Conserva Zoilo
López Bonilla una de las más copiosas e interesantes colecciones de fotografías
de una determinada época del Puerto de la Cruz, (finales de la década de los
sesenta y principios de la siguiente), válida para entender la evolución de la
ciudad (“la ciudad que me vio crecer”, escribe) y su vocación cosmopolita y
para apreciar su sensibilidad con el arte fotográfico.
Zoilo, inquieto,
inconformista y temperamental, se marchó después a Barcelona en una de cuyas
universidades se hizo licenciado en Historia del Arte, su otra gran pasión.
En esa colección
hay testimonios, personajes, paisajística, momentos, sucesos y hechos que
inmortalizó con fina visión y don de la oportunidad. El resultado de alguno
inspiró incluso carteles anunciadores de fiestas y celebraciones locales.
Lo malo es que
algunas de esas gráficas -a lo peor son más de lo que podemos imaginar- están
siendo utilizadas o reproducidas sin autorización. Las facilidades para acceder
desde redes sociales y luego emplearlas sin unos mínimos requisitos son
notables, hasta el punto de generar un inmenso campo de impunidad. El propio
autor se encontró recientemente con una de sus obras presidiendo la entrada de
una entidad, sin la más mínima cita o referencia. Pidió explicaciones, un
dirigente de aquélla reconoció el hecho, ofreció disculpas y todavía está el
bueno de Zoilo esperando una rectificación pública o similar.
Suponemos que también
habrá adoptado otras medidas para preservar la autoría y su reconocimiento. La
apropiación y la utilización de obra y producción, sin autorización, tiene que
molestar. Igual no se le ha hecho justicia o no se ha correspondido como
debiera a Zoilo, un polifacético que ha tenido el mérito de conservar esos
testimonios que servirían para acreditar el esplendor y el costumbrismo de una
época, es un artista de la fotografía merecedor de respeto y consideración. En
su ameno blog, por cierto, muestra parte de su quehacer artístico, ya sea
escultórico, pictórico o literario.
En definitiva, las
fotos para quien las hizo, las trabajó y las conservó. Reconocerlas, es de
justicia.
1 comentario:
Al sentirme aludido en esta elegante y correcta entrada, debo agradecer a Salvador su interés por preservar los derechos de autor de aquellos otros que expólian sin discrimanación el patrimonio artístico de otros. Tal es mi caso aunque no voy a entrar en detalles.
De cualquier manera, siento al Puerto de la Cruz en mi corazón y mi archivo fotográfico es una prueba del afecto que siento por su paissaje y su paisanaje.
¡Gracias, Salvador! Un abrazo. Zoilo
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