Hasta cuatro generaciones de futbolistas del
Club Deportivo Puerto Cuz (más de ochenta) se dieron cita ayer en un encuentro
que, para ser promovido y organizado sobre sobre la marcha, en muy pocos días,
resultó un éxito, una postrera prueba de lealtad a unos colores, el blanco, que
para eso iban los asistentes con una camisa de ese tono.
Se notó que el paso por El Peñón, la vieja
cazuela, dejó marca. Todo estaban contentos y felices evocándolo, sin importar
edades, una sustanciosa mezcla que destilaba el sentimiento portuense. Había
licencia para la nostalgia que cabalgó a rienda suelta, recordando a los
ausentes y repitiendo entre anécdotas y vivencias hechos, momentos, goles,
expulsiones… y frustraciones, que de todo ha habido en este club que ahora
deambula en categoría Preferente, entre limitaciones y la orfandad de apoyos,
aunque eso sí, nutriéndose de la cantera más prolífica que se recuerda en el
fútbol territorial. Una cantera de élite para cuyos habitantes el gran mérito,
la gran meta, era jugar en el primer equipo, ese que, en un tiempo, cuando tras
un ascenso, era reconocido como “el pequeño Real Madrid” por el poeta popular,
Vicente Yanes, tal era la calidad del fútbol que practicaba. Allí estaba Tito
Rodríguez Mesa, el Pisaca, cancerbero inmenso de la portería.
Primero, fotos en El Peñón, al descanso de un
encuentro oficial de categoría juvenil. Después, traslado a pie hasta Punta
Brava, donde compartieron en el bodegón La Era, un ágape abundante y muy bien servido. La emoción se desbordó con
algunos relatos y algunos no pudieron reprimir las lágrimas. Era lógico entre
tantos reencuentros y tantos abrazos y tantos recuerdos que los periodistas
asistentes coincidieron en señalar como momentos inolvidables de su infancia, juventud…
y de sus vidas, fraguados al calor de aquella cita que, durante una larga
época, se convirtió en una suerte de devoción religiosa. Hasta Juan Cruz Ruiz,
el maestro, se hizo presente con una grabación que pudimos escuchar a través de
la megafonía. Pero Pedro Ángel Gómez Barreto y Juan Carlos Castañeda,
periodistas que escribieron sus primeras crónicas desde aquel recinto que ahora
empieza a lucir un nuevo césped artificial, se subieron a la ola de la
nostalgia y expresaron sus sentidas emociones, como Gregorio Dorta, las
recogieron en video. Evocamos a un personaje inolvidable, Venancio Martín
Rodríguez, el masajista del agua milagrosa que, con tremendo humanismo, tantos
golpes atendió y tantas lesiones impidió que llegaran a más.
Las conversaciones discurrieron como es fácil
suponer. Era una síntesis de la historia
contada por algunos sus protagonistas muchos, muchos años después. Era
la historia de un sentimiento identitario, el portuense, santo y seña de
nuestras vidas. Si el mejicano Octavio Paz escribió que “recordar” es vivir,
desde luego, acertó, porque aquel ejercicio, casi improvisado, y que tuvo en
Orlando García un adelantado y un eficaz puntal en la organización, fue la
demostración de que el sentimiento perdura, y que aquellas paradas, aquellos
despejes, aquellos goles, aquellos bríos… el fútbol que teníamos al alcance y
que disfrutamos desde niños eran, en el fondo, eso: un sentimiento.
¡Ah! Ya piensan en el segundo encuentro de ex
futbolistas. ¡A por más!
Gracias, Salvador, por rememorar aquellos años de grandes futbolistas en el Puerto Cruz y de otros muchos equipos aficionados que corríamos detrás del balón en una superficie de tierra donde los masajistas se empleaban a fondo con todos nosotros.
ResponderEliminarMe alegro mucho por la eficaz iniciativa que me transporta a El Peñón en mi época juvenil de jugador.
Un abrazo
Buenas tardes, soy Carmelo Rodrígez más conocido por Mon, éramos cuatro hermanos, diego éramos, ya qué dos hermanos han fallecido, el mayor José Ramón y el menor Pedro Antonio, los cuatro jugamos en el Puerto Cruz en dstintas épocas, aunque dos hermanos jugaron juntos con los sobrenombres de MON I y Mon II a todos nos conocen por los hermanos Mon.
ResponderEliminarEl encuentro de ayer de todos estos ex-jugadores del Puerto Cruz fue muy emotivo, muchos ya ni nos conocíamos de tantos años sin vernos, también por el cambio físico de las personas con el paso de los años, yo hacía qué no veía al portero Manolo Domínguez desde hace 50 años, la última vez fue en la temporada 71/72 o 72/73, antes de fichar en el Tenerife para irse luego al Español.
Tengo una anédota de un señor historador llamado Bruno Álvarez Abreu muy aficionado al fútbol, un día me lo encontré en un supermercado y me preguntó, Mon tu recuerdas un partido del C.D.Puerto Cruz con la U.D.Orotava en el Estadio El Peñón, te acuerdas desde dónde marcaste el primer gol, le dije esos goles nunca se olvidan, fue muy cerca de la línea del centro del campo junto a la puerta de entrada del centro que da acceso al campo, tenía el balón y vi qué Manolo el portero del Orotava estaba un poco fuera de su portería, no lo pensé dos veces y lancé un disparo desde esa distancia y se coló por toda la escuadra con el meta Manolo corriendo hacia atrás, pero no pudo impedir qué el balón llegara al fondo de las mallas, hice luego en la segunda pate otro gol tras un lanzamiento de esquina por parte de Morales al primer palo, allí estaba yo de nuevo para cabecear y enviar el esférico al fondo de la portería, al final me dijo Bruno Álvarez tienes buena memoria, yo pensaba que no te ibas a acordar después de tantos años.
Desde aquí le doy las gracias a Orlando García (Orlandito) por esta iniciativa de poder reunirnos tantos ex-jugadores de difrentes etapas del C.D.Puerto Cruz.
Ellos si jugaban por amor al deporte , eran grandes futbolistas. Un gran momento para no olvidar. Gracias, un abrazo.
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