EXCELTUR, una asociación sin ánimo de lucro formada en la
actualidad por veinticuatro de los más relevantes grupos empresariales
turísticos de nuestro país, ha puesto en marcha el Monitor de Competitividad
Turística de los Destinos Urbanos Españoles (UrbanTUR 2012) que quiere ser un
instrumento para el fomento de ese factor, la competitividad, cada vez más
esencial en la evolución de este sector de la productividad económica.
El estudio engloba veinte ciudades, capitales de provincia,
ninguna de las dos canarias, y sirve para analizar a fondo el potencial del
turismo urbano, una opción que no solo complementa la gama de productos y
experiencias turísticas singulares asociadas a la cultura y a la historia sino
que contribuye a enriquecer la imagen y atractivos del variado conjunto de
nuestra oferta. En efecto, tal como se describe en la presentación del estudio,
se facilita con ello el gradual reposicionamiento ante aquellos mercados y
segmentos de turistas que aporten la mayor derrama socioeconómica posible.
Retos idénticos a replicarse en ciertos destinos de nuestro litoral, pendientes
aún de asumir profundos procesos de renovación de su oferta e innovación de sus
modelos de gestión, más acordes a las exigencias de un nuevo escenario turístico
más global y competitivo. Nada que ver esto último, por cierto, con ese aperturismo de la nueva Ley de Costas,
sorprendentemente aplaudido por la patronal turística tinerfeña, ASHOTEL, que
no ha reparado en las nefastas consecuencias que, a la larga, significará una
supuesta nueva oportunidad de negocio.
El presidente de EXCELTUR, Amancio López, se muestra
optimista -ya es difícil encontrar un empresario del sector capaz de vislumbrar
horizontes mínimamente despejados- y es capaz de apuntar que el turismo de
ciudad entraña áreas de mejora, bien es verdad que para resurgir y consolidarse
han de concurrir una serie de circunstancias que afectan directamente a la
actividad turística.
Destaca López la transversalidad de ésta como cualidad que
fortalecerá esa aspiración de competitividad y, sobre todo, como agente
relevante ante quienes demonizan esta modalidad de turismo urbano, a veces
comparada -conceptualmente de forma errónea- con parques temáticos; y ante
quienes aún no terminan de digerir que, en algunos sitios, el turismo lo es
absolutamente todo y, por consiguiente, hay que cuidarlo y hay que mimarlo. El
turismo urbano, según se recoge en UrbanTUR 2012, alcanza el 16% del PIB de
algunas ciudades -en otros destinos, seguro que es superior- y eso revela que
la fiscalidad y la financiación tienen reservado un papel relevante que, en
cualquier caso, dependerá de las peculiaridades y de los factores
característicos de cada ciudad. Crecer, incrementar la oferta, dependerá,
precisamente, de los avances que en estas dos materias se pueda alcanzar.
Habla también el presidente de EXCELTUR de seguridad y de
libertad de horarios comerciales como hechos que inciden en la cualificación de
los productos de turismo de ciudad. No son nuevos pero hay exigencias
constantes: sin duda, para ganar confiabilidad y proyectar uno de los mejores
canales de propaganda, una y otra resultan de decisivas.
Si como estima López, el turismo de ciudad “tiene hoy una
gran oportunidad”, habrá que esmerarse en asignaturas como las reseñadas en
este monitor turístico de cuyos contenidos seguiremos ocupándonos.
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