martes, 29 de noviembre de 2016

ALGO SE MUEVE EN EDUCACIÓN



Algo se mueve en educación. La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) va a ser modificada en lo concerniente a las reválidas y con ello desaparece una de las preocupaciones que mayor sensibilidad había despertado en buena parte de la comunidad educativa.
Se trata de un paso significativo, plasmado en un acuerdo de la Conferencia Sectorial de Educación, de modo que la evaluación final de la Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) tenga carácter muestral y no censal, en tanto que la de Bachillerato será semejante, en su mayor medida, a la derogada selectividad, o sea, con exámenes solo de las materias troncales de segundo curso y no de los dos cursos como establece la Ley. Ello supone el fin de las que en círculos políticos y académicos eran consideradas reválidas injustas y segregadoras.
Es probable, tras este paso, que las cosas no queden ahí. Evidentemente, la situación política ha cambiado: el partido gubernamental empieza a darse cuenta de su situación minoría parlamentaria que obliga a hablar, dialogar y negociar, especialmente aquellas cuestiones de calado social merecedoras de algo más que la simple imposición. La educación es una de ellas. Más allá de las coyunturas políticas, lo importante con la educación es alcanzar un modelo estable que satisfaga, en la medida posible, al conjunto de la comunidad educativa.
Por eso, si se persevera en los planteamientos de derogar la LOMCE, además de obtener los necesarios consensos entre gobiernos con competencias en Educación y representaciones parlamentarias en las Cortes, el objetivo final no debiera agotarse en la mera derogación sino en la búsqueda de un pacto social y político por la educación. Esa es la demanda de la sociedad española.
Habrá que estar atentos, en ese sentido, a lo que debate y decida en el seno de la Conferencia Sectorial que acordó, además, crear una subcomisión parlamentaria que habrá de definir o concretar no solo los contenidos de la nueva Ley sino la articulación de la participación social de la comunidad educativa.
Lo dicho: algo se mueve en educación.

lunes, 28 de noviembre de 2016

MENOR CONSUMO TELEVISIVO

La consultora Barlovento Comunicación ha publicado un informe sobre el consumo televisivo en España, una de cuyas conclusiones más relevantes es que ha descendido por cuarto año consecutivo: de doscientos cuarenta y seis minutos por persona y día en 2012 a doscientos veintinueve minutos en el presente año. En 2015, el promedio diario por individuo fue de doscientos treinta y cuatro minutos y en 2016 la proyección estimada oscila entre los doscientos veintinueve y doscientos treinta, o sea, unos cinco minutos menos.

La tendencia es, pues, decreciente, pese a que el consumo de televisión sigue siendo una de las actividades a las que se dedica más tiempo. De hecho, supone un 16% del total día, unas tres horas y cuarenta y ocho minutos. Según el estudio de la consultora, ver televisión, después de dormir o trabajar/estudiar, “es la actividad a la que dedicamos más tiempo en nuestra vida y con toda seguridad, el medio de comunicación social más extendido y numeroso”. Este porcentaje se eleva en el caso de las mujeres al 17% y en los mayores de sesenta y cuatro años, donde la cifra alcanza un 24%.

Otra de las conclusiones tiene que ver con la audiencia. En lo que llevamos de 2016, la audiencia acumulada se eleva a cuarenta y cuatro millones cuatrocientos mil espectadores, es decir, el 99,8% de la población, de cuatro o más años de edad, ha visto algún minuto de televisión y solo el 0,2% no ha sintonizado en ningún momento con el medio. Como media diaria, la audiencia total suma treinta y dos millones seiscientas setenta y siete mil personas, lo que significa que el 73,4% de la población ve la televisión cada día.

Téngase en cuenta que el consumo televisivo es un fenómeno de marcado carácter estacional y es en los meses de invierno cuando más tiempo se dedica a ver televisión. El informe lo pone de manifiesto comparando estos datos: en enero de este año, el consumo promedio ascendió a cuatro horas y quince minutos; en tanto que en el pasado mes de agosto, ese mismo indicador diario se cifra en tres horas y once minutos.

¿Cómo aparece Canarias en el informe de Barlovento Comunicación? Fijémonos en este dato estadístico. En nuestra comunidad, tradicionalmente donde menos se ve televisión, el consumo baja nueve minutos en el presente año sobre una base de tres horas y media que está por debajo del promedio.

El caso es que se ve menos 'tele', a pesar de que sigue siendo la opción de comunicación más extendida o demandada. El impacto de la imagen y la fácil accesibilidad a la multiplicidad de canales lo explican. ¿Será que está perdiendo la capacidad de enganchar? ¿Será que la programación cada vez gusta menos? ¿Será que los televidentes se han hartado? ¿Será que ya no pueden soportar más telebasura, más montajes y más vulgarismos? Los responsables empresariales y los ejecutivos de contenidos estarán haciéndoselo mirar.


domingo, 27 de noviembre de 2016

ÉTICA PERIODÍSTICA: TIEMPO DE EXIGENCIAS (y II)

Se reproduce hoy la segunda parte de la comunicación presentada en un seminario promovido por los alumnos de tercer curso del grado de Periodismo de la Universidad de La Laguna.

Hemos hecho un esbozo, una sinopsis de la forma de actuar que debemos seguir los profesionales de la información para el digno y completo ejercicio del que hablamos al principio, concebido para realizarse con solvencia y en pos del valor añadido de la credibilidad. Ahora bien: las preguntas que ustedes se estarán haciendo son claras. ¿Quién vela por el cumplimiento de estos postulados? ¿Quién fiscaliza? ¿Cómo se corrigen los desvíos?
Existe en el seno de la FAPE la denominada Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo que se constituye como un órgano de control deontológico interno de la profesión periodística. La preside un prestigioso jurista, Rafael de Mendizábal Allende, con quien tuvimos oportunidad de intercambiar criterios en la pasada Asamblea General celebrada en Cartagena.
Su objetivo es fomentar el periodismo ético desde la autorregulación independiente y responsable, a través de la mediación y el entendimiento. Se trata de una instancia arbitral entre la profesión y los ciudadanos que se sientan afectados por determinadas informaciones. Sin ningún poder sancionador, su autoridad moral viene otorgada por las organizaciones profesionales y los periodistas adheridos a ella y supone una alternativa complementaria a la regulación jurídica. La actuación de la Comisión vela por el cumplimiento del Código Deontológico al que hemos aludido a lo largo de esta intervención.

