Será el próximo verano cuando
se empiecen a notar los efectos de las promociones, presentaciones y gestiones
llevadas a cabo en la pasada edición de FITUR, sobre la que se sigue hablando,
por lo general, en tono encomiástico. Ya se sabe que cada cuenta la feria según
le va pero lo cierto es que casi todos coinciden en que fue muy positiva, que
sus productos impactaron y que por su destino se interesaron hasta los de más
lejanas latitudes.
Entre las impresiones y balances de FITUR hay un post muy
interesante del bloguero y especialista en diseño gráfico, miembro de la
Federación Internacional de Periodistas y Escritores de Turismo (FIJET), Momo
Marrero, quien ha ido especializándose en asuntos de naturaleza turística que
desglosa en tono crítico, mesurado y poco dado al triunfalismo.
Marrero reconoce que España “es el destino de moda por
méritos propios pero también por las desgracias ajenas”. Y alude a la situación
de los competidores mediterráneos más cercanos, con sus cuitas y su estabilidad
interna. El abandono de algunas firmas especializadas de distintos países y el
descenso de la afluencia turística a Marruecos (un -1% en el acumulado hasta
agosto y un -11,5% solo en ese mes) son hechos reveladores de los “réditos” -y
no hay más remedio que entrecomillar el término- obtenidos por España.
En FITUR/16, que cerró con el mejor resultado de su historia
(más de doscientos treinta mil visitantes, esto es un crecimiento del 6%), por
lo visto, continuaron fraguándose operaciones de compra-venta de establecimientos,
algo que en medios turísticos sigue interpretándose como una prueba de
negocios, expectativas y oportunidades interesantes.
Pero acaso del post de Marrero sobresalgan algunos datos y
porcentajes contrastados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el
barómetro de la Organización Mundial de Turismo (OMT). Veamos:
España, con registros que son récords, mantiene la tercera
posición en el ‘ranking’ mundial de llegadas de turistas internacionales,
detrás de Francia y Estados Unidos.
Canarias
presenta la mayor ocupación a escala nacional en el mes de diciembre con una
media del 71%.
Las
pernoctaciones crecieron un 4,4%. Las de los viajeros residente aumentaron un
5% y las de los viajeros del no residentes, un 8,5%. Este último apartado lo
encabeza Canarias, con el 55% del total de las pernoctaciones en diciembre.
El
Índice de Precios Hoteleros (IPH) se sitúa, al cierre del ejercicio 2015, en el
5%, con una subida de 4,2 puntos con respecto al año anterior. Canarias también
se sitúa en cabeza de este capítulo, al incrementarse un 6,3% de tasa anual.
La
Facturación media diaria por habitación ocupada (ADR) subió un 4%, en tanto que
el Ingreso medio diario por habitación disponible (RevPar) de los hoteles
españoles aumentó un 11,5%.
Como se
puede apreciar, indicadores de bonanza, aunque hasta los más optimistas admiten
que es coyuntural dada las adversidades de países competidores. Ello hace que
reincidamos en una idea: es el momento de enriquecer la estrategia del destino,
de cultivar los valores que contribuyen directamente a la fidelización de los
clientes y visitantes y de innovar y cualificar para ganar el futuro. De eso se
trata.
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