Hubo
una noche en que el campo 'El Peñón' del Puerto de la Cruz acogió
un encuentro amistoso entre dos escuadras europeas, como si de una
confrontación de Champions o Copa de Europa se tratase. Fue la noche
del 30 de enero de 1987. Se han cumplido pues treinta años de aquel
auténtico acontecimiento futbolístico.
Fue
la noche en que midieron sus fuerzas Bayern Leverkussen, de Alemania,
que vistió todo de blanco, y PSV Eindhoven, de Holanda, que lució
uniforme azul. Las respectivas plantillas hicieron un 'stage' en la
ciudad turística, alojándose en el realejero hotel 'Maritim',
aprovechando el parón invernal de sus respectivas ligas domésticas.
Fue el primer ensayo del gobierno local de entonces (presidido por
Félix Real) para intentar captar turismo deportivo. Se pensaba en
nuevas y mejores infraestructuras para mejorar la oferta y encuentros
como aquél eran, sobre el papel, muy estimulantes dada su
proyección.
La
organización estuvo coordinada entre el Patronato Municipal de
Deportes y el citado establecimiento. Con las localidades a 600
pesetas para hombres y 300 para mujeres, la recaudación ascendió al
millón y medio de pesetas. Numerosos turistas de las respectivas
nacionalidades de los contendientes. Lleno total en la vieja cazuela
portuense, que ya disponía de césped (Precisamente, la primera gran
crisis de la cancha de hierba se produjo como consecuencia de los
intensos entrenamientos que durante unos quince días realizaron allí
los equipos extranjeros).
Algunas
figuras de renombre en las dos formaciones. Entre los neerlandeses,
el meta Van Breukelen, el defensor Gerets (internacional con
Bélgica), el gran Ronald Koeman y Ruud Gullit, quien luego brillaría
no solo en su formación nacional sino en el rutilante Milan
italiano. También jugó Willy van de Kerkhov, uno de los dos
cambios. Con la escuadra alemana, el portero Vollborn, el defensa
Zanter, Reinhhardt, el danés Nielsen, el centrocampista Halzidis y
los atacantes Waas y Heusmann. Entre las cinco sustituciones germanas
tras el descanso, la de Gotz por Malzidis.
Carlos
Luis Chevilly redactó para Diario de Avisos la
crónica del encuentro que finalizó con empate a un gol. “Llenazo
y espectáculo en El Peñón”, fue el título de su trabajo que
recogía hasta cuatro fotografías del choque. Lo arbitró el
colegiado alemán de Primera división e internacional Paul Nolie,
que había acudido al Mundial de México de 1986 como auxiliar.
Se
adelantó el Bayern, a los veintidós minutos, tras una jugada que
culminó cerca del punto de penalty el extremo Kohn. Tres minutos
antes del reposo, igualaría Gullit, “en una demostración de
poderío al anticiparse a su marcador”, según Chevilly, quien
subraya que el tanto fue “aplaudido y festejado alborozadamente por
los holandeses”.
La
actuación del astro holandés fue apreciada por el periodista: “El
internacional Ruud Gullit demostró su categoría de 'crack' mundial,
una vez más, como así había reflejado su poderío en el encuentro
entre España y Holanda en el “Nou Camp”. Gullit se desenvolvió
con unas condiciones físicas y una visión de juego propias de las
grande estrellas, junto a una capacidad para el remate que hacía
temblar a la retaguardia alemana”.
El
conjunto teutón se empleó a la contra en varias fases “lanzado
por su mejor centrocampista, Halzidis, de claros rasgos turcos... en
tanto que el internacional Rolff se retrasaba demasiado y no era muy
efectivo para su equipo en labores organizativas”. En otro
fragmento de la crónica de Chevilly, se señala que en la segunda
parte ambos equipos dispusieron de oportunidades para haber
desnivelado el marcador.
Al
final, se mantuvo la igualada. El público de El Peñón disfrutó
aquella noche de enero de 1987 del fútbol de Champions en forma de
amistoso serio. Memorable.
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