La Fundación de la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo, con la participación de todas aquellas personas, empresas y entidades comprometidas con sus objetivos, facilita que el funcionamiento y actuación de esta Comisión se desarrolle desde la más estricta autonomía e independencia. La Comisión está integrada por personalidades pertenecientes al periodismo, al derecho, al mundo académico y a otras actividades relevantes de la vida social. La Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología del Periodismo forma parte de la Alliance of Independent Press Councils of Europe.

Hay que referirse también a otras normas éticas que van desde los códigos hasta los estatutos de redacción de algunos medios, pasando por los libros de estilo y hasta por algunas recomendaciones para las buenas prácticas en la información sobre materias concretas como es la violencia de género.

Nos detendremos brevemente en el Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO, aprobado en noviembre de 1993; y en el Código Europeo de Deontología del Periodismo, que fue aprobado por unanimidad en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa en julio de ese mismo año, siendo ponente y redactor el catedrático español de Filosofía y Moral del Derecho y Ciencias Jurídicas, y parlamentario europeo hasta 1993, Manuel Núñez Encabo, muy amigo, por cierto, de Canarias y de algunos de sus representantes públicos como lo fuera en el Parlamento Europeo el catedrático de Derecho Internacional, Manuel Medina Ortega.

Los nueve principios del Código de la UNESCO merecen ser reproducidos. Es un documento de cabecera. Estudiantes y profesionales debemos tenerlo como piedra angular de la actuación periodística.

1. El derecho del pueblo a una información verídica:

El pueblo y las personas tienen el derecho a recibir una imagen objetiva de la realidad por medio de una información precisa y completa, y de expresarse libremente a través de los diversos medios de difusión de la cultura y la comunicación.

2. Adhesión del periodista a la realidad objetiva:

La tarea primordial del periodista es la de servir el derecho a una información verídica y auténtica por la adhesión honesta a la realidad objetiva, situando conscientemente los hechos en su contexto adecuado.

3. La responsabilidad social del periodista:

En el periodismo, la información se comprende como un bien social, y no como un simple producto. Esto significa que el periodista comparte la responsabilidad de la información transmitida. El periodista es, por tanto, responsable no sólo frente a los que dominan los medios de comunicación, sino, en último énfasis, frente al gran público, tomando en cuenta la diversidad de los intereses sociales.

4. La integridad profesional del periodista:

El papel social del periodista exige que la profesión mantenga un alto nivel de integridad. Esto incluye el derecho del periodista a abstenerse de trabajar en contra de sus convicciones o de revelar sus fuentes de información, y también el derecho de participar en la toma de decisiones en los medios de comunicación en que esté empleado.

5. Acceso y participación del público:

El carácter de la profesión exige, por otra parte, que el periodista favorezca el acceso del público a la información y la participación del público en los medios, lo cual incluye la obligación de la corrección o la rectificación y el derecho de respuesta.

6. Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre:

El respeto del derecho de las personas a la vida privada y a la dignidad humana, en conformidad con las disposiciones del derecho internacional y nacional que conciernen a la protección de los derechos y a la reputación del otro, así como las leyes sobre la difamación, la calumnia, la injuria y la insinuación maliciosa, hacen parte integrante de las normas profesionales del periodista.

7. Respeto del interés público:

Por lo mismo, las normas profesionales del periodista prescriben el respeto total de la comunidad nacional, de sus instituciones democráticas y de la moral pública.


8. Respeto de los valores universales y la diversidad de las culturas:

El verdadero periodista defiende los valores universales del humanismo, en particular la paz, la democracia, los derechos de las personas, el progreso social y la liberación nacional, y respetando el carácter distintivo, el valor y la dignidad de cada cultura, así como el derecho de cada pueblo a escoger libremente y desarrollar sus sistemas político, social, económico o cultural. El periodista participa también activamente en las transformaciones sociales orientadas hacia una mejora democrática de la sociedad y contribuye, por el diálogo, a establecer un clima de confianza en las relaciones internacionales, de forma que favorezca en todo la paz y la justicia, la distensión, el desarme y el desarrollo nacional.

9. La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad está confrontada:

El compromiso ético por los valores universales del humanismo previene al periodista contra toda forma de apología o de incitación favorable a las guerras de agresión y la carrera armamentística, especialmente con armas nucleares, y a todas las otras formas de violencia, de odio o de discriminación, especialmente el racismo.

El Código Europeo en el que tanto tuvo que ver, como dijimos, el profesor Núñez Encabo, es no menos ilustrativo. Los epígrafes de sus principios consagran, de por sí, aspectos esenciales del comportamiento de los periodistas, como el primero,
Noticias y Opiniones. Establece, por un lado, que “el ejercicio del periodismo comprende derechos y deberes, libertad y responsabilidad”; y por otro, que “el principio básico de toda consideración ética del periodismo debe partir de la clara diferenciación, evitando toda confusión, entre noticias y opiniones”. Y define ambas con precisión:

“Las noticias son informaciones de hechos y datos; y las opiniones expresan pensamientos, ideas, creencias o juicios de valor por parte de los medios de comunicación, editores o periodistas”.

El derecho a la información como derecho fundamental de las personas, editores, propietarios y periodistas ocupa el segundo apartado de este Código Europeo, para el que “la información constituye un derecho fundamental reconocido como tal por el Convenio europeo de los derechos humanos y las Constituciones democráticas cuyo sujeto o titular son los ciudadanos, a quienes corresponde el derecho de exigir que la información que se da desde el periodismo se realice con veracidad en las noticias y honestidad en las opiniones sin injerencias exteriores, tanto de los poderes públicos como de los sectores privados”.

