Seguimos atentos -en la medida de nuestras
posibilidades- a la evolución de los medios de comunicación. El escepticismo
que envuelve a los diarios impresos es cada vez mayor. Las alternativas tienen
mucho que ver con nuevos modelos de negocio: para las empresas que ya
han emprendido ese camino, no hay marcha atrás. Pero otras se resisten: hay temores
que, en muchos casos, se entienden.
Mientras tanto, los profesionales asisten, dubitativos y recelosos, a su desarrollo
cargado de incertidumbres. Se preguntan, sobre todo, qué les aguarda.
Una
respuesta podría ser la de Flor Coelho, responsable del departamento de Gestión
y Training en la gerencia de Desarrollo Multimedia del periódico argentino La
Nación. Preguntada por el perfil ideal o necesario en una redacción, aclara
primero que prefiere hablar de habilidades de una persona en esa redacción y
concreta después que “es necesario tener una actitud de aprendizaje e
innovación porque te van cambiando las herramientas”.
Las
dos ideas o los dos conceptos, aprendizaje e innovación, en efecto, resultan
fundamentales para ejercer el periodismo. Hay que llegar con la mejor voluntad
de volcar en la práctica los conocimientos teóricos adquiridos y las tripas de
la vocación. Hay que hacerlo con humildad, o si se prefiere, huyendo de
tentaciones de divismo: se aprende de un compañero de mesa, de algún jefe o
experto en la materia sobre la que se trabaja, de la lectura y consulta de
distintas fuentes. Y luego, innovar, a partir de la implementación de nuevas
tecnologías, programas o aplicaciones, utilizando provechosamente las
herramientas, cultivando habilidades, creando un estilo propio y hasta
cambiando hábitos de desenvolvimiento a sabiendas de que en las redes sociales
fluyen incesantemente no solo criterios e interpretaciones de todo tipo sino
opciones de multiplicar la dimensión del propio trabajo.
El
profesional sabe que las exigencias de hoy en día influyen poderosamente en su
desempeño, sobre todo si se ve inmerso directamente en un proceso de cambio de
modelo de negocio, es decir, si el medio impreso para el que trabaja se expande
en busca de un multimedia o incursiona en el campo de eventos y convocatorias
donde se interactúa, donde quienes son o han sido lectores habituales se
convierten en sujetos o espectadores que manejan la inmediatez o acceden a los
contenidos informativos con otra predisposición y por otros canales. Otra cosa es cómo procesen el mensaje pero lo
importante es que los titulares del día siguiente ahora son prácticamente
instantáneos y circulan a velocidad de vértigo.
El
profesional tendrá que estar preparado -aprendizaje e innovación- para dar una
respuesta apropiada, consciente de los destinatarios de su trabajo y de la
orientación del enfoque editorial que sustancie el modelo de negocio.
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