La
localidad de Tortosa, en Tarragona, debió vivir días pasados las
escenas emocionantes que conocimos en el Puerto de la Cruz en 2001 y
años posteriores. Inauguraron una plaza y un monumento en honor al
artista portuense Ángel Acosta Martín (Puerto de la Cruz,
1922-Tortosa, 2015). Siempre que nos referimos a Jalo -nombre
familiar y popular con el que se identificaba al escultor y pintor-
brota una doble sensación de respeto y admiración. La hemos
expresado en varias ocasiones y ahora, al tener noticia de estos
reconocimientos concedidos en Tortosa, la reeditamos.
La
ciudad tarraconense acogió en su momento a Acosta y le brindó el
ambiente y clima fraternal del que siempre fue un sujeto activo, con
su mesura, con su predisposición, con su desempeño. En Tortosa
quedaron testimonios del mejor quehacer creativo y también episodios
adversos que el artista fue superando con discreción, paciencia y
estoicismo.
Los
promotores de la iniciativa, por tanto, y las autoridades tortosinas
correspondieron a la bondad y a la entrega de Ángel Acosta Martín.
Allí estaban el alcalde de la ciudad, Ferrán Bel i Accensi; y el
presidente de la asociación de vecinos San Lázaro, Alejandro
Gibello. También la nieta del homenajeado, María Acosta Curto, en
representación de la familia. El gerente de Turismo del Ayuntamiento
del Puerto de la Cruz, Emilio Zamora, asistió en calidad de
comisionado por el alcalde, Lope Afonso Hernández, para representar
a la ciudad.
Acosta
es el autor de la venerada imagen de la Virgen del Carmen que se
venera en la parroquia de Nuestra Señora la Peña de Francia. En
2001, tuvimos el honor de conceder el título de Hijo Predilecto de
la ciudad, acuerdo que la corporación local aprobó por unanimidad.
Cuatro años después, fue reconocido como Hijo Adoptivo de Tortosa.
También en 2005, fue inaugurada una plaza que lleva su nombre en la
que está ubicado un pequeño monumento, prácticamente al comienzo
del antiguo barrio de pescadores (Mequinez-La Ranilla). El busto que
ya se contempla en Tortosa, donado por la familia Acosta, es una
réplica exacta del que figura en el emplazamiento antedicho.
De
esta manera, se perpetúa la memoria de este extraordinario artista
portuense que gozó en vida de una gran estima en medios
eclesiásticos catalanes y en la producción de arte sacro. Tortosa
ha correspondido a la aportación escultórica y pictórica de Jalo,
las mejores manos que podían
tallar a la Virgen del Carmen.
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