En este apartado, se deja claro que “ni los editores o propietarios ni los periodistas deben considerarse dueños de la información. Desde la empresa informativa, la información no debe ser tratada como una mercancía sino como un derecho fundamental de los ciudadanos”. En consecuencia, sigue el texto de este principio, “ni la calidad de las informaciones u opiniones ni el sentido de las mismas deben estar mediatizadas por las exigencias de aumentar el número de lectores o de audiencia o en función del aumento de los ingresos por publicidad”.

Por ello, antes de completar esta visión, a grandes rasgos, del Código Europeo, nos van a permitir que insistamos en la idea de la información como derecho fundamental pues se trata de uno de los asuntos que mayor relevancia puede adquirir en nuestro país, ahora que, con Gobierno ya constituido y actuando a plenitud, se afronta la legislatura con la necesidad de contar con una Ley General de la Comunicación, recientemente reivindicada por la Federación de Sindicatos de Periodistas de España, que esté en consonancia con la legislación vigente en la Unión Europea (UE) y en otros países del mundo.

El órgano ejecutivo de dicha Federación, tal como hemos escrito esta misma semana, recuerda que no solo es la Ley mordaza lo que se debe estudiar y debatir sino que reclama que en esa Ley General de la Comunicación conste la definición de los derechos y deberes de los periodistas así como el estatus de los periodistas y colaboradores a la pieza. La Federación da otro paso cuando plantea con toda nitidez que una tercera parte del espacio radioeléctrico quede reservada para emisoras de radio y televisión del Tercer Sector sin ánimo de lucro.

Enlacemos estas últimas consideraciones con el apartado del Código Europeo en el que nos habíamos quedado. Es el que versa sobre La función del periodismo y su actividad ética. En él se fija que no todo vale, que en el ejercicio del periodismo el fin no justifica los medios, por lo que la información deberá ser obtenida a través de medios legales y éticos.

Prestemos especial atención a otra consideración relevante de este mismo epígrafe: “En el periodismo no se debe confundir lo conflictivo o lo espectacular con lo importante desde el punto de vista informativo. El periodista no mediatizará el ejercicio de su función con la finalidad principal de adquirir prestigio o influencia personal”.

Esto debe ser muy tenido en cuenta, sobre todo para evitar circunstancias y estilos plagados de divismo o petulancia y carentes de la necesaria humildad. Los ejemplos de lo ocurrido con algunos profesionales en el transcurso de los atentados de París son la antítesis de cómo debe conducirse un periodista que debe rehuir -no está mal que lo volvamos a recordar aquí y ahora- las tentaciones de protagonismo o convertirse en el quién, en el sujeto de la noticia.

Los estatutos de la redacción periodística, válidos para regular las relaciones profesionales de los periodistas con los propietarios o editores en el interior de los medios de comunicación; las Situaciones de conflicto y casos de protección especial, así como Ética y autocontrol en el periodismo son otros apartados del Código que nos ocupa y que, desde su formulación teórica, deben ser llevados a la práctica por los actores periodísticos con un claro ánimo de garantizar la libertad de expresión, mejorar la calidad de los productos informativos y ganar credibilidad de modo que el papel de medios y profesionales corresponda a las exigencias de la sociedad de nuestros días.

Las reflexiones del profesor Roger Jiménez, a quien citábamos al principio de esta exposición, sirven también para ir acabando. Debemos admitir que, en términos generales, la práctica deontológica está en retroceso en el periodismo escrito. Es decisivo no subestimar jamás al lector pues “es capaz -afirma Jiménez- de advertir dónde se encuentra la estafa, la manipulación, el truco mercantil, la publicidad encubierta o la descarada inclinación política... [Acumular poder o hacer negocio y viceversa], (significa) el peligro de que se imponga el silencio, la cortina de humo, la información como sucedáneo y la consiguiente deserción de los lectores”. Y sentencia: “Nada es comparable a poder mirarse cada mañana en el espejo sin sonrojarse”.

En ese sentido, hacemos nuestras y las trasladamos a quienes pronto serán graduados o licenciados, unas recomendaciones del profesor Jiménez cuando, interrogado por las medidas que convendría adoptar para el mejor cumplimiento de los principios deontológicos, responde:

“Estos tiempos de crisis en el sector necesitan, más que nunca, de periodistas bien preparados, lúcidos y honrados. La libertad para escribir en democracia y sin censura, pero también para iluminar sombras, denunciar injusticias y delitos de los poderosos, quebrar los tabúes, evitar el sectarismo, no caer en la trampa de servirse de la página editorial como arma arrojadiza para intereses que no son los del lector, para ventilar disputas personales. La respuesta está en el rigor, el vigor, la firmeza y la humildad”.



 Agradezco la atención con que se nos ha seguido esta tarde, confío en que no se hayan aburrido y que lo expuesto haya enriquecido su proceso de formación. Ya saben: rigor, vigor, firmeza y humildad.

sábado, 26 de noviembre de 2016

ÉTICA PERIODÍSTICA: TIEMPO DE EXIGENCIAS (I)

Ética periodística: tiempo de exigencias, es el título de la comunicación que presentamos hace unas fechas en el curso de un seminario convocado por los alumnos de tercer curso del grado de Periodismo en la Facultad de Ciencias Sociales, Políticas y de la Comunicación de la Universidad de La Laguna. La reproducimos en dos entregas, hoy y mañana.


Agradezco a los promotores de este seminario la oportunidad de intervenir y de compartir estas consideraciones, fraguadas al calor de un sentimiento vocacional y de una experiencia profesional que desemboca en el objetivo de querer un mejor periodismo y de ambicionar, sanamente, un digno ejercicio profesional que se corresponda con las exigencias de la sociedad de nuestros días.

“Estos tiempos de crisis en el sector necesitan, más que nunca, de periodistas bien preparados, lúcidos y honrados. La libertad para escribir en democracia y sin censura, pero también para iluminar sombras, denunciar injusticias y delitos de los poderosos, quebrar los tabúes, evitar el sectarismo, no caer en la trampa de servirse de la página editorial como arma arrojadiza para intereses que no son los del lector, para ventilar disputas personales. La respuesta está en el rigor, el vigor, la firmeza y la humildad. La prensa tiene mala prensa entre amplios sectores de ciudadanos a los que no les parece que cumpla con su deber”.

