Pues frente al lamento resignado del Gobierno, no más, es
Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE, quien toma la iniciativa
para tratar de producir una alternativa allí donde los vericuetos del desempleo
se agudizan.
Nada nuevo en el
diagnóstico (paro masivo y situación de emergencia social) pero sí en el
tratamiento del asunto como hasta ahora no se había planteado: un gran acuerdo
político y social que genere una política económica distinta, capaz de superar
el estancamiento y los bloqueos derivados de la actual. La gente está cansada
de ofertas de este tipo y de planteamientos teóricos, quiere hechos tangibles,
pero al menos la propuesta del secretario general de los socialistas tiene
fundamentos para ser tenida en cuenta y estimada.
La creación de un fondo público para la financiación de empresas,
autoempleo y emprendedores, dotado con veinte mil millones de euros en el presente año, resulta
ser, a la espera de conocer en su totalidad el documento que los socialistas
habrán de remitir al Gobierno, empresarios y sindicatos, la medida
sobresaliente de esa iniciativa con la que intentar reactivar la economía
productiva. Según ha indicado Pérez Rubalcaba, el fondo propiciaría la
movilización del crédito que, a su vez, impulsaría el desarrollo de proyectos
empresariales mediante convenios con las entidades financieras a un tipo de
interés bonificado.
Será interesante conocer la respuesta empresarial. Después de que
en un solo año se hayan destruido ochocientos cincuenta mil empleos; después de
que el registro de parados haya alcanzado los cinco millones novecientos
sesenta y cinco mil y después de que la tasa de desempleo, subiendo más de tres
puntos, se haya situado en el 26,02% -esta cuesta de enero no la supera el
Gobierno popular ni con todos sus refuerzos mediáticos- se pone de relieve que
las políticas de Rajoy son un fracaso estrepitoso. Basadas exclusivamente en el
ajuste, la subsiguiente reforma laboral sólo ha servido para abaratar el
despido, recortar las políticas activa de empleo… y poco más.
Por eso quedamos a la expectativa de la reacción de los
empresarios. Que aplaudieran la reforma, se puede entender. Que algunos sigan
con la matraquilla de la necesidad de adelgazar el sector público, es
recurrente. Que otros hayan ajustado sus cuentas de resultados con las
herramientas legales de la reforma, es consecuente. Pero que pasen los meses y
que con los mismos mimbres no haya avances, se traduce en situación
inquietante, como se desprende de los resultados del denominado Barómetro Empresarial: un 52% de los
empresarios encuestados valoran negativamente el primer año del Gobierno de
Rajoy en el que legítimamente confiaron. Ni lo más fieles, el 24% que habla de
un balance positivo, supera al mismo porcentaje que habla de un efecto nada
significativo en las políticas del ejecutivo.
Curiosamente, el 47% de los empresarios consultados coincide en
destacar y considerar positiva la reforma laboral. Pero se constata que no
sirve para generar empleo, ahora mismo el principal problema de la población,
castigada también últimamente por una oleada de corrupción política a la que no
parecen ser ajenos señalados empresarios que deberían ser llamados, mejor,
hombres de negocios.
El mundo empresarial empieza a impacientarse. No le gustan los
incrementos impositivos para los reajustes presupuestarios. Y es consciente de
que una reducción incesante del gasto público contribuye a la contracción del
crecimiento. Los horizontes, con informes de organismos internacionales poco
sospechosos, siguen estando cargados de negros nubarrones. La recuperación
puede esperar: ya no se volverán a fiar de más brotes verdes.
De ahí la oportunidad de la propuesta de Rubalcaba, a ver si entre
tantos registros negativos y tanta desesperanza puede verse una luz en el
túnel.
No baja el paro cuando Rajoy gobierna, frase que, al revés, empleó
el actual presidente cuando se fotografió para la prensa amiga delante de una
cola que aguardaba en el exterior de una oficina del INEM. Luego hay que asirse
a una propuesta constructiva como parece ser esta que comentamos.
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