasado siglo, el imaginario popular bautizó 'el muelle de los pitufos' pero lo cierto es que, desde entonces, resistió dignamente el enfurecimiento de la naturaleza.
Hace bien Bernardo Cabo Ramón en rescatar las faenas que, en efecto, ya no volverán porque aquella actividad, tan artesanal, tan de oficio limitado, no se desarrollaría hoy con los mismos postulados y con los mismos métodos, entre otras cosas porque no se ha producido relevo generacional y porque los esfuerzos de la mar son muy exigentes y no parece que los más jóvenes estén por la labor.
O lo que es igual, en el Puerto ya no quedan pescadores. O muy pocos.

lunes, 26 de noviembre de 2018

PERNOCTACIONES, OCUPACIÓN Y RENTABILIDAD

Conviene contrastar las cifras del turismo, para verificar su evolución ante la recuperación de otros destinos y comprobar si nuestros productos y las ofertas siguen siendo competitivos. Hasta hace unos meses, Canarias se situaba destacada en diversas clasificaciones y contribuía decisivamente en el excelente rendimiento turístico nacional.
La entrega más reciente de Coyuntura Turística Hotelera, publicitada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), contiene algunos datos que, aparentemente contradictorios, llaman la atención y demuestran que la cuestión no se ciñe exclusivamente a tener más viajeros o más clientes.
Veamos por ejemplo el caso de Canarias, segundo destino entre las preferencias después de Baleares, con un 25,1 % de pernoctaciones y una disminución del 2,5 %. Este capítulo, el de las pernoctaciones, aumentó en octubre en todo el país un 0,8 % con respecto al mismo mes del año pasado. Pero rompió la tendencia, pues en los cuatro meses anteriores, de junio a agosto, los porcentajes habían disminuido, en alguna fase, como julio, hasta un 2,2 %. En total, hubo hasta 31,1 millones de pernoctaciones. Crecieron tanto las noches de los viajeros residentes en España (0,2 %) como las de los extranjeros (1 %). La estancia media de los clientes se sitúa en 3,2 pernoctaciones.
Estos datos son relevantes para medir la rentabilidad del negocio hotelero. La facturación media diaria de cada habitación ocupada fue en octubre pasado de 83,7 euros, lo que representa un incremento interanual del 2,2 %. Esto implica que el ingreso medio diario por habitación disponible (el concepto RevPAR) se eleve a 56,7 euros, un aumento del 2,5 %. Esto significa que crece la rentabilidad, fijándose la facturación por categorías en 177,1 euros para los establecimientos de cinco estrellas; en 90,3 para los de cuatro y en 66,1 para los de tres. No está de más, en este contexto, aludir a los precios hoteleros, cuyo Índice (IPH) se situó en el 1,4 %, lo que supone 0,8 puntos más que la tasa del mes anterior pero 4,3 puntos por debajo de la contabilizada hace un año. Por cierto, los precios subieron en tasa anual, por este orden, en Andalucía (1,7 %), un 0,7 % en Baleares y un 0,6 % en Canarias.
Según el informe de Coyuntura Turística Hotelera, la Comunidad Autónoma de Canarias registró en octubre pasado el mayor índice de ocupación por plazas, hasta un 77,5 %, seguida de Madrid y Baleares. Dentro de este apartado, por zonas, el sur de Tenerife se situó en cabeza con un 81,7 %. La isla Mallorca cerró el mes con 4,8 millones de pernoctaciones, en tanto que éstas, por localidades, tienen las cifras más altas en Madrid, Barcelona y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria). Otro apunte canario: el municipio tinerfeño de Arona es el que presentó mayor porcentaje de ocupación por plazas (83,9 %), incrementándose cuatro puntos durante los fines de semana.
Finalmente, en cuanto a ocupación por plazas se refiere, Canarias encabeza esa clasificación con el 77,5 %, seguida a cierta distancia de Madrid (65,1 %) e Islas Baleares (64,8 %). En conjunto, según este informe, se ha producido un ligera reducción anual del 0,8 % pues la cobertura de las plazas ofertadas fue del 60,1 %.
En fin, luces y sombras. Habrá que revisar estas cifras al terminar el año. Veremos entonces cómo se ha desenvuelto la industria turística frente a otras coyunturas.