Estas son palabras del ganador del III Premio Internacional de Periodismo “Cátedra Manu Leguineche” y autor del libro “Deontología periodística”, Roger Jiménez. Nos parecen bastante ilustrativas para condensar el diagnóstico de los males que nos aquejan y los ideales o principios de quienes han escogido este camino para realizarse profesionalmente. Fíjense que habla de rigor, vigor, firmeza y humildad, sin duda cualidades muy preciadas para ejercer con solvencia. Preparación, lucidez y honradez, dice el profesor Jiménez más arriba, virtudes no menos relevantes. Seguro que haremos referencia a todas ellas en el curso de la presente exposición.

Porque se trata de informar mejor, de opinar con sólidos fundamentos y de ejercer, en definitiva, con espíritu de superación para ser mejores periodistas y para especializarse de forma cabal y consecuente. Hay que romper esa apreciación bastante extendida de la mala prensa que tiene la prensa. Claro que no es fácil pero tampoco hay que arrugarse. El propio Jiménez, citando al célebre periodista italiano Indro Montanelli, afirma que solo es posible combatir la tendencia abrazando los principios éticos, procurando que los profesionales del periodismo hagan bien su trabajo: “Que no pierdan -dice- su conciencia crítica, que no la sustituyan por la conciencia empresarial o por la de los poderosos que pugnan para que ciertas noticias no salgan a la luz. La independencia de un periodista depende únicamente del periodista”. El pensamiento de Montanelli es revelador: “Quien quiere hacerse respetar puede hacerse respetar. Son contados los editores de medios, privados o públicos, que se atreven a enzarzarse en una guerra con un periodista de carácter y que goce de un cierto crédito ante la opinión pública. Esta es la verdadera garantía de su independencia, no este o aquel aspecto empresarial de la editora”.

Abrazar principios éticos para desempeñar el cometido con solvencia. Quedémonos con esta idea para dimensionar el papel del informador o del periodista. Porque para Roger Jiménez, quien fuera director adjunto de La Vanguardia y presidente de la Asociación de la Prensa de Barcelona, “parece como si los periodistas hubieran perdido el rumbo de su oficio y la orientación acerca del papel que les corresponde en el gran teatro del mundo”. Claro que no quiere mostrarse pesimista “porque estoy persuadido -revela- de que todavía quedan profesionales románticos, conscientes de su cometido de servicio al público y plenamente dedicados a la tarea de intentar llevarlo a la práctica en beneficio de la sociedad, que debe implicarse cada vez más en esta tarea “cómplice” de exigencia deontológica”.

Hablemos de esta exigencia. Debemos consignar que la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), en la que están integradas las de Tenerife y Las Palmas, ha aprobado y dispone de un Código Deontológico cuyo preámbulo nos permitimos reproducir porque es una premisa bastante significativa:

“En el marco de las libertades civiles consagradas en la Constitución, que constituyen la referencia necesaria para una sociedad plenamente democrática, el ejercicio profesional del Periodismo representa un importante compromiso social, para que se haga realidad para todos los ciudadanos el libre y eficaz desarrollo de los derechos fundamentales sobre la libre información y expresión de las ideas.


“Como su sujeto e instrumento de la libertad de expresión, los periodistas reconocen y garantizan que su ejercicio profesional es el cauce de manifestación de una opinión pública libre dentro del pluralismo de un Estado democrático y social de Derecho.
“Pero los periodistas, también, consideran que su ejercicio profesional en el uso y disfrute de sus derechos constitucionales a la libertad de expresión y al derecho a la información, está sometido a los límites que impidan la vulneración de otros derechos fundamentales.
“Por ello, a la hora de asumir estos compromisos, y como verdadera garantía que ofrece a la sociedad española, a la que sirve, la profesión periodística entiende que le corresponde mantener, colectiva e individualmente, una intachable conducta en cuanto se refiere a la ética y la deontología de la información. Los periodistas, integrados en la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, se comprometen con la sociedad a mantener en el ejercicio de su profesión los principios éticos y deontológicos que le son propios”.
Vayamos desmenuzando algunos conceptos de este preámbulo. Habla del sistema de libertades civiles y del ejercicio del periodismo como un importante compromiso social, sostén del desarrollo de derechos fundamentales relativos a la libre información y expresión de las ideas. Da por hecho que canaliza una opinión pública en el marco de las características del Estado consagrado en el artículo 1 de la Constitución de 1978. Advierte que hay límites pues no se puede vulnerar otros derechos fundamentales, y concluye que la profesión debe velar por el mantenimiento, individual y colectivo, de una intachable conducta en lo concerniente a la ética y la deontología de la información.
El Código de la FAPE está dividido en tres partes. En la primera se recogen los denominados Principios generales. La segunda está dedicada al Estatuto y la tercera incluye los Principios de actuación.
Es menester detenerse en algunas ideas básicas que ayudan a valorar la importancia de una herramienta de esta naturaleza. Para informar, para escribir y para opinar, hay que saber manejarla. Y la destreza se consigue no solo con los conocimientos teóricos sino a base de oficio.
Por ejemplo: el primer compromiso ético del periodista es el respeto a la verdad. Eso significa que hay que defender la necesidad de la libertad de investigar para luego difundir con honestidad tanto la información como la libertad del comentario y de la crítica.
Algo en lo que hay que insistir las veces que haga falta pues abundan los incumplimientos que, a su vez, degeneran en errores, falacias y distorsiones: el periodista respetará el derecho de las personas a su propia identidad e imagen, de modo que tenga muy presente los siguientes considerandos:
a) Solo la defensa del interés público justifica las intromisiones o indagaciones sobre la vida privada de una persona sin su previo consentimiento.
b) En el tratamiento informativo de los asuntos en que medien elementos de dolor o aflicción en las personas afectadas, el periodista evitará la intromisión gratuita y las especulaciones innecesarias sobre sus sentimientos y circunstancias.
c) Las restricciones sobre intromisiones en la intimidad deberán observarse con especial cuidado cuando se trate de personas ingresadas en Centros hospitalarios o en instituciones similares.
d) Se prestará especial atención al tratamiento de asuntos que afecten a la infancia y a la juventud y se respetará el derecho a la intimidad de los menores.
El periodista debe asumir el principio de que toda persona es inocente mientras no se demuestre lo contrario, principalmente cuando los contenidos informativos estén sometidos al conocimiento de los tribunales de justicia. No es lo mismo un acusado que un condenado; no es lo mismo un reo que un delincuente. El término presunto/presunta se convierte pues en una referencia primordial.
Pide el Código que se extreme el celo profesional “en el respeto a los derechos de los más débiles y los discriminados”. En este sentido, es taxativo cuando expresa que:
a) Debe, por ello, abstenerse de aludir, de modo despectivo o con prejuicios a la raza, color, religión, origen social o sexo de una persona o cualquier enfermedad o minusvalía física o mental que padezca.
b) Debe también abstenerse de publicar tales datos, salvo que guarden relación directa con la información publicada.
c) Debe, finalmente, y con carácter general, evitar expresiones o testimonios vejatorios o lesivos para la condición personal de los individuos y su integridad física y moral.
El ejercicio de la profesión periodística debe estar amparado en unos derechos y deberes que darían carta de naturaleza a un Estatuto profesional para garantizar su independencia y equidad en el desempeño de dicha profesión. Por ello debe estar amparado, en su empresa o por las organizaciones asociativas o corporativas, para mantener el secreto profesional o vigilar el cumplimiento por parte de las administraciones e institucionales públicas de su obligación de transparencia informativa. No menos importante es que respete y haga respetar los derechos de autor que se derivan de toda actividad creativa.
Los Principios de actuación establecidos en el Código Deontológico de la FAPE orientan el desempeño profesional más adecuado. Habría que tomárselos con un sentido de mayor autoexigencia. Recordemos que hay un compromiso con la verdad, luego no hay que falsificar documentos ni omitir informaciones esenciales ni tampoco publicar material informativo falso, engañoso o deformado.
Se alude en esta tercera parte del Código a dos situaciones poco frecuentes en el ejercicio cotidiano. Por una parte, la oportunidad de replicar: sin necesidad de que los afectados acudan a la vía judicial, el periodista deberá facilitar a las personas físicas o jurídicas la adecuada oportunidad de replicar a las inexactitudes. Y por otra, el escrupuloso respeto al método off the record, “cuando haya sido expresamente invocado o se deduzca que tal fue la voluntad del informante”.

