Una
de las tendencias del periodismo del futuro es el que se va a hacer
-en realidad, el que ya se está haciendo- desde los dispositivos
móviles. El Informe Anual de la Profesión Periodística 2015,
elaborado por la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) tras
encuestar a unos veinte mil periodistas de toda España, dedica un
apartado a lo que todavía no puede considerarse una modalidad, pero
que lleva camino de convertirse en un soporte para la información.
Es el periodismo desde y para el móvil, dadas la rapidez y la
facilidad con que se expande entre la sociedad y en prácticamente
todos sus estratos.
Vayamos
acostumbrándonos, por tanto, al periodismo móvil, válido para la
cobertura de cualquier acontecimiento siempre y cuando se cumplan
determinados códigos de planificación que son indispensables para
lograr un producto informativo creíble y de calidad. El citado
informe alude a la investigación hecha por la periodista
grancanaria, responsable de nuevas narrativas periodísticas de
Unidad Ediorial, Carmela Ríos, autora de una guía de periodismo
móvil que tituló Cómo el =15M cambió la información, en
la que plantea cuál es el lenguaje más adecuado que hay que emplear
y cuál será la plataforma idónea para darlo a conocer.
En
el periodismo móvil -dice Ríos- y a través de Twitter, “es
posible reproducir en pequeño todas las narrativas presentes en los
grandes medios: el texto corto, los microvideos, la fotografía”.
Como quiera que, según se va contrastando, actualmente existe ya
bastante más información sobre cómo realizar esta modalidad de
periodismo que sobre cómo se consume esta información desde
dispositivos móviles, la periodista cree que “la contextualización
no es un problema: solo exige unos hábitos diferentes, puesto que
siempre es posible en los tuits agregar
contenidos, vincular páginas web,enlazar
a reportajes anteriores, al propio medio o a otros medios nacionales
y extranjeros”.
Es
cierto que una gran mayoría de los periodistas encuestados, según
consigna el Informe de la APM, más del 84 por ciento, descarta que
la utilización de los móviles genere una especialidad profesional
propia; en otras palabras, lo aceptan (el 15,9 por ciento) como un
soporte más, integrado con otros medios. Los consultados, por
cierto, se reparten, casi a partes iguales, entre los que declaran
tener experiencia en su utilización para elaborar y distribuir
información y quienes no la tienen.
En
este sentido, debemos también prestar atención a la posible
influencia de las narrativas digitales en el futuro del trabajo
periodístico, por la que se preguntó en el estudio demoscópico que
sustanció el Informe 2015 de la APM. Un 73,2 por ciento cree
que el periodista deberá dominar diferentes lenguajes para poder
elaborar en solitario contenidos multimedia, en tanto que un 26,8 por
ciento vaticina que el periodista trabajará en un equipo de
especialistas donde cada uno dominará uno o varios de esos
lenguajes.
Con
todo, la tendencia avanza difícilmente contenible: periodismo desde
y para el móvil.
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