jueves, 31 de diciembre de 2009

ADIOS 2009. LO QUE NOS DEJA

Termina el año. Un repaso a lo noticioso, a lo impactante, a lo que queda tras un 2009 en el que predominó el escepticismo, derivado de la recesión económica. El año del paro, se podrá decir. Pero también el año de la TDT. El de Susan Boyle y el de los éxitos sucesivos del F.C. Barcelona.
Es difícil condensar lo más relevante pues seguro que habrá omisiones y criterios discrepantes. En cualquier caso, he aquí una síntesis basada, sobre todo, en la memoria periodística.

 Hecho negativo: La corrupción.

 Noticia positiva: La disminución de la llegada de pateras.

 El riesgo: La gripe ‘A’.

 Acontecimiento político: Cambio en Euskadi, pacto PSOE+PP.

 Impacto social del año: Facebook (redes sociales).

 La iniciativa: Plan E, Fondo Estatal de Inversión Local, dotado con ocho mil millones de euros para financiar 30.903 proyectos presentados por 8.108 ayuntamientos españoles.

 La innovación: Implantación de la TDT.

 El premio sorprendente: El Nobel de la Paz para Obama.

 El político: Silvio Berlusconi.

 Un discurso: El de Lula da Silva ante el Comité Olímpico Internacional.

 La boda: Jaime Polanco, sobrino del que fuera editor de ‘El País’, con Fiona Ferrer, directora de Elite Model Look de España (en Guía de Isora, Tenerife).

 El divorcio: El de la infanta Elena y Jaime de Marichalar; el de Pastora Vega e Imanol Arias.

 La foto: La de un Silvio Berlusconi con el rostro ensangrentado y sin dos dientes tras la agresión sufrida en Milán (Reuters).

 El libro: Anatomía de un instante, de Javier Cercas.

 Mejor canción: Colgando en tus manos, de Carlos Baute y Marta Sánchez; Infinity, de Guru Josh Proyect; Bajan, de Andrés Calamaro y Soy tu aire, de Labuat.

 La película: Avatar, de James Cameron; y Slumdog Millionarie, de Danny Boyle.

 La actriz: Penélope Cruz, en Vicky Cristina Barcelona (Oscar) y Los abrazos rotos.

 El actor: Mario Casas, en Mentiras y gordas y Fuga de cerebros.

 Mejor programa de TV: Telediario 2 y El Intermedio (La Sexta).

 Mejor programa de radio: Hora 25 (Cadena SER).

 La revelación: Susan Boyle, artista británica que obtiene 33 discos de platino y 14 de oro con su primera grabación, “I dreamed a dream”.

 La cifra: 4.137.500 desempleados en España, registrados en el trimestre abril-mayo-junio.
Diez mil millones de dólares, recaudación de la industria cinematográfica norteamericana.
Las centrales nucleares españolas pararon 572 días, el peor año de su historia. El peor registro anterior, en 2007, era de 420 días.

 Gesta deportiva: Los seis títulos del FC Barcelona.

 El deportista: Usain Bolt (Jamaica), récord mundial de carrera de longitud. Y los españoles Pau Gasol (baloncesto) y Alberto Contador (ciclismo).

 El suceso: La desaparición de un avión de “Air France” en el Atlántico, con 228 personas a bordo; el naufragio de una barcaza en Teguise (Lanzarote) que costó la vida a 25 inmigrantes; el incendio en la isla La Palma y los aluviones en esta misma, en Gran Canaria, Tenerife y El Hierro, con cuantiosos daños materiales en el campo, fincas, viviendas e infraestructuras.

 El producto: iPhone.

 La prenda: El pañuelo palestino.

 La frustración: La cumbre de Copenhague sobre el cambio climático y la candidatura de Madrid a los Juegos Olímpicos 2016.

 El resultado: El retorno de Haidar a El Aaiún y la liberación del pesquero ‘Alakrana’.

 Lo pendiente: Liberación de tres cooperantes españoles en Mauritania.

 Fallecimientos: Paul Samuelson, Michael Jackson, Francisco Ayala, Mario Benedetti, Mercedes Sosa, López Vázquez, Lazarov, Mari Trini, Luis Aguilé, Andrés Montez, Pedro Altares, Edward Kennedy

 La frase: • “En el mundo actual se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para las mujeres que en la cura del alzheimer. De aquí a algunos años, tendremos viejas de tetas grandes y viejos con pene duro, pero ninguno de ellos para qué sirven”.
(Drauzio Varella, oncólogo brasileño).

• “Con perdón de las damas, que la chupen y sigan chupando” (Diego Armando Maradona, seleccionador argentino de fútbol).

Gracias a los seguidores y a los visitantes, a los comentaristas, a los que nos leen en este modestísimo espacio de la red.
Que 2010 sea un año generoso.
Y que nos sigamos viendo.

martes, 29 de diciembre de 2009

INTELECTUAL CENTENARIA

Ha cumplido cien años María Rosa Alonso, la eterna intelectual tinerfeña, natural de Tacoronte, fundadora del Instituto de Estudios Canarios.
Mujer singular. Aún recordamos cuando aceptó nuestra invitación a que pregonera las Fiestas de Julio del Puerto de la Cruz en el año 2002.
"¡Pero si ya no escribo!", exclamaba para justificar su reticencia.
"A los portuenses nos gustará ver florecer de nuevo esa ñamera", le dijimos, en alusión a su célebre texto de 1951.
"¿Y quién me lleva al Puerto", preguntaba.
"No se preocupe. Ya nos las arreglaremos", respondíamos con fines persuasivos.
Su sobrino Elfidio echó el resto.
Y un viernes 5 de julio lanzaba su pregón en el salón noble de la abarrotada casa consistorial portuense. Muchos admiradores la siguieron transidos de sensibilidad y emociones. Habló unos cuarenta y cinco minutos pero nadie se quejó de la extensión de su intervención. Leyó algunas citas ¡manuscritas! Su verbo firme y enfático. Su mirada y sus gestos elocuentes. Su visión del ayer y del porvenir.
Lástima que no queden testimonios audiovisuales de aquel pregón extraordinario que glosó la universalidad del Puerto de la Cruz. O al menos eso recordamos, cuando al despedirla, lamentamos la ausencia de cámaras y micrófonos y dijimos algo así como que los organizadores merecíamos un suspenso al no tener la previsión de grabar aquella locución llena de citas, hechos memorables y descripción de rasgos ciudadanos y costumbristas. María Rosa pregonó hasta entusiasmar.
Fue la lección de una intelectual que agradecimos hasta el infinito.
Como agradecidos estamos todos los portuenses de aquel bellísimo texto que le inspirara un paseo por la plaza del Charco. Un texto dedicado a la ñamera de su pila central y que a continuación reproducimos:


"Frondosa y verde emerge esa bombonera redonda que es la
ñamera de la Plaza del Charco. Anchas y rotundas sus hojas suplen
una ausencia de flores que no tiene ni necesita. No precisa siquiera
de una voz poética que le cante, como a la palmera, su esbelta delgadez,
o, como al drago, su milenaria tradición de catedral vegetal.
La ñamera de la Plaza del Charco se basa a sí misma en su verdura
esférica, y a veces me he preguntado por las manos gigantes
que le han dado su forma de búcaro artificial.
Ella se ha fabricado su redondez solitaria y su ancho corazón
nos sonríe en cada hoja a todos los que amamos la honda y fresca
delicia de su sencillez. La ñamera nos mira en línea recta y nos invita
a la renuncia de la vertical y a huir de las estrellas y de la estremecida
tensión de las alturas.
Ancha, redonda, verde y satisfecha es envidiable su felicidad
jugosa de muerte feliz, su renuncia a lo alto, y su baja sonrisa,
humilde, casi a flor de tierra. Lección de suavidad serena la suya,
de rotundidad de lo mínimo y sencillo. Si tienes, caminante, el alma
seca porque el dolor te haya bebido los jugos de su fragancia,
aprende lo que la ñamera de la Plaza del Charco te muestra en su
vida simple, uniforme, sin pretensiones; pero si no quieres o no puedes
renunciar a las estrellas, sólo te dará envidia y agonía advertir
que, mientras te quemas en la paramera de tus verticales inalcanzable,
ella se sonríe tranquila en su menudo y jocundo verdor de
horizontales, sin riesgos ni ambiciones".
(Madrid, 1951).

María Rosa ya tiene cien años y todos nos alegramos. Una exposición en el antiguo convento de San Agustín, en su Tacoronte natal, rinde tributo a la vida y obra de una tinerfeña excepcional, de una intelectual centenaria. Cien años de perseverancia y de lucidez.

lunes, 28 de diciembre de 2009

PLAN CONTROVERTIDO

“El urbanismo es pacto”, definió en cierta ocasión un destacado munícipe tinerfeño a la hora de explicar la búsqueda de las soluciones a las diferencias y a los obstáculos que, en esa materia, surgían cada vez con más asiduidad en cualquier localidad, ya dispusiera o no de Plan General o de otros instrumentos de planeamiento.

Pacto entendido como anticipo de acuerdo, forma de entendimiento, de encuentro entre el promotor y la Administración responsable, respetuosa, naturalmente, con la legalidad y con la protección o defensa de los intereses generales. Es una forma que, en todo caso, exigía generosidad por ambas partes y transparencia, mucha transparencia, de modo que se pudiera contrastar que el pacto ni era lesivo ni significaba contravenciones ni beneficiaba descaradamente a alguna de ellas, generando, de paso, todas las conjeturas y suspicacias imaginables.

Es difícil alcanzar un pacto en algo tan serio y complejo como es un Plan General de Ordenación pero sus mentores deben intentarlo. Es lo que no parece estar ocurriendo en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, una institución sacudida en el presente mandato por convulsiones de todo tipo que han mermado el prestigio y la seriedad ante una ciudadanía que, en términos generales, viene desde hace tiempo acusando indiferencia y hasta indolencia ante las decisiones que provienen del consistorio.

A un Plan General hay que darle rango de ley y no sólo ha de trazar viales o determinar alturas y edificabilidad sino que ha de diseñar o contener un modelo de ciudad o de municipio, de modo que prevea crecimientos poblacionales y desarrollos sociológicos o de sectores productivos. Infraestructuras, dotaciones, operaciones singulares y ordenanzas especiales son, entre otros, figuras y componentes decisivos en una herramienta esencial -impregnada de la necesaria flexibilidad- para el crecimiento de la ciudad -especialmente en barrios o núcleos emergentes- y para la propia estabilidad jurídica de quienes deseen desarrollar en ella las actuaciones urbanísticas que conciban y preparen.

Es una herramienta para el futuro y, por tanto, requiere altura de miras y una visión generosa que impliquen amplias capacidades de información y participación, no sólo de particulares o colectivos vecinales directamente afectados por alguna previsión sino de entidades y colegios profesionales cuyo criterio teórico debe también ser tenido en cuenta.
La controversia suscitada en las vísperas de la aprobación del Plan no parece que satisfaga plenamente esas aspiraciones. Al contrario, algunos episodios, aunque terminen resultando anecdóticos, ponen de relieve que el Plan va a nacer malparido de modo que se vaticine una trayectoria muy alterada hasta su aprobación definitiva. Lejos están los consensos primordiales para que el documento final tenga bases de aceptación no sólo técnica sino social y política que lo hagan creíble y viable.