sábado, 24 de noviembre de 2018

CONTINUIDAD EN LA PLANIFICACIÓN

El Consejo de Gobierno del Cabildo de Tenerife ha aprobado esta misma semana la encomienda a la empresa GESTUR de elaboración del segundo Plan de Modernización y Mejora (PMM II), finalidad que habrá de coordinar con el Consorcio urbanístico para la Rehabilitación del Puerto de la Cruz que ya dispone del documento inicial. El acuerdo conlleva la dotación de ciento sesenta mil trescientos cincuenta euros.
Que las tareas de planificación tengan continuidad es un hecho positivo. Este nuevo avance pone de relieve la opción del Consorcio en la que muchos no creían cuando comenzó a funcionar. En su momento escribimos que era, posiblemente, el último tren que pasaba para que el destino turístico tuviera de verdad un soporte adecuado, orientado a su revitalización. Y miren que no es fácil poner de acuerdo a cuatro administraciones. Sin embargo, ahí están los frutos que se van palpando y que habrá que seguir cosechando para contrastar la eficacia de los trabajos concebidos y que habrán de llevarse a cabo.
La ciudadanía, en general, y el sector turístico en concreto, necesitan de hechos, de pruebas que, desde la Administración, transmitan credibilidad. El Puerto de la Cruz necesitaba un impulso sólido y bien fundamentado (incluso desde el ángulo de la solidaridad) para saber que los valores de su experiencia no desmerecían y que su producto precisaba de costuras y renovación para seguir siendo competitivo en el concierto de los municipios turísticos y, lo que es más importante, en los mercados donde se ha de promocionar para seguir captando visitantes.
Veamos ahora el enfoque que se da a esta segunda fase de la modernización y mejora. Se habla, en la información facilitada, de la renovación de hasta un treinta y cinco por ciento de las plazas alojativas. Suponemos que se trata de seguir superando el tópico enquistado de los establecimientos que necesitaban de un remozamiento. Interesante que se vinculen las acciones a nuevos productos y edificios catalogados y a emplazamientos públicos que tienen la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC). Sin precisar por ahora cuáles, se señala que tales acciones se desarrollarían en zonas como La Paz, parque Taoro, Martiánez y polígonos del casco.
Se supone que, disponiendo ya de un documento de trabajo, la redacción de este segundo Plan será llevadera, bien es verdad que habrá que aguardar los criterios de GESTUR. Sería bueno, en nuestra opinión, que los contenidos, los plazos y las prioridades fueran conocidos por la corporación municipal, la actual y la futura. No puede ocurrir que la falta de información acarree desconocimiento: para apreciar un trabajo, hay que conocerlo a fondo. Y si la cuestión es revitalizar el destino, prepararlos para el futuro, cuanta mayor identificación e involucración, mejor.
Y contrastada la continuidad en tareas de planificación, se trata de implicarse, incluso desde el punto de vista crítico, con ideas y planteamientos en los momentos adecuados de la tramitación.

viernes, 23 de noviembre de 2018

COHERENCIA ÉTICA

El martes amaneció con la noticia de la renuncia del magistrado Manuel Marchena Gómez a la presidencia del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). La circulación de un wasap, cuyo contenido no solo ha contribuido a echar más pimienta al pote sino que ha propiciado una insólita búsqueda sobre su autoría y sobre el mensajero, impulsó a Marchena a tomar una determinación que, por un lado, impedía la cicatrización de la crisis abierta desde que a sus señorías, en el Supremo, les dio por escorarse hacia el estribor bancario en el asunto del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados, las hipotecas vaya, por decirlo en lenguaje coloquial; y por otro, significaba, sencillamente, un acto de coherencia, de coherencia ética, acaso el último verso de una estrofa quebrada por mil y un avatares
Marchena se marchaba dejando testimonio de sus razones: “Jamás he concebido el ejercicio de la función jurisdiccional como un instrumento al servicio de una u otra opción política para controlar el desenlace de un proceso penal”. Y reafirmaba la independencia que caracterizó la trayectoria de su condición de magistrado, “pues siempre ha estado presidida por la independencia como presupuesto de legitimidad de cualquier decisión jurisdiccional”.
Los portavoces de las asociaciones de jueces coincidieron en elogiar lo que, en nuestra opinión, es algo más que un gesto: “Una lección de independencia”, “un acto de dignidad de personal y profesional que le honra” que está “a la altura de su calidad jurídica y profesional”, fueron algunas de las expresiones subsiguientes a la renuncia. Marchena ponía sus virtudes por encima de las suspicacias y de las componendas políticas que ponen en entredicho el vigente sistema de elección de los componentes del órgano de gobierno de los jueces, por lo demás perfectamente dotado de legitimidad democrática y ajustado a cánones constitucionalistas. Pero han pasado tantas cosas, es tan extendido el estado de duda y sesgo, también en la clase judicial, que un simple wasap, acreditativo de que aquélla no está exenta de manejos, ha bastado para que el magistrado Marchena no sucumbiera a la tentación. Bastante difícil de aceptar es que le “eligiesen” presidente -y no hay más remedio que entrecomillar el término- cuando aún estaban pendientes de asumir los vocales consejeros.
Los jueces son de carne y hueso, tienen sus ideales y sus simpatías políticas, pero de ellos se espera, como no puede ser de otra manera, la máxima imparcialidad, una acreditada independencia y el máximo esmero en la aplicación de la Ley. Miren por donde, la dimisión de Marchena, aparte de ser una raya más en el tigre de la crisis, sirve para que la justicia recupere credibilidad y para producir una profunda reflexión entre los propios jueces y los principales partidos políticos, de modo que sean capaces de perfeccionar el funcionamiento y traslucir la eficacia y agilidad en la administración y los procedimientos, a fin de cuentas lo que desea la inmensa mayoría de los justiciables. Lo ocurrido, desde luego, es un punto de inflexión que, más allá de la voluntad política, debe marcar un nuevo rumbo para un poder público, una justicia en la que la gente tiene que creer. Si no, la convivencia y la confianza se verán muy mermadas.


