Hace años, en Diario de
Avisos, a raíz de una remodelación, lo bautizamos como “San Telmo bulevar”. Rescatemos
el título. No era muy exacta la denominación si tenemos en cuenta las
acepciones del Diccionario de la Real Academia Española: “Calle generalmente
ancha y con árboles” o “Paseo central arbolado de una avenida o calle ancha”.
Pero la fisonomía había cambiado de forma tal que aquel nuevo tratamiento que
sustituyó a un callejón estrecho y destartalado nos acercó a esa definición de
bulevar.
Ahora, el paseo San Telmo
va a ser objeto de una nueva actuación urbanística. No es que rechine su
aspecto pero en los contenidos del Plan Especial del Casco (PEC) quedó fijado
como un área susceptible de mejora teniendo en cuenta sus características. El
paseo, en efecto, se extiende desde la Punta del viento hasta la ermita. Une,
por tanto, el casco de la ciudad con el corazón turístico de Martiánez. Desde
el paseo se domina el horizonte atlántico y los límites de una franja del
litoral portuense. Constituye un auténtico balcón sobre la pequeña cala, el
antiguo ‘Boquete’, una de las zonas naturales de baño más apreciada por nativos
y visitantes.
Mejorar la accesibilidad
-tanto en el curso del paseo como a las terrazas y al mar-, dotación de
servicios públicos, incorporación de vegetación y nuevo mobiliario urbano son
los elementos esenciales de la actuación en una superficie de casi siete mil
metros cuadrados. Los materiales a emplear son losas de pavimento basáltico y
adoquines de textura lisa. La actuación consigna, asimismo, el tratamiento de
rehabilitación de fachadas y la integración de los espacios comerciales y
edificaciones privadas. Se quiere, naturalmente, que todo tenga un carácter
global que proporcione un acabado homogéneo y armonioso. El presupuesto
asciende a 1,7 millones de euros. Tres son las administraciones concurrentes:
Gobierno de Canarias, Cabildo Insular y Ayuntamiento.
Dos apuntes breves sobre la
actuación: ya en algunas redes sociales se han emitido opiniones de los
habituales de San Telmo, de la zona de baños, queremos decir. Son muy celosos y
como que no quieren demasiados experimentos (De hecho, recordamos su oposición,
cuando estábamos en la alcaldía y sometimos a su consideración un proyecto de
reacondicionamiento de la terraza inferior izquierda. Se opusieron a un murete
transparente antipánico a instalar en el borde. Favorecía la seguridad en todos
los sentidos, pero…). En cualquier caso, a tener en cuenta sus apreciaciones
antes de los hechos consumados que den pie a protestas o malestar ciudadano.
Lo otro: a ver qué
criterios se tienen para la ocupación de la vía pública. Si se llama paseo o
bulevar, si se quiere hacer honor a este nombre, si se va a remodelar esta
pequeña pero importante arteria de tránsito peatonal, que se vaya elaborando
desde ya una ordenanza específica -si no es de aplicación la vigente- para que
el espacio sea el más diáfano posible, para que no haya obstáculos, para no
propiciar condiciones de inseguridad, en definitiva, para que se pueda
disfrutar de verdad. No parece muy difícil, la verdad.
1 comentario:
Muy interesante la aporatción sugerida de valorar la opinión de vecinos y usuarios.
Quizás convenga matizar el momento de la obra, puesto que lleva un tiempo la obra de la Calle de la Hoya y una vez finalice empezar esta, quizás sea una sobre carga para vecinos y empresarios.
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