Algo han logrado, desde luego, los más críticos: que el asunto no sea una polémica política más, de esas que se apagan paulatinamente y terminan perdidas en la memoria con las dosis de inutilidad que ya sabemos. Y en este sentido, habrá que medir bien las consecuencias del tiempo o de la oportunidad escogida para su tramitación. Mucho habrán valorado la decisión los responsables, conscientes, sin duda, de que cuanto más cerca del final del mandato, mayor será la “revoltura” y, por tanto, más fresca la memoria de la ciudadanía cuando sea llamada a las urnas y conserve a flor de piel el teórico malestar que le han producido determinadas previsiones urbanísticas y los teóricamente beneficiados.

Los empecinamientos, en este aspecto, no son buenos consejeros. Ahí tienen los antecedentes de Tacoronte. La gente, en Santa Cruz, como en otros muchos puntos de Canarias, está sensible después de gobiernos repetidos dominados por la rutina que es verdaderamente estéril cuando hay que afrontar palabras mayores como son las de un Plan General.

sábado, 26 de diciembre de 2009

CELEBRACIONES DE AÑO NUEVO DE ENTONCES

Primero fue una moda que se hizo luego costumbre. Hasta que surgieron alternativas y la cosa empezó a palidecer hasta el punto de que prácticamente ha desaparecido.
Hablamos de Nochevieja, de la despedida del año y la bienvenida al nuevo en un Puerto de la Cruz que intenta ahora mismo superar, con resignada y pasiva voluntad, los efectos de la recesión económica y la pérdida de su liderazgo turístico.
En la segunda mitad de los años sesenta del pasado siglo, en plena eclosión, todavía en plena fase de construcción de algunos hoteles, la tarde-noche del 31 de diciembre era la genuina expresión del bullicio y de la diversión.
Algunos establecimientos marcaron la pauta. Ofrecían esa noche, a un precio muy salado todavía en pesetas, una cena de gala, acompañada -en algún caso- de orquesta y cotillón. Cuando no había orquesta, la música grabada era digna sustituta. Había que reservar plazas con cierta antelación pues la demanda alcanzó los máximos niveles. Los propios hoteles publicaban anuncios en los periódicos dando noticia de la celebración y de su contenido gastronómico.
La gala se respetaba, vaya que sí. Los hombres, de riguroso esmóquin. Las mujeres, con su traje largo y algunas pieles. Hablamos de los nativos, de los portuenses que esa noche hacían de turistas o de extranjeros. O se les trataba como tales. No era un desfile pero sí resultaba un placer, no exento de curiosidad, ver pasear a parejas y matrimonios rumbo a cualquiera de los establecimientos de Martiánez. Desde la avenida de Colón se podía contemplar el nivel de diversión de la fiesta. Se identificaba a las personas y hasta se las saludaba.
Hasta la década de los ochenta se mantuvo lo que terminó siendo una tradición, a la que se sumaba, por cierto, mucha gente de Santa Cruz de Tenerife y de otras localidades. Era la época de los 'maitres', de la brigada de eficientes camareros que servían de inmediato, del director del hotel vigilando todos los movimientos... Martiánez era un sector efervescente, pletórico de ambiente y diversión, enriquecido cuando los propietarios de los restaurantes descubrieron que también podían ofrecer suculentos menús y alguna atracción complementaria que luego, tras las doce uvas, dejaban paso a que los clientes tomaran otros rumbos, se marcharan donde quisieran, a beber y a bailar, a ligar y a comportarse con el desenfado que no abundaba en otras noches del año. No había distingos de edades, es más, no era extraño que coincidieran parejas digamos maduras con otras mucho más jóvenes.
Se iban a las 'boites' y salas de fiesta, por ejemplo, que también programaban 'cotillones' y fijaban precios según las horas y según se llenara el aforo del local. La diversión se prolongaba durante la madrugada. La cuestión era resistir, ver amanecer. Si era posible, llegar al muelle o algún bar que estuviera abierto para desayunar. Era la búsqueda del chocolate y churros, no siempre fructífera a la vista de la cantidad de clientes que la practicaban.
Hasta que surgieron las alternativas. Por ejemplo, las celebraciones en locales juveniles, en los pocos que había. Novios que se las ingeniaban preparando una cena digna, en la que no faltara nada. Para que la música no se apagara, se turnaban algunos asistentes en las tareas de 'disc-jockey'. La fórmula se hizo válida para algunas reuniones familiares en chalés o estancias de viviendas espaciosas. Allí se aguardaba a las campanadas televisadas, a las uvas de la suerte, a los primeros besos del año.
Y otro ejemplo que aún perdura: las fiestas populares, los bailes masificados, en calles cerradas al tráfico o recintos públicos. Ni el parque San Francisco se libró de estas celebraciones. Miles de personas escogieron durante años cualquiera de las convocatorias del Puerto de la Cruz. Una o dos orquestas que desafiaban al frío nocturnal mientras la gente bailaba... o saltaba y brincaba, que esa noche, todo era posible.
Apenas un alto para las uvas y para mirar al cielo donde tronaban y estallaban los fuegos de artificio. Alguien amplificaba el sonido de las campanas para que la cosa tuviera todo el sabor de una despedida alegre y bullanguera. Un año, esa despedida televisada se hizo desde la plaza de la Iglesia o desde la Peña de Francia pero llovió torrencialmente y quedó deslucida, aunque quienes desafiaron las inclemencias cuentan que fue una experiencia inolvidable.
Ya en los noventa, los jóvenes quisieron dar un toque singular y muy específico y desde la península importaron el modelo festivo en garajes, cines o locales semiabandonados. Los promotores creían hacer negocio. Pero un desgraciado accidente endureció la normativa de exigencias de seguridad y las dificultades hicieron desistir.
Con el 'botellón' en pleno desarrollo, y mientras el frío o la lluvia no causaran deserciones, los jóvenes se buscaron la vida en la calle, muy al estilo de lo que practican a lo largo del años, si acaso con la diferencia de ir mejor vestidos.
A las 9 de la mañana del 1 de enero, cuando buena parte del músculo dormía, cuando muchos cumplían con el ritual cotidiano como si no hubiera caído la hoja del almanaque, los resistentes, los rezagados o los que aún tenían ánimos y ganas para seguir, eran vistos en los aldeaños del muelle, en los alrededores de la parada de taxis mudada para la ocasión y en las cercanías de la estación de guaguas y calle adyacentes. Unos graciosos y otros pretendiendo serlo. Unos, aún con un vaso en la mano; otros, con el último cigarrillo y los menos afectados por los efluvios, intentando convencer de que aquéllo terminó y había que retirarse.
Era la tarde-noche -añadamos madrugada- del gran escenario del cosmopolitismo, de la ambientación que era sanamente envidiada.
Hasta llegar a nuestros días, cuando los hoteles ya no publican anuncios de cenas de Nochevieja, cuando los restaurantes hacen cuentas antes de ofrecer un menú extra y cuando se prefiere el calor de hogar para comentar las estupideces de las ofertas de los programas televisados -campanadas incluidas-, mientras los más jóvenes se afanan para divertirse gastando lo imprescindible.
Puerto de ayer, Puerto de hoy. Costumbrismo festivo al margen, cuánta incertidumbre te domina.

