La asociación de vecinos
Jeriguilla (San Antonio, Puerto de la Cruz) promueve la sensibilización de los
habitantes del sector para dar una respuesta apropiada en lo que a limpieza
pública, imagen y mantenimiento concierne. De siempre hemos abogado por
ciudadanos emprendedores y preocupados por su entorno inmediato, de modo que
hay que saludar esta iniciativa que, por otro lado, rompe con la pasividad e
indolencia que, en términos generales, caracterizan a las asociaciones
vecinales.
Es sencillo: una primera fase consistente en la distribución
de folletos fáciles de leer y de entender, con medidas y gráficos sobre
horarios de recogida de basuras y deposiciones de animales, retirada de
enseres, reciclaje de materiales y hasta aplicación de sanciones en caso de
incumplimientos. La segunda fase -se supone que con unos primeros datos para
evaluar- se desarrollaría a partir del próximo mes con charlas y explicaciones
que contribuirán a fortalecer el civismo y mejorar hábitos de comportamiento.
Un barrio más limpio, mejor conservado, más lucido… De eso
se trata. Solemos creer que estas cosas salen solas y aceptar que la gente cumple,
sin más, con su deber. Pero no es así: hay que fomentar y potenciar una cultura
cívica que enriquezca los valores sociales comunes. Y eso solo se logra con iniciativas
que favorezcan el medio ambiente, la sostenibilidad y la propia prestación de
los servicios.
San Antonio ha crecido y ha experimentado una transformación
urbanística considerable. Ello requiere respuestas adecuadas que no solo debe
ofrecer la Administración. Las deben proporcionar también los vecinos. Eso les
servirá también para exigir. Los dirigentes vecinales de Jeriguilla, a la hora
de justificar esta iniciativa, hablan de la insuficiencia de los recursos y
servicios municipales y del escaso civismo que acreditan aquellos que ni
siquiera respetan los horarios señalados para el depósito de residuos y
terminan convirtiendo calles, plazas y avenidas en espacios poco atractivos.
La iniciativa, en pleno verano, antes de las fiestas del
sector, debe servir para estimular el quehacer de todos. Viene a ser una
respuesta crítica, luego merecedora de respeto y digna de ser compartida. Es
mejor, desde luego, que no hacer nada y dejar que pase el tiempo con las quejas
y letanías que solo producen melancolía y frustración.
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