Sin
noticias del presidente Rajoy, mentiras piadosas para rechiflante
argumentación judicial, mensajes de un ministro de Justicia que nada
tienen que ver con la investigación a un ex cargo público
relevante, que para eso el juez ordenó instalar un micrófono en su
despacho, una querella que sale de prisión destino Pablo Iglesias,
un Pujol detenido y práctica estalinista pura y dura con Iñigo
Errejón para que no intervenga en un archiconocido programa
radiofónico... Muy bien: el país, en medio de su cotidianeidad
política, hasta que nuevos datos estadísticos revelan que, pese a
la mejora de la economía, aún existe un 22,3% de la población, más
o menos uno de cada cinco españoles, se halla en riesgo de pobreza o exclusión social y
subsiste con menos de ocho mil doscientos euros al año. Esto también
interesa, ¿verdad?
El
Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicitado los registros
de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) que ponen de relieve las
sombras de la desigualdad y las debilidades de muchas familias para
afrontar gastos y obligaciones. En la evolución de los ingresos
medios por hogar y por persona, se advierte que el 38,1% de los
hogares no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos; que el
39,5% no puede irse de vacaciones ni una semana al año y que el 8,4%
se retrasa en los pagos de su vivienda. Continúan, pues, las
estrecheces para un alto porcentaje de ciudadanos.
Según
las mismas fuentes, el ingreso medio por persona en España alcanza
los diez mil setecientos ocho euros al año. Y por hogar, veintiséis
mil setecientos treinta. En la comparativa, los indicadores
establecen que mientras los ingresos medios por persona y hogar han
aumentado un 2,8% y un 2,4%, respectivamente, en un año, la tasa de
pobreza, aunque en menor medida, también lo ha hecho.
Hay
que precisar el concepto “riesgo de pobreza”: según el INE, mide
desigualdad, no pobreza absoluta, o lo que es igual, cuántas
personas tienen menores ingresos que el conjunto de la población. Lo
inquietante, en ese sentido, es que la tasa de pobreza de los mayores
de 65 años, ya afecta al 13% en tanto que la de los menores de 16
años ronda al 28,9% y supera en 6,6 puntos a la del conjunto de la
población. Este indicador tiene en cuenta la baja intensidad de
empleo y la carencia material severa como no poder comer carne, pollo
o pescado cada dos días, no poder tener coche, calefacción o
lavadora no no disponer de seiscientos cincuenta euros para gastos
imprevistos.
La
tasa de riesgo de pobreza por nivel de formación alcanzado también
ofrece registros no muy alentadores. Por tipo de hogar, el
42,2 % de los hogares formados por un adulto con hijos dependientes a
cargo sufre tal riesgo. La menor tasa de riesgo de pobreza es la de
los hogares de dos adultos sin niños dependientes (15,5 %). También
el 48,5 % de los parados está en riesgo de pobreza, al igual que el
11 % de los jubilados.
Finalmente,
un dato llamativo que afecta a Canarias: el porcentaje de personas
por debajo del umbral de riesgo de pobreza es del 18,8 % para los
españoles, del 40,3 %
para los
extranjeros de la UE y del 52,1 % para quienes no pertenecen a la
Unión Europea.
Por comunidades autónomas las tasas de riesgo de pobreza más
elevadas son las de Andalucía (35,4 %), Canarias (35 %) y Castilla -
La Mancha (31,7 %), y las más bajas a Navarra y País Vasco (9 %) y
La Rioja (11,9 %).
2 comentarios:
Unas cifras que deberían avergonzar a quienes gestionan la "res pública" y que nos obligan a reflexionar y mucho. Sobre todo a quienes pensamos que acabar con la desigualdad debe ser uno de los afanes de la sociedad.
Un saludo
Esa realidad no interesa. En un país con estas cifras es para temblar
por este silencio atronador.
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