lunes, 21 de diciembre de 2009

CELEBRACIONES NAVIDEÑAS DE ENTONCES

Allá por los años sesenta del pasado siglo, las celebraciones navideñas en la ciudad tenían mucho de familiaridad hasta que la eclosión del turismo cambió usos y hábitos.

En la tarde-noche del 24 de diciembre, el Puerto adquiría un encanto natural de quietud. Como por ensalmo, desaparecía el bullicio callejero. Los cines, Topham y Olimpia, que eran un reclamo, con sus cuadros y carteles exteriores, estaban cerrados. Todo lo más, ofrecían sólo la primera sesión. Era la primera señal clara de aquel encanto. La otra, la otra gran señal, era el cierre del bar “Dinámico”, con lo que esa médula espinal que era y es la plaza del Charco, no funcionaba, permanecía a oscuras.

En los barrios del municipio, entonces lejanos para muchas personas, transpiraba también la inactividad. Y en Martiánez, donde el desarrollo turístico avanzaba y se consolidaba, sólo los comedores de hoteles visibles desde el exterior reflejaban el clima de la celebración.

Las familias portuenses vivían la celebración navideña muy en la intimidad. Era la ocasión propicia para una reunión de todos o casi todos los miembros que no se registraba a lo largo del año. Las abuelas y las madres hacían de comer: era un menú especial el de esa noche. Ese caldo, ese cabrito, ese conejo, esos dulces y pasteles artesanales… Todavía no habían llegado ni se conocían otros productos que terminarían caracterizando el contenido gastronómico de esa noche.

Hasta en las casas más modestas o más humildes había exquisiteces. El esmero de los preparativos, el nerviosismo de los menores. Calderos humeantes, aromas sugerentes, el vino de la tierra recién estrenado… Se escuchaba, en algunos domicilios, la música procedente de algún tocadiscos. Calor de hogar.

Un calor de alguna forma transmitido desde fechas anteriores por los grupos de personas que, más o menos bien abrigadas -entonces se sentía el frío más intensamente-, recorrían las calles cantando villancicos. “Ahí viene Lo Divino”, se decía en seguida cuando empezaban a escucharse las voces y los acordes.


También, durante los días anteriores, las señales de la ambientación navideña eran localizadas por los guardias municipales -entonces se les llamaba así- que ordenaban y distribuían el tráfico en algunas intersecciones, como las de las calles La Hoya-Zamora o en La Marina-Plaza del Charco, San Felipe y también en la Punta de la carretera. Subidos sobre una plataforma, hacían sonar un silbato y movían los brazos indicando direcciones mientras la gente se acercaba y depositaba en la base de la plataforma una botella o una vianda.

Era otro peculiar aguinaldo, el que también lucían, a su modo, los trabajadores que percibían la paga extra.

Las celebraciones se completaban con una especie de ritual que era asistir a la “misa del gallo”. Los mayores inculcaban esta costumbre. Grupos de personas, familias enteras transitaban hacia la Peña de Francia, siempre abarrotada. Muchos quedaban fuera y seguían instintivamente el oficio religioso.

Mientras tanto, grupos de jóvenes se concentraban en la plaza del Charco falta de la iluminación del “Dinámico”. No importaba: abrazados, daban vueltas a la plaza cantando durante un par de horas. Algunos ya fumaban, otros aprovechaban la salida para estar un rato con la primera novia y otros se habían hecho con una botella de sidra que compartían a morro entre canción y canción. Y venga vueltas a la plaza. Desde los balcones o ventanas de las viviendas cercanas se les saludaba o decía adiós entre gestos y susurros de las personas mayores que ya hablaban –fijarse bien- de “esta juventud perdida”.

Al día siguiente, volver a empezar, envueltos, eso sí, en el ambiente festivo que pasaba por contar el menú de casa y la celebración particular. Algunos no podían disimular los efectos de los excesos. Era, para muchos, su primera resaca. Si amanecía soleado y despejado, el muelle y sus alrededores eran el punto de concentración para divisar y admirar el Teide nevado.

En horas del mediodía, retorno a la normalidad para degustar las sobras, lo que más apetecía era el caldo. El saludo de algún pariente que hacía la visita formal. El brindis.

