La
reversión de la reforma laboral y la subida del Salario Mínimo
Interprofesional (SMI) no gustan en ámbitos empresariales
turísticos. Lo ha manifestado sin tapujos el presidente de la
asociación Exceltur y vicepresidente ejecutivo y consejero delegado
de 'Meliá Hoteles', Gabriel Escarrer. Explica que los empresarios
turísticos no se oponen a la conquista de mayores avances en materia
social y laboral pero matizan que tales avances deben ser sostenibles
y no incidir en el empleo en un momento de desaceleración de la
economía en general y del turismo en particular.
Estima
Escarrer que las medidas de las que discrepa anularían “los
mínimos elementos de flexibilidad apreciables en el sector
turístico, que se caracteriza “por la estacionalidad y por ser
intensivo en personal de baja cualificación”. Si Exceltur, como se
ha dicho, quiere comunicar mejor “la contribución del turismo a la
economía española”, ya están tardando, sobre todo si se reconoce
la premisa de que solo los veintiocho grupos empresariales de la
entidad emplean a unos doscientos veinte mil trabajadores y facturan
más de treinta mil millones de euros.
Porque
esa apreciación, personal de baja cualificación, no es alentadora
ni motiva al cuerpo laboral. Porque el empresariado debe saber que en
muchos establecimientos se limpian más de veinte habitaciones
diarias cinco días a la semana ¡y sin absentismo!
Es
solo un ejemplo, pero significativo a la hora de entender el por qué
de los niveles de cualificación laboral aludidos, de la necesidad de
una formación constante y renovable y de propiciar alicientes que
estimulen la ocupación y el propio quehacer profesional. A ello
deberían contribuir también las centrales sindicales que han ido
perdiendo progresivamente sensibilidad y, por consiguiente, se
olvidan de iniciativas tendentes a la protección de los trabajadores
y la estabilidad del empleo en general.
No
es bueno que la patronal mantenga estos prejuicios sobre capacidades
o aptitudes de los trabajadores pues parece anclada en esquemas que
no revelan esos propósitos de más avances sociales. El propio
Escarrer señala que hay que promover la búsqueda de modelos más
justos y redistributivos “de la prosperidad que genera el turismo,
que ayuden a recuperar la reputación social que tuvo y que ahora
parece estar en entredicho”.
Esa
es una tarea de todos los agentes del sector, de acuerdo. Es cuestión
de conciencia y de sensibilidad. Hay que desterrar, con hechos, la
idea de la baja cualificación, de modo que siempre pierdan los
mismos y su motivación se convierta en algo inalcanzable.
1 comentario:
Tu punto de vista coincide con el mío. La patronal busca siempre algún subterfugio aparentemente válido para justificar lo injustificable.
Saludos cordiales, Salvador
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