Cuando comenzaron a
sucederse los guiños y las carantoñas políticas en los primeros andares del
nuevo Gobierno de Canarias, algunos dijimos que ese amor sobrevenido debía
plasmarse en hechos presupuestarios, en actuaciones y acuerdos bilaterales que permitieran
por fin a la opinión pública interpretar los principios de cohesión,
solidaridad, respeto a las especificidades y cooperación interinstitucional.
Quizá sea pronto para saber si se acabaron los días de
vino y rosas pero, en este agosto que será recordado como el de las cuentas
presupuestarias adelantadas y forzadas por interés electoralista, ya brotan las
primeras dudas. Baste leer las apreciaciones del presidente del Gobierno,
Fernando Clavijo: “Gestos que no son suficientes”, “No se cumplen ni de lejos
las previsiones del Régimen Económico y Fiscal”, “Seguimos lejos de la media de
la inversión del Estado”…
Y eso que Canarias, que cumplió con los objetivos de
contención del déficit público, es una de las nueve comunidades autónomas donde
se incrementa la inversión estatal, un 2,19% más que el ejercicio anterior.
Debe ser uno de los gestos considerados insuficientes.
El caso es que Coalición Canaria (CC) aprecia cálculos
para presentar una enmienda a la totalidad de los Presupuestos Generales del
Estado 2016. El primer análisis de algunos capítulos presupuestarios de la
formación nacionalista es lo suficientemente negativo como para entender la
razón de esa enmienda que la mayoría parlamentaria del Partido Popular
rechazará sin problemas; pero sirve para fijar posición política supeditada a
la aprobación de enmiendas.
Verano, pues, de números y controversias. Igual los días
de vino y rosas dejan paso a las polémicas habituales cada vez que se habla de
presupuestos. Entonces, el paisaje será el conocido. Aunque ya se atisben los
horizontes de la campaña.
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