En el debate sobre las
tendencias de la comunicación presentes y futuras, surge la cuestión de la nota
de prensa. Si, de facto, ha muerto; o si sigue teniendo valor. Alguien va más
lejos y se pregunta si ha muerto la susodicha.
Nos alineamos con quienes creen en su utilidad y en su
vigencia. En muchos ámbitos y aspectos, sigue siendo necesaria. La nota de
prensa tiene que ser una fuente de referencia, especialmente para determinado
tipo de medios. A partir de ella, pueden trabajar con certeza y dispensar al
hecho noticioso el tratamiento periodístico que se quiera.
Eso sí, la nota debe ser esencialmente informativa, estar
bien redactada, ser clara y contener elementos esenciales. Las exigencias de
los medios y de los consumidores de productos periodísticos obligan a cánones
de eficacia, utilidad y personalización. Y es que los envíos masivos, como
fórmula de transmisión informativa aprovechando adelantos tecnológicos y costos
baratos, han mermado su valor y, si nos apuran, su credibilidad misma.
Pablo Herreros, de “Goodwill Comunicación” admite que “la
nota de prensa no ha muerto como soporte”. Y explica que hay que seguir
confeccionándola “para que el periodista tenga de dónde tomar los datos
principales de lo que quieras contarle”. El símil de Herreros es ilustrativo:
“La nota ya no es una llave que abre cerraduras sino un reloj que, guardado en
un cajón adecuado, sirve para que los periodistas miren en él el dato que
buscan”. Y ya que lo emplea, piensa en un modelo como el iWatch, esto es, lleno de información, con multiplicidad de enlaces
para ampliar, facilitar la transmisión y el acceso en tiempo real, así como
para contactar con agilidad con portavoces y el mismo medio.
Según este autor, en cualquier caso, la nota de prensa ya no
es la herramienta por antonomasia. En un mundo que se desenvuelve a velocidad
de vértigo, en una sociedad atiborrada de conductos mediáticos audiovisuales y
digitales, “una nota de prensa tradicional tiene poco sentido”, remata Sergio
Cortina, uno de los expertos en comunicación de la firma “Tinkle”, quien
critica la escasa propensión a la actualización del formato.
Cortina se esfuerza en aportar soluciones e incide en la
personalización como uno de los valores para que la nota perviva o no muera del
todo. Una sugerencia, bien transmitida personalmente, debe producir efectos
interesantes hasta estimular el trabajo del redactor. “Como periodista -dice el
experto- quiero recibir en mi correo cosas útiles y mucho más si hablamos de
informaciones que, en la mayoría de los casos, no he solicitado expresamente”.
De ello hay que interpretar que en la comunicación hay que
ser creativos. Los cargos públicos per
se, los gabinetes de compañías privadas e instituciones públicas han de
esforzarse en crear, en dotarse de originalidad si escogen la nota de prensa
como fórmula informativa o de comunicación. Se debe llamar la atención de los
periodistas y cultivar con lealtad recíproca esa relación personal hasta
conseguir el éxito, mejor dicho, el mejor resultado posible. Para lograrlo hay
que huir de tópicos y envíos masificados.
Lo dicho: la utilidad y la eficacia de la nota merecen un
esfuerzo continuado de cualificación y superación.
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