Parece
que esta vez va definitivamente en serio: la cueva de Bencomo,
localizada en el margen derecho del barranco del Pino, en la ladera
natural de Tamaide, en la carretera general TF-21 que conduce desde
la Cuesta de la Villa a La Orotava, muy cerca del Mirador de
Humboldt, lleva camino de convertirse en el primer museo de sitio de
Tenerife dotado, además, de un centro de interpretación. El
profesor e investigador de la Universidad de La Laguna, Ramón
Cebrián, es el autor de un proyecto que quiere dignificar la cultura
aborigen. Se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) acreedor de
más atención que la recibida hasta la fecha. El carácter histórico
del penúltimo mencey de Taoro está fuera de toda duda, de ahí que
la actuación se oriente a la recuperación del lugar como un
escenario natural básico en el patrimonio histórico de las islas.
“Las
cuevas son un sitio mágico. Es una pena que su estado de
conservación sea tan grotesco, porque entrar y ver el paisaje de
todo el Valle de Taoro, con el Teide encima y un marcador solsticial
de La Palma delante para el control de las fechas y los calendarios,
es impresionante”, relató Cebrián días pasados a Gabriela
Gulesserian en Diario de Avisos. Además, uno comprueba no
solo que desde ahí el rey podía tener el control estratégico
visual de Taoro sino que él también era visto desde todos los
puntos de su dominio”.
Hay
que congratularse de la iniciativa que ojalá se culmine con éxito.
La identidad canaria debería fortalecerse a partir de un
conocimiento más cabal, en todos los sentidos, de sus ancestros, de
sus valores etnográficos, de su medio natural y de su conjunto
patrimonial. No hemos sido muy cuidadosos en las islas con todas
estas cosas.
De
ahí que sea plausible el proyecto para recuperar y dignificar la
cueva de Bencomo. Confiemos en que la gestión de los recursos -cabe
desear que la Administración asuma lo principal: el desarrollo y el
mantenimiento-, cuando concluya la actuación, sea fructífera y se
haga honor a la declaración de BIC que fue otorgada a este paraje
“teóricamente” protegido.
Como
digna de toda atención es la exposición fotográfica titulada
Memoria habitada, dedicada a
la arquitectura tradicional canaria en el medio rural. Se puede
contemplar hasta el próximo 26 de febrero en el Espacio Cultural de
CajaCanarias en el Puerto de la Cruz, ubicado en la céntrica calle
San Juan. Junto a las fotografías, una serie de paneles didácticos
“en los que se reciogen imágenes de los distintos tipos de
arquitectura tradicional rural, que se define por su funcionalidad,
humildad y autenticidad”.
La
exposición nos acerca a este tipo de arquitectura vernácula y nos
sensibiliza sobre la necesidad de conservar estos bienes
patrimoniales que forman una simbiosis con el paisaje, en un entorno
biogeográfico que, sobra decirlo, debe preservarse en las mejores
condiciones. En las fotos se suceden, ordenadamente, por islas, las
casas cueva, las casas pajizas, las viviendas sencillas de una o dos
plantas y las haciendas. Son, como se explica en la introducción de
la colección, construcciones emplazadas en parajes privilegiados
desde el punto de vista paisajístico y medioambiental o en entornos
rurales ligados históricamente a las actividades primarias.
En
definitiva, la recuperación de la cueva de Bencomo y la exposición
Memoria habitada nos
permiten robustecer el conocimiento del patrimonio canario y
divulgarlo. Siempre será positivo. Hay que seguir dando pasos, en
conclusión.