...Y ya han
pasado treinta años. Un suceso fatídico marcó para siempre la historia. La
vida, en cualquier caso, no siguió igual. Pero acontecieron más cosas en aquel
septiembre de 1984, tan dramático y esperanzador a la vez.
El voraz incendio de La Gomera se cobró
veinte vidas, entre ellas la del gobernador civil de la provincia y ex alcalde
del Puerto de la Cruz, Francisco Afonso Carrillo, un político carismático que
se había ganado, por encima de ideologías, el afecto y la simpatía de muchísima
gente. Aquel mediodía del 11 de septiembre, en las cercanías de Agando,
quedaron otros servidores públicos, voluntarios, excursionistas y jóvenes a los
que el fuego, en un repentino cambio de viento, envolvió sin remisión.
Digámoslo una vez más: fue una tragedia.
El mes se había iniciado con deporte y
belleza, con el triunfo de Italia -España quedó tercera- en el campeonato de
Europa junior de waterpolo, disputado en la piscina deportiva portuense. Fue
una cita decisiva para el impulso de la disciplina en la ciudad y en la isla,
que llegó a tener un representante en la división de honor durante varias
temporadas. Y el concurso de guapas, misses Tenerife y Atlántico, se saldó con
los triunfos individuales de Oceanía Castilla e Isabel Santana,
respectivamente.
En coordenadas políticas, el gobierno
municipal, en un saludable ejercicio de transparencia, daba a conocer que la
deuda del Ayuntamiento se elevaba a entonces a ochocientos un millones de
pesetas. La financiación se complicaba al saberse en aquellos días que el Fondo
de Compensación Interterritorial disminuiría en un 1,6%. La exigua
representación de Alianza Popular, en el la oposición, pidió una auditoría. Mientras
eran aprobados tres padrones municipales de contribuyentes y eran abiertas al
tráfico, tras pesadas obras, las calles Cupido, Pérez Zamora y Nieves Ravelo,
se conocía que en agosto habían entrado en el complejo ‘Costa Martiánez’ doce
mil cuatrocientas setenta y tres personas más que en el mismo período de 1983.
La Universidad Popular Municipal (UPM),
con más programas, cursos y materias, se prepara para su tercer curso lectivo.
El Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) conmemoraba, con un apoteósico
festival folklórico, su vigésimo aniversario. En una fiesta de la cerveza, se
consumieron más de tres mil litros.
Pero el incendio lo asoló todo. Sin
percibir aún su dimensión, apareció el cadáver de un empresario francés, Jean
Paul Raguet, en las inmediaciones del Taoro. Nunca fueron esclarecidas las circunstancias.
Fueron días de luto y consternación, con testimonios desgarrados aparecidos en
los periódicos. Tras ellos, se inició el undécimo Congreso de la Sociedad
Española de Bioquímica, una de las ciencias del futuro. Un homenaje popular al
maestro Jesús Hernández Martín quedó pospuesto a diciembre. Fallecía un gran
deportista portuense, campeón de España de natación, Fermín Rodríguez. En las
últimas fechas, Los Panchos cosechaban un gran éxito con una nueva actuación en
la ciudad. Ya se hablaba de las primeras cifras del proyecto del parque
marítimo, unos novecientos millones de pesetas. Se iniciaba el contencioso del
Ayuntamiento con los vendedores ambulantes. El concejal portuense Miguel Ángel
Díaz Molina fue designado director territorial de Deportes del Gobierno de
Canarias, en tanto que las subidas en las tarifas de algunas ordenanzas eran
contestadas por los ciudadanos.
Al cabo de treinta años, ¡qué
septiembre el de aquel 1984!
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