jueves, 22 de noviembre de 2018

NO ES LUGAR PARA BRONCAS

Pero, ¿esto qué es?
Miren, la democracia es otra cosa. Y no se merece espectáculos como el vivido ayer en el Congreso de los Diputados. Y no, no se trata de exagerar ni de ponerse trascendentes. Al revés, duele tanto. Que en el 'templo de la palabra' -Ana Pastor dixit- el debate se confunda con el circo, lo tabernario sustituya al intercambio de criterios e ideas, que los insultos reemplacen a la elegancia oratoria, que algunas formas, en definitiva, sean las propias de un patio de vecindad, entristece. Sobre todo, a quienes tanto han trabajado para cualificar el parlamentarismo. Y a quienes creíamos que a estas alturas de la democracia -próxima a cumplir cuarenta años constitucionales, pese a todas las imperfecciones, la cosa iba a madurar. Duele mucho, de verdad. Porque los antidemócratas , que haberlos haylos, se están frotando las manos, dicen que este sistema no sirve para nada y consideran a todos los sujetos activos por igual, en una de las generalizaciones más injustas que se puede hacer, pero que parece inevitable. Los más resignados solo habrán aumentado su desafección. El nivel de encono y crispación es de tal magnitud que no ha sido difícil repetir la palabra vergüenza. Así no se construye democracia, ni se hace país, ni se da ejemplo edificante. El desprestigio de las instituciones -y aquí estamos ante una de las primeras del país- está bajo mínimos. Conductas, comportamientos -escupitajo incluido-, descalificaciones verbales, irrespeto y hasta expulsiones del hemiciclo, revelan que la democracia se resquebraja y que, próxima a cuatro décadas de convivencia, corre peligro. Gobierno, oposición y los grupos parlamentarios, los responsables políticos, los partidos que están allí representados, deben hacer todo un esfuerzo, una reflexión a fondo, sincera, productiva y ejemplarizante, para ganar sosiego y para hacer un firme propósito de la enmienda. Y es que, de verdad, no cuesta mucho. A estas alturas, se supone que habíamos madurado, que el nivel de comprensión y contraste ideológico iba a ser otro, que el proceder y la puesta en escena iban a estar caracterizados por comportamientos mucho más dignos.
Fue un día triste para la Cámara baja y para la democracia. Para la representación de la voluntad popular. Sí, de acuerdo, en otros parlamentos se han visto cosas peores, se han visto agresiones y tal; pero es que las Cortes españolas no están para eso, para algaradas tabernarias, para inspirar más desazón o más rechazo del que ya existe.
El Parlamento, sencillamente, no es lugar para broncas.
P.S.- Y salvando las distancias, el gesto de un párroco tinerfeño en el exterior del templo, dirigido a unos discrepantes, tampoco es muy edificante que digamos.
¡Vaya otoño caliente! A todos, un poquito de por favor.

miércoles, 21 de noviembre de 2018

FESTEJOS EN PELIGRO

Un lector y seguidor habitual de una localidad norteña escribe con sensible preocupación sobre la evolución de las fiestas patronales o de barrios, ante el creciente nivel de requisitos legales sin cuyo cumplimiento previo no es autorizada la realización de varios números del programa.
Si ya de por sí -escribe- es un duro sacrificio el que se hace para buscar las perritas con el fin de hacer la fiesta, las comisiones tropiezan con planes de seguridad complejísimos y con muchísimas exigencias, papelería diversa ante las instituciones pidiendo permiso para cualquier cosa, seguros carísimos que se comen gran parte del presupuesto para cubrirse las espaldas ante cualquier eventualidad... Y ya no hablemos si esa fiesta tiene una romería o una actividad que pase o corte una vía de interés insular, entre otros”. Los esfuerzos, entre voluntaristas y desinteresados, a menudo no se están viendo correspondidos.
No falta razón pero el comunicante debe tener en cuenta que tales requisitos son fruto de algunos vacíos legales que dejaron en el limbo determinadas responsabilidades cuando se han producido contenciosos, conflictos y hasta desgracias sobrevenidas que conllevan, aparte de tristeza o trastornos -y hasta agujeros económicos- desentendimiento. El caso es que, en caso de contratiempos, esas responsabilidades no recaigan en la Administración.
Como casi todo en la vida, es cuestión de medida. No es lo mismo -independientemente de la estructura que se tenga para organizar y ejecutar los actos festivos- un Ayuntamiento mínimamente sólido, con recursos humanos y materiales propios, que un colectivo de personas de un distrito o un barrio que se pega todo un año recaudando o vendiendo lotería y rifas pero que no dispone de infraestructura o de soportes adecuados para atender las exigencias normativas. Habría que ajustar pero suponemos que eso dependerá de la modalidad y de las características de las actividades festeras. En el medio estaría la virtud para atender lo que se exige y tener los festejos en paz y con seguridad.
El caso es que algunas fiestas populares, las más sencillas, las más tradicionales, aquella que tantas veces cantamos ambientadas con hojas de palma, decorados elementales y ventorrillos con carne en fiestas, corren riesgo de desaparición. Desde luego, pierden uno de sus orígenes o una de sus razones de ser: llenar el pueblo o el barrio de actividad creativa, lúdica y desenfadada durante unas pocas fechas. Ya saben: los que peinamos canas o no peinamos nada sabemos que durante todo un año se esperaba la fiesta para pintar las casas, estrenar ropa y divertirse de la forma más sana. Ahora, hasta la inmensa oferta de actividades que se encuentra a lo largo del ciclo promovida por instituciones públicas o privadas y hasta un planteamiento personal o familiar con abundancia de opciones de ocio sin tener que salir de casa, compiten con el mejor ánimo y las reales posibilidades de sana y más o menos desenfadada diversión.
No extrañe entonces la lucha contra los requisitos ni la desmotivación o la pérdida de ganas para hacer fiestas a la vista de las exigencias. Nuestro comunicante, en efecto, hace un pronóstico: “Todo eso llevará a que, de aquí a unos poquitos años, desaparezcan muchos festejos populares y tal vez solo queden los religiosos como únicos recuerdos de la tradición”.
Por buscar una salida positiva, igual todo esto contribuye a dimensionar adecuadamente los festejos, incluso a secuenciarlos temporalmente. Pero conviene explorar otros cauces y esmerarse con tal de mantener y renovar los valores intrínsecos a estas modalidades periódicas de expresión popular.

