Todos agrupados en torno al Instituto de Estudios Hispánicos
de Canarias (IEHC) que cumplía sesenta años. Allí estaban el arquitecto y académico Vicente Saavedra; y
Carlos Schwartz, también arquitecto y fotógrafo, para evocar la figura de Eduardo Westerdhal, cada vez más
legendaria y más apreciada, sobre todo después de visionar el documental
“Aislados. La esencia de un espíritu”, de Miguel G. Morales, igualmente presente
en el acto. No asistió, por una intervención que la impidió, la artista y profesora Maribel Nazco.
Sesenta años de incesante producción artística, cultural e
intelectual. Siempre atento a las inquietudes creativas. Y también a la
actualidad, a lo que se fragua para el futuro de la ciudad y del valle. Nicolás
Rodríguez Munzenmaier, su presidente, con un cohesionado y cualificado equipo
directivo, hace cuanto esté a su alcance para dimensionar la proyección de la
institución, pensando en iniciativas que la popularicen, que la hagan más
accesible. Y, sobre todo, que la permitan expansionarse, como ocurriera con la
planta superior de antigua Casa de la Real Aduana que también lleva el nombre
de Eduardo (MACEW). Ahora es el parque San Francisco, tan cercano a la actual
sede de la muy transitada calle Quintana, el que aguarda. Hay que insistir para
lograrlo.
Como insistieron Saavedra y Schwartz, presentados por
Celestino Hernández, con las características de Eduardo y de su esposa Maud, aquella
capacidad inagotable de fomentar la cultura. Con el surrealismo fantástico
acentuado en la isla. Con Gaceta de Arte. Y con la exposición de escultura en las vías de Santa
Cruz de Tenerife.
El Instituto, en aquella tarde-noche del miércoles santo,
seguía tan vivo con el pasado como con el presente y el porvenir. Eduardo, ciertamente estuvo "entre amigos", titulo de la convocatoria. Flotaron los
nombres de Analola Borges, Telesforo Bravo, Luis Espinosa, Ana Luisa González,
Manuel López, Jesús Hernández Acosta, Alberto Sebastián, Jerónimo de Francisco,
Nicolás González Lemus, Margarita Rodríguez… y de muchos otros que han dejado
en la modesta sede de Quintana la huella de su quehacer, personas que nos
enseñaron tanto y con las que descubrimos pasajes de la historia local y universal
así como perfiles de artistas, políticos e intelectuales que dispensaron un
respeto y un afecto dignos de encomio.
Sesenta años de producción constante, con sus picos y sus
valles, con el noble afán y la sana ambición de ser un faro en la actividad
sociocultural de la ciudad y de toda la isla. Seis décadas de esfuerzo, plagado
a veces de incomprensiones y de muchas limitaciones, pero que han significado
un acicate para superarse, para abrir nuevos caminos, para perseverar, para
ampliar ofertas y para que un cierto aire universalista impregne la creatividad
que siempre se agradece.
Sesenta años del IEHC, un motivo para congratularse.
1 comentario:
Salvador García, siempre atento y presto a las actividades y celebraciones del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC), y de su Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW), que celebraron, en efecto, ese 27 de marzo, señalado por Salvador en su artículo, el 60 Aniversario de su inauguración. Gracias siempre, Salvador, por tu presencia y por tu aportación. Es la tuya, junto a otras colaboraciones literarias frecuentes y destacadas, como la de tu amigo Juan Cruz, de suma ayuda para nuestra labor,y para ayudarnos a no bajar los brazos y persistir en el empeño, como tu también indicas, en este caso para una nueva sede del MACEW en el antiguo Parque San Francisco. Gracias. Celestino Celso Hernández, Director del MACEW
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