domingo, 27 de abril de 2025

Trump, proa al marisco

 

Pintan bastos para el ‘rey gringo’, Donald Trump, en su desempeño como presidente de Estados Unidos. A las extravagancias y al autoritarismo caprichoso, hay que unir la creciente desaprobación de su manejo de la economía, los galopantes índices de inflación, un rechazo considerable a las políticas arancelarias y una visión pesimista generalizada sobre la posibilidad de una recesión. No tenemos una percepción de lo que puede hacer o está haciendo el Partido Demócrata en la oposición pero las informaciones sobre el descontento social se van amontonando.

Por ejemplo, un sondeo de opinión de la agencia Reuters/Ipsos mostró que solo el 37 por ciento de los encuestados aprueba la agenda económica de Trump, en comparación con el 42 por ciento que la aprobó inmediatamente después de su toma de posesión en enero.

No es la única encuesta. Otro revés para Trump se refleja en la económica All-America de la CNBC de principios de la semana pasada al señalar que el presidente tuvo sus "peores números de aprobación económica de su carrera presidencial", con un 55 por ciento de desaprobación en comparación con un 43 por ciento de aprobación, sus primeras cifras económicas netas negativas de CNBC mientras era presidente. Algunas de estas encuestas mostraron una profunda división a lo largo de las líneas partidistas, pero los independientes señalados son 23 puntos más negativos que durante el primer mandato de Trump.

Después de que el presidente estadounidense anunciara amplios "aranceles recíprocos" el pasado 2 de abril, denominado "Día de la Liberación" por la administración. Trump ha argumentado que los aranceles restablecerían las relaciones económicas y solucionarían los desequilibrios con los socios comerciales. A medida que los mercados se desplomaban y los líderes mundiales denunciaban la medida, el ‘rey gringo’ emitió una pausa de noventa días en los aranceles, dejando una línea de base del 10 por ciento y abriendo la puerta a las negociaciones.

El portavoz de la Casa Blanca, Kush Desai, dijo en un comunicado que Trump está cumpliendo sus promesas sobre la economía, señalando los recientes informes de empleo, un informe de inflación de marzo y "billones en compromisos de inversión históricos de los líderes de la industria".

El presidente ha defendido su agenda, diciendo que los aranceles traerán miles de millones de dólares a Estados Unidos y ayudarán a fortalecer el sector manufacturero del país.

"Todo el mundo va a estar contento", dijo Trump a los periodistas recientemente. "Vamos a ganar mucho dinero para nuestra gente. Vamos a poder bajar los impuestos sustancialmente y vamos a estar orgullosos de nosotros mismos. No vamos a ser el hazmerreír del que se aprovecharon prácticamente todos los países del mundo". El caso es que la incertidumbre económica ha persistido ha persistido a medida que Trump ha lanzado (y retrocedido) ataques contra el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y ha prometido docenas de acuerdos comerciales que pueden tarar meses en materializarse.

Y atención a esta otra encuesta Gallup que concluyó que el 53 por ciento de los estadounidenses cree que su situación financiera personal está empeorando, y los encuestadores escriben que los estadounidenses se sienten "inusualmente pesimistas" sobre sus finanzas personales.

Veremos entonces las repercusiones sobre estos índices de descontento y desaprobación en un país donde las encuestas influyen lo suyo. Y donde su peculiar presidente se permite sentarse en el despacho oval con una serie de (se supone) acaudalados empresarios y decir:

-Este ha ganado hoy, equis cientos de millones de dólares.

Y sonríe.

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