Al actor español Willy Toledo
le han cerrado su cuenta de una red social (Facebook) después de
haber escrito varias descalificaciones (digamos gruesas) dirigidas al
atleta cubano nacionalizado español, Orlando Ortega, quien había
ganado una medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Río.
“Gusano” y “pobre hombre” son, entre otras, expresiones
proferidas por Toledo que terminó cagándose en la medalla olímpica.
Varias ideas. Una: el actor
empieza a ser más conocido por su incontinencia verbal que por su
propio trabajo. En su día, arremetió contra el televisivo Frank
Cuesta y contra la alcaldesa Manuela Carmena. Allá Toledo si aspira
a ser un buscador de polémicas, está en el ejercicio de su libertad
de expresión; pero que sepa que tantas lindezas dialécticas
terminan encontrando replica. Quede para sus adentros si tiene
necesidad de recurrir a ellas para subsistir o para mantener niveles
de notoriedad. Pero que se gana antipatías y repulsión, seguro.
Dos: la “sanción” de
Facebook. Un mes sin cuenta, un mes sin poder escribir nada. Es de
las primeras veces que sucede. Es como si fuera un mensaje: cuidado,
feisbuqeros, no
todo vale. O todo tiene un límite. Los administradores de las redes
hacen bien en velar por valores tan elementales como el respeto. En
el gran debate abierto sobre el papel de las redes, el caso de Toledo
se pondrá como ejemplo de lo que puede ocurrir. Autores y estudiosos
creen que las redes son el refugio del insulto, de la mentira y de la
calumnia. Y entonces, la onda expansiva de la comunicación de la red
empieza a desvirtuarse por estos efectos colaterales.
Tres: es lógico que algunas
cosas, algunos dichos, algunos epítetos o algunas descalificaciones
no queden impunes. Se dirá que para eso están el Código Penal y
los tribunales. Pero no es eso: se trata de considerar y respetar. De
eso está muy necesitada la sociedad de nuestros días, bastante
harta de absurdos y manifestaciones públicas que transgreden las
líneas, no rojas, de la normalidad.
No,
si tenía razón aquel personaje de serie televisiva:
un-poquito-de-por-favor.
Totalmente de acuerdo...
ResponderEliminar