lunes, 30 de septiembre de 2019

QUISTE EXTENDIDO


Tenerife vivió, en horas de la tarde de ayer, como consecuencia de un cero energético, una de esas situaciones plagada de confusión informativa. No había luz eléctrica, los que disponían de ordenador portátil pudieron acceder a las primeras informaciones que circulaban, tardaban los responsables de las compañías productoras en ofrecer noticias para desespero de agencias y medios, echaban humo los dispositivos móviles, la mensajería, no tardaron en aflorar las contradicciones algunas de las cuales estaban basadas en las deducciones subjetivas, servicios públicos de transporte paralizados, ascensores bloqueados, actos públicos interrumpidos, hubo que recurrir a la radio (por enésima vez) pero, entre domingo y fútbol (más la interrupción del propio suministro, claro), la cosa estaba... eso, confusa, de color hormiga, desaparecieron del dial. Era, como se ha sabido, una avería de envergadura. Lo ocurrido pone a prueba las carencias, la falta de preparación por parte de la población para afrontar este tipo de coyunturas: planes de emergencia, organización de protección civil, sistemas auxiliares de comunicación, comportamientos colectivos plagados de impericia...
Aunque no es de esto sobre lo que queremos escribir cuando empiezan a llegar las primeras informaciones de la reposición, por zonas o sectores, del fluido eléctrico -aunque no es un asunto para desentenderse, todo lo contrario-, sino de cómo se acentúa el problema con el que convivimos en nuestros días. Es decir: de por sí, a la sociedad, en su conjunto, se la reprocha su desinformación, su desinterés por acceder a medios o fuentes fiables, su excesiva propensión a conocer o seguir bodrios y subproductos plagados de morbo, insultos, falacias, disparates opinativos y hasta miserias humanas. Lo peor es que cuando alguien te dice que escucha o ve tal programa porque se expresan muchas verdades, espetamos con relativa frecuencia: “Diga usted una”. Y no hay respuesta, claro.
Lo ha dicho recientemente el presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Nemesio Rodríguez: “Una sociedad desinformada es una sociedad sumisa. La desinformación trabaja para debilitar la democracia al engañar al ciudadano para que tome decisiones erróneas que solo favorecen al manipulador y al mentiroso”.
La reflexión es ilustrativa para entender la necesidad de acabar con fenómenos enquistados en el tráfico informativo de la sociedad en la que convivimos, como los bulos, las paparruchas o las noticias falsas. La abundancia no solo cuestiona valores periodísticos y oculta la verdad, está claro, “sino que ataca directamente al corazón de nuestro sistema democrático”, precisó Rodríguez.
Aunque el presidente de la FAPE ha encontrado un lado positivo al conflicto, por paradójico que resulte: en su opinión, la desinformación ha contribuido -por desgracia, no en todos lados- a que periodistas y medios afronten la senda de los verificación, esto es, comprobar los hechos, consultar fuentes distintas e intensificar la búsqueda de la certeza, asegurarse. Rodríguez ha precisado que la desinformación brinda a los medios de información la oportunidad de presentarse como alternativa creíble a las falsedades que circulan, sobre todo, en las redes. Claro que para ello es indispensable “ejercer un periodismo que difunda información veraz, verificada, contrastada con fuentes fiables y sujeta a las normas deontológicas de nuestra profesión”, señaló Nemesio Rodríguez.
Hay que aplicarse, desde luego. El quiste está muy extendido.





sábado, 28 de septiembre de 2019

SAAVEDRA, EL DRAGO

Jerónimo Saavedra Acevedo fue distinguido anoche por el Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) de Icod de los Vinos con el Drago de Honor. Se nos encomendó la presentación del galardonado. Leímos el siguiente texto:

Vamos a decirlo desde el principio, sin que suene a disculpa: este es un cometido difícil, algo enrevesado. Muchos de ustedes lo deducirán fácilmente: hemos trabajado codo a codo durante muchos años con el galardonado, hasta en tres administraciones diferentes; hemos sido leales colaboradores; hemos compartido afanes y causas, alegrías y sinsabores, amarguras y éxitos de los que, por su propia recomendación, no se podía hacer ostentosidad; hemos sido portavoces de sus posiciones políticas e institucionales; hemos estado a su lado en convocatorias públicas de muy diversa índole y en trances de emociones; hemos escrito discursos, hemos preparado debates y hemos supervisado apariciones en tantos y tantos foros... Como se comprenderá, después de haber estado en ese papel, o en esos papeles, hablar ahora de quien nos ha encomendado tareas de responsabilidad pública se antoja complicado.

Será difícil eludir la subjetividad pero la de hoy parece una ocasión adecuada para decir lo que manifestamos en cierta ocasión, después de una alcaldía ya sin censura: Jerónimo, gracias por las enseñanzas de todo este tiempo, gracias por tu magisterio que esta tarde/noche también te reconocen aquí, el lugar donde el inmenso poeta gomero, Pedro García Cabrera, plasmó en verso las cicatrices resistentes e inigualables del árbol mágico, la calidad de los viñedos, los afanes populares derivados de las migraciones, las añoranzas incólumes y los dones paisajísticos.

Por esos vericuetos no se perdió Jerónimo Saavedra Acevedo cuando en largas y provechosas tardes, allí por Boquín, frente al Atlántico y ante alguna puesta de sol que revelaba los perfiles de La Palma, intercambiaba criterios y visiones en la casa de Antonio Pérez Voituriez, donde el doctor Alberto de Armas García ya ejercía de diplomático, entre otros intelectuales que leían recortes de prensa y libros censurados para apoyar sus análisis cuya partitura había que interpretar con diligencia como ensayo de la transición que se avecinaba y de la nueva realidad política, constitucional y democrática, que se barruntaba con ilusión y esperanza.

Icod siempre tuvo su encanto. Y los vinos. Y el Drago. Y las tablas. Y Key Muñoz. Y Cristóbal Pérez del Cristo. Y Estévez. Y los Fajardo. Y San Marcos. Y el valle luminoso de Emeterio. Y sus fiestas de arte. Y Pepe Floro. Y Los Chincanayros. Y unos bríos acreditados para afrontar el nuevo ciclo del municipalismo, con una generación de políticos que se aplicó sin reserva con tal de estar en la vanguardia de los avances sociales, pluralistas e institucionales. Están presentes algunos de los alumnos y alumnas de entonces, hoy en clases pasivas o dedicados a otros menesteres.

Hasta aquí han venido para acompañar al preceptor y responder a la llamada del CIT icodense que viene haciendo del Día Mundial del Turismo una cita distinguida que en esta ocasión, por cierto, coincide con el preocupante episodio de la suspensión de pagos de un operador británico sobre el que descansaba una buena parte del negocio turístico.

Es probable que alguien, por tal circunstancia, se esté preguntando qué celebramos o si es apropiado hacerlo cuando los nubarrones de incertidumbre son tan visibles que obligan a no perder tiempo en la búsqueda de soluciones que esta vez, además, tienen mucho de estructurales. O al menos eso es lo que se desprende: ya nada será como antes en la turoperación.

Pero dejemos las reflexiones para otros foros, sin eludir la trascendencia de la coyuntura. En cualquier caso, si en otras adversidades los canarios acreditamos unidad y afán de superación, hagámoslo de nuevo para encarar el porvenir con entereza, con decisión y valentía, haciendo uso de los recursos al alcance y perfeccionando las opciones que las innovaciones brindan al sector.