Una apreciación importante dentro de este apartado. Se señala que “el periodista establecerá siempre una clara e inequívoca distinción entre los hechos que narra y lo que puedan ser opiniones, interpretaciones o conjeturas, aunque en el ejercicio de su actividad profesional no está obligado a ser neutral”. Y nada de primas ya que “no aceptará, ni directa ni indirectamente, retribuciones o gratificaciones de terceros, por promover, orientar, influir o haber publicado informaciones u opiniones de cualquier naturaleza”.
(continuará mañana).

viernes, 25 de noviembre de 2016

FALSEDADES

Que el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos va a tener repercusión hasta en las redes sociales, lo acredita la iniciativa tomada por el fundador y propietario de 'facebook', Mark Zuckerberg, quien dice tomarse muy en serio la desinformación, concepto con el que elude hablar de noticias falsas e ir anticipando la necesidad de corregir la difusión de bulos.

Mal deben andar las cosas en ese inmenso e incontrolado espacio como para que Zuckerberg, asesores y allegados hayan dado ese paso. El papel de las redes empieza a ser severamente cuestionado, especialmente desde que se constata que no hay información veraz sino desvirtuada por intereses espurios, afanes perversos y ganas de contravenir, utilizando para ella métodos o recursos poco éticos o de dudosa legalidad. No será fácil luchar contra ellos pero ya se habla de sistemas de prevención que funcionen a base de algoritmos y de equipos humanos específicos, compuestos por expertos externos, como antídotos. Disponer de botones que alerten es otra de las opciones instrumentales técnicas con las que afrontar estos problemas que claramente merman el papel de las redes y su propia credibilidad. Por no hablar de la responsabilidad, que también es exigible -ya está bien de refugiarse en la libertad de expresión- y alimentará una parte sustanciosa de este debate que ahora se abre con el plan de Mark Zuckerberg para corregir el rumbo y hacer de las redes un espacio más cabal y más habitable. Eso de ir perdiendo usuarios que, además, hacen propaganda negativa, no favorece, ni mucho menos.

¿Qué pretende el fundador propietario de 'facebook'? Responde que acabar con el negocio de las noticias falsas. Cree que una buena parte de la desinformación está promovida por los que se benefician del spam o correo basura. Es una de las siete medidas estudiadas para su inmediata aplicación. También aspira a una detección más sólida para descubrir la desinformación, de modo que los usuarios se percaten de la falsedad antes de que lo hagan la propia red. Ello se conecta a otro apartado, consistente en escuchar a periodistas y expertos en comunicación con el fin de conocer a fondo sus sistemas de verificación y aprovecharse de los mismos.

Quizá todo se vea más claro cuando estén disponibles avisos más sencillos para frenar las noticias falsas. Será indispensable, en este propósito, contar con la aportación de compañías o corporaciones especializadas en la verificación de los hechos, algunas de las cuales parece ser que funcionan con muy buen rendimiento. Los usuarios deben advertir cuanto antes, si disponen de herramientas, las posibles falsedades. Para apreciar la inveracidad, los usuarios serán advertidos, sobre todo con aquellas historias de terceros que ya han sido marcadas como falaces. Esto obliga a acentuar la calidad de las informaciones relacionadas y que aparezcan entrelazadas debajo de una historia llamemos principal.

Hace bien Zuckerberg en no cruzarse de brazos. No solo hay que disuadir a quienes hacen un mal uso de la red, a quienes engañan, sino persuadir a los usuarios de un desenvolvimiento más seguro ante el teclado. Y es que el negocio, con tantas falsedades impunes, está en peligro.


jueves, 24 de noviembre de 2016

SINGULAR PETICIÓN

El ciudadano y periodista Jesús Maraña, a la sazón, director editorial del digital infolibre.es, uno de los más seguidos del país, ha tomado una iniciativa -subrayando la doble calidad de su condición 'ciudadano y periodista'- consistente en registrar un escrito en el Congreso de los Diputados dirigido a Jorge Fernández Díaz, presidente de la comisión de Peticiones de la cámara baja, en el que solicita que renuncie, cuanto antes, a esa presidencia.

