La jornada se abre con la
noticia del fallecimiento de Néstor Padrón Delgado, destacado miembro del
Partido Socialista Obrero Español (PSOE), diputado a Cortes por la provincia de
Santa Cruz de Tenerife durante varias legislaturas.
Mala noticia, pues. Una pérdida sensible para quienes
conocimos el compromiso ético y político de Néstor, practicado hasta el límite
de sus días: quiso votar en la reciente convocatoria de elecciones primarias a
la secretaría general del partido, pero no pudo ser. Hasta ahí llegaba Néstor,
a querer participar, siquiera en condiciones extremas, en los procesos que
reclamaban la concurrencia de los afiliados.
Porque Néstor Padrón fue el modelo de militante. Parecerá
exagerado pero si se dice que el militante por antonomasia también se acierta.
Empleado de banca, trasladó a sus responsabilidades públicas la entrega y la
dedicación que exigían. Y luego, siempre tuvo tiempo para desenvolverse en el
ámbito orgánico con respeto y ánimo constructivo. Era muy activo en los
congresos. Y en los órganos de debate y control siempre intervenía con
enmiendas y aportaciones. Si alguien quería entender lo que era la autocrítica
dentro del socialismo, tenía que acudir a Néstor.
Se especializó en presupuestos. Manejaba los Generales del
Estado como muy pocos diputados. Hablaba de capítulos y secciones con
solvencia. Transaba con responsables ministeriales y canalizaba las enmiendas,
no solo las que afectaban a Canarias. Célebre es la foto publicada en primera
página de El País relativa a un debate
presupuestario en la que se ve a un casi solitario Néstor Padrón en la bancada
socialista con el hemiciclo prácticamente vacío.
Ayudaba a alcaldes, consejeros y concejales a tramitar
proyectos ante ministros, secretarios de Estado y directores generales. Acudía
a las convocatorias de actos internos que se hacían en las agrupaciones
locales. Eran frecuentes sus visitas al Gobierno Civil y luego Subdelegación
del Gobierno para reunirse y concretar las gestiones que habría de realizar en
defensa de los intereses generales. Cuando la sede de la Regional del PSC-PSOE
estuvo en la calle Méndez Núñez se metía en uno de sus despachos para atender
visitas, leer la prensa del día y estudiar expedientes. Estuvo siempre vinculado a la Unión General de Trabajadores y últimamente colaboró con organizaciones no gubernamentales, siempre pensando en ayudar a los más desfavorecidos.
Destacó también por su puntualidad. Pero la modestia y la
humildad fueron también su divisa. Las cualidades de un eficiente número 2, al
que jamás importó serlo. Honesto, cabal y consecuente, el socialismo tinerfeño
siempre ponderó su compromiso ideológico y sus formas educadas.
Se ha ido despacio, en silencio, seguro que incómodo por no
haber podido votar en el histórico proceso de elección directa del secretario
general. Pero siempre nos quedará su ejemplo de responsabilidad y de
abnegación. La suya es, desde luego, una notoria y eficiente contribución al
socialismo tinerfeño y canario.
Reconocidos, Néstor. Hasta siempre.
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