Porque en los ochenta, cuando el crecimiento en las islas era imparable, al calor de la oferta turística, también hubo sombras e incertidumbres. Entonces, cuando hubo que afrontar la construcción de la Comunidad Autónoma, igualmente hubo que arriesgar y emprender.

Saavedra encarnó el liderazgo y, transido de las necesidades que la sociedad canaria experimentaba, fue consciente de que el sector turístico tenía y habría de tener un peso mayor en la productividad económica interior. Algunos hechos ponen de relieve su sensibilidad hacia el turismo, no solo confiando las políticas sectoriales a una profesional excelente conocedora del medio, Dolores Palliser, la única mujer integrante del primer Gobierno autónomo, sino estimulando la acción promocional en el exterior con tal de captar mercados emisores y adelantarse a otros receptivos cuya emergencia se vislumbraba.

En esa acción, hay que destacar la presencia en Europalia. El presidente se empeñó en combinar diversión carnavalera con historia y cultura de las islas. Hasta Bruselas y Amberes viajaron cuadros, arte y documentos de autores canarios para darlos a conocer. Además del lúdico, el impacto cultural fue evidente.

Al Saavedra de sensibilidad turística hay que atribuirle su empeño en la formación. Porque nos acercábamos a Europa y para cuando se consumara la integración, sabíamos que la competencia y la competitividad iban a ser exigencias destacadas. Entonces, dotó a algunos destinos de aquellas aulas rodantes donde era posible aprender idiomas, una de las asignaturas que aún hoy muchos empresarios siguen demandando para acceder al mercado laboral.

Y no solo eso: fue cuando se empezó a hablar de revisar los planes de estudio para introducir materias específicas y de abrir centros de formación accesibles. Hacer del turismo, desde tales núcleos y desde muy diversas iniciativas, una asignatura atrayente que permitiera contrastar su importancia en la economía y el desarrollo de la sociedad canaria, era el objetivo.

Allí estuvo, siempre con ganas, siempre dispuesto, promotor de la institucionalización de los premios “Importantes del Turismo” cuya convocatoria, con las modificaciones introducidas, ha continuado hasta nuestros días.

O sea, que el turismo no le fue ajeno entonces ni lo resultó en cometidos y responsabilidades públicas posteriores, como en su segunda presidencia de Canarias desde la que incentivó actuaciones promocionales relevantes y simbólicas que colocaron el nombre de las islas en destacados escaparates ya caracterizados por la enorme competencia desatada en los mercados.

Y como mantuvo ese apego, se fijó siempre en estadísticas, dio continuidad periódica a las relaciones con empresarios y profesionales del sector, se interesó por la evolución del negocio y de las modalidades de transporte, viajó y se fijó en las tendencias y animó, por supuesto, a los emprendedores canarios que decidieron afrontar proyectos que cualificaban la oferta global, sin desligarse, por supuesto, de los planes y de las respuestas que debían dar las administraciones públicas, cada vez más exigidas en materia urbanística y medioambiental.

Jerónimo Saavedra Acevedo viene de nuevo a Icod, a evocar el cercano Boquín, a renovar tantas amistades, a palparse su piel turística, a rememorar los versos de García Cabrera, a ver cómo por el Drago sigue fluyendo el líquido vitalista de la historia en cuyas páginas canarias él ocupa un lugar sobresaliente ganado a pulso.

Ha venido con un bagaje repleto después de haber sido diputado, senador, dos veces presidente de Canarias, dos veces ministro, alcalde de su ciudad natal, Las Palmas de Gran Canarias, y Diputado del Común. Melómano, mozartiano, fundador del Festival Internacional de Música de Canarias, lector infatigable, conocedor de los entresijos de la ópera y, en algunas ocasiones, crítico musical.

A su lado, les aseguramos, se aprende. Y en ocasiones como esta, hay que agradecerlo. Porque, como el Drago, resiste. Por eso, le conceden el honor de su copa, de sus raíces y de su ramaje. Y porque con el poeta, es un hidalgo de sus cepas.

viernes, 27 de septiembre de 2019

ESTADO DE DERECHO

En su publicación titulada Estado de Derecho y Democracia, el profesor Elías Díaz señala que los derechos humanos constituyen la razón de ser del Estado de Derecho, al cual define como “la institucionalización jurídica de la democracia”. Es indispensable entonces la existencia de “instituciones que articulen coherentemente y hagan posible (las) ineludibles exigencias éticas básicas y fundamentales”. Esas instituciones, según el profesor Díaz, partiendo de que están revitalizadas continuamente por su homogenización crítica con la sociedad civil, son, las que, a su juicio, “se configuran en el modelo jurídico-político que seguimos denominando Estado de Derecho”.
El requisito esencial de todo Estado de Derecho consiste en el sometimiento de la ciudadanía y, sobre todo, de los poderes públicos al derecho.Todo se promueve y todo se resuelve conforme al ordenamiento jurídico. Esas son las reglas del juego y hay que respetarlas. Se trata, entonces, de que el Estado Derecho funcione con tal de garantizar la convivencia y el principio de seguridad jurídica.
A lo largo de las últimas fechas hemos asistido a algunos acontecimientos que ponen a prueba ese funcionamiento y la solidez de las estructuras institucionales que lo sustentan. Son ejemplos de la importancia que entrañan para la propia democracia pues su repercusión en la convivencia aludida es evidente.
Veamos. En Estados Unidos, la presidenta del Congreso, Nancy Pelosi, dio a conocer la activación del procedimiento constitucional de un juicio político (conocido como 'impeachment') contra el presidente de la nación por una mala conducta. Habrá que demostrar, claro, que el inefable Donald Trump (ahora mismo contra las cuerdas) presionó o coaccionó al al Gobierno de Ucrania para que investigase al hijo del ex vicepresidente Joe Biden, precandidato demócrata a la presidencia estadounidense.
En el Reino Unido, el Tribunal Supremo declaró, por unanimidad, ilegal y nula la suspensión del Parlamento durante cinco semanas, impulsada por el primer ministro, Boris Johnson, para evitar que la Cámara de los Comunes bloquease sus planes para el brexit. Se trataba de un hecho insólito en la historia del parlamentarismo británico y tuvo que ser resuelto por el Supremo.
España, más recientemente. Por un lado, el Tribunal Supremo, también por unanimidad, ha dado luz verde, esto es, desestimando los recursos presentados por la familia, a la exhumación de los restos de Francisco Franco, depositados desde 1975 en el Valle de los Caídos. Lo había acordado el Congreso de los Diputados, el Gobierno presidido por Pedro Sánchez ordenó el traslado al cementerio de El Pardo, donde fue enterrada su viuda. Es probable que la decisión sea recurrida y que hasta despierte alguna controversia política. Pero la determinación unánime del Supremo tiene mucho peso y se barrunta improbable la marcha atrás.
Y por otro, la Guardia Civil, en coordinación con los Mossos d 'Esquadra, por orden judicial, detuvo a miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) de Catalunya a los que se investiga para acreditar su vinculación por presuntos delitos de terrorismo. Queda pendiente la decisión de los tribunales correspondientes.
Es decir, el poder judicial acredita el funcionamiento del Estado de Derecho, por muy delicadas que sean las situaciones a las que debe enfrentarse. Eso tranquiliza, claro que sí. En tiempos de nacionalpopulismo y de gobernantes caprichosos, gratifica comprobar que los mecanismos de defensa de la Constitución responden cuando son activados. Y que se protegen tanto las libertades como los derechos de participación política. Una garantía, vaya. Para eso, el Estado somete a todos, a ciudadanos y poderes públicos, al ámbito del Derecho.