La democracia da para mucho, desde luego. Y si es la española, con la ingente cantidad de peculiaridades, contrasentidos y sinrazones que atesora, más. Este es un hecho insólito. Que el ciudadano y profesional Maraña se dirija al propio Fernández Díaz -recuerden, ex ministro del Interior- pidiéndole que abandone la comisión institucional para la que fue designado por su partido, después de los intentos frustrados de acceder a la presidencia de las que tienen que ver con Asuntos Exteriores y el Tribunal de Cuentas del Reino, alcanza unos niveles se saludable sensibilidad ciudadana, por un lado, y de intransigencia institucional, por otro, sobre todo si la petición, como se espera, sea desestimada (Lo que faltaba: a ver si vamos a hacer caso ahora, por mucha minoría en la que nos encontremos -se habrán dicho en el Grupo Parlamentario Popular-, al ciudadano periodista, por muy Maraña que se apellide y por mucha sensatez que aporte en el paso dado).

La tesis de la solicitud formal es bien sencilla: el ex ministro fue sorprendido en su despacho conversando con el primer responsable de la Agencia Antifraude de Catalunya tramando -como suena: tramando- contra políticos y cargos públicos a fin de desprestigiarles y desacreditarles. Sin reparar en recursos públicos, faltaría más. Al trascender las grabaciones de aquellas conversaciones, lo lógico hubiera sido que el ministro dimitiese. No fue así, por lo que se ganó la posterior reprobación de toda la cámara, excepción hecha de la formación parlamentaria popular. Y lo que es más: aún se está pendiente de lo que decida el Tribunal Supremo en orden a investigar o archivar la querella interpuesta contra Fernández Díaz ñpor el Partido Demócrata Popular (PDC) y por el ex alcalde de Barcelona que llegó a ser acusado ulteriormente de tener una cuenta en Suiza, con pruebas presuntamente falsificadas.

Con esa secuencia, y con otros antecedentes, Jesús Maraña concluye que “un político que ha sido reprobado por la mayoría del Congreso no debe presidir ninguna comisión parlamentaria, tampoco la que se dedica precisamente a tramitar las peticiones de la ciudadanía al máximo órgano de la soberanía popular. Si hay una comisión que exige estar representada por un nombre de consenso, respetado y creíble, es la que conecta al Congreso con los ciudadanos”. Los fundamentos de la petición del ciudadano periodista desembocan en una recomendación clara: “Su renuncia es la decisión más honorable (si cabe aún ese adjetivo) para ambos (diputado y presidente del Gobierno). Y muy especialmente, para la propia institución del Parlamento”.

Que se sepa, hasta ahora Fernández Díaz no ha dimitido ni tiene intenciones de hacerlo. Seguirá: con una muesca más, claro.


miércoles, 23 de noviembre de 2016

TURISTAS PRESTADOS

El servicio de Estudios del BBVA ha dado a conocer un estudio sobre la evolución del sector turístico en España del que se desprende que la mitad de los nuevos turistas captados en distintos mercados son prestados. Atención a este término que puede tener largo recorrido si se mantienen las circunstancias: los conflictos, la seguridad en riesgo -incluso de actos terroristas- y la inestabilidad en destinos competidores. En pleno éxtasis de plusmarcas de afluencia y ocupación, el informe de la entidad financiera ha venido a contrastar las impresiones que expertos, profesionales y ejecutivos han ido atesorando durante los últimos tiempos: crecemos, sí; batimos récords, también; pero factores exógenos son determinantes a la hora de encontrar las razones. Cierto que los valores propios y la singular oferta naturalista de Canarias inciden en los mercados europeos pero -aunque haya que decirlo sin alegrarse del mal ajeno- lo que ocurre en territorios del Mediterráneo y Oriente y la misma Francia es significativo a la hora de interpretar tendencias y preferencias.
Para los autores del estudio, los dos archipiélagos españoles, Baleares y Canarias, han sido las dos comunidades grandes beneficiadas de la negativa dinámica descrita anteriormente. Calculan que entre los nuevos visitantes, debería interpretarse como “prestados por los conflictos de sus competidores internacionales el 63 y el 56%, respectivamente”. Datos añadidos: por provincias, la más beneficiada es Las Palmas ya que se considera que el 68,2% de sus nuevos clientes proceden desde otros destinos inestables. La provincia de Santa Cruz de Tenerife ocupa un discreto quinto puesto con un 33%.
En el análisis del BBVA se consigna, por ejemplo, que Turquía ha perdido este año un 30% de su turismo; y que Francia, el país más visitado del mundo, ha visto caer en 2016 hasta un 16% la afluencia de turistas. Los retrocesos de Grecia, afectada por su conflictividad social y las procelosas relaciones con los responsables de la Unión Europea (UE), alcanzan el 8%.
Habrá que relativizar, por tanto, los discursos triunfalistas sobre el auge turístico, otro boom, una segunda época dorada en la que, como hemos escrito, se baila a ritmo de récords. Esa bonanza mejora la productividad sin duda y llegaría a niveles de excelencia si la calidad del empleo generado fuese mayor. Pero el debate estriba en si se está aprovechando esa coyuntura tan favorable para innovar y cualificar el producto, para racionalizar la oferta, para incentivar la formación, para mejorar los servicios y sus respectivas prestaciones... en fin, para fidelizar la clientela, principalmente para esa mitad que se considera prestada.


martes, 22 de noviembre de 2016

HISTORIA DEL PERIODISMO

Sin democracia, decae el periodismo; sin periodismo se agota la democracia”. Así, con este título, arrancará el próximo jueves el II Congreso Historia del Periodismo Canario, promovido por la Asociación Densura, nacida con vocación interdisciplinar en el ámbito de la Universidad de La Laguna para la investigación de la Historia de Canarias.

