Los que hemos clamado por ‘Mueca’ estamos de enhorabuena por
su recuperación. Los que contribuimos al parto de esta idea tenemos, incluso,
más razones. Era toda una alternativa que cuajó estupendamente en un corto
lapso de tiempo y proyectó el nombre de la ciudad como no se esperaba. El arte
en la calle, el arte redivivo hasta sublimar la creatividad en cualquiera de sus manifestaciones. Ni la
lluvia que castigó la edición de 2009 pudo con aquel ambiente lúdico,
imaginativo y participativo. Después, el 23 de enero de 2010, cuando se supo
que el gobierno local de entonces decidía -por un problema presupuestario,
decían- cancelar la convocatoria, escribimos lamentándolo y preguntándonos “si
no era posible un esfuerzo para evitar su desaparición, que se notara la crisis
pero que no se extinguiera la llama”.
Ahora que un “clamor popular” -según se ha publicado-, que la
reivindicación de la ciudadanía ha posibilitado la recuperación de esta
iniciativa sólo hay que congratularse de la reanudación. Se prueba, una vez
más, que no había voluntad política pues no creemos que las “circunstancias
presupuestarias” de entonces sean mejores en la actualidad. Esta vez ha podido
más la aspiración ciudadana de querer contar con una manifestación artística al
aire libre que distinguía a la ciudad, la animaba y producía efectos positivos
en algunos aspectos que más lo precisan. El esfuerzo ha provenido de afectados,
de agentes sociales, de personas y colectivos amantes de la cultura que se han
rebelado y no se han resignado. Hay que agradecerlo porque han logrado que se
mantenga encendida la llama, aunque las limitaciones de la crisis prevalezcan.
Así que entre el 11 y el 13 de mayo próximos, el Puerto de la
Cruz volverá a hacer ‘Mueca’, empezando por el tope presupuestario municipal
fijado en veinticinco mil euros, que no está mal teniendo en cuenta los
tajantes antecedentes y los tiempos que corren. Gobierno de Canarias, Cabildo y
Consorcio de Rehabilitación Turística también han preacordado sus aportaciones.
Entidades y establecimientos locales se han adherido a este acto de rescate
cultural que es factible porque amantes de la manifestación artística, actores
y colectivos profesionales no se rindieron demostrando que la frase ‘la resignación
no es una opción’ puede hacerse efectiva. Y más si logra prender en la
ciudadanía, un hecho determinante.
Ganas hay, desde luego, de identificarse con algo, de hacer
suya y sentirla una idea válida para todos, una realización que perdure y que supere
todos los obstáculos que surjan; la falta de voluntad y el ánimo de aniquilar
lo que hacen otros, lo primero.
Con esos postulados, logrado el rescate, ya se sabe lo que
hay que hacer.
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