jueves, 26 de septiembre de 2019

NI UN GRADO MÁS; NI UNA ESPECIE MENOS


La respuesta de los jóvenes días pasados, en numerosas ciudades de todo el mundo, fue esperanzadora. Y la que se prepara para mañana parece una clara señal de que algo está cambiando. Para bien. Como si se hubiera inyectado una dosis de concienciación que está surtiendo efectos positivos en varias partes del organismo enfermo, afectado por los cambios, el calentamiento global, la deforestación, incendios pavorosos, emisiones de gases, los plásticos invasivos, los vertidos incontrolados, las contaminaciones y distintos impactos climáticos.
Canarias no quiere ser excepción y va a dar la respuesta cívica que los jóvenes han impulsado. El Gobierno autónomo también emprendió medidas hace unas fechas. Ya existe el Movimiento Canario por la Emergencia Climática, al que se han adherido unos ciento treinta colectivos y organizaciones sindicales. Espera una presencia masiva, la continuidad de una tónica que ojalá no se agote, que no sea flor de dos o tres concentraciones tras las que todo vuelva a ser como siempre.
Una causa como esta propende a extenderse de manera que se convierta un clamor para los gobiernos y las instituciones. Es evidente que hay que legislar y poner en marcha planes viables que resulten eficaces para que la ciudadanía los palpen, mejor dicho, los hagan suyos, se identifique con ellos. Es una causa social que afecta a todos, nadie debe desentenderse con tal de hacer bueno uno de los lemas de las manifestaciones de mañana: “Ni un grado más, ni una especie menos”, es decir el equilibrio naturalista y punto final a la destrucción de las especies animales.
La lucha por el clima, en efecto, tiene que ser un ejemplo de motivación colectiva. Tiene que ser un estimulante: que los niños y adolescentes comprendan desde tan temprana edad lo que se debe hacer para evitar perjuicios al medio; y que los jóvenes se habitúen a comportamientos constructivos que redunden en el cuidado y adecuado uso de los recursos naturales.
Las islas, ha quedado demostrado, no están ajenas los efectos del cambio climático. Luego, hay que aplicarse en un ejercicio común efectivo. Ya es coincidencia que las convocatorias se hagan en la fecha en que se conmemora el Día Mundial de Turismo, actividad por cierto,a la que se atribuye una parte de la culpa del deterioro y los daños que acusa el medio ambiente. Sera llamativo comprobar la respuesta que ofrezcan quienes presumen de tener el mejor clima del mundo.
Que puede ser verdad, de acuerdo, lo cual obliga a cuidarlo con tal de impedir que sea uno de los grandes reclamos para los visitantes. Pero más importante: para que sean los nativos quienes saboreen, por derecho propio y disfruten de excelente condiciones de vida. Lo escribió Viera, en el siglo XVIII: “Sin calor que ofenda ni frío que incomode”.
Conciencia.


miércoles, 25 de septiembre de 2019

¿PAGO EN COEXISTENCIA CON GRATUIDAD?


Aparentemente es una contradicción pero habrá que estar atentos a ver cómo se resuelve el dilema.

La firma KPMG, una red global de firmas de servicios profesionales que ofrece prestaciones de auditoría, de asesoramiento legal y fiscal, y de asesoramiento financiero y de negocio en ciento cincuenta y seis países, considerada una de las cuatro más importantes en el ámbito de los servicios profesionales, ha elaborado un extenso informe titulado Presente y futuro del sector media, basándose en la encuesta “Perspectivas España 2019” en el que fueron entrevistados veintiséis directivos de la industria mediática.

Los modelos de pagos por contenidos, esto es, las suscripciones digitales, van ganando peso en la carrera abierta para definir el futuro de los medios, ya prácticamente asumida en su totalidad la vía digital. Las empresas exploran, estudian y se van decantando: es el futuro inmediato lo que está en juego, con los ingresos tradicionales de la publicidad, cada vez más en duda, y con nuevas fórmulas para monetizar los contenidos. Hay que escoger, definirse y seguir el camino... o abandonar.

Del estudio de KPMG se colige que las suscripciones digitales con cada vez más necesarias. Sobre todo, pensando que el período 2019-2020 va a ser determinante para establecer muros de pago en la mayoría de las principales cabeceras. Las empresas de los medios digitales estiman que desde principios del nuevo año la implementación de los nuevos modelos será irreversible.

Claro que el 62 % de los ejecutivos de medios encuestados -y aquí viene el dilema- cree que en un plazo de tres años habrá una coexistencia del cobro por contenidos digitales con el modelo abierto. Es un escenario posible. Temporal, eso sí.

Los responsables editoriales (más de la mitad de los consultados) auguran que la opción del pago digital se extenderá en una mayoría de cabeceras, principalmente las generalistas, mientras que otras mantendrá una oferta de de acceso gratuito. Un 38 % estima que la primera modalidad se generaliará como vía alternativa de ingresos, mientras que un 54 % apuesta por la consolidación de un periodismo de pago sustentado por una oferta de información de calidad, veraz y contrastada. Ocho de cada diez ejecutivos del sector media, por otro lado, han puesto el acento en la distribución 'on line' de contenidos a la carta.

Estamos, pues, ante un momento crucial para definir y hacer que fluya el modelo de negocio. Téngase en cuenta que la decisión afecta a la inversión publicitaria. Captarla es clave, claro. Los directivos y comerciales lo saben, de manera que apremian a las empresas en la toma de decisiones. Hay división de opiniones en el estudio de KPMG: un 46 % cree que aumentará facturación mientras un 32 % entiende que se mantendrá estable.

Está claro entonces que las empresas de comunicación deben seguir esmerándose en la consecución de productos plenamente adpatados al entorno digital. Habrá que estar atentos a los procesos que afronten, algunos de los cuales, siquiera en el ámbito puramente empresarial, como fusiones o adquisiciones, ya están en marcha,



martes, 24 de septiembre de 2019

¡VAYA TRANCE!


Va a ser complicado, claro. La quiebra del gigante es un disparo a la línea de flotación. Empresas, trabajadores, el negocio en sí mismo, la estructura social y económica... Las repercusiones están aún por determinar pero la realidad se va a alterar y todo aquello se va a resentir.
Cierto que no es la primera situación de quiebra a la que se ha enfrentado el sector. Desde los años 70 del pasado siglo, hubo similares pero ninguna de este calibre que, además, pone blanco sobre negro un cambio radical en la gestión comercial del negocio. Creíamos que el sistema era eterno y que apenas experimentaría las variaciones de los adelantos tecnológicos: ya vemos que no es así.
El gigante de la turoperación, Thomas Cook, se ha fracturado con todo su poderío. Canarias, especialmente Tenerife, acusa las primeras consecuencias: unos treinta mil clientes se han visto afectados y ahora aguardan la repatriación puesta en marcha por el Gobierno británico que si no tenía bastante con resolver lo del brexit, ahora, en plena desazón, tiene que afrontar la suspensión de pagos de uno de los pilares de su economía.
Lo peor para Canarias como destino turístico es la conectividad que se resiente y que reduce sensiblemente sus potencialidades. Se ha sabido que Thomas Cook tenía entre sus planes, de aquí a finales de año, ofertar ciento quince mil plazas para Tenerife. Las cifras de tal oferta para los ocho primeros del año próximo ponen de relieve la preocupante dimensión de la fractura: más de doscientas trece mil plazas. Se supone que es el primer frente en el que han de operar administraciones públicas y los agentes privados. En ese sentido, las organizaciones hoteleras se han apresurado a solicitar la reducción de las tasas aéreas. Bueno, puede ser una fórmula para paliar los efectos. Pero hay que esmerarse con tal de evitar malas prácticas en el maremágnum de la confusión y la incertidumbre. Se trata de no erosionar la imagen de las islas, de hacer todo lo posible para que los turistas se lleven la mejor impresión posible dentro de sus penurias. Para que intenten volver, naturalmente.
Es la hora de las reuniones, de las negociaciones y de las alternativas. El sector turístico, sostén de la economía productiva en el archipiélago, se ha visto sacudido y no será fácil estabilizarlo. Administraciones públicas e iniciativa privada deben hacer todos los esfuerzos para salir del trance.
Puede que no se hayan visto en otro de estas características.


