Los supuestos avances en el proyecto del puerto
pesquero-deportivo del Puerto de la Cruz, aún en niveles de planificación y de
búsqueda de financiación, contrastan con otras actuaciones que reflejan un
claro estancamiento, una especie de bloqueo que impide su entrada en
funcionamiento y, consecuentemente, su utilización pública.
Dos de estas actuaciones, incluidas
-si no juega la memoria una mala pasada- en el plan ‘E’ del Gobierno de España
en la legislatura anterior, están localizadas en el barrio de La Vera y en el
centro de la ciudad, concretamente, el acondicionamiento techado del
polideportivo de aquel núcleo y la biblioteca municipal ‘Tomás de Iriarte’ que
algún dúa abrirá sus puertas en los locales de la calle Puerto Viejo que
antiguamente albergaban los juzgados.
El recinto deportivo nunca abrió sus
puertas tras los trabajos de cerramiento. Cuentan que muy al final, cuando casi
estaban concluidos, se percataron de que no habían planificado la ventilación.
Cuesta creer esa leyenda popular: que un proyecto de cerramiento de un local no
consigne sistemas de ventilación, ya naturales ya mecánicos, es, cuando menos,
incompleto y alguien, de ser cierto, debió percatarse. Y por supuesto, no podía
ser informado favorablemente antes de la ejecución. Si el defecto se detectó en
plena realización, cabe pensar que alguna corrección estaría al alcance.
Pero, bueno, el polideportivo -hoy
por hoy, no dejaría de ser un almacén- sigue sin ser utilizado porque, como la
biblioteca, igual la obra no ha sido entregada. Y no se ha podido certificar
porque no se ha podido pagar -es de extrañar: el plan ‘E’ tenía fondos
finalistas- o porque se ha producido algún otro incumplimiento. Eso sí; se han
celebrado allí otros espectáculos y actividades varias. ¿Estaba todo en regla?
Queremos pensar que sí.
Es muy visible, por otro lado, que la
biblioteca permanece cerrada. Quitaron en los primeros días de julio las vallas
metálicas de protección que la bordeaban -posiblemente para facilitar el paso
de una procesión e indirectamente lucir la actuación de puertas afuera-,
instalaron unas jardineras en las inmediaciones de puerta y ventanas y desde
entonces está a la espera de superar las causas que impiden su apertura. Se ve
que faltan mobiliario y dotaciones. Y habrá que hacer una mudanza desde la
actual sede de la calle Agustín de Bethencourt. Por cierto, ¿cabrán todos los
volúmenes en el nuevo centro bibliográfico?
Mientras tanto, duermen ambas
actuaciones algún sueño: el de la incapacidad, el de los bloqueos, el de las
demoras prolongadas, el de las trabas burocráticas… Pero, sobre todo, duerme el
de los perjuicios ciudadanos, aunque contrastando el escaso grado de protesta y
reivindicación, no parece que sea muy intenso.
Pasan las semanas y los meses. Polideportivo
y biblioteca están cerrados a la vista de quien pasa por sus emplazamientos.
Son otros dos ejemplos de la ciudad decadente que no termina siquiera de
impulsar su recuperación.
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