El
recibo de la luz ha vuelto a subir en mayo. Por noveno mes casi
consecutivamente. El aumento en mayo ha sido de un 0,8 % para el
usuario medio, lo que significa que la factura será un 18,2 % más
elevada que hace un año.
La
polémica está servida pero mucho nos tememos que el asunto no
despierte mayores protestas. La Federación de Asociaciones de
Consumidores (FACUA-Consumidores en Acción), no gubernamental, sin
ánimo de lucro, dedicada desde su fundación, en 1981, a la defensa
de los derechos de los consumidores, ha sido la primera en expresar
su malestar y ha denunciado la que considera “despreocupación”
por los intereses de los usuarios que, a su juicio, mantiene el
Gobierno de España, cuya política energética -señala- se centra
en proteger al sector.
El
precio medio del kilowatio/hora (kWh) del pasado mayo fue de 14,31
céntimos, un 28,0 % más caro que el mismo mes de 2016. En el primer
mes del presente año llegó a situarse en 18,75 céntimos. Con estas
cifras, el considerado usuario medio (360 kWh de consumo y 4,4
kilowatios de potencia contratada) abona 71,58 euros frente a los
60,53 euros de mayo del año pasado.
No
anda uno muy versado en esta materia pero llaman la atención esos
incrementos en breves lapsos de tiempo. Aquí hay una brecha
energética y no es de extrañar que algunas corporaciones hayan
tenido que adoptar medidas excepcionales para evitar que los vecinos
se queden sin suministro del servicio. Esa brecha que hay que
reducirla y si es posible, cerrarla.
Se
preguntará cómo y acudimos a la fuente de FACUA que es partidaria
de que sea el Ejecutivo el que fije y aplique una tarifa asequible.
Para ello es indispensable la intervención del sector. La
organización advierte que, hoy por hoy, es el sector el que, de
facto, tiene intervenido al Gobierno cuya política, como dijimos
antes, parece más orientada a proteger los intereses de las
compañías que los de los usuarios. Un problema añadido: el vigente
sistema de fijación de precios en el mercado español de la
generación de energía tiene características que fomentan la
especulación y hasta los abusos. Se explica, por tanto, que se
produzcan estas subidas en las que, por múltiples razones, no
reparamos.
Además,
hay un dato escalofriante: en 2016, las empresas del sector
aumentaron sus beneficios en un 9 %, en números absolutos unos cinco
mil cuatrocientos sesenta y tres millones de euros. FACUA ha
lamentado “la actitud complaciente con el sector que viene
adoptando el ministro de Energía”.
Entonces,
que tome la iniciativa el sector si se quiere frenar el ritmo de los
aumentos. En su día, cuando se inició el proceso de liberalización,
los consumidores -aunque fuera sin demasiado alborozo, porque de
estas cosas entiende poco y se informa menos- albergaron algunas
esperanzas de facturación más equilibrada, más estable y menos
costosa. Se hablaba de la competencia en el sector, favorecedora de
precios y ofertas. Se ve que el negocio es demasiado voluminoso como
para ceder y perder privilegios.
Que
alguien dé un paso al frente, que se haga como en países miembros
de la Unión Europea (UE) con las tarifas de los consumos de móviles
a través de redes de telefonía, y que sea el Gobierno el que fije
precios para los consumidores domésticos.
Que
alguien dé otro paso: si no, las subidas seguirán produciéndose y
los usuarios, tan perjudicados como indolentes. Siempre lo mismo.
1 comentario:
Mi última factura dice: 43,09€, el importe, el coste, de la energía consumida es de 12,95€. El resto son costes regulados fijos -Incentivos a las energías renovables, cogeneración y residuos; coste de redes de transporte y distribución y otros costes regulados (incluida la anualidad del déficit)- e impuestos.
Mientras la factura de la luz siga reflejando, además del coste real, conceptos fijos regulados por el gobierno de turno para mayor beneficio de las empresas, poco influirán en el recibo las subidas o bajadas de la subasta diaria de la energía.
No creo que sea casual que buena parte de las llamadas "puertas giratorias" de muchos de nuestros políticos hayan ido hacia las compañías eléctricas.
Un saludo
Ricardo Soriano
Publicar un comentario