Navidades de los sesenta. Sobre todo, eso, calor de hogar.

viernes, 18 de diciembre de 2009

HAIDAR, PUNTO SEGUIDO

No, no se ha puesto el punto final en el asunto de Aminatou Haidar pero, de momento, parecen despejadas las incertidumbres sobre las consecuencias de su huelga de hambre que, se supone, habrá depuesto.
Ha vuelto a El Aaiún, donde quería, junto a sus hijas y junto a su familia, junto a los suyos, a proseguir la lucha por su pueblo, por las aspiraciones de éste.
Ha vuelto después de un mes tenso para ella y para quienes le rodean. Un mes de muchas primeras páginas. Consultas, solidaridad, desinformaciones, conjeturas, resistencia, pros y contras, incongruencias, manifestaciones, sesgos, preferencias, acción diplomática... de todo ha habido hasta que se ha consumado el regreso de Haidar, anticipado, por cierto, por el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero que, con temple, confió en una solución al problema, al final, se supone que pactada entre los gobiernos de España, Francia y Marruecos.
No, no se ha puesto el punto final. Haidar dejará de ser primera página pero podrá seguir interpretando el papel de mártir, acaso el que buscaban para reavivar el viejo contencioso del Sahara, tan apagado mediáticamente en los últimos tiempos.
En El Aaiún habrá un seguimiento de sus pasos y de sus actividades. Por las autoridades marroquíes, por sus compatriotas, por el universo mediático que se estará preguntando 'y ahora qué'. Se pondrán en marcha las investigaciones. Quizá algún día nos aproximaremos a la verdad, quizá algún día sabremos si bajo la decisión de Haidar subyacían otras finalidades, alguna operación multilateral de desestabilización por ejemplo.
De momento, en los anuarios, hay que colocarlo como uno de los sucesos destacados del 2009 que se agota, afortunadamente saldado sin pérdida de vida, que era uno de los riesgos a los que se enfrentaban todos, absolutamente todos, no sólo la protagonista del suceso. Ya hoy pueden respirar con más tranquilidad.
Guacimeta (aeropuerto de Lanzarote) volverá a ser como antes de Haidar. Pero siempre quedará la lucha de esta ciudadana saharaui. ¿Habrá conseguido lo que se propuso? Ella habla de victoria, desde luego. Victoria de la justicia, dice.
Punto seguido.

jueves, 17 de diciembre de 2009

¡INSOLITO! UN PRESUPUESTO POR UNANIMIDAD

El pleno del Ayuntamiento de Los Realejos (norte de Tenerife) aprobó días pasados por unanimidad los presupuestos generales del año próximo. El importe, 26.8 millones de euros. Los grupos políticos consensuaron las cuentas y el acuerdo se adoptó, insistimos, por unanimidad.
Es un hecho inusual (íbamos a escribir insólito pero el primer adjetivo parece más apropiado) y debe ser ponderado. En una época en que la crispación política anula ideas y voluntades, en que el encono caracteriza las relaciones políticas de los grupos y las personas, en que las mayorías -del signo que sean- aplastan hasta la totalidad de las enmiendas que se presenten, en que los recelos tumban sistemáticamente contribuciones que son interesantes, en que la crisis causa estragos y obliga a recortes... que unas previsiones contables respondan al consenso de hasta tres grupos políticos (dos de ellos en la oposición) es motivo suficiente para que los realejeros se sientan satisfechos.
Otra cosa es que los contenidos presupuestarios no cubran todas las demandas ciudadanas o alumbren algunas imperfecciones pero esa es harina de otro costal.
El que aquí estamos subrayando es el que los munícipes realejeros han cargado con un sentido de la responsabilidad como en muy pocas ocasiones se había registrado. Tan dados que han sido en otras épocas a la discordia, tan notables han sido las discrepancias en otras épocas, que este acuerdo unánime bien merece ser destacado.
Ya el año pasado, el presidente del Gobierno de España y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, había sugerido a los grupos institucionales que estuvieran en la oposición que, dadas las circunstancias de recesión e inestabilidad financiera, no votaran en contra de los cálculos que preparasen los respectivos gobiernos autonómicos y locales.
Aquella era una buena indicación de un dirigente político consciente de que, en situaciones como la que atravesamos, lo mejor para todos es aparcar las diferencias partidistas y facilitar las cosas a quienes tienen el mandato de administrarlas y gestionarlas. Se diría que aquélla era no sólo una declaración de buenas intenciones sino una auténtica inversión de futuro sustanciada en un sentido de la responsabilidad que los ciudadanos (un suponer) sabrán valorar.
El de Los Realejos es un ejemplo de esa responsabilidad. Hasta hace muy pocas fechas, gobernaba una alianza política (CC+PSOE) fracturada, por cierto, casi de forma absurda teniendo en cuenta otras situaciones políticas locales mucho más delicadas que se suele sobrellevar con flexibilidad, transigencia y cintura política. Pues bien, a pesar de esa ruptura, a pesar de que las heridas estaban aún sin cicatrizar, los socialistas, ahora en la oposición, han estado a la altura de las circunstancias y han sabido tomar una decisión que no era fácil, sobre todo, para no quedar descolgados y señalados como poco colaboradores después de haber compartido tareas de gobierno durante unos dos años.
Un presupuesto aprobado por unanimidad en una corporación pública es un hecho, hoy por hoy, insólito. Tal como bajan las aguas en la política canaria, si nos apuran, es hasta histórico. Se lo merecen:
¡Enhorabuena!

