Las estadísticas más recientes
confirman que a los ricos les ha ido muy bien en esta crisis que no se sabe muy
bien si se queda o si se va. Ya se sabía que había aumentado el número de
multimillonarios en España. Y ahora, con fuentes de Eurostat y de la Organización
para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), se constata que esos
aumentos se traducen en una mayor desigualdad, es decir, la diferencia entre la
parte más rica y más pobre de la población ha aumentado durante la crisis de
forma notable, mientras que se incrementaba el porcentaje de personas en
situación de desempleo y las familias en riesgo de pobreza o de exclusión
social.
El Instituto Nacional de
Estadística (INE) consigna que, en 2013, cuando la tasa de personas en dicha
situación superó el 29% de la población, hubo más personas que nunca que en
nuestro país se declararon poseedores de un patrimonio multimillonario, de
acuerdo con las cifras de Hacienda. Un año antes, recordemos, hubo una amnistía
fiscal: entonces se registró un considerable aumento de quienes declaraban más
de seis o más de treinta millones de euros.
En definitiva, bendita crisis
para algunos, para los más pudientes, a los que no solo no ha ido mal sino que
han mejorado posiciones y niveles. El mensaje gubernamental sobre las bondades
de la recuperación económica debería tener en cuenta este hecho. Mejor dicho:
debería plantearse muy seriamente que esa bonanza ha servido para alimentar los
niveles de desigualdad. A ver si la ciudadanía más afectada lo entiende.
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