martes, 20 de noviembre de 2018

MÁS TRANSPARENCIA, MEJOR CONVIVENCIA

Se ha avanzado pero aún queda mucho por hacer. Hay pruebas de mejoría y hasta de eficacia pero es necesario profundizar. El Informe sobre la Evaluación de la Transparencia en Canarias de 2017 corrobora algunas de las impresiones que ya habíamos comentado cuando fueron conocidos los adelantos de las “notas” obtenidas por las instituciones en las evaluaciones correspondientes y las tendencias de mayor compromiso y más diligente respuesta de los responsables públicos.
Según se detalla en las conclusiones del Comisionado de Transparencia, Daniel Cerdán, “la progresión de los niveles de transparencia ha sido positiva en más del 90 % de las instituciones ya que solo siete redujeron su nota respecto a la obtenida en 2016”. Claro que cuarenta y ocho instituciones (entre las que engloban un ámbito poblacional superior a los cincuenta mil habitantes) aún no han alcanzado el aprobado en la escala de 1 a 10. Y eso refleja que hay que perseverar pues estamos ante una asignatura fundamental para producir un cambio sustancial no solo en el funcionamiento de las propias instituciones sino en la percepción que los ciudadanos deben cuajar para hacer que uno de esos tópicos que contribuyen a la desafección de la política vaya, cuando menos, palideciendo.
Los que asumen responsabilidades en el sector público, no solo en el plano político sino también en el técnico o funcionarial, deben tener claro que cumplir con las exigencias de la transparencia, trabajar con vocación de facilitar el conocimiento de la utilización de los recursos o del proceder de las decisiones son, hoy por hoy, con la experiencia que se ha venido acumulando a lo largo de los últimos tiempos, obligaciones primeras.
Pero no solo los dirigentes. Que siga siendo bajo el número de personas que acceden los portales de transparencia o utilicen algunos de los canales para obtener información precisa y detallada, revela que los ciudadanos, en prueba de su madurez democrática, tienen que moverse y demandar más, sobre todo en algunos aspectos que les conciernen directamente. Que un ayuntamiento, por poner un ejemplo, privatice o adopte la modalidad de gestión indirecta de algún servicio, y los que reciben la correspondiente prestación no sepan cuál es el coste anual de la misma, revela, cuando menos, pasividad e indolencia.
Dice el Comisionado que los efectos de la transparencia sobre los sistemas de gobierno y sobre su mayor o menor integridad y eficiencia son bondadosos. Bueno, pues que se tenga presente esta idea para estimular, a base de campañas, cursos, talleres o similares, la participación ciudadana y la accesibilidad de los administrados. Para que gobernantes y representantes de la voluntad popular se sientan motivados y obligados, para que ello mismos comprueben la bondad y la consecuente tranquilidad interior de los aludidos efectos.
Hay algunos datos alentadores y a la vez insuficientes, pongamos por caso, ochenta de las doscientas nueve instituciones y entidades colaboradoras recibieron en 2017 solicitudes de acceso a la información pública, es decir, el 38,28 % de las mismas, según su propia declaración. El total de solicitudes registradas se elevó a mil doscientas ochenta y seis. “Ambos indicadores -reconoce Cerdán- evidencian la escasa demanda ciudadana en materia de solicitudes de información pública”.
Por tanto, hay que congratularse de los avances pero sin echar campanas al vuelo porque, como dijimos al principio, hay que profundizar. Ahora que la convivencia democrática se ve tan salpicada por alteraciones y tendencias que poco tienen que ver con el mejor funcionamiento de las instituciones, bueno será que la gente se vertebre y se organice para exigir por los canales ya abiertos y para intervenir en la vida pública con más y mejores fundamentos.

lunes, 19 de noviembre de 2018

ALGO MÁS QUE PRESTACIÓN DE SERVICIOS

Los ayuntamientos del país, en su conjunto, acreditan ser la administración que menos despilfarra y mejor gestiona los recursos públicos. Han cumplido razonablemente bien con exigencias legales aún vigentes. A pesar de lo cual, siguen teniendo que enfrentarse a vientos que soplan en dirección contraria a sus avances: los que inspiran la supresión de municipios y los derivados de una concepción neoliberal y conservadora que merma su autonomía, limita canales de participación y defiende un modelo de prestación de servicios que, en el fondo, es un gran campo de negocio. Donde siempre ganan los de siempre y siempre perdemos los mismos.

Lo importante son los servicios y no quien los presta, suelen defender con inflexibilidad los partidarios de este modelo. Ni los informes específicos de la Asamblea de Naciones Unidas ni algunas corrientes europeístas de la remunicipalización de los servicios públicos les arrugan. Lo tienen claro: agua, electricidad, basuras... No quedan muchos campos donde incursionar pero ya han visto fisuras en los servicios sociales y en la dependencia, de ahí que no extrañen los propósitos de orientar la modalidad de prestación. Eso sí, con todas las bendiciones legales, faltaría más. Ya sacaremos el chubasquero cuando haga falta. Más de uno argumenta que, de paso, se reduce el número de funcionarios y personal laboral, como si no hubiera que cargar las contrataciones en los pliegos de condiciones para reajustar cifras. Y lo que teóricamente se deja de pagar por un lado, reaparece en otra esfera, aunque lleve la 'p' de privada. Atención: porque ni se evita el clientelismo ni los riesgos de ayuntamientos paralelos. El profesor titular de Ciencia Política y de la Administración y doctor en Derecho por la Universidad de Granada, Manuel Zafra, ha sido tajante al dudar de la extendida pretensión de convertir los ayuntamientos en meros prestadores de ciertos servicios “controlados y ofertados a bajo precio”.