El título se corresponde con el de la conferencia inaugural que impartirá el periodista y analista económico, Fernando González Urbaneja, ex presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE). En la actualidad es profesor asociado de la Universidad Carlos III de Madrid.

El congreso tiene como temática principal el período comprendido entre 1936 y el presente año para abarcar “De la autarquía franquista a la globalización”. Los departamentos universitarios que avalan la convocatoria son los de Geografía e Historia de la Universidad de La Laguna; el de Ciencias Históricas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y el de Ciencias de la Comunicación y Trabajo Social de la Universidad de La Laguna. Los profesores Julio Yanes y Enrique Perera y la editora Lara Carrascosa tienen a su cargo la coordinación de las actividades congresuales. Hay más de cuarenta comunicaciones registradas.

Según su propio relato, el II Congreso Historia del Periodismo Canario “nace como plataforma de encuentro para los investigadores con la finalidad de que éstos puedan contrastar ideas, detectar necesidades, identificar nuevos objetos de estudio y, en definitiva, aunar esfuerzos y propiciar el trabajo en equipo”.

Los promotores también admiten la vocación de rebasar el mundo académico para llegar a toda la sociedad, “en el convencimiento de que solo así la actividad investigadora cumple con la cuota de utilidad social que le es exigible en toda sociedad democrática”. Por ello han incluido en el programa una denominada 'Sesión miscelánea', abierta a otros períodos cronológicos y a trabajos elaborados con las fuentes hemerográficas isleñas.


La conferencia de clausura, prevista para el viernes 25 será dictada por el periodista y escritor tinerfeño Juan Cruz Ruiz quien aporta un sugerente título: “Elementos del periodismo: cuando teníamos las respuestas, nos cambiaron las preguntas”. Las sesiones del congreso se desarrollarán en el antiguo convento de santo Domingo de Guzmán, en La Laguna.

lunes, 21 de noviembre de 2016

LA PIRÁMIDE OLVIDADA

¿Qué fue más interesante: la hipótesis de John Lucas Carruthers o la brillante y sugerente exposición que de la misma hizo el profesor José Carlos Guerra Cabrera? La expectación se palpaba en el Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) a medida que Guerra, quien fuera director general de Educación Educativa del Gobierno de Canarias, iba desgranando las claves de La pirámide olvidada (Jardines de Sitio Litre S.L.), el libro de Lucas que pretende arrojar “alguna luz sobre uno de los mayores y más antiguos misterios del mundo”.

La obra, dedicada a sus cuatro nietas (Adriana, Kristin, Emma y Olivia), está dividida en catorce breves apartados y es el fruto de los estudios y las indagaciones de Lucas, iniciadas -puede que sin querer- cuando, avanzado el mes de diciembre de 1961, a bordo del navío en el que viajaba a Tenerife desde el Reino Unido, a la luz de un atardecer, descubrió la masa alba y piramidal del pico Teide.

Ese es el desencadenante de este trabajo, elaborado en paciente silencio y sin alharacas, “por un anglocanario, con nuestro acentro”, como le definiera Guerra en su presentación, antes de referirse a un recinto histórico del Puerto de la Cruz, el Sitio Litre, propiedad de Lucas, un lugar de encuentro de la botánica y la cultura. Citó a ilustres visitantes que dejaron allí huellas de su saber. John Lucas, entregado a la geografía y la historia, ya publicó hace diez años un relato interesantísimo e imaginativo, Camino a la eternidad, en el que ya anticipaba movimientos e inquietudes de los egipcios de dos mil seiscientos setenta años antes de Cristo.

José Carlos Guerra fue desgranando elementos que sustancian la teoría de Lucas, que agradeció a Emilio Abad Ripoll la traducción de los textos. Las poderosísimas creencias de los faraones, la piedra caliza blanca con la que originariamente construyeron las pirámides y la explicación más comúnmente aceptada: la del montículo primitivo levantado desde el gran océano... El Teide nevado pudo haber sido visionado por bereberes que luego atravesaron el norte de África y transmitieron o plasmaron sus impresiones, ya en Egipto. La hipótesis de Lucas: los cuerpos debían descansar en el interior de construcciones similares a la forma teideana. Es, según Guerra, plausible y verosímil. Para ello, sigue desmenuzando factores: la desertización de vastísimas extensiones del norte continental africano, un territorio más frío y más verde, la posibilidad de que el pico fuera visto desde Lanzarote y Fuerteventura durante épocas de bonanza, atravesar el brazo de mar de noventa y seis kilómetros...

El profesor Guerra siguió cautivando a medida que desglosaba estos elementos: se puede datar presencia humana en las dos islas citadas dos mil años antes de Cristo. Si se repasan las montañas de esos espacios, no se encuentra otra similar nevada. Herodoto recorrió el cauce del Nilo. La tumba de Keops se encuentra debajo de la pirámide. El segundo faraón de la cuarta dinastía quiso que la tumba estuviera rodeada de agua. En la más antigua teología egipcia, los dioses, espíritus buenos y malos, vivían en los árboles, en las piedras y en las montañas. Monte Manu, el lugar donde el dios Ra era engullido todas las noches. Coincide que el Teide, Tenerife y las Canarias están en la misma latitud que Giza, Saqqara y Menfis.

Más datos para sustanciar la hipótesis: la presencia en las islas, a principios de los cincuenta del pasado siglo, del profesor alemán Frederick Everard Zeuner, sorprendido con los restos hallados en cercanías de los enterramientos guanches de la cabra de la raza 'mamber', que solo vivió en la Edad de Bronce en al antiguo Egipto y en Palestina. Zeuner estudió los ídolos religiosos y sellos guanches que se conservan en el Museo Canario: las similitudes de algunos rasgos con los predinásticos egipcios también hacen concebir alguna relación.

José Carlos Guerra finalizó diciendo que “la hipótesis es fascinante y no acierto a ver nada que la haga imposible. Hay muchos elementos favorables. Desde luego, si en el futuro aparecen nuevos datos, John Lucas pasaría a la historia por haber hecho una aportación tan importante”.


