Cuando
con los cambios en el panorama político emerge la polémica sobre la
instauración de una tasa turística, surge otra que dará mucho que
hablar: hay hoteles canarios que ya están ofreciendo a sus clientes
cambiar la limpieza de las habitaciones por bonos o descuentos en sus
consumiciones. La iniciativa es originaria de Estados Unidos, seguida
en Baleares, parida en el ámbito del turismo 'low cost' o de
bajo coste, una modalidad de viajeros cada vez más nutrida y con
mayor implantación en el mercado. Hasta hace nada, o todavía hoy,
algunos adoptaron el “todo incluido” y ahora aparecen estas
bonificaciones por no limpiar o tener la habitación en las
condiciones que cabe esperar.
¿Hacia
dónde camina la industria turística con estas medidas? ¿Era ésta
la innovación que algunos predicaban con tantas insistencia? ¿Es
así y como se quiere sensibilizar con la competitividad? ¿Es así
como se revitaliza y se cualifica la oferta? ¿De verdad que así se
dignifica el puesto de trabajo y se estimula la creación de empleo?
¿Quiénes de verdad se benefician?
Es
curioso porque a esta última pregunta responden los mentores de la
iniciativa que no le supondría ningún trastorno a los beneficios
del hotel, ese descuento saldría del ahorro de lavandería,
productos, papel y la necesidad de una plantilla menor de camareras
de piso. Y se quedan tan tranquilos. Una compañía española, en
oposición al rechazo que la central sindical Comisiones Obreras
(CC.OO.) ha expresado sobre el particular, llega a señalar que la
finalidad es “informar a los clientes de la importancia de la
conservación de los recursos naturales”, según se acredita en una
auditoría de una firma especializada. La compañía afirma que en
esta auditoría se valoró la medida de forma positiva, "como
acción
para fomentar la participación entre los huéspedes en nuestros
programas y acciones de sostenibilidad
ambiental" y que entre 15 y 20 clientes diarios la escogen. Es
decir, se disfraza el supuesto interés medio ambiental, cuando
detrás está el cicatero ahorro, además cuantificable, el esfuerzo
extra de una camarera. Imaginemos una camarera que un domingo tiene
cinco habitaciones triples o cuádruples en salida que llevan sin
limpiar tres días. ¿Le van a reducir por ello el número de
habitaciones a limpiar? ¿Se ha valorado el esfuerzo extra que
supondría? Peor aún, ¿no se valora por ser féminas? Es como si se
quisiera optimizar ocupación “mordiendo” tartas de todo tipo de
mercados: buen nivel, nivel medio, , tres por dos…
No es viable: o se da un buen servicio o no se da. No hay calidad al
99 %: si el servicio está mal, lo está al 100%.
Habrá
quien no salga de su asombro, está claro. Limpie usted mismo su
habitación y benefíciese de nuestros bonos y descuentos, podría
ser el lema de la oferta. En establecimientos de cuatro o cinco
estrellas, ya nos dirán cómo puede sentar. CC.OO. ha estallado:
califica de despropósito algo que significa potenciar el turismo de
medio/bajo poder adquisitivo y favorecer la precariedad laboral.
Seguro
que su denuncia se verá amplificada pues no olvidemos la lucha que
ha venido manteniendo en defensa del colectivo de las camareras de
piso. Y es que las consecuencias son fáciles de deducir: las
estancias o habitaciones que los clientes no limpien, acumularán más
suciedad, por lo que será mayor el esfuerzo de las camareras de piso
que el de sus tareas de limpieza diaria. Quienes conocen el
funcionamiento interno de los hoteles, saben que otros departamentos
como recepción o restauración, spa o similares, tendrán que asumir
gestiones y hasta la resolución inmediata de alguna situación
apremiante.
La
central sindical exige rectificaciones inmediatas a los hoteles que
hayan implementado estas medidas que, bajo su criterio, son
contrarias a la calidad del servicio y del empleo. “Estamos ante
una vuelta de tuerca más a la precariedad laboral -explica el
sindicato-, ya que la carga de trabajo se tornaría inasumible al
concurrir suciedad acumulada con menos trabajadoras en el
departamento de pisos”.
Lo
dicho: polémica servida. La primera impresión es que, con cosas
así, el turismo no gana. Y que la segunda es que si de esta manera
pretenden algunas empresas y patronales dignificar el trabajo, están
muy equivocadas. Al rincón de pensar.
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