El
debate está servido: ¿general o generala? El Consejo de Ministros
aprueba mañana el ascenso a general de brigada de la coronel -o
coronela- Patricia Ortega García, la primera española que accede a
los escalafones más altos de la jerarquía militar desde que el
Ejército admitiera a mujeres hace ahora treinta y un años. Ortega
García fue la primera teniente coronel en 2009 y la primera coronel
en 2015. Es ingeniera agrónoma por la Universidad Politécnica de
Madrid, ingresó en la Academia Militar de Zaragoza en 1988 y
prosiguió su formación en la Escuela Politécnica Superior del
Ejército de Tierra, especialidad en construcción. Es nieta, hija y
hermana de militares. Casada, madre de tres hijos.
Estamos
ante otra prueba de las conquistas de las mujeres en su lucha por la
igualdad. El ámbito militar no iba a quedar fuera de su radio de
acción, así que vayámonos acostumbrando a que esa presencia armada
se vaya intensificando también su cúspide.
Pero,
¿cómo decimos: mi general o mi generala? Primero, una referencia de
la Real Academia Española de la Lengua: “La actual tendencia al
desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y
femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda
en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas
repeticiones que generan dificultades sintácticas y de concordancia
y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos”,
apunta la entidad en su sección de consultas lingüísticas.
Después,
lo que apunta la Fundación Fundéu BBVA, creada a partir del
Departamento de Español Urgente de la agencia EFE para velar por el
buen uso del idioma español en los medios de comunicación,
especialmente en los informativos: “Según la Gramática académica,
lo normal es dejar invariables los grados militares. A este respecto,
la edición manual dice: Se consideran comunes en cuanto al género
los sustantivos que designan grados de la escala militar, cualquiera
que sea su terminación: el soldado/ la soldado; un teniente/una
teniente (y lo mismo cabo, sargento, comandante, coronel, general. En
diversos países se emplea capitana para designar el femenino de este
grado militar, pero es más frecuente ursarlo para hacer referencia a
la mujer que dirige una nave o un equipo deportivo”.
Fundéu
señala que “hay que que tener en cuenta que no se trata realmente
de un capitán (o una capitana) sino que es un grado en la escala de
los generales, por lo que el núcleo de la locución, el que debería
llevar el femenino en caso de que se optara por él, es en principio
esta última voz. Sin embargo, tanto capitana
general como
capitana generala tienen
abundantes registros históricos pues hay que recordar que a la
Purísima Concepción se le ha concedido este gradi militar. Por
poner un ejemplo, en ob ras de Galdós y Blasco Ibáñez se puede
encontrar capitana
generala”.
Al
final, es probable que el debate quede reducido a foros académicos o
lingüísticos pero hay que tener en cuenta estos considerandos, a
efectos de hablar y escribir con propiedad. En la calle o en
ambientes militares se dirá mi
generala, ya
lo verán.
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