Vimos
llorar -llorar, ¡eh!- a Teodoro Ríos, el cineasta tinerfeño, en
una sesión de 'Calínico, Hoteleros x Tenerife', grupo de Estudios y
Turismo, a la que había sido invitado para exponer ese proyecto
cumbre, la teoría de una realización que vendría a enriquecer una
parte de nuestra historia, la prehispánica, la de los guanches,
siempre tan limitada, tan difusa, tan insuficientemente tratada.
Aquí, se trata de llevarla a la gran pantalla.
No
eran casuales las lágrimas de Teo,
empeñado,
desde la seriedad, el compromiso y la dedicación perseverante, en
acercarnos, con imagen y relato, a partir de la propia necesidad de
una identidad, la evolución de una etnia que luchó con toda la
valentía que pudo atesorar en defensa de su territorio insular, de
sus valores y de sus creencias. Hasta que “el rodillo de la
historia -dice Ríos-, implacable, les pasó por encima”.
Ciertamente, no hay teatralización en la exposición y en la apuesta
del cineasta porque siente lo suyo, lleva en su sangre una aspiración
que, de materializarse, hará ver la historia de otra manera, seguro
que menos resignada. Además, tiene talento y experiencia suficientes
como para emprender, sorteando dificultades y vericuetos, siempre con
predisposición para alternativas que plasmen la ensoñación.
Era consecuente pues la atención
que los miembros peninsulares de 'Calínico' dedicaron a Teodoro
Ríos, cuyo relato fue desgranando con minuciosidad, impregnándolo
de rigor histórico y cultural, de valores que aglutinan la
autoestima y el reconocimiento de lo propio para forjar la identidad.
Era comprensible pues la emoción, máxime cuando dijo, literalmente,
que no hablaba de revanchismo, ni de violencia, ni de independencia
ni de separatismo. Y aclaró: “Vivimos en una época de gran avance
social, de paz y de libertades como nunca ha vivido la Humanidad y de
la que somos afortunados protagonistas”.
En
la mochila, como se lleva y dice ahora, labradas junto al hermano
Santiago, quedan aportaciones como las películas Guarapo,
Mambí, El vuelo del guirre; el
documental histórico Los
guanches, adoptado
como video oficial del Museo de la Naturaleza y el Hombre; el
videoclip La
cantata del mencey loco; la
recreación histórica Nelson,
el ataque y
hasta el villancico Una
sobre el mismo mar. Teodoro
Ríos profesa su amor por una cultura extinguida, ha penetrado en los
núcleos de situaciones históricas vividas por los canarios y ha
experimentado los sentimientos más recientes.
Por
lo tanto, no eran aquellas lágrimas de cocodrilo. “¿Por qué no
conectarnos de forma decidida con ese imaginario que es parte de
nuestra cultura occidental?”, se pregunta para estimular
conocimientos, información y conciencias. Desde hace un par de años,
sigue amasando los fundamentos de un proyecto, Historia de la conquista de Canarias. Atlantes. A todo eso, a lo que simboliza, dedica Ríos
sus afanes, en busca de la identidad nunca encontrada y tratando de
superar miedos y aprehensiones. Se trata de una versión que incluye,
según explicó, varias disciplinas del audiovisual. Su declaración
de intenciones es bastante clara: ansía una nuevo relato para el
mundo. Lo dijo con rotundidad, entre lágrimas: “Nuestra nueva,
sorprendente, atractiva, mítica y única marca de identidades,
íntimamente ligada a nuestra historia real y completa”. Al
finalizar, un hotelero le confió: “Ahora soy más canario”.
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