La
noticia es que solo leemos los titulares de la noticia. Es una de las
conclusiones del estudio Digital News
Report, de la agencia Reuters, de las más prestigiosas en el mundo. Al
menos en medios de comunicación de diez países diferentes, principalmente de
habla inglesa y en español.
El dato viene a confirmar uno de los
hábitos que se ha enquistado entre los consumidores de información. Las prisas,
la prontitud, el vértigo de la comunicación, también el que la sociedad de
nuestro tiempo ha decidido implementar y asumir, los propios formatos de los
medios y los mismos avances tecnológicos hacen que leamos más deprisa y que nos
quedemos con lo esencial, con el primer impacto, creyendo que el titular lo dice
todo y que con él ya podemos darnos por enterados de todo.
Pero no es así, no. En la puridad
informativa, puede ser muy bueno el título, excelente, puede constituir una
formidable síntesis de lo ocurrido, pero no basta, no se puede menospreciar el
resto del contenido de la información ni dar por hechas o sabidas una sucesión
de factores que conforman el cuerpo de la pieza informativa.
El caso es que el estudio revela que la
lectura de titulares en las principales páginas de los sitios web -la cual facilita
el conocimiento de la actualidad del momento de forma superficial- es la
actividad más común para el 58% en ocho de los países donde se realizó el
trabajo. Por tanto, mucha gente se informa a la ligera, o a galope tendido, por
emplear otra expresión que identifique esta manera de acceder al conocimiento
de lo que sucede.
Los
datos de la investigación de Reuters son ilustrativos: a escala global -señala-
un 73% de los usuarios de internet consume información digital en formatos
escritos (titulares, noticias o blogs) al menos una vez a la semana. Un tercio
exacto, el 33%, escucha audios o visiona videos informativos ‘on line’. Y para
completar, un 23% mira fotografías o gráficas.
¿Y qué
ocurre en nuestro país? El interés en las portadas de los medios digitales es
evidente. Un 40% de la población encuestada lee noticias de sitios informativos
y digitales. Y en lo que respecta a formatos audiovisuales, un 17% de usuarios
españoles revela haber seguido un video de actualidad en internet en la última
semana, ligeramente por encima de Reino Unido, Alemana y Francia, pero por
debajo de Finlandia (18%), Italia (20%) y Estados Unidos, donde quienes se
informan con videos llegan al 30% del seguimiento de las noticias en internet.
Es
curioso, de todos modos, que un 22% de los españoles que respondieron a las
preguntas de Reuters sobre los motivos que condicionan visionar videos de
noticias ‘on line’, afirmase que “por motivos técnicos”, en tanto que otro alto
porcentaje contestó que ello obedecía a razones de preferencia personal, es
decir, por el formato (un 38% reveló que su primera opción es leer artículos) o
por el dispositivo empleado.
Las
galerías fotográficas, por último, gozan de un estimable seguimiento en España
(aproximadamente el 19%), entre tres y cinco puntos por encima del que se
registra en países del entorno europeo. Otro dato a tener en cuenta para
entender los hábitos informativos de los españoles es que somos la nación donde
más se escuchan audios en internet, un 22%, el doble de la media en el conjunto
de los países estudiados.
En definitiva, que la lectura de
titulares va ganando cada vez más fuerza y más adeptos. Y eso no parece muy
positivo que digamos. Cierto que se dispone de otros momentos y hasta influyen
otras circunstancias -incluidas las derivadas de los dispositivos que se
utilicen- para ampliar información. Pero prontitud, inmediatez, agilidad y
capacidad de síntesis no son sinónimos de plenitud informativa.
Cuidado, pues, con ciertos hábitos. Una
sociedad que se informa a base exclusiva de titulares es una sociedad demasiado
superficial y, por tanto, también desinformada.
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