Los municipios deben conservar no solo su autonomía, sin mayor merma de competencias, sino en definir de la forma más precisa posible sus políticas fiscal y de gasto, sobre todo la que incide en la inversión social. Los responsables e integrantes de los gobiernos municipales deben estar atentos en ese sentido, sobre todo cuando un amplio sector del mundo empresarial, de la gran patronal, no oculta sus preferencias -por encima de los reproches demagógicos que ha de de escuchar- de ir reduciendo el número de entidades locales. Está clara su inclinación a una privatización generalizada en grandes urbes y, si fuera posible, en grandes concentraciones de no menos grandes extensiones territoriales. El gran negocio. Y como la gran patronal no quiere saber mucho de participación, de controles y de fiscalización, sino contratar con visión negociadora y de cuenta de resultados por encima de todo, ya se verá cuando finalice el tiempo concertado de la gestión indirecta.

Ahí es donde deben estar más atentos alcaldes, ediles y responsables, hasta los propios partidos políticos. Por encima de todo, deben defender los derechos de los vecinos. No deben desentenderse de los servicios. Que resuelvan las compañías y los grupos empresariales, es una manera de quitarse de encima obligaciones y desatender las demandas o las quejas de los ciudadanos, de aquellos que padecen determinadas carencias.

Está claro que estos factores inciden en el modelo de ciudad que se quiere para el futuro. Atentos, entonces, a las ofertas programáticas. Si es que son capaces de pergeñarlas.


sábado, 17 de noviembre de 2018

INCERTIDUMBRE HOTELERA

Circunstancias un tanto negativas que concurren recientemente en establecimientos hoteleros del Puerto de la Cruz contrastan con las informaciones publicadas, también no hace mucho, sobre actuaciones de reforma o remozamiento. Si estas segundas son bienvenidas y proclives a una interpretación favorable del antiguo y recurrente propósito de la renovación de la planta alojativa portuense, la noticia de los cierres, aún por diferentes motivos, tiñen de preocupación el panorama presente y futuro del sector turístico local.
Por varios motivos: se reduce la oferta (el número de camas hoteleras sigue una tendencia descendente), decrecen los puestos de trabajo, se resiente el producto en su conjunto y aumenta la incertidumbre sobre el porvenir de un destino que necesita innovaciones e incentivos -se diría que hasta revulsivos- para seguir siendo competitivo y captar cuotas de mercado.
Aún se aguarda alguna manifestación de responsables públicos o privados, muy dados a fotos e imágenes cuando se trata de primeras piedras o de aperturas. Pero estos hechos, menos gratificantes, demandantes en sí mismos de alguna explicación o de un mensaje tranquilizador, están engrosando un panorama preocupante que no conviene tratar con alarmismo, de acuerdo, pero tampoco pasando de puntillas o permaneciendo impasibles.
Que se cierre un hotel, que los trabajadores se vean en la calle sin otros derechos que los del pataleo y que la propiedad no aclare o no diga si sus intenciones son las de reabrir, previa reforma, o volver a arrendar o reconvertir, es para inquietarse. Máxime si, como se ha comentado, hay otros establecimientos que pueden correr la misma suerte. Ni siquiera aquel socorrido comentario de otras épocas, condenatorio de la insensibilidad y de lo inadecuado de las prácticas de las cadenas o compañías hoteleras, ha sido rescatado siquiera a título de justificación.
Que otro cierre tenga que ver con el estado de la edificación y el mantenimiento solo revela la obsolescencia y la falta de previsiones e iniciativa para impedir esa siempre desagradable medida.
Que las obras que se ejecutaban en otro complejo turístico hayan sido interrumpidas sin que nadie haya ofrecido una información o una explicación consecuente, después de los correspondientes alardes mediáticos cuando fueron adjudicadas o se iniciaron, revela, cuando menos, indolencia. Y en sentido contrario de lo anterior, hasta cierta opacidad.
El caso es que estas circunstancias eclipsan los planes de modernización y los esfuerzos que despliega el Consorcio de Rehabilitación Urbanística para intentar revitalizar y relanzar el destino. Convenimos en que el Puerto de la Cruz, como marca y a partir de su experiencia, tiene valores turísticos muy potentes y apreciados. Pero también en que han ido menguando algunos activos de modo que los atractivos de la oferta se van constriñendo progresivamente.
Los hoteles y en menor medida los complejos de apartamentos son fundamentales en una ciudad que vive del turismo, que tiene en esta actividad un elemento primordial de su sostén productivo. Lo que ocurra, tanto en el lado positivo como en el negativo, importa. De ahí que las circunstancias tan poco favorables que nos ocupan sean acreedoras de análisis, reflexión y alternativas.

viernes, 16 de noviembre de 2018

¿NUEVO TRIBUTO?

Los alcaldes y responsables de la hacienda de los municipios turísticos demandan habitualmente soluciones a problemas de financiación que generan tensiones de tesorería o desfases en la presupuestación y sus rendimientos, al tener que asumir y abonar prestaciones de servicios (limpieza, mantenimiento, seguridad...) a una población -hasta hace algún tiempo se denominaba 'asistida'- superior a la que por derecho (empadronados, residentes o contribuyentes habituales) les corresponde.

