Hay situaciones en las que
no se sabe qué es peor: el dicho o la rectificación.
“Los condenados a muerte
por Franco se lo merecían”, afirmó el alcalde de Baralla (Lugo), Manuel
González Capón, del Partido Popular, durante una intervención en el curso de un
pleno. Ya puestos, el regidor señaló que no se va a desdecir.
Pero apremiado,
seguramente, por su propia organización, y por los más sensatos que aún
quedarán en su entorno, el alcalde se retractó: “Una frase más o menos
desafortunada”.
Cierto que se apreció
buena voluntad en el edil del PP: “No hay inconveniente en que cuando una cosa
no está dentro de un contexto más o menos de lo que uno piensa, pues se retira,
se pide disculpas y se acabó”.
El problema es que el daño
ya estaba causado. Y que el revuelo político, con todas sus variables, las
históricas incluidas, se desató. Es lo que había que evitar.
Pero parece que estamos
condenados. Pues siempre habrá dirigentes políticos dispuestos a herir
susceptibilidades y a no tener el verano en paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario