Ha pasado prácticamente inadvertido pero el informe, en
algunos de sus pasajes, es demoledor. Las medidas del Gobierno “aumentan el
paro y perjudican a los desfavorecidos”. Lo dice el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (CDESC) de la Organización de Naciones Unidas
(ONU) en un estudio que, aún siendo anterior al penúltimo bloque de
determinaciones aprobado por el Gobierno (entre las que se encontraban la
reducción de ayudas a la dependencia, de las prestaciones de desempleo y la
subida del IVA), pone de relieve lo que todo el mundo palpa: clase media,
desempleados, los menos pudientes son quienes están sufriendo más directamente
las consecuencias de políticas reformistas que desmantelaron el Estado del
bienestar, que han debilitado el sector público, que acaban con todo…
Con el
pesimismo contagiado y los emisores económico-financieros relajados por el
período estival, esta vez parece que ni las efímeras glorias deportivas
aliviarán el estado de ánimo. La preocupación es creciente. Y si se lee en
detalle este informe de la ONU, mucho más. Señala, entre otras cosas, que el
salario mínimo interprofesional, que está congelado desde el pasado año, tiene
ahora un valor “que no permite un nivel de vida digno”. Y lo mismo señala
respecto a las pensiones: “El Comité constata que las pensiones son, en muchos
casos, inferiores al nivel de subsistencia mínimo, lo que pone a sus
beneficiarios en riesgo de pobreza”. Por cierto, el documento denuncia
particularmente la coyuntura de “las mujeres que reciben las pensiones de
viudedad más bajas”.
El
incremento del índice de personas en riesgo de pobreza en nuestro país, de modo
que casi el 22% de la población vive ya por debajo de ese umbral, revela que
empeoran las condiciones de vida. Serrat tenía razón: “Bienaventurados los que
están en el fondo del pozo, porque de ahí en adelante, sólo cabe ir mejorando”.
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