Es un asunto recurrente para el que aún no existe una fórmula satisfactoria que pasa, para bien o para mal, por la creación de un nuevo tributo que, aplicado a todas las modalidades de alojamiento, grave las estancias turísticas. Sobre el papel, su utilidad sería esa: afrontar los costes derivados de la presencia de visitantes, principalmente en aquellos destinos alejados de la estacionalidad. Desde principios de siglo, desde los tiempos de nuestra pertenencia a la comisión de Turismo de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), ya se debatía -sin frutos hasta nuestros días- la necesidad de encontrar una alternativa específica al modelo de financiación.

El Gobierno ha dado ahora un primer paso para fortalecer la capacidad fiscal de los ayuntamientos, mediante dos nuevos impuestos de carácter potestativo: uno estaría basado en un recargo sobre la cuota líquida del IRPF estatal; y otro consistiría en un nuevo impuesto sobre las estancias turísticas. Los expertos consultados, integrados en la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea), ya han emitido un primer informe en el que no solo examinan la equidad del sistema de financiación local sino que abogan por nuevas figuras tributarias que permitan modular los ingresos de una forma que sea perceptible por la ciudadanía.

Es decir, se trata de no recaudar de forma voraz sino que el destino del rendimiento, en el conjunto de las cuentas públicas del municipio, sea reconocible, tenga reflejo en las prestaciones de los servicios. Sobre el papel, más cualificación en el destino turístico, mejores condiciones para su oferta, robustecimiento del producto que se desea vender para captar segmentos de mercado de capacidad de gasto media/alta y mayor calidad de vida para nativos y visitantes.

De prosperar esta idea de un tributo que grave la estancias turísticas, la reclamación de financiación adicional, casi siempre discutible en el ámbito de las transferencias, prácticamente desaparecería de las discusiones presupuestarias y de las discrepancias que suelen caracterizar las relaciones entre administraciones después de largos procesos de negociación. El gravamen se aplica en varios países de la Unión Europea y en España (concretamente en Catalunya y Baleares) existen algunos impuestos autonómicos de similar naturaleza. La Fedea, no obstante, insiste en que el tributo debe funcionar en el campo municipal “pues los ayuntamientos soportan la mayoría de los costes relevantes”. Esto implica arbitrar mecanismos de coordinación y compensación, sobre todo porque la aplicación, aunque englobe todas las modalidades de estancia turística, seria sobre realidades diferentes. Los expertos señalan en ese sentido que la base imponible ha de tener en cuenta el número de estancias y una cuota que, a la hora de ser fijada, debería distinguir entre establecimientos de diversas categorías, con lo cual se garantiza la discrecionalidad del ayuntamiento, ajustada a los parámetros objetivos de la oferta de su destino.

Aunque los munícipes anden ahora ocupados con sus candidaturas y sus actividades de pre campaña, y aunque los partidos no lo consignen en sus futuros programas electorales, tendrían que ir pensando en alternativas como las comentadas. Como todos los debates económico-financieros, tiene sus aristas antipáticas. Pero de algún lado tienen que sacar financiación.

jueves, 15 de noviembre de 2018

DESPEDIDA TRAS EL ATASCO

A estas alturas, cualquier tinerfeño es consciente de lo que significa el gran atasco de sus autopistas. Cualquier tinerfeño ha padecido sus consecuencias que ya se reflejan, por cierto, en los trayectos de regreso, especialmente en los del norte, aunque no deben diferir mucho los del sur, al menos a ciertas horas.
Contamos lo sucedido hace un par de días. Fuimos testigos. En una guagua de TITSA que cubre la línea Puerto Cruz-Santa Cruz, a las ocho de la mañana se sube una mujer que pregunta cuánto tardará pues ha de empezar su jornada laboral a las nueve. “Lo que la cola permita, pero no menos de una hora”, es respondida. En su asiento, la mujer mira su reloj constantemente.
En efecto, la cola es la habitual de lunes a viernes. En esa fecha, llegó a las nueve y cinco. La mujer se baja apresuradamente en el intercambiador y se dirige sin dilación hacia el tranvía.
Antes de subirse, hace una llamada desde su teléfono móvil y casi implorando, dice:
-¡Pero, jefe, es que acabo de llegar! Es que salió a las ocho. Yo no tengo culpa. Usted me dejó claro cuál era el horario pero compréndame... si la guagua se retrasa, es un problema.
Apagó el teléfono, accedió al vagón, cerró el bolso y se hundió en uno de sus asientos. Miró a su alrededor buscando algún tipo de compadecimiento. Empezó a llorar, moviendo la cabeza, con síntomas de rabia e impotencia:
-Me han despedido, coño, no es justo, no es justo... Y ahora ¿qué hago?
Real, como el atasco mismo.