El caso es que, después de la publicación del libro, La pirámide olvidada quizá no lo sea tanto.

sábado, 19 de noviembre de 2016

DOS MIL Y UNA ENTRADAS

El periodismo no es cuestión de cantidades, que también, pero cuando se registran ciertas cifras es inevitable echar la vista atrás y reflexionar. El 31 de agosto de 2007 iniciábamos la edición de este blog. Fuimos de los primeros en Canarias en utilizar esta opción surgida de las nuevas tecnologías y de los nuevos soportes para comunicar. Llegar a dos mil entradas no es, en sí mismo, un logro sino una manera de acreditar que la vocación está latente, que es capaz de generar una autodisciplina para cumplir y para actualizar el canal de expresión prácticamente a diario.

El ideario de la cabecera está vigente: “...fruto del propósito de contar cosas y comunicar, de seguir ejerciendo el oficio, de estar en contacto con la gente”. En la fecha citada, andábamos por la Delegación del Gobierno en Canarias y ya habíamos abandonado el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. En la vida se van sucediendo las etapas, algunas bien definidas. Éramos consecuentes: el periodismo, la comunicación, eran (son) la vocación, convertida en ejercicio profesional que ha alternado durante mucho tiempo con ocupaciones en el ámbito público. Creemos haber respetado las fronteras; sabíamos dónde estaban luego se trataba de no entremezclar ni de abandonarse a senderos de aprovechamiento personal o de representatividad. Hasta aquí: las dos mil entradas del blog -que esperamos sean muchas más- así lo reflejan, no siendo la única fuente que nutre aquel ejercicio.

Gracias a los seguidores, a los pacientes lectores, a los críticos y a los que nos han transmitido felicitaciones. Todo esto sirve como estimulante del oficio, que nos apasiona. Nos sigue interesando su evolución, estamos muy atentos a las innovaciones, a las aportaciones, a las opiniones bien fundamentadas, a los resultados de las investigaciones, al nuevo modelo de negocio, a las inquietudes y sensibilidades de los estudiantes, a los dramas personales de quienes pierden su puesto de trabajo... Esta es una vocación contrastada a base de aprendizaje permanente y de humildad en el quehacer. Ser autodidacta para esmerarse y para enriquecer la condición de obrero de la comunicación que es, definitiva, lo que somos o parecemos ser.

Al cabo de dos mil entradas, que versan sobre muy distintas materias, nos anima seguir en contacto con la gente, ser constructivos. La doble intención de hacer un periodismo crítico y amable a la vez, respetuoso y tolerante al mismo tiempo, está de forma constante en el pensamiento y en su traducción. Para bien o para mal, este fue el camino que escogimos. Hay que recorrerlo con dignidad, soportando intemperancias y hasta insolencias, superando obstáculos y levantándose tras los imponderables.


Nadie dijo que iba a ser un trayecto sencillo. 

viernes, 18 de noviembre de 2016

CALIDAD E INGRESOS

A menor calidad en el empleo, más efectos negativos en dos vertientes: en las condiciones de trabajo de muchos empleados y en las cuentas de la Seguridad Social. Los timbres de alarma están sonando a la espera de que mejoren las cifras de los registros en el mercado laboral y en la ocupación activa de la población. Y suenan porque tales factores repercuten en la sostenibilidad del sistema público de protección social que cerrará 2016, previsiblemente, con un déficit no inferior a los diecisiete mil millones de euros.

Los datos contabilizados por el Instituto Nacional de Estadística (INE) y la propia Seguridad Social convergen en esa doble repercusión negativa. Se resienten los ingresos en aquélla, entre otras cosas porque menos de la mitad de los cotizantes (un 48%) dispone de empleo fijo a tiempo completo, o lo que es igual, menos de la mitad de los trabajadores por cuenta ajena tiene un puesto de trabajo estable o con una jornada laboral similar a la ordinaria, es decir, treinta y nueve horas semanales.

Las estadísticas de la Seguridad Social son reveladoras en este sentido: solo 6,41 millones de asalariados son indefinidos a tiempo completo, en tanto que 6,93 millones están empleados a tiempo parcial, aunque su modalidad contractual sea de carácter indefinido. Además, son fijos discontinuos (quiere decirse que trabajan durante una parte del año); o tienen una relación contractual temporal (a tiempo completo o parcial) o han firmado un contrato de aprendiz, formación o prácticas.

Señala el INE, por otra parte, que lo que dura el trabajo es determinante a la hora de fijar el salario. Así, la diferencia salarial entre los trabajadores a tiempo completo y parcial es de 5,1 euros por hora. Para que se entienda en términos retributivos: si los empleados a tiempo completo cobran un promedio de 14,9 euros por hora trabajada, en el caso de quienes lo hacen a tiempo parcial, desciende hasta los 9,8 euros. Siempre según los datos del INE, si se establece una comparación entre los salarios percibidos por los trabajadores con contrato temporal y los sueldos del personal con empleo indefinido, la diferencia es no menos significativa que el caso anterior. En 2015, trabajadores con contrato de duración terminada ingresaron un salario anual de 15.680 euros, inferior en un 31% al salario medio, mientras que los contratados de forma indefinida percibieron una retribuciones anuales de 24.746 euros, cantidad que supera en un 8,3% al salario medio.


Sabido es que la cuantía de las cotizaciones está directamente relacionada con los salarios. Por consiguiente, los sueldos más bajos inciden negativamente en las cuentas de la Seguridad Social. Ahora que sigue creciendo la preocupación en torno al futuro de las pensiones -el Gobierno y los grupos parlamentarios deben esforzarse en explicar cuál es el alcance real del Pacto de Toledo-, cada vez que se ofrezcan datos sobre el desempleo, habrá que insistir en que los trabajadores activos actuales son los que pagan las pensiones de quienes han salido o están fuera del mercado laboral. Eso concluye en lo dicho al principio: si los salarios son más bajos, también lo son los ingresos de la Seguridad Social. Peligro.

Nota del autor.- Esta es la entrada número dos mil del presente blog. La primera fue editada el 31 de agosto de 2007. Como los propósitos siguen siendo los mismos de la cabecera, ¡¡a por más!! Gracias a seguidores y lectores.