lunes, 23 de septiembre de 2019

EXCLUSIÓN SOCIAL EN CANARIAS


Canarias presenta un grado de desigualdad multidimensional relaltivamente muy reducido cuando, en realidad, sus niveles, tanto de moderada como severa, se encuentran entre los más elevados de España”, concluye la séptima entrega del informe Foessa, dado a conocer días pasados en Gran Canaria por Cáritas Diocesana.

Los porcentajes que sustancian este notable desequilibrio son muy elevados. El 29 % de la población de las islas -el más alto de España, unas seiscientas mil personas- está en riesgo de exclusión social. Un 15,7 % de estas personas se encuentran en situación de exclusión severa. Un 42,1 % de los hogares en circunstancias de exclusión en las islas está sustentado -en lo que el informe conceptúa como 'exclusión activa'- por una persona ocupada en el mercado laboral.

Estas cifras en Canarias -solo por delante están Extremadura y Baleares- reflejan el crecimiento del índice que, por otro lado, tiene un carácter más económico que el resto del país. Un 15,7% de estas personas se encuentran en situación de exclusión severa, mientras que un 13,3% están en exclusión moderada. Además, el 59,6% de las personas que sufren exclusión, se hallan en una situación de pobreza monetaria. A la inversa, el 17,7% de la población que no está en situación de exclusión social, "es pobre desde el punto de vista monetario".

¿Hace falta subrayar que el panorama es preocupante? En absoluto. Los resultados del del estudio reflejan una realidad que debe hacer reflexionar a instituciones y actores sociales. El debate sigue latente después de las elecciones de mayo, la constitución de las nuevas corporaciones y la formación del actual Gobierno de Canarias. Solo en una clave debe ser interpretado el informe de Foessa: la de una tremenda desigualdad que obliga a hacer considerables esfuerzos en políticas sociales. Todos hablaban hace unos meses -y repetirán ahora- de las personas como prioridad: bueno, es el momento de seguir esmerándose para corregir esta situación, a sabiendas de que no hay varitas mágicas y de que algunos factores de dependencia pueden empeorar. Pero es cuando hay que desarrollar aquellas medidas orientadas a atender necesidades básicas y a las clases más desfavorecidas. Un ejecutivo de coalición convergente en la práctica en las formulaciones teóricas está aún más obligado a unificar esfuerzos y a afrontar con decisión las alternativas que sea capaz de fraguar, especialmente a medio y largo plazo.

Del análisis del informe se desprende que la situación de exclusión social empeora con los años, luego los planes y las acciones previstas han servido de poco. Que las personas excluidas socialmente, si se nos permite la expresión, hayan triplicado el peso poblacional, pasando del 2,6 % a representar el 8,6 % en 2018, corrobora la necesidad de pensar en políticas sostenibles si se quiere dar algunas esperanzas a los directamente afectados.

¿Será suficiente la renta básica ciudadana, consistente en seiscientos euros mensuales, anunciada por el ejecutivo canario? Es natural que haya dudas. De momento, la consejera de Derechos Sociales y Diversidad, Noemí Santana (UP), ha declarado que esa ayuda llegará a partir del comienzo del nuevo añol, primero a las unidades familiares que no perciban ningún tipo de ingresos.

Por otro lado, el Consejo de Gobierno autorizó la semana pasada, el aumento de las ayudas de acción social para la integración por un importe total de un millón novecientos treinta mil euros. Esta cantidad supone un aumento respecto al presupuesto inicial, fijado en 4.130.000 euros.

En concreto, un millón quinientos mil euros irán destinados a cubrir el Programa de Lucha contra la Pobreza y la Alta Exclusión Social en Canarias de las personas beneficiarias de la Prestación Canaria de Inserción (PCI). El resto del montante, cuatrocientos treinta mil euros, se invertirán en la financiación de programas de integración de las mujeres en riesgo de pobreza y exclusión social.

El Programa de Lucha contra la Pobreza y la Alta Exclusión Social en Canarias de las personas beneficiarias de la Prestación Canaria de Inserción tiene como objetivo impulsar proyectos dirigidos a transformar o prevenir situaciones de necesidad relacionadas con dificultades de inserción social, laboral y escolar, o ligadas a razonas de desestructuración familiar, educativa o desajustes personales.

Por su parte, los programas de integración de las mujeres en riesgo de pobreza y exclusión social atienden con especial énfasis al colectivo de mujeres en situación de pobreza en las Islas que necesitan una mayor atención, más allá de una solución residencial. Dichos programas son gestionados por entidades y asociaciones sociales.

Lo dicho: realidad preocupante, desequilibrios palpables, perspectivas inciertas y rimeras medidas paliativas. La exclusión social, realidad de nuestro tiempo.

sábado, 21 de septiembre de 2019

EL BARRIO, AFÁN POPULAR CONSTANTE

El libro La Villa Arriba, de Nicolás González Lemus, editado por el Colectivo Cultural La Escalera, fue presentado en la noche del jueves en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), Nos correspondió hacer la introducción. Leímos el siguiente texto:


Uno de mi calle me ha dicho que tiene un amigo que dice conocer a un tipo que un día fue feliz”.

Fíjense con qué poco, con qué escasos elementos, el cantautor catalán Joan Manuel Serrat construye las esencias de su cotidianeidad. La calle, la amistad, la transmisión oral de la información... Y hasta la felicidad.

Seguro que Nicolás González Lemus conoce ese original poema de Serrat, alusivo a una época de su vida y al espacio vital donde se desenvolvió escuchando historias singulares y domésticas que terminó poetizando. Porque Nicolás también creció y convivió en un barrio que ahora robustece con el libro que esta tarde presentamos: La Villa Arriba en el desarrollo de La Orotava, editado por el colectivo cultural La Escalera.

“Porque la poesía es el barrio, o sea, el mundo”, tal como interpretara Antonio Hernández, Premio Nacional de Poesía 2014 y ganador de otros galardones literarios, y allí, en el barrio más antiguo de la Villa, también llamado El Farrobo, Nicolás entendió que la vida es lucha, superación, forja de ideales y aportación constructiva a la colectividad.

Aquel era el núcleo, acaso la razón de ser de cuanto irradiaba, el centro de la geografía, con aroma a pasteles caseros, juegos callejeros, austeridad en las formas y costumbrismo con predominio de la religiosidad, hasta que fueron rompiendo moldes y paulatinamente se fueron registrando avances que transformaron aquel núcleo, principalmente a raíz de la constitución de la asociación de vecinos "24 de junio de San Juan Bautista", un hito histórico, según escribe el autor que rinde tributo al barrio, a su barrio y a su gente, al vecindario, y dentro de este, a las mujeres que encontraron en la asociación y en sus actividades un canal de socialización, “aunque seguían las mayores teniendo todavía reparos para entrar solas a las bodegas”.


