Entre el pesimismo enquistado y la desacostumbrada
información sobre la situación laboral del municipio, los datos publicados en
Diario de Avisos de hoy abren una ventana reparadora. Fuente: el Servicio
Público de Empleo del ministerio de Empleo y Seguridad Social. Según sus
registros, el Puerto de la Cruz se convierte en el municipio que, durante los
primeros nueve meses del año, genera más contratos en el sector servicios,
industria y construcción del norte de Tenerife, con una media de 1.531 nuevas
contrataciones al mes. En términos totales, en el mismo período del presente
año las contrataciones alcanzan la cifra de 13.780. A escala provincial, el
Puerto se sitúa en un quinto puesto en lo que concierne a la creación de
puestos de trabajo en los distintos sectores, pero muy especialmente en el
ámbito turístico.
Dicho así, hay que congratularse. Si los índices de ocupación
conocidos en su día se contrastan con el movimiento y la ambientación en calles
y plazas, hay un repunte de la actividad económica y un aumento del consumo que
son hechos positivos. Otra cosa será comprobar la calidad de ese empleo creado,
si estamos en la tónica de la precarización habitual o por el contrario hay una
tendencia a la estabilidad o la fijeza en función de rendimientos empresariales
y de expectativas del negocio turístico a corto y medio plazo.
Según la firma ‘Turismo de Tenerife’, el número de visitantes
alojado en la ciudad durante el pasado mes de septiembre se incrementó un 4,4%
con respecto al mismo mes del año pasado. Buen dato, claro que sí, que viene a
confirmar una cierta recuperación cuyas causas conviene analizar sin euforias
ni apasionamientos. Es decir, si nos estamos beneficiando de la situación de
inestabilidad social en ciertos destinos; si los registros de ocupación
obedecen a excedentes del área sureña insular; si las acciones que se están
llevando a cabo están siendo tan atractivas como para realmente captar nuevos
segmentos de clientes.
Parece importante, en cualquier caso, que el sector privado
despierte, que empiece a moverse sin estrecheces y que consolide su capacidad
de iniciativa para hacer valer su peso en el conjunto de la productividad
económica de la ciudad. Es el momento de que ese análisis comporte no solo el
aprovechamiento de recursos sino las repercusiones en determinados mercados. Es
también momento para reflexionar sobre los precios, para estudiar a fondo si
otra política es posible, revalorizando así un producto que tiene mucho de
aprovechable con su historia, su madurez y su experiencia, pero también con una
voluntad de innovación y cualificación que ahora parece despuntar.
Muy interesante y certero artículo.
ResponderEliminarCreo que cualquier rayo de luz hay que encauzarlo hacia el empleo. A pesar que lamentablemente los datos de empelo deben redundar en la precarización del mismo.
Un cordial saludo,
A. Peraza