miércoles, 16 de diciembre de 2009

DE VERDUGO A MÁRTIR

La agresión a Silvio Berlusconi, presidente italiano, es un suceso desgraciado. Ese rostro ensangrentado, ese ceño dolorido, esa mirada en un horizonte de sabe Dios qué y dónde reflejan los efectos de la violencia, del desafuero y del victimismo, o sea, todo lo que no se quiere para la política de nuestros días, tan agitada y tan convulsa que, consecuencias como la de la agresión, espantan.
El debate tras el suceso fluye desde el ardor de pros y contras, aunque nadie pueda aprobar la acción por muy anti Berlusconi que sea. Claro que se ha pasado Il Cavaliere, en la esfera pública y en la parte de la privada que afecta a la primera, pero eso no equivale a decir que se lo tenía bien merecido. "De verdugo de la libertad a mártir de la democracia", definió atinadamente la artista Franca Rame.
La madura sociedad italiana, tan tolerante en algunas cosas, tan escandalizable con otras, tan desigual en sus desarrollos, tan latina y tan pasional, no habrá visto con buenos ojos que su díscolo presidente, un político singular, sin duda, haya sido portada de todos los diarios del mundo.
Claro que pudo haber sido peor. Pero el daño causado, por el hecho en sí y por la significación del personaje agredido, es el mismo. Para la política y para el país. Fallos de seguridad al margen -a ver si ahora entienden algunos que es inevitable que los mandatarios de primer nivel estén debidamente protegidos-, la imagen de la agresión a Silvio Berlusconi es no sólo la de violencia política, reprobable siempre, venga de donde venga, sino la de la intolerancia, proyectada ésta desde el doble ángulo del gobernante prepotente, abusador y absolutista, y del pueblo harto que ya no sabe cómo expresar su malestar y su protesta sino recurriendo a la agresividad física. Malo.
Ahora se enfrascan los italianos en un debate que refuerza el antagonismo y que refleja la fractura de la sociedad. Hasta el periodismo, tan implicado en los juegos de poder y en los sesgos políticos, se ve afectado. La Asociación de la Prensa de Roma ha expresado su preocupación "por las señales de intolerancia hacia los órganos de garantía del país, empezando por el periodismo". Italia siempre convivió entre problemas, es cierto, algunos sin aparente solución, pero el pueblo italiano salió adelante.
Ahora contempla -aturdido, seguramente- cómo el presidente es agredido tras un mitin de su partido, un hecho que daña y contribuye a la desgradación de la política y al desprestigio de las instituciones.
Entre los desmanes del presidente (que, en ningún caso, justifican los métodos violentos en su contra) y el notable pasotismo de la sociedad, Italia vuelve a sufrir otro período de incertidumbre como lo fueron los años setenta del pasado siglo cuando un cambio de gobierno era moneda corriente, cuando los poderes fácticos y mafiosos obraban sin rubor para seguir pudriendo y cuando el terrorismo se cobraba víctimas y víctimas.
La agresión es un hecho aislado, de acuerdo, un suceso impropio de una sociedad madura y avanzada, por lo que la reprobamos sin reservas como personas civilizadas, pero ha agitado viejos fantasmas. Y esto es lo preocupante.

martes, 15 de diciembre de 2009

MANCOMUNA, QUE ALGO QUEDA

Unos pocos días antes se habían reunido los alcaldes de los municipios del valle -ahora todos del mismo color político- para recurrir por enésima vez al relanzamiento de la Mancomunidad del Valle de La Orotava, una institución creada en los años sesenta del pasado siglo con la idea de afrontar de forma conjunta los problemas comunes, los desequilibrios sociales y económicos que entonces iban surgiendo y, sobre todo, la prestación de los servicios. Surgió también al calor de cierta coyuntura política de la época pero, en el fondo, la iniciativa brotaba con ganas de resolver problemas (salvamento, prevención de incendios, asistencia sanitaria...) cuya dimensión, con el paso del tiempo, sería bien distinta.

Eso: unos pocos días antes de que se repitiera la historia, casi con exactitud de almanaque, aquella historia que quedó reflejada en las páginas de un pasado número de la revista Tangentes, cuando corrieron los barrancos en noviembre de 1968, un aluvión extraordinario que, en el norte de la isla, se cobró una víctima mortal y causó daños muy cuantiosos, los alcaldes de La Orotava, Puerto de la Cruz, Los Realejos y Santa Úrsula se plantearon cómo reanimar una entidad que, desde su nacimiento, chocó con una evidente falta de cultura en cuanto a funcionamiento administrativo común o compartido se refiere, derivada -seguro- de las diferencias y de los recelos pueblerinos, de una falta de solidaridad que, precisamente, pretendía ser corregida produciendo un acercamiento desde la interactividad que fuera capaz de promover la institución que subsistió, por cierto, contra viento y marea, pese a la salida voluntaria protagonizada por Los Realejos en los años ochenta.

Llegó el aluvión y de nuevo cuantiosos daños materiales. Pudo haber sido peor, desde luego, tan sólo con que hubiera llovido un par de horas más. Las imágenes, las de medios de comunicación y las que circularon por la red, sirvieron para medir que, en cualquier caso, estábamos ante un hecho merecedor de análisis, de respuestas inmediatas y de planificación por parte de las administraciones implicadas. Merecedor también de una sensibilidad ciudadana, de un comportamiento responsable que contribuya a superar los inconvenientes de un fenómeno meteorológico adverso.

Ya tienen materia en la Mancomunidad del Valle para trabajar en cualquiera de estas coordenadas. Es absolutamente estéril entretenerse en debates sobre si funcionó mejor o peor alguna tecnología que, en todo caso, sirve para prevenir. Es más importante contrastar qué trazado tienen nuevas vías, nuevas carreteras o caminos que se superponen en el cauce de los barrancos que han sido salvados por medio de conducciones que, pese a su gran diámetro y apuntalamientos cimentados, se han vuelto a ver desbordados. Hay que insistir, otro ejemplo, en lo arriesgado que resulta construir en el mismo margen de este accidente orográfico, por muy sólida que parezca la protección material que se disponga pues, a fin de cuentas, resta espacio. ¡Ay, las canalizaciones pendientes!

