Pues
la frase será incierta, o mejor dicho, nunca la pronunció Fidel Castro, pero se
ha cumplido al pie de la letra. Se la atribuyen desde 1973, por lo que podría
hablarse de una premonición: “Estados Unidos vendrá a dialogar con nosotros
cuando tenga un presidente negro y haya en el mundo un Papa latinoamericano”.
Pero el comandante jamás se manifestó en esos términos.
Tampoco lo hizo Alfonso Guerra, a
propósito de “el que se mueva no sale en la foto”, frase que servía para
aplacar movimientos disidentes internos, en especial a la hora de confeccionar
candidaturas. Y nadie ha precisado dónde y cuándo lo dijo, pese a lo cual, se
sigue insistiendo.
El caso es que, en el contexto de la
histórica visita del presidente Obama a Cuba, han rescatado el aserto apócrifo
hurgando en sus probables orígenes hasta el desmentido final. Un escritor
argentino, Pedro Jorge Solans, publicó un artículo hace un año en Eldiario, haciéndose
eco de un relato que le traslada el entonces estudiante universitario y
actualmente taxista cubano, Eduardo de la Torre. Según su testimonio, Castro habría dicho la frase en una
conferencia de prensa, tras una pregunta del periodista británico Bryan Davis.
En el verano del pasado año, fue
publicada como cierta, pero no consta en publicación alguna ni en hemeroteca.
Ni hay otra fuente. Es más, del periodista británico, si existió, nunca más se
supo. No hay rastro del vaticinio antes de diciembre de 2014, cuando Estados
Unidos y Cuba anunciaron su intención de restablecer relaciones diplomáticas. O
sea, el proceso perfecto: al final, nadie fue. La frase brotó sola. Y se
publicó sola. Y trascendió sola. Y ha estado vigente hasta que, en plena visita
del presidente Obama, ha sido desmentida.
Han terminado diciendo que fue un
chiste, una ocurrencia. De un supuesto diálogo entre Fidel Castro y Ché Guevara
¡en 1961!, en el que Castro, a la pregunta del guerrillero, “¿volveremos a
tener relaciones diplomáticas con los yankies?”, contestó: “Eso solo será
posible el día en que el presidente de los Estados Unidos sea negro y el Papa,
argentino como tú”.
Mucha imaginación, desde luego.
Parecería imposible que un ciudadano de color presidiera la nación más poderosa
del planeta y que la Iglesia católica tuviera
pontífice de origen latinoamericano. Ya vemos que no: los dos hechos son
constatables. Alguna conjunción de factores ha cristalizado como una de las
premoniciones más celebres que en el mundo han sido.
¿Cuántos se la creyeron?
¡Seguramente muchos lo hemos creído !!!
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