Costumbres rígidas, casi leyes no escritas, que tenían un largo recorrido hasta que otros usos sociales ponían un punto final para dejarlas en esa fase de la historia que alguien se encargará de memorizar.

“Creo que no hay mejor forma de contar algo que haberlo vivido”, dice el autor de forma que invita a los lectores a cruzar la calle Pescote y a añorar otras localizaciones, episodios, tradiciones y personajes. Es natural que Nicolás diga que ésta es una crónica muy personal, en la que exalta el carácter familiar de la vida callejera y en la que resalta la “fraternidad vecinal”, independientemente del sustrato ideológico, cultural, religioso o social de los residentes.

“Los vecinos -escribe- estaban llenos de alegría y vivían muy estrechos entre ellos. Existía una cultura de solidaridad, de auténtica vecindad. Los vecinos se ayudaban unos a otros. Las mamás proporcionaban víveres o especias a la convecina de enfrente, o a la casa colindante, para salvarla de apuros. Era una seña de identidad del núcleo poblacional”.

¿Era o no era poesía? ¡Cómo no iba a ser feliz Nicolás en ese hábitat! Una bodega, una panadería, una zapatería, las ventas de ambiente tan sugerente, la carpintería, los chorros de agua para el suministro público, el camión transformado en la guagua del barrio y hasta “el canal de mampostería que conducía el agua al molino”. Por todos esos sitios pululaban personajes populares, comúnmente identificados por sus motes o apodos. Por allí, por el campo de La Garrota, por el barranco, por La Torrita, anduvo González Lemus, testigo -más o menos activo- de la “guerra” entre la Villa Arriba y la Villa Abajo, a la sazón consumidor frecuente de un insólito bocadillo, el que preparaba su madre cuando abría el pan por la mitad “y se lo llevaba al cabrero para que ordeñara al ignorante animal directamente sobre él”. Un bocadillo delicioso -precisa- y una tradición que se mantuvo hasta principios de los años setenta del siglo XX.

No es para dar la razón a quienes afirman que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero con qué poco se conformaban los niños, los escolares y adolescentes de aquella época. Hoy en día ni todos los avances tecnológicos ni la fácil accesibilidad a los bienes de consumo satisfacen como entonces.

Nicolás, con este libro, salda la deuda con el barrio. Es una manera de decir. Es probable que más de un amigo o vecino compañero le pidieran, en cualquier ocasión, que lo escribiera. Cuando la manivela de la memoria echó a andar, todo fue cuestión de rescatar, de contrastar, de verificar y de comprobar que allí había algo más que fundamentos para una aportación bibliográfica, con la que se mitiga un vacío.

Los historiadores tienen que disfrutar cuando se adentran en el terreno del pretérito y del entorno más cercano, es decir, allí donde jugaron, aprendieron, convivieron, sufrieron y crecieron, cubriendo las etapas de la vida para quedarse allí o para encontrar otros destinos en donde hay licencia para la remembranza o para volver de vez en cuando y prolongar la añoranza.

Estas páginas de González Lemus reflejan la personalidad de la Villa Arriba, a la que no es ajeno pues vivió una etapa tan activa y dinámica como la que siguió a la constitución de la asociación de vecinos "24 de junio de San Juan Bautista". Ahí participa de un permanente comportamiento histórico y reivindicativo, de un proceso social y cultural que, en El Farrobo, registra la aparición del recordado Club Tauro y del periódico El Aguijón. Así se enriquecía el destacable pasado histórico de este núcleo poblacional.

“Efectivamente, entre los años sesenta y setenta en muchos jóvenes del barrio se despertó el interés por abrazar una forma diferente de vida, tanto en lo cultural como en lo social”, escribe el autor de La Villa Arriba. Lo hace con cierta ternura, describiendo la percepción y las aspiraciones, tan llenas de vitalidad. Fíjense con qué naturalidad:

“En los sesenta nos dimos cuenta que el mundo, por primera vez y precisamente en esos años, los jóvenes asumimos una identidad que no habían conocido nunca hasta ese momento. La nueva generación estudia (nuestros padres quieren garantizarnos una posición social mejor, por lo que hacen un esfuerzo para que estudiáramos), se hacen reuniones, se lee, se discute, se crean compromisos sociales y políticos -prohibido por el régimen de Franco- , se escuchan las novedades musicales que llegan, sobre todo del mundo anglosajón, se empieza a disponer de algo de dinero, se compran discos. Los Beatles y los Rolling Stones invaden nuestros gustos musicales. El momento lo podría definir como una nueva alegría de vivir, deseábamos vivir de un modo positivo y diferente en un mundo sin guerras ni desigualdades. La nueva generación que compartía la ideología pacifista. Nuestra generación quería participar de un modo activo, construirse a sí misma, determinar su propio futuro y elegir sus propios modelos, sin cambiar los de los adultos, los de nuestros padres, pero rechazando la concepción de la vida”.

“Those were the days” (“Qué tiempo tan feliz”), como nos cantara Mary Hopkin en una balada tan cargada de emotiva añoranza.

Nicolás González Lemus escribe un libro ameno, generacional, el libro pendiente para conocer las entrañas de algunos acontecimientos que ya tienen un soporte documental que los habitantes de la zona y los estudiantes manejarán con el mismo afán que caracterizó a quienes, de siempre, hicieron de la Villa Arriba, un motivación constante o permanente. Está escrito con el rigor exigible al historiador, quien ya sabe lo que es manejar fuentes de primera mano, las vivencias propias, la memoria, algunos escritos conservados durante décadas..., hasta acabar con la descripción de la nueva Villa Arriba, la que ya ha experimentado algunas determinaciones de planificación urbanística, hasta convertirse en una zona residencial más de La Orotava, en un barrio más de los muchos del municipio, donde la individualización -y no es un mal exclusivo- invade la convivencia, precisamente cuando la Humanidad está en soledad, inmersa el huracán de las comunicaciones.

Pero ese barrio tiene su historia, su poesía, su felicidad individual y colectiva, sus rasgos, sus amigos, sus personajes y González Lemus lo ha plasmado en su obra con atractivos suficientes como para que elijamos un poema del escritor uruguayo Mario Benedetti en el que habla de volver al barrio -Nicolás lo ha hecho- y que es válido para rubricar esta aportación. Dice así:

“Volver al barrio siempre es una huida
casi como enfrentarse a dos espejos
uno que te ve de cerca/ otro de lejos
en la torpe memoria repetida
la infancia/ la que fue/ sigue perdida
no eran así los patios/ son reflejos;
esos niños que juegan ya son viejos
y van con más cautela por la vida.

El barrio tiene encanto y lluvia mansa
rieles para un tranvía que descansa
y no irrumpe en la noche ni madruga;
si uno busca trocitos de pasado
tal vez se halle a sí mismo ensimismado/
volver al barrio siempre es una fuga”.

Por eso fueron felices Nicolás y los jóvenes de la Villa Arriba. Además, ya tienen su libro.

viernes, 20 de septiembre de 2019

MOTIVAR A LOS ELECTORES


Un fracaso de todos. Punto. Luego parecería bastante consecuente que los partidos políticos no perdieran mucho tiempo en argumentar quién tuvo más culpas para desembocar en una nueva cita con las urnas el próximo mes de noviembre, cita que nadie quería. La rigidez pudo más. El doble flujo de acusaciones y lamentos solo acentuaría el malestar creciente del electorado, una buena parte del cual se apresura a expresar una suerte de hartazgo que ojalá mitigue de aquí a la jornada electoral. Si la desafección hacia la política era evidente, ahora esta incapacidad de los partidos para entenderse y materializar una solución que propiciara la gobernabilidad del país, lo que ha hecho es aumentarla. No es país para gobierno, si se nos permite parafrasear el título de la película. Es país para asistir a contradicciones diarias y a frecuentes incongruencias en ámbitos políticos, como si no hubiera problemas ni apremios.
Así es normal que se eleve el desasosiego y que la desmotivación anide en amplios sectores de la ciudadanía. Luego, en vez de tirarse los trastos del bloqueo a los escaños y a los foros mediáticos, bueno sería que en los estados mayores de los partidos parieran discursos y estrategias con tal de recuperar a los desencantados y estimular, siquiera mínimamente, la ilusión. No es ponerse en plan drástico ni dramático pero la democracia -qué paradoja, después de los resultados y de los índices de participación de las últimas elecciones- vuelve a presentarse frágil. No peligrará pero la sucesión de coyunturas como la que nos ocupa la debilita hasta el tuétano.
Los partidos, todos los actores políticos deben ser conscientes de que la sociedad, cada vez más perdida en el huracán de las comunicaciones, precisa de estabilidad y de formulaciones viables. A esa sociedad, muy condicionada por caprichos inmovilistas y por carencia, entre otras cosas, de soluciones palpables que beneficien los intereses generales, le basta muy poco para erizarse y virar las espaldas a cualquier enrocamiento o determinación que refleje la incapacidad para dialogar, acercar posturas y propiciar una salida. Se enfada enseguida -si tiene ocasión, lo expresa- aunque quebrante la salud del sistema democrático. Con lo fácil que es, hoy en día, lucir una negativa.
Es esto, precisamente, lo que está en juego: la salud democrática. Que los jóvenes no se sientan atraídos -es asombroso el nivel de ignorancia en las respuestas de algunas encuestas televisivas- y que la gente confiese sus resabios porque se siente cansada y molesta pues ni resuelven sus problemas ni operan con flexibilidad para alcanzar acuerdos en los grandes asuntos, a sabiendas de que la democracia y la participación social son los canales adecuados para intentarlo, es preocupante. Todos deberíamos ser conscientes de que lo que cuesta decidir en democracia pero quienes tienen obligación de hacerlo han de ser consecuentes. Primer mandato pues tras el fracaso colectivo: motivar a los electores.

jueves, 19 de septiembre de 2019

POR FIN, ALGO DE LA UNIVERSIDAD POPULAR


Ayer se supo algo, por fin, de la Universidad Popular Miunicipal (UPM) 'Francisco Afonso'. Meses y meses sin una mísera consideración, reflejo, sin duda, del más absoluto abandono. El centro apenas ha interesado en partidos distintos a los que componen el actual gobierno municipal y estos, en la oposición hasta el anterior mandato, tampoco hicieron mucho que digamos para revitalizar el funcionamiento del centro y contrastar sus potencialidades como recurso para dinamizar materias que van de la educación y la cultura a la paticipación ciudadana. Ahora que se aproximan los cien primeros días del gobierno entre el Partido Socialista y la Asamblea Ciudadana Portuense (PSOE+ACP), hasta oportuno parece que alguien se haya acordado de poner el foco en un espacio que no se puede desatender de la forma tan lamentable que se ha palpado últimamente, como si se hubiera ganado el dudoso honor al olvido.
Bueno, el caso es que ayer fjue dado a conocer el propósito de una nueva andadura con la que se pretende consolidar la oferta de la UPM. Una oferta de cursos y talleres, en coordinación con la Asociación Canaria de Universidades Populares (ACUP) y la escuelas artísticas algunas de las cuales toman su base del proyecto originario de la UPM, pretende ser el reclamo para reactivarla. Se habla -y no está mal la idea- de abrir espacios a la autogestión y de potenciar las escuelas artísticas, es decir, estimular la creación participada. Aparentemente, resulta muy ambicioso eso de alinearse con la educación informal favoreciendo el que las personas participantes tomen las riendas de su propio aprendizaje. Da la impresión que se quiere experimentar: no está mal, a poco que haya metodología y seguimiento para sacar partido, a medio plazo, y profundizar sobre los resultados cosechados.
Idiomas, pintura, ballet clásico, la escuela de teatro La Recova y el Aula Autogestionada de Tallado Madera combinarán, según se informa desde el gobierno local, con cursos y talleres como yoga, pilates y apoyo y refuerzo educativo, además del desarrollo de cursos de idiomas, entre ellos el de español para extranjeros y el chino para niños y niñas, en colaboración con la asociación Dragón Rojo chino.
Habrá, por otro lado, tres escuelas artísticas: la de tearo “La recova”; la de pintura, con aulas abiertas a la ciudadanía propiciando un trabajo de tutorización de aprendizaje en esta materia y la de ballet, con una programación específica concebida para niños y niñas.
Hay que añadir el nuevo curso de la escuela de música, que goza de cierto predicamento en la franja norte de Tenerife, con su taller general y de movimiento y las especialifdades instrumentales, además de la formación musical complementaria.
Estos, genéricamente expresados, son los fundamentos para una revitalización. La UPM debe ser atrayente y convertirse en recurso social y cultural de primer orden. Se trata de cultivar el talento de portuenses de distintas generaciones y de facilitar condiciones para su formación. Y se trata de impulsar mecanismos de participación social que permitan hablar de sociedad sensible, dinámica y moderna.
Han dado un paso. No olviden que la caminata es larga.



miércoles, 18 de septiembre de 2019

RETOS TURÍSTICOS. ESTRATEGIA DE TRANSFORMACIÓN


Pues ahí están los retos que habrá de afrontar el sector turístico, dichos por un experto, Jorge Schoenenberger, socio director de Deloitte para los ámbitos de turismo, hoteles ocio y transporte en España, Europa, Oriente Medio y África. Las empresas deberían prestar mucha atención a estos planteamientos cuya materialización influiría sensiblemente en el desarrollo del sctor a lo largo de los próximos años.
Cuatro retos básicos: disrupción, hipercompetitividad, volatilidad y riesgos crecientes y futuro del empleo. Naturalmente, se requiere una estrategia de transformación para que las innovaciones sean de aplicación en toda la cadena de valor. En ese sentido, puede que estemos ante un momento determinante para medir la resiliencia del impacto de la tecnología, dado su alto componente humano, pero que, en todo caso, acabará afectando a ls prestaciones de los servicios.
Conozcamos algunos pormenores de los cuatro retos.
La disrupción alude a un proceso o a un modo de hacer las cosas que supone un ruptura o una interrupción brusca y que se impone y desbanca a los que venían empleándose. Esta disrupción lleva a Schoenenberger a la conclusión de que las empresas deben revisar sus propuestas de valor y potenciar su imagen de marca, de modo que deben aumentar su inversión en datos a fin de completar una oferta lo más personalizada posible. Esto implica, de alguna manera, un cambio de relación con el consumidor, por lo que las empresas debenerán esmerarse en la denominada Responsabilidad Social Corporativa (RSC) a fin de garantizar la necesaria sostenibilidad a largo plazo.
El ejecutivo de Deloitte explica que “es ya casi imprescindible acometer la necesaria transformación digital”. Ello es determinante para ganar escala y para asumir que las empresas del sector turístico han de afrontar la hipercompetitividad como una meta latente y constante. Aquí entraría una de las asignaturas más complejas y que tiene de cabeza a no pocos empresarios: la excelencia en la gestión de precios.
Un tercer concepto: la volatilidad y los riesgos crecientes. Jorge Schoenenberger es claro al afirmar que las empresas deben aprender “a gestionar la volatilidad porque estamos en medio de una tormenta perfecta generada por la incertidumbre del brexit, las tensiones entre globalización y localización, la guerra comercial con China y los desastres naturales” (a la que habría que añadir la probable subida del precio de los combustibles). La volatilidad de estas circunstancias aconseja a las empresas gestionarse con modelos flexibles, diversificar el negocio y protegerse contra los ataques de los ciberdelincuentes.
Llegamos así al futuro del empleo, el gran desafío pero también la gran incógnita. Atentos a las apreciaciones del ejecutivo de Deloitte:
La mayoría de los empleos que conocemos cambiará con la irrupción de la tecnología. Y eso que el sector está siendo más resiliente al impacto por su alto componente humano... Las empresas deben prepararse para los cambios , analizar qué puestos desaparecerán y cuáles nuevos se van a necesitar. Para ello es necesario contar con el compromiso del personal para prestar un servicio diferencial y gestionar el talento porque los directivos del futuro no serán como los del pasado. Necesitarán nuevas habilidades”.
Entonces, ¿qué hay que hacer? Ya se dijo: una estrategia de transformación, sobre todo si se quiere efectividad en la aplicación de de la innovación a toda la cadena de valor. Tal estrategia pasa por una digitaliación de todo aquello que sea susceptible de ser digitalizado; por el desarrollo de los denominados modelos de suscripción; por la personalización máxima; por la transparencia en la información; por un modelo de uso, dado que los ciclos de vida del producto se acortan y por la desintermediación, un hecho que seguro alimentará una considerable controversia ya que puede afectar sensiblemente al desarrollo del negocio turístico.


martes, 17 de septiembre de 2019

LECCIÓN DE UNA MADRE


Patricia Ramírez, la madre de Gabriel Cruz, el menor presuntamente asesinado cuyo juicio se está celebrado en la Audiencia Provincial de Almería, acaba de publicar una carta dirigida a los medios de comunicación en general que se convierte en un elemento importante para analizar y valorar la cobertura informativa de casos como este. En su momento, nos hicimos eco de la posición que la propia Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) mantiene al respecto.
En el texto, la señora Ramírez precisa que “algunos medios no están respetando adecuadamente el juicio y el tratamiento que este tipo de delitos necesita para que sea inquebrantable la sentencia, realizando juicios públicos paralelos, con expertos y retransmitiendo la información prácticamente en directo”.
Es el punto de vista de una madre que ha perdido la vida de su hijo. Es el dolor de una madre cuyo hijo ha desaparecido en trágicas circunstancias, amplificadas mediáticamente. Hay que respetarlo. Patricia Ramírez revela que no tiene fuerzas para asistir al juicio y rechaza las entrevistas que le han solicitado. “Me están obligando -señala- a salir como madre en el deseo primario de proteger a mi hijo haciendo aún más difícil nuestro transitar”.
La madre de Gabriel, que dio muestras de un gran equilibrio durante los días de búsqueda del cadáver de su hijo, está dando una lección de saber estar y de controlar sus emociones con rigor. Está pensando -escribe- en proteger la imagen de los menores y le asiste todo el derecho de manifestarse en esos términos. Su pensamiento al respecto es tajante: “Ruego, por favor, ya que ha quedado de manifiesto la necesidad y el derecho que tenemos como padres a que no se publiquen aquellos aspectos morbosos sobre cómo murió, retiren y no publiquen, ni repitan más cómo nos lo arrancó de nuestras vidas, en beneficio de titulares carentes de sensibilidad que aludiendo a su autopsia vulneran los derechos fundamentales destrozando la imagen de un menor, mi hijo de ocho años”.
Patricia Ramírez, finalmente, hace un ruego, lleno de contenido: “Les ruego, por tanto a los medios de comunicación de manera expresa que cumplan con esta sociedad y dejen de emitir información sobre cómo murió y el trato humillante que recibió. Los códigos deontológicos del periodismo son bien claros a este respecto y sólo tienen que aplicarlos”.
Dolor de madre. Toda una lección. Seamos consecuentes. Un respeto, no más.


lunes, 16 de septiembre de 2019

ALBA Y ROSELL


Hace unas pocas fechas, escribimos en nuestro muro de facebook, a raíz de la resolución del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) que condenaba al juez Salvador Alba, en su obsesión confabuladora contra la magistrada Victoria Rosell, como autor de delitos de cohecho, prevaricación y falsedad en documento oficial: “Qué poco edificante para la justicia que un juez vaya a prisión”. Lo es, aunque los más constructivos encuentran la salida de que lo ocurrido sirve para demostrar que el sistema, o la administración de justicia -tan mal considerada- funciona. O que no escapa nadie, ni los jueces.
Al juez Alba le han caído seis años y medio de prisión y dieciocho años de inhabilitación (cabe dudar que vuelva a ejercer), así como a indemnizar a su colega con sesenta mil euros por los daños morales ocasionados. No, por muy bien que esté planteada la apelación, por mucho que la sentencia sea desmenuzada y revisada, la naturaleza de los delitos cometidos revela un modo de conducirse del juez Alba bastante cuestionable e inaceptable.
Es un episodio triste y vergonzante en la historia de la Justicia democrática española y del TSJC en particular. Lo ocurrido, con las connotaciones políticas del caso, precisaba de una resolución contundente.
Porque Victoria Rosell se vio, en su momento, sensiblemente perjudicada. Recordemos que la diputada de Unidas Podemos por la provincia de Las Palmas tuvo que renunciar a la Diputación Permanente del Congreso después de que el Tribunal Supremo admitiera una querella que el ex ministro popular José Manuel Soria había presentado contra ella, apoyándose en un informe de Alba que ahora ha sido declarado falso. Soria, como se sabe, tuvo que dimitir al año siguiente. Una red de sociedades en paraísos fiscales tenía la culpa.
A Rosell le abrieron en su momento un expediente disciplinario del Consejo General del Poder Judicial, tras una denuncia interpuesta por un abogado a raíz de unos hechos ocurridos en noviembre de 2014, determinantes de una recusación por supuesta intervención de la juez en un procedimiento judicial por presunto fraude fiscal que la mayoría de los miembros de la Comisión Disciplinaria del Consejo consideró que no fue acreditado acreditada.
En mayo de 2017, escribíamos que la juez salía del laberinto. Ahora, recuperado ese escaño en la cámara baja, tiene razones para el talante desenvuelto con que se comportó en la siempre difíci prueba de Wyoming, en El Intermedio (La Sexta). Seguro que han sido años de sacrificio, de incertidumbre y de inestabilidad, tanto en lo profesional como en lo personal y familiar. Demostró no arrugarse cuando vinieron mal dadas. La metieron en una jungla, en uno de esos laberintos que no tiene fácil salida y en el que se corren riesgos de perder la carrera.
Pero la verdad, la sensatez, la rectitud siempre terminan imponiéndose.


sábado, 14 de septiembre de 2019

CINCUENTENARIO DE UNA BIBLIOTECA


Cincuenta años de una biblioteca. Citando a Borges, el arquitecto Carlos A. Schwartz, dijo que “la biblioteca perdurará”, acaso porque el sueño de todos los arquitectos sea precisamente ese: concebir y construir una. Lo hizo en 2009, cuando hubo que aprovechar el inmueble que dejaba la sede de los antiguos juzgados, en la calle Puerto Viejo, esquina a Pérez Zamora, en pleno centro de la geografía portuense.
Carlos estaba allí, recordando a su padre 'ranillero', orgulloso de su donación de tres hermosas fotografías, fruto de su otra gran pasión, y de una cuarta de gran tamaño, 'El bosque oscuro de Yorkshire', que se podía contemplar allí, en la sala Gloria Fabrellas Cartaya, presente, primera bibliotecaria que da nombre a una de las dependencias de la biblioteca pública municipal cuya denominación es un tributo permanente a uno de los grandes literatos nacidos en el municipio, Tomás de Iriarte. A Schwartz le dio tiempo de homenajear a Pérez Minik al explicar los antecedentes circunstanciales de sus fotos El bosque y La caverna, desvelados cuando hace diez años dio a conocer el proyecto.
Las mujeres, algunas ex concejalas, se emocionaron y el calor sofocante presidía el primer acto del cincuentenario que hoy tendrá continuidad con una cuentacuentos para niños y una suelta de libros. Quieren alargarlo, naturalmente, con más convocatorias y con más testimonios, como el de uno de los celosos responsables de la biblioteca, Fernando Viale Acosta, quien condensó la historia de estos cincuenta años, de sus tres sedes y de sus avatares. Matilde Perera, otra celosa responsable, siguió atentamente el desarrollo del acto mientras cubría su jornada laboral y el centro seguía funcionando.
Claro que la biblioteca perdurará, Carlos, mientras haya personas así y usuarios demandantes de obras de todos los géneros y de todos los autores. Mientras quede un hueco en la memoria para recordar a Isabel Acosta y las nuevas prestaciones sean accesibles pese a los retrasos y los vaivenes político-burocráticos. Esa es la nueva dimensión, la vitalidad de la nueva y moderna biblioteca, no solo el afán de leer, de intercambiar libros y de consultar los fondos, siquiera para descubrir que alguna obra no es prestable.
En la actual sede de la biblioteca municipal “Tomás de Iriarte” también se han registrado problemas de apertura, como escribimos en febrero de este mismo año. Pero no es cuestión de amargar el cumpleaños, máxime cuando Viale recordó la distinciones que el centro habría recibido en la convocatoria de la decimonovena Campaña de Animación a la Lectura María Moliner 2018, con el proyecto que firmaron él mismo, Matilde Perera y Ritcher Carrillo con un sugerente título, “Amor entre renglones y pentagramas”. Se trataba de un cuádruple objetivo: animación a la lectura, la eficiencia de la labor bibliotecaria, la integración social en su comunidad y el uso de las nuevas tecnologías. El jurado valoró, precisamente, la eficiencia en la administración de los recursos de la biblioteca así como el esfuerzo realizado en función de tales recursos disponibles, la colaboración con centros educativos y otras entidades con los diferentes agentes socioculturales del municipio, además del fomento de la convivencia intercultural. La distinción otorgada sirvió para mitigar el sufrimiento y el desasoiego, los cierres, siempre reprobables, Y para demostrar que cuando se pone empeño, es posible sortear imponderables.
Ahora, la biblioteca cumple medio siglo, Hay que congratularse, a sabiendas de que, pese al salto cualitativo dado con el traslado, aún hay mucho por hacer. Y es que para que perdure, hay que enriquecerla. Si es posible, todos los días.
Felicitaciones!


viernes, 13 de septiembre de 2019

LANCELOT, LANZAROTE


Para empezar: conjunción de los astros mágicos (Espinosa y Manrique) para hacer honor al surrealismo y desvelar que los profesores Nilo Palenzuela y Francisco Galante impartieron sus primeras conferencias, por separado, hace yá décadas, en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), lleno para seguir atentamente la descripción, la identificación, le evolución, la creación, la transformación y el compromiso con la isla, Lancelot, Lanzarote, allí donde el exotismo se desborda y donde el viento envuelve sus valores. Y donde Espinosa y Manrique, dotados de una fecunda capacidad creadora, en épocas diferentes, se esmeraron para construir un universo que se anticipó a sus respectivos tiempos y enseñoreó su naturaleza y su paisaje, como se encargaron de plasmar y exaltar en sus obras.

Es el año espinosiano, según decisión del Gobierno de Canarias, el del ochenta aniversario del fallecimiento del escritor y el del centenario del nacimiento del artista. Está presente Agustín Espinosa Boissier, hijo del literato, quien apura su intervención final para dar las gracias, después de haber escuchado por enésima vez los elogios a la fascinación de la producción literaria de su padre y los perfiles críticos de su obra.

Los cadedráticos de la Universidad de La Laguna (ULL), Palenzuela y Galante, se lucieron en una exposición conjunta que acreditó un conocimiento exhaustivo de la vida y obras de los dos genios. Desglosaron literatura, arte y pensamiento. Un acierto, desde luego, la selección y el enfoque, presentación del profesor y crítico Celestino Hernández incluida. La palabra clave en ambos y para ambos es crear. En efecto, pusieron en marcha una genuina máquina creadora que el tiempo, pese a tantos imponderables, mantiene en funcionamiento.

Así, para Palenzuela, Agustín Espinosa es el escritor más audaz del siglo XX. Cuando llega -uno de sus destinos, es el de profesor de Literatura en el instituto de enseñanza media de Arrecife que hoy lleva su nombre- hace una especie de guía integral de Lanzarote. Echa mano de la memoria, bajo las coordenadas estéticas de la época, para urdir un discurso que dé solidez a su propósito. Cuando una edición de Crimen, al cuidado del profesor Palenzuela, no hubo duda para elegir el gráfico de la portada, original de Óscar Domíngez.

Crear, crear, crear... Una obsesión para Espinosa y para César Manrique de cuya trayectoria, vital y artística, se ocupó Francisco Galante. El nexo común, pese a las épocas diferentes, es la naturaleza. Si Espinosa produce una literatuta fascinante, Manrique eleva el listón artístico de la originalidad en su interpretación de la singularísima naturaleza. Galante precisa que hay en César un antes y un después de su viaje a New York, en 1966, especialmente en lo que a obra pictórica se refiere. Su primera exposición, dedicada a la flora canaria, data de 1942. Pero entonces ya Manrique concibe proyectos espaciales y urbanísticos de modo que Arrecife esté orientada al Atlántico. En la ciudad norteamericana, se acerca a las vanguardias y se interesa por los discuros estéticos que allí vieron la luz. Hasta que descubre objetos e imagina cómo intervenir en la naturaleza. Surge entonces el César dinámico y transgresor y aunque el suyo sea un proyecto inacabado pues él es parte de la Naturaleza (“...el tubo volcánico me habla...”), propone una transformación total de la isla. Según Galante, César se empeñó “en una reconversión total del espacio en beneficio de sus usuarios”. Por eso mismo, con todo repeto, se atrevió a decirle al alcalde portuense, Marco González, también presente, que “el Lago está considerablemente degradado”.

Hubo tiempo para aludir a que entre la primera obra manriqueña, Los jameos del agua, y la última, El jardín de cactus, alfa y omega de su creación, rescatando vertederos, esparcida por Canarias, hay una trayectoria que Agustín Espinosa, seguro, hubiera elevado a saludable, fascinante y eterna escritura propia, en consonancia con el más audaz surrealismo. Lancelot, Lanzarote.