No
son buenos los registros de las infracciones penales en Canarias
durante el primer trimestre del presente año. Las personas que
siguen los informativos de la tele y hacen comentarios sobre los
sucesos abonan el pesimismo. “Lo mal que está todo”, era y es
una frase recurrente. Para colmo, se vienen a sumar -imágenes
incluidas- los incidentes de menores y escolares, algunos de los
cuales, lastimosamente, devenidos en comisiones delictivas. Para los
responsables de los cuerpos de seguridad, los aumentos de los índices
de delincuencia son siempre motivo de estudio y reflexión, sobre
todo para revisar estrategias y planes de actuación. Y para los
actores sociales, tales aumentos son sinónimo de preocupación que
termina produciendo más denuncias y más reivindicaciones para que
la seguridad ciudadana esté mejor cubierta o atendida.
Pero,
bueno, vayamos a los datos que son del Ministerio del Interior: de
enero a marzo de 2017, se han contabilizado veinticuatro mil
ochocientas veintiséis infracciones penales en las islas, un 8,5 %
más que en el mismo período del año anterior. Bien es verdad que
se han aplicado por primera vez los nuevos indicadores de
delincuencia y datos de localidades de más de treinta mil habitantes
(hasta ahora eran de más de cincuenta mil), con lo que se suman, en
todo el terrirtorio nacional, cien nuevos municipios, hasta un total
de doscientos cuarenta y ocho.
La
criminalidad ha aumentado en España un 1,7 %, con un total cercano a
las quinientas mil infracciones penales. Hay un incremento de hasta
el 36,5 % en los homicidios o asesinatos en grado de tentativa, en
tanto que los consumados crecieron un 6,8 %. Tipos delictivos como el
robo de coches suben un 8,3 %, en tanto que el tráfico de drogas se
eleva en este período un 11,2 %. Otro dato llamativo: doscientas
ochenta y siete violaciones denunciadas, un 13 % más, en número
relativos.
La
seguridad es un bien determinante en nuestra convivencia y en los
destinos turísticos, donde es primordial, como factor de promoción,
la satisfacción que guarden los visitantes tras su estancia. La
presencia policial en vías y plazas de las ciudades transmite una
cierta tranquilidad. Hay que incidir, de todas maneras, en las
acciones de prevención de la delincuencia, materia en la que es
fundamental coordinar acciones de los cuerpos policiales con las que
emprendan los actores sociales.
Seguro
que los aumentos del primer trimestre en Canarias están siendo
analizados. Hay que hacerlo sin alarmismos pero con firme vocación
de mejorar esos índices para seguir presumiendo de islas seguras.
Casi veinticinco mil infracciones penales: claro que son muchas.
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