miércoles, 14 de noviembre de 2018

MODELO TURÍSTICO

Los datos que se van conociendo sobre la pasada temporada veraniega en el sector turístico en nuestro país confirman que se ha producido una desaceleración. Después de la fiesta de récords (afluencia, ocupación, gasto...), la recuperación de mercados competidores (aquellos célebres turistas prestados) ha puesto de nuevo las cosas en su sitio: la estabilidad en países ribereños del Meditarráneo ha sido, junto a una política de precios competitivos, un mensaje positivo para muchos clientes, especialmente los ansiosos de conocer nuevo y exóticos destinos. Tales datos contrastan el descenso en las llegadas con el incremento del gasto: no es mala renta. Eso es lo que se perseguía, especialmente por parte de empresarios, y las estadísticas indican que se ha avanzado en ese concepto.
La evolución y las tendencias de los mercados refrescan nuevamente el debate sobre la necesidad de modificar el modelo turístico. La secretaria de Estado de Turismo, Isabel Oliver, ha declarado en hosteltur.com que estamos más cerca.
-España es un país con vocación turística -ha dicho- y en este nuevo entorno tiene que seguir el camino de la sostenibilidad ambiental, territorial y económica. Entonces, ¿es el número lo más importante? No. Lo más importante es el gasto por turista y en este sentido vamos a intentar captar al turista que aprecia el servicio y la diferenciación. El modelo va en este sentido, un turismo sostenible, que sea duradero y equilibrado entre visitantes y residentes. Que los visitantes tengan una buena experiencia y los residentes, calidad de vida.
Sobre el papel, nada que objetar. Ideas claras y objetivos evidentes al calor de la experiencia. Pero, ¿está el sector preparado para afrontar una nueva estrategia, en concreto la del turismo sostenible a medio plazo? De la respuesta de la secretaria de Estado se desprende que será necesario trabajar mucho y con mucha imaginación para que el proceso pueda culminar favorablemente.
-Estamos trabajando todavía en ello, ha declarado Oliver. Nos encontramos con una estrategia de turismo caducada desde 2015, estamos arrancando. Se tiene que hablar con el sector, con las comunidades autónomas… Vamos a marcar una hoja de ruta y lo haremos próximamente, posiblemente en enero. Nos planteamos un turismo respetuoso con el medio ambiente, equilibrado y que siga siendo una fuente de riqueza para nuestro país. Se tiene que trabajar el producto turístico, para que sea atractivo y se pueda disfrutar en todas las temporadas. Vamos a intentar diversificar destinos y productos y aplicar las nuevas tecnologías a la gobernanza turística para que sea más sostenible, para conocer más a nuestros clientes y aprovechar mejor nuestros recursos.
Un modelo duradero y equilibrado: este es el gran objetivo, sobre todo para que los nativos y visitantes se desenvuelvan en unas estimables coordenadas de calidad de vida. La captación de turistas que aprecian tanto los rasgos diferenciales de un destino como la prestación y calidad de los servicios se convierte, desde luego, en una meta para cualquier destino que se precie.

martes, 13 de noviembre de 2018

TRABAJO DE CUIDADOS NO REMUNERADO


Las cuidadoras en España son casi tres millones y llevan a cabo un trabajo no remunerado. Es un trabajo invisible y no reconocido, según denuncia la Organización Mundial del Trabajo (OIT). Las cuidadoras realizan tareas que engloban el cuidado de niños, ancianos y personas enfermas así como otros trabajos domésticos. La citada Organización destaca que las mujeres españolas realizan casi el 68 % del tiempo total dedicado al trabajo de cuidados no remunerado.
Otros datos contenidos en los estudios de la OIT ponen de relieve la gravedad de este problema en nuestro país y en el ámbito internacional, bien es verdad que la tasa del 25 % de las mujeres en España que declararon no estar disponibles para el empleo o que no lo buscaban debido al trabajo de cuidados no remunerado, es superior al 13 % de Portugal o al 10 % de Francia, en tanto que la media en Europa y Asia central llega al 23 %.
Según la OIT, en España hasta 3,8 millones de personas se dedican al trabajo de cuidados remunerados. De ellas, 2,9 millones son mujeres y novecientos treinta y seis mil, hombres. Esto representa el 20,8 % del empleo total o el 34,4 % del empleo femenino. Las previsiones apuntan que España se situará, de aquí a 2030, en el puesto 22 del listado de países con mayores ratios de dependencia de cuidados de personas mayores en el mundo. De todos modos, el trabajo de cuidados no remunerado constituye el principal obstáculo para la participación de las mujeres en los mercados laborales.
En lo que llevamos a de 2018, en nuestro país se han empleado 130 millones de horas diarias en esta modalidad de trabajo no remunerado. Esta cifra, según los cálculos, equivale a dieciséis millones de personas trabajando ocho horas al día sin percibir remuneración alguna. Si estos servicios se valorasen sobre la base de un salario mínimo por hora, supondrían el 14,9 % del Producto Interior Bruto (PIB) español.
La conclusión de la OIT es que, de mantenerse este déficit y de no mejorar la prestación de servicios de cuidado y su calidad, se producirá “una grave insostenible crisis del cuidado a nivel mundial y aumentará la desigualdad de género en el trabajo”

lunes, 12 de noviembre de 2018

EFECTOS DE LA SUBIDA SALARIAL

El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, abonó recientemente los surcos de los efectos del incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) sobre la creación de empleo, con algunas previsiones que se alinean en las posiciones de rechazo o disconformidad con la medida pactada entre el Gobierno y Podemos con vistas a los próximos Presupuestos Generales del Estado (PGE). Concuerdan también con las apreciaciones de otras formaciones políticas, de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y del mismísimo Fondo Monetario Internacional (FMI). Una conjunción ¿de intereses? cuyas recetas, por cierto, no han contribuido muy eficazmente que digamos a la solución del desempleo ni de la desigualdad. Pero bueno...

Lo que se pretende es que el SMI pase a ser de novecientos euros mensuales (en la actualidad, setecientos treinta y cinco) en catorce pagas, un incremento del 22,35 %, el mayor de la historia en tasa interanual. La medida significa un impacto de trescientos cuarenta millones de euros y afectaría a más de quinientos treinta y tres mil trabajadores, aproximadamente el 3,5 % del total de afiliados a la Seguridad Social.

Hernández de Cos expuso unos cálculos pesimistas: el aumento pactado puede representar al conjunto de la economía productiva española la pérdida de unos ciento cincuenta mil puestos de trabajo, el 0,8 % del empleo total. Está claro que para el gobernador Hernández, la subida es muy elevada y perjudicará, en su opinión, a los trabajadores más jóvenes y a los parados de más edad con menor capacitación profesional. Por eso recomienda que los incrementos del SMI sean moderados y a ritmo lento de modo que no afecten negativamente a los empleos peor retribuidos y cualificados. A propósito, la Comisión Europea, hace pocas fechas, redujo esa pérdida a setenta mil puestos de trabajo.

Y es que los expertos discrepan sobre los perjuicios que produce una subida del salario mínimo. Diferencian, sobre todo, el momento: no es lo mismo afrontarla en etapas de expansión clara de la demanda que en período de estancamiento. Una opinión tan valiosa como la del Premio Nobel, ex economista jefe del Banco Mundial y profesor de la Universidad de Columbia, Joseph Stiglitz, incidía en que no hay muchas razones para las negativas previsiones del Banco de España. Para Stiglitz, la subida salarial tiene un impacto negativo sobre el empleo e incluso, como se ha demostrado en algunos casos, positivo.

Respetando, como no puede ser de otra forma, todos los criterios y teniendo en cuenta la precariedad del mercado laboral español así como el momento en que nos encontramos, este incremento del SMI se puede defender en tanto tiene efectos sobre el consumo pero, sobre todo, porque no es la única medida que se aplica para seguir manteniendo la tendencia de la recuperación. Ya decía alguno de los expertos aludidos que la productividad de las empresas depende de otros factores distintos de los bajos salarios. Parece claro, en fin, que la subida del Salario Mínimo Interprofesional es factor indispensable de manera que el crecimiento de la economía sea percibido también las rentas salariales.

sábado, 10 de noviembre de 2018

TAORO, DONDE HABITA EL OLVIDO

Cuando creíamos que ya estaba todo dicho -solo en la historia de este blog hay más de ocho entradas alusivas concretas- y a la espera de avances concretos en la resolución de los trámites orientados a la restauración del inmueble y a la restitución del uso turístico, Gabriela Gulesserian publica en Diario de Avisos un reportaje con titulo inquietante: “El primer gran hotel de España, en el Puerto de la Cruz, se cae a pedazos”. Y eso refresca un asunto que ya resulta lacerante. La entradilla no es menos cruda: “[El recinto], declarado Bien de Interés Cultural (BIC), y sus alrededores se encuentran en un total abandono”.

Es como si pesara una maldición, después de cuatro concursos públicos y sus correspondientes modificaciones de pliegos de condiciones que finalizaron sin adjudicación. En efecto, la rehabilitación imposible, el rescate que nunca llega. El citado reportaje describe una realidad doliente, una estampa de abandono que se agrava y solo es mitigada por la escasa actividad que intramuros se desarrolla, la que produce el Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan). El aspecto de los alrededores es de notable abandono. Lástima porque en pleno centro del parque del mismo nombre, la situación deprime. El pabellón de eventos y congresos apenas es utilizado.

Un informe técnico cifró en 1,8 millones de euros (que debería correr por cuenta del adjudicatario) el importe de la restauración del inmueble cuyo valor histórico y patrimonial es indudable, no en vano fue declarado BIC. Como era de prever tras el cierre de las instalaciones del antiguo casino, el paso del tiempo sin soluciones efectivas y palmarias envolvió la desidia y hasta desató especulaciones sobre el destino de la edificación. Nos empeñamos en que debía ser restituido el uso turístico: un destino como el Puerto de la Cruz merece establecimientos de máxima categoría. Eso se salvó pero luego no ha habido suerte: las condiciones no han sido suficiente reclamo para inversores y compañías turísticas.

Y así ha ido apagándose, hasta la oscuridad casi absoluta. El brillo de otrora ha dejado paso a ese abandono prolongado. La firma de Adolph Coquet, arquitecto francés, autor del proyecto de construcción, así como todo el patrimonio natural del entorno, merecen otro tratamiento.

Desidia o mala suerte o falta de incentivos, lo cierto es que la capacidad de gestión no sobresale. Acaso pueda hablarse ya de un gran fracaso colectivo a la hora de rescatar el Taoro, donde habita el olvido y donde se alimenta la frustración.

P.S.- Redactada y publicada esta entrada, desde el Consorcio de Rehabilitación Urbanística del Puerto de la Cruz, se nos informa que se han modificado algunos aspectos importantes en el nuevo pliego de condiciones para el concurso, de modo que la inversión a compensar es mucho mayor. El Cabildo asumiría todo el costo relativo a la estabilización y consolidación estructural. Por otro lado, se se aumenta el plazo y se define con mayor precisión la documentación técnica a presentar con la oferta. Por lo visto, antes los tres anteproyectos de que se disponía eran casi un proyecto básico, lo que equivalía a asumir honorarios cuantiosos para presentar oferta. Lo mejor, según se indica del Consorcio, es que se ha concretado la capacidad alojativa y las condiciones en caso de proponer uso hotelero, optando por valorarse con mayor puntuación. Por último, se está redactando la cláusula que permita vincular la gestión preferente de las parcelas de dotación pública a las de carácter patrimonial que fueron objeto del anterior concurso. Se pretende que el Consejo de Gobierno insular aborde este asunto este mismo mes.