Si no la han visto aún,
búsquenla. Es digna de contemplar y de archivar. Es una fotografía que habla,
dice tantas cosas, está cargada de simbolismo, puede con todos los
sentimientos… Es una foto digna de ser premiada. Ha circulado como muy pocas en
las redes sociales durante los últimos días.
Es la foto del horror pero también de la inocencia. Del espanto
pero también de la esperanza. Del miedo pero también del pacifismo
reivindicado. De la mirada elocuente y del gesto espontáneo: rictus natural y
brazos arriba. Por todo eso decimos que la foto habla: es el
otro lenguaje de la guerra de Siria, en realidad el lenguaje de todas las
guerras.
Es como si dijera “Me rindo”, “No me hagan daño”, “Soy inocente”,
“No voy armada”, “Por favor, no dispare”… Cualquiera de las expresiones
implorantes es válida. Pero Hudea, la niña siria protagonista de la imagen, ya
no distingue un arma de un objetivo fotográfico. En realidad, no sabe lo que es. Pero ha
vivido tanto horror, lo ha palpado tan cerca, que se siente amenazada, cree que
va a morir, como ella ha visto morir a tantos niños. Aguarda un disparo pero el
que se produce se limita a inmortalizar su mirada, su rictus, sus pequeños
brazos alzados.
Es
la historia de Hudea pero también la de
una fotoperiodista, Nadia Abu Shaban, que colgó la foto en su cuenta de Twitter
hasta convertirla en viral, que es como se dice ahora. Y también la del autor,
el periodista turco Osman Sagirli, que pasaba por el campo de refugiados de
Atmé, en esa Siria infeliz y desangrada, y se encontró con toda la otra cara de
la guerra delante. La encarnaba Hudea, tan tierna, tan ingenua, tan
concentrada, tan turbada, tan confundida… "Estaba usando un teleobjetivo y ella pensó que era un arma",
aseguró Sagirli. "Me di cuenta de que estaba aterrorizada después
de tomar la foto porque se mordía los labios y levantaba los brazos.
Normalmente los tabaños huyen, esconden sus caras o sonríen cuando ven una
cámara", ha relatado el fotoperiodista turco.
"Sabes que hay desplazados en los campos.
Tiene más sentido ver si han sufrido no por las reacciones de los adultos sino
por las de los niños. Son los niños los que reflejan sus sentimientos con
inocencia", ha explicado, en referencia a su trabajo en los campos de
refugiados y desplazados sirios.
No la busquen. Ahí la tienen. Impactante.
Memorable.
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