Eso y la necesidad de contar con planes y protocolos de modo que cuando la tormenta -o lo que sea- sorprenda, sepa cada cual qué hacer, cuál es su papel. Las emergencias, aunque suene a teoría, deben estar escritas, primero que nada, en el papel. Y luego, dedicar siempre algo, un capítulo, un apartado a esta asignatura en organigramas y presupuestos. Para pasar a la práctica: hacer ejercicios y ensayos, involucrar a la población -las decadentes asociaciones vecinales servirían para ello- y coordinar a policías, cuerpos de seguridad y de salvamento o protección civil son hechos que hay que afrontar, aunque de nuevo la falta de cultura en esas materias produzca -esperemos que sólo al principio- risas e indiferencias. Esta es (sería) la sociedad de siglo XXI.

Así que, después del primer impacto y de los primeros anuncios de ayuda material para que los damnificados vean aliviada su situación, después de las prisas para apuntarse tantos -¿a cuenta de qué, si esa es una obligación elemental de los poderes públicos?-, después de las primeras evaluaciones, se impone trabajar en las direcciones apuntadas y en cualesquiera otras relacionadas con adversidades y emergencias. Recordemos que, según se ha demostrado científicamente, Canarias es zona situada ya en el marco de las consecuencias del cambio climático. No basta con hacer cálculos, es decir, invertimos aquí o esto cuesta tanto. Si en equis años se producen equis daños, igual se habrá amortizado o rentabilizado tal actuación. En otras palabras, habrá valido la pena. No, no basta: se requiere, tal están las cosas, un sentido más riguroso de las previsiones, tanto en infraestructuras como en dotaciones humanas y materiales.

En la Mancomunidad del Valle de La Orotava tienen una oportunidad para acreditar que esa voluntad política no es fruto de un par de titulares periodísticos. Se precisa algo más: una acción sostenible que distinga a la sociedad y a sus representantes públicos. Que todo no va a ser clientelismo, fútbol, parranda y carnavales.

lunes, 14 de diciembre de 2009

AL VENT

Se cumplen cincuenta años de una canción mítica, inolvidable. Medio siglo de un canto que simbolizó tanto para tantos y tantos ciudadanos. Un grito de libertad, un desgarrado poema que reclamaba el bien más preciado.
"Al vent", los versos y los acordes de Raimon, el cantautor de Xátiva, una de las figuras destacadas de la "nova cançó", tiene ya los cincuenta años que traducen la madurez. La aprendimos, la memorizamos en catalán, sobre todo después de aquel recital en Madrid, donde miles de voces clamaban libertad, amnistía y estatuto de autonomía.
"Al vent" es un canto del pueblo, de una época. Es el preludio o el antecedente básico de otro título del mismo autor "De un tiempo, de un país". La lucha a favor de cambios sociales y políticos, punto final a cuatro largas décadas de proscripciones. Raimon cantaba con la garra de quien también aspiraba a ser ciudadano de un país libre y plural y transmitía las vibraciones que se contagiaban en un fenómeno imparable.
Hoy, cuando escuchamos "Al vent", es inevitable la licencia para la nostalgia y para el cabal entendimiento de cuantas cosas -poesía y música incluidas- contribuyeron a la consecución de las demandas sociales, justo en el momento en que ya no se podía más, en que se había tocado fondo.
La cara, el corazón y las manos al viento: un canto del pueblo que se hizo himno y habitó en toda una generación y en la esperanza de cientos y miles de ciudadanos.
P.S. Pincha en el siguiente enlace para ver a Raimon interpretando la célebre canción en la Universidad de Valencia.



http://www.youtube.com/watch?v=QJnwaWcMfoE

viernes, 11 de diciembre de 2009

Y AHORA, HAMBRE

Pues sí eran inquietantes las consecuencias del cambio climático -Canarias, científicamente probado, tampoco escapa- la conclusión a la que ha llegado la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) eleva el nivel de preocupación universal: el hambre es la primera consecuencia de esa lucha. El hambre.
En Copenhague, donde desde hace varios días viene discutiéndose sobre el particular, donde los pesos pesados, Estados Unidos y China, rivalizan sin dobleces a ver quién ahorra más en la compensación financiera por las emisiones contaminantes, en la capital danesa, decíamos, la FAO ha hecho un llamamiento que, tal como andan las cosas, debe ser muy tenido en cuenta. Ha dicho que hay que luchar contra la pobreza sin reservas y con conciencia clara. Ha dicho que o se elaboran estrategias de seguridad alimentaria o las cosas se van a poner muy feas. No hace falta decir que los países más desfavorecidos, lo más vulnerables, son quienes lo tienen peor.
He aquí un nuevo desafío para la Humanidad en pleno siglo XXI. La agricultura se ve directamente amenazada por el efecto invernadero, por la deforestación y por la desertización. La productividad está en peligro. Entonces, una vía primordial para la solución, para afrontar ese desafío con solvencia, necesita estimulos y medidas claras de protección y preservación. De inmediato hay que preguntarse si los gobiernos están dispuestos a prepararlas y ejecutarlas. O si los poderosísimos intereses van a ceder o a ser pospuestos a favor de planteamientos que impidan el crecimiento de quienes padecen hambre.
Las imágenes que circulan sobre lugares donde la contaminación y el inadecuado uso de recursos naturales, donde los ecosistemas peligran o han desaparecido, son fiel reflejo de la gravedad de un problema que ahora la FAO ha elevado a un primerísimo nivel.
La conclusión es terminante y la comunidadinternacional debe ser tan consciente como sensible. Y si algunos creían que el cambio climático era un cuento ya tienen otra razón, una poderosísima razón, para convencerse de lo contrario.

jueves, 10 de diciembre de 2009

LANCELOT, MAS ALLA DEL SURREALISMO

Es difícil, por no decir imposible, encontrar en las coordenadas políticas un caso similar al de Lanzarote. No son ya la complejidad, el amasijo de siglas, el inefable juego de todos contra todos y hoy por ti mañana por mí, todas las posibilidades posibles de alianzas, odios y venganzas... todo eso que hace ininteligible la política en la isla conejera, donde hace muchos años que inoculó el virus de la corrupción que ha penetrado tanto tanto, que ha dejado el organismo político-institucional completamente exhausto, para el arrastre, si permiten la expresión.
Es tal la sordidez que ni siquiera el concepto de ambición política, esa lucha por hacerse con parcelas de poder, tiene encaje.
El último episodio de la insólita política lanzaroteña es la moción de censura presentada en el Ayuntamiento de Arrecife. Registrada, por cierto, como si de una auténtica burla se tratara, en el denominado Día Internacional contra la Corrupción. Si quienes la perpetran no lo sabían, se han cubierto de gloria. Y si conocían que esa era la fecha conmemorativa pues... Dios les conserve ese ojo clínico.
No es para extrañarse ni para escandalizarse, desde luego, por esta penúltima censura -siempre hay que dejar la puerta abierta para alguna más de aquí al final del mandato- en el panorama municipalista y cabildicio canario. Pero cuando se sabe que entre los censurantes -contra un alcalde socialista, faltaría más- hay dos ediles que hace unos meses estaban en prisión como consecuencia de una operación contra la corrupción urbanística, entonces ya, agotada que creíamos la capacidad de asombro, no se puede por menos que decir hasta aquí hemos llegado. ¡Qué barbaridad!
Se sabía de mociones singulares, inigualables por muy distintas circunstancias, se sabía de iniciativas legítimas tramadas y ejecutadas hasta con tránsfugas, se sabe que, debajo de estas acciones, hay casi siempre un poso de personalismos, de ambiciones inconfesables y de intereses espurios, pero asistir a una moción de censura en la que dos imputados por corrupción puedan firmarla y votarla desborda ya cualquier planteamiento de sensatez y lógica política.
Pero ¿no andaba el Partido Popular con un código ético en el que, supuestamente, se consignan preceptos contra este tipo de prácticas? O sea, participar en alguna decisión trascendental en el ejercicio del cargo público -como cambiar el color de un gobierno local, por ejemplo- con representantes de la voluntad popular sobre los que cae la sombra de la sospecha o que acumulan indicios de responsabilidad. ¡Ah!, no, ya, perdón: la presunción de inocencia hasta el final, hasta que no se demuestre lo contrario... Vaya favor que le hacen.
Es que será el Partido Popular el beneficiario, el que se calzará la alcaldía a un año y medio del final del presente mandato. ¿Dónde están los campeones de la regeneración? Se demuestra que conocen bien la ley del embudo...
Lancelot, donde los surrealistas jamás imaginaron un paisaje tan desolador desde el punto de vista político, donde los ciudadanos, los electores tienen que estar verdaderamente hartos de este desastre, de tantas convulsiones, de una política enferma, de esta lucha de todos contra todos, donde todo vale, donde todo se compra y se vende...
Si la política canaria lleva tiempo aquejada de males difícilmente reversibles, en Lanzarote encontramos el más claro exponente de una descomposición atroz. ¿Más difícil todavía? Después de esta censura, parece imposible.

martes, 8 de diciembre de 2009

VICTOR Y JOHN

Te recuerdo, Víctor, en cada calle mojada, cada mujer es Amanda, caminando hacia el despacho, que es la fábrica donde trabajan tantos Manuel...
Perdona, Víctor, esta torpe paráfrasis de aquella sonrisa ancha, la lluvia en el pelo, cuando no importaba nada...
Los vientos del pueblo, tu canto truncado...
Has seguido por ancho camino y se abrieron las grandes alamedas del admirado presidente en su postrera alocución...
Víctor Jara, el poeta, el cantautor, siempre en la memoria. El canto del campesino universalizado, el canto del compromiso social en un momento histórico de un pueblo, de un país.
Y te recuerdo John, junto a Paul y junto a Yoko, en el conjunto y en solitario, casi descifrando las letras de las composiciones en inolvidables reuniones de juventud, toda una obra musical apta para todas las edades y todas las fantasías, para todas las épocas en cualquiera de sus fases evolutivas.
Hasta la oportunidad para la paz que nunca se cansó de pedir. Hasta el 'Imagine' eterno.
A Víctor le han vuelto a enterrar treinta y seis años después, lo menos que podía hacerse después de su ignominiosa muerte y después de la primera vez.
Y de John se cumplen hoy veintinueve años de su asesinato.
El canto truncado de ambos.
La pena, la melancolía... pero también la fuerza renovada con sus canciones.

lunes, 7 de diciembre de 2009

LAS COSAS BIEN HECHAS


En la noche electoral de 2007 (comicios locales y autonómicos), Paulino Rivero, que ya se había trabajado los apoyos del PP para garantizarse la presidencia de la Comunidad Autónoma, daba igual que su partido se clasificara en tercera posición y por tanto ya saboreaba las mieles, dedicó sus primeras palabras de felicitación a Mariano Rajoy. Sí, sí, a Rajoy.
Este no era candidato ni siquiera a la alcaldía de su pueblo pero interpretaba Rivero que el Partido Popular, según los primeros escrutinios, había ganado aquellas elecciones -el posterior cómputo global era discutible- y que un gesto de enhorabuena anticipada despejaría cualquier duda sobre las preferencias o las opciones de quienes habían obtenido más votos y más escaños y fortalecería los cimientos de una alianza política posterior apta para seguir acaparando el poder político pues la aritmética parlamentaria no dejaba resquicios.
Rajoy, fundido en el abrazo para la ocasión con el amigo presidente, ha devuelto el gesto en su reciente visita a islas de la provincia oriental y brindó el titular más ‘in’: “El Gobierno de Canarias está haciendo las cosas bien”. Ni que estuviera haciendo un seguimiento a la televisión canaria.
Hasta elogió la austeridad de las previsiones presupuestarias del ejecutivo, pelillos a la mar, pues, tras la inocua discrepancia entre los respectivos grupos parlamentