Se cumplen hoy
treinta años de la aceptación por parte del Rey Juan Carlos de la medalla de
oro del Centro de Iniciativas y Turismo (CIT) del Puerto de la Cruz, concedida
en los tiempos en que la entidad era presidida por el Gerardo Gleixner. El
entonces jefe de la Casa Real, marqués de Mondéjar, se encargó de comunicar la
noticia, recibida con natural satisfacción en el CIT portuense, en los medios
turísticos y en la ciudad, en general.
Una información
periodística de la época, firmada en Diario
de Avisos por Mariano López Palacios, señala que las intenciones de los
dirigentes del CIT eran solicitar audiencia a la Casa Real para fijar la fecha
de la entrega que tenían intención de hacerla coincidir con la fue celebración
de la edición de FITUR del año siguiente.
La noticia fue
dada a conocer en las vísperas de la “Semana Bávara”, que incluía la popular
‘Fiesta de la cerveza’ que tenía como marco el parque San Francisco y un
carácter benéfico pues la recaudación se destinaba a la Cruz Roja local.
Fue también el
anticipo de una sucesión de distinciones y reconocimientos, así como de
registros positivos de ocupación. El propio CIT había avalado la propuesta para
que el Puerto de la Cruz recibiera el premio ‘Importantes del Turismo’ que
concedía el Gobierno de Canarias. Y luego aparecía la conmemoración del
trigésimo aniversario de la declaración de ciudad turística, hecha por el
Gobierno en 1955.
El Puerto de la
Cruz figuraba, pues, en lugares destacados del contexto turístico, con fechas y
hechos relevantes que servían para su proyección, tarea en la que el sector
público y la iniciativa privada se esmeraban para acreditar un nivel y
reafirmar las bases de la competitividad, concepto del que aún no se tenía una
idea muy clara. Luego, para qué negarlo, hubo dormida en los laureles y faltó
la respuesta adecuada para la evolución y las exigencias de la industria.
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