domingo, 18 de mayo de 2025

Primaveral. Variedad de estilos y garra pictórica

 

Si convenimos en que la primavera es el grito de amor de la naturaleza -eso afirmó el investigador y maestro filosófico espiritual italiano Andrea Barani-, esta colectiva que presentamos el pasado miércoles en  'Ámbito Cultural El Corte Inglés' supone el estallido de artistas inconformistas, por qué no, rebeldes que sondean su propia creatividad en el largo camino hacia la madurez. 

Primaveral’ es su título, lozana y vigorosa, como casi todo lo que la estación y el cambio climático nos permiten contrastar. La primavera, en efecto,  ha sido una fuente inagotable de inspiración para los artistas a lo largo de la historia del arte. Esta estación, vinculada al renacer de la naturaleza, simboliza la fertilidad, la belleza y la renovación. La primavera ha sido representada como un espacio ideal para explorar la relación entre el ser humano y la naturaleza, así como la regeneración tanto física como espiritual.

En ‘Primaveral’, bajo la siempre atenta mirada de Celestino Mesa, que hace de comisario de exposición, con la ayuda de Emilio López, ambos del colectivo ‘Albazul’, se conjugan casi todos los elementos que la artista y docente colombiana Ángela Carvajal fue relatando en un texto aparecido en el digital ‘La capilla cultural’ y en el que conceptúa la primavera como símbolo de renovación y belleza. 

La primavera siempre ha sido -escribe- un símbolo universal de renacimiento, fertilidad y esperanza. Con el fin del invierno, la naturaleza despierta, los árboles florecen y los días se alargan, generando una sensación de vitalidad que ha inspirado a artistas de todas las épocas. No es casualidad que muchas culturas hayan celebrado festivales en honor a esta estación, como las fiestas en honor a Perséfone en la antigua Grecia o el Sakura en Japón, donde la floración de los cerezos marca el inicio de un nuevo ciclo”.

En el arte, la primavera ha sido representada de múltiples maneras, desde metáforas de la juventud y el amor hasta reflejo del ciclo inmutable de la vida. En la mitología clásica, figuras como Flora o Venus simbolizaban la fertilidad y la regeneración, imágenes que fueron retomadas por el arte renacentista y reinterpretadas en diferentes periodos históricos.

Más allá de su asociación con la naturaleza -prosigue Ángela Carvajal-, la primavera también ha sido vista como una manifestación del optimismo y la belleza efímera. Mientras que en el Renacimiento se representaba de manera idealizada, en el Impresionismo se convirtió en un juego de luces y colores que capturaba su fugacidad. Con el paso del tiempo, las vanguardias y el arte contemporáneo han ofrecido visiones más abstractas y conceptuales de la primavera, explorando temas como el cambio, la transformación y la relación del ser humano con su entorno”.

Los espectadores podrán contemplar obras de los autores participantes algunas de cuyas características vamos a ir desglosando: 

De Miguel González baste decir que es uno de los mejores acuarelistas  de Canarias. Ha hecho del género una colección inacabable de matices y sugerencias. Su mancha es la de los puristas selectos, la de aquellos artistas que unen a la destreza el desenfado.

La pintura poliédrica y colorista de José Emilio López se abre paso, casi desafiante pero con perfiles flexibles y moldeables.

El escultor herreño Francisco Armas Padrón ya no incursiona  sino que cincela con autoridad, golpe a golpe. 

Manolo Yanes, de origen francés, concatena sus acuarelas que parecen abrazadas por el drago que quiere abarcarlas.

Hasta que llegamos al realismo mágico de Conrado Díaz, el pintor que hace de todo, también murales y escenarios, porque en ellos se contrasta el poderío del artista.

La mancha colorista de María Jesús Pérez Vilar no es más que la traducción al lienzo de su pensamiento introspectivo.

Valkarze pinta, dibuja, canta y baila. Su ilimitada imaginación construye un figurativismo atrayente. 

Freya Jaén Medina, esposa de Conrado, teje sus figuraciones con metacrilato hasta obtener unos resultados óptimos.

Benito Salmerón elabora una pintura muy figurativa, rica en policromía y da vida a las composiciones artísticas en las que la búsqueda de elementos se convierte en una constante.

La mancha limpia resalta la transparencia de la acuarela, tan vitalista como cristalina, de Chary Duque 

Juan Clemente Quintero nos obsequia unos acrílicos donde el paisajismo se revaloriza. Como tiene que ser.

Nazareth Hernández exhibe un estilo muy personal en el que imagina, desdobla y revitaliza cada figura.

Una interpretación lúdica de ilustración es lo que ofrece Dácil Duerto para ganar enteros y apuntar alto.

El cubano Ariam Pérez, el artista de los plátanos, experimenta y se revela como un buen dibujante y un buen pintor. 

De Javier de la Rosa, solo abundamos en su estilo personalizado reflejo del mucho tacto pictórico que atesora y que se contrasta en cada uno de los dibujos acuarelados que firma.

Fran de Miguel se pasea por sus paisajes oníricos, estelares o del más allá. Digamos que, pintando, en sus acrílicos se palpa el espacio sideral.

Celestino Mesa reserva para la ocasión óleos y nenúfares, estampas llenas de luminoso bucolismo y variado colorido que ponen a prueba su riesgo.

Se involucró en el grupo con abstractos y reminiscencias africanas hasta ir ganando solidez en el color que ya no tiene secretos para Silvette Maurin. 

Nos mete de lleno en el ambiente familiar, en la muy florida cotidianeidad del hogar Elia Estévez. 

Otro Estévez, Jaime, prolonga su diálogo naturalista, ahí están sus símbolos y sus concepciones con las que se asoma abiertamente a la primavera.

Manolo Hernández retoma la actividad, desafía los imponderables y recrea los bodegones donde siempre se movió con soltura.

Y Rima Ciplyte proporciona su particular colorido a las peculiares formas creadas entre el rigor y el desparpajo.

La variedad de estilos y la garra pictórica de los veintidós autores que nutren esta colectiva hacen de Primaveral una llamativa serie en la que  es posible admirar la producción de artistas jóvenes y consumados que acreditan su esmerada vocación y una valiosísima proyección.

La primavera ha sido una fuente de inspiración para los creadores a lo largo de toda la historia del arte. Su representación ha reflejado los valores, inquietudes y sensibilidades de cada época. Así, la primavera en el arte, aparte de ser un tema recurrente, ha sido un testimonio de cómo los artistas han dialogado con el mundo natural y con su propio tiempo. Cada nueva visión nos invita a mirar esta estación con ojos distintos, recordándonos que el arte, al igual que la primavera, está en constante cambio.

Ese es el mensaje de Primaveral, en plenas Fiestas de Mayo capitalinas.

Enhorabuena!




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