Desde el distribuidor de la autovía, próximo
al antiguo empaquetado, la visión es desoladora. Quienes circulan a diario
-hablamos de una de las carreteras más transitadas de la isla- ya se han familiarizado:
es una prolongada estampa de abandono, acentuada por los muros de piedra
exteriores, ya concluidos. Turistas que hayan repetido visita durante los
últimos años, impresión negativa que habrán almacenado. Ciudadanos que pasan,
ven, mueven la cabeza o se preguntan qué pasa con esto o cuándo lo terminarán,
descontento y crítica servida en bandeja.
Porque
es demasiado tiempo, en efecto, el de las obras inacabadas de ampliación del
Jardín de Aclimatación de La Orotava, popularmente conocido por Jardín
Botánico, el segundo en antigüedad de toda España cuyos orígenes hay que situar
en el reinado de Carlos III. El Jardín es resultante de las actividades
desarrolladas durante la Ilustración o el Siglo de las luces. En un
interesantísimo trabajo, el que fuera jefe de la Unidad de Botánica del
recinto, Arnoldo Santos Guerra, revela que la Real Orden para el
establecimiento fue firmada en el palacio de La Granja (Segovia), fruto de las
gestiones hechas por Alonso de Nava y Grimón, apoyadas por el ministro de
Justicia, Porlier Sopranis. Al fallecimiento de Carlos III, la memoria y los
planos de que se disponía fueron remitidos por Nava a la Corte para el
emplazamiento definitivo y la construcción del Jardín, hasta que fueron
aprobados por el sucesor, el Rey Carlos IV.
En
la historia más reciente hay que consignar el uso deportivo transitorio, la
utilización como helisuperficie, la preservación en los respectivos
planeamientos de los terrenos para la concreta finalidad de ampliación y la
realización del proyecto mediante consignaciones plurianuales en los
Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma y de otras instituciones
públicas. Pero tal realización ha quedado incompleta, por lo que, de la misma
forma que lo reivindicamos en su día como recurso científico-turístico, e
impulsamos la viabilidad de la actuación (1999-2003) con el extraordinario
apoyo de quien fuera excelente director general de la consejería de Agricultura
y Pesca del Gobierno autónomo, Manuel Fernández Galván, ahora planteamos la
necesidad de desbloquear las obras paralizadas que, según hemos sabido en el
Consorcio de Rehabilitación Turística, consistirían en la dotación de
vegetación a la zona circundante al área de agua y en la habilitación de la
conexión de acceso desde el recinto original. Quedan también los equipamientos
del centro de visitantes y de los servicios interiores complementarios para los
que se ha pensado en una gestión externa. Las intenciones que se tienen son las
de poner en funcionamiento el nuevo Jardín durante el primer semestre del
próximo año.
Ojalá
fructifiquen los propósitos. Con tal de no extender la estampa de parálisis y
abandono, tan visible desde la autovía, hasta se agradecería que las obras
pendientes se reanudaran.
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