Entre las secuelas de las
elecciones autonómicas del pasado domingo en Catalunya figura la cobertura de
las cadenas televisivas. Cuando se han conocido los ratios de audiencia, la
respuesta del presidente de RadioTelevisión Española, José Antonio Sánchez, ha
sido muy llamativa: “Hay asuntos que interesan más o menos a los espectadores.
En la noche electoral, ganó Tele 5, con Gran Hermano”.
Llamativa y sorprendente, de modo que un senador catalán,
Jordi Guillot, tratando de reponerse, señaló: "Estoy
estupefacto con su respuesta si se trata de servicio público, como es la
información, ¡cómo puede ser que ustedes tengan un 6,6 [de share]frente
a un 8,9 de Antena 3, y un 12,2 de La Sexta? Ustedes han perdido un 42 por
ciento de audiencia en los informativos, y eso ocurre cuando se cambia
información por propaganda; ustedes manipulan y pierden credibilidad, y los
datos son incontestables".
Sánchez no dio el brazo a
torcer, tal es así que recalcó sus apreciaciones: "Se ha realizado una
cobertura excelente". "La credibilidad de los informativos se ha
asentado y acrecentado"; "los telediarios demuestran su credibilidad
terminando su emisión con muchos más espectadores que al inicio"... y un
largo etcétera de cifras.
Pero la realidad es que
RTVE volvió a perder la noche electoral. Y eso es lo que de verdad debe
preocupar a sus responsables, al prolongarse una línea trazada desde
convocatorias anteriores. Deberían estar reflexionando si ello es fruto de una
progresiva pérdida de credibilidad. Pero todo da a entender que las inquietudes
y las prioridades son otras. ¡Qué lástima!
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