Debió ser en nuestro primer
mandato (1983-87) en el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Andábamos a la
búsqueda de redactores para la desaparecida y siempre recordada Revista Local y fue allí, en una prueba pública, donde le
descubrimos. Sin querer presumir de “cazatalentos”, en su escritura nos fijamos
para advertir de inmediato que allí había madera de periodista. Se lo dijimos.
Y de hecho, él nos reconoce la “culpabilidad” de que se inclinara por las
letras cuando estaba llamado por el camino del derecho. La memoria es ahí
imprecisa pero puede que poco después, en un concurso o en una convocatoria
similar sobre temática determinada, ratificábamos aquella impresión que nos
había causado en el salón noble convertido en espacio de examen y en el
intercambio de preferencias de lecturas en algún acto público o en trayectos en
el transporte público.
Aquel joven apenas veinteañero descubierto entonces y que
empezó a abrirse paso en los vericuetos del periodismo y la comunicación ya es
hoy subdirector de Diario de Avisos. Le
acaban de ascender y uno sólo tiene que congratularse, sabedor de que su
trayectoria está caracterizada por la superación. Agustín, Agustín González, no
sólo lleva el periodismo en las venas, no sólo tiene olfato periodístico, sino
que atesora cualidades de escritor, las que ya ha plasmado en varias
publicaciones y con las que ha incursionado en un género como es el cuento
donde se revela como un autor fértil y original. Algún premio adorna ese otro
ejercicio.
Le vimos nacer, crecer y reproducirse, periodísticamente
hablando. Agustín es un comunicador vocacional, de esos, además, que huye de
los oropeles y las fachadas, de las apariciones mediáticas audiovisuales exaltadas
con efímeros ditirambos. Escasas son, por cierto, sus producciones o
intervenciones en medios no escritos. El prefiere el trabajo riguroso, el que
se amasa silenciosamente haciendo acopio de documentación, guardando fotos,
recortes, textos y reproducciones, cuidadosamente archivada, para tirar de ella
cuando hay que recapitular, reciclar o hacer un histórico de cualquier asunto.
La de papeletas que resolvió Agustín a no pocos profesionales o principiantes
cuando, al frente del gabinete de prensa del Ayuntamiento portuense, dispuso
siempre de tiempo y accesibilidad para satisfacer las demandas de información
que le llegaban desde los medios o incluso intramuros.
Aceptó -puede que no de muy buen grado en algún caso- que la
polivalencia funcional es consustancial a cualquier gabinete institucional
reducido, de modo que hubo que verle lidiando con jurados o suplementando
tareas protocolarias. Siempre atento, siempre discreto y eficiente, ha brillado
por ese saber estar sin que se notara, con la humildad necesaria para atender
cualquier requerimiento como para ignorar, inteligentemente, denuestos y
venablos. Por eso ha sabido granjearse el respeto de compañeros y personajes de
la vida pública.
Curioso, observador, analítico, perspicaz, ecuánime,
respetuoso… Apasionado también por la historia, ha ido rescatando y dando
adecuado tratamiento periodístico a episodios del pasado que andaban dispersos
y olvidados, de modo que ha enriquecido la memoria colectiva con muy
satisfactoria aceptación.
Aquel joven apenas veinteañero, serio y constante, enamorado
de la comunicación y de las letras, ya es subdirector del periódico que ha
sabido corresponder a sus cualidades y le acogió con su importante bagaje de
serio trabajo institucional. Aparte de contrastar que el tiempo pasa y que nos
desborda con las mismas criaturas, uno se alegra de haber acertado y de que
haya llegado lejos.
3 comentarios:
Reiterar mi enhorabuena a Agustín, y a ti por esta reseña merecidísima y mejor hilvanada, como siempre.
Enhorabuena para Agustín. No faltas a la verdad en tus palabras. Me quedo o desaco estas dos: discreto y ecuánime.
Un abrazo
Felicidades Agustin. Nos alegramos mucho, no solo como periodista, que siempre has sido de los grandes, sino como persona con grandes valores que te convierten en un gran amigo. Enhorabuena para Salvador por tan magnifico escrito. Puerto de la Cruz tendra algun día que valorar la pluma y tu seriedad. Enhorabuena para los dos. Gregorio Dorta.
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