La
percepción sobre la corrupción y el fraude se incrementa más de
tres puntos en la última entrega conocida esta misma semana del
Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Los españoles
conviven, prácticamente a diario, con las derivadas de esos dos
problemas, generadores de informaciones que, paradójicamente, han
dejado de impactar, acaso por su abundancia. Ocurre como con otras
sociedades -la italiana, por ejemplo-, que se acostumbró a los
escándalos y seguía a lo suyo, produciendo y avanzando, aunque los
soportes se tambaleasen y fuera mermando, hasta límites de
repulsión, la credibilidad de instituciones, gobiernos y políticos
en general.
Después,
pasa lo que pasa: a pesar de estas percepciones, la intención de
voto, al menos confesada, sigue favoreciendo al partido gubernamental
que, dicho sea de paso, puede exclamar: cuanto peor, mejor. Estos dos
problemas no hacen mella ni estragos en nuestro suelo electoral. Es
otro cantar, se dirá, pero el repaso a los antecedentes nos sitúa
ante un comportamiento bastante contradictorio. Porque, ¿qué más
se necesita para que un partido en el Gobierno sea castigado en las
urnas?
En cualquier
caso, es positiva esa percepción. Que la ciudadanía se dé cuenta
de que esta lacra resulta insoportable e inaguantable. Mejor que la
indolencia. Y que entienda que estamos en la fase crucial de algunos
procesos judiciales, si bien tanto algunas resoluciones como
mecanismos posteriores para dilatarlas o eludir sus efectos, si se
trata de ingresar en prisión, han hecho fruncir el ceño y
disgustado a miles de ciudadanos de toda condición social. La
encuesta del CIS sitúa en el 37,3% de la población encuestada la
percepción.
Otros
indicadores del sondeo señalan que el paro, con un 72%, sigue siendo
la principal desazón; y que hay un porcentaje de españoles que se
preocupan más por la protección de datos (75%) que por el avance de
la ciencia (63%). Este país, ciertamente, sigue siendo muy especial.
1 comentario:
Para llegar al desastre hay dos caminos, pedir lo imposible, que sigan ahí o retrasar lo inevitable, heharlos por ladrones y luego remo delación total... Cortes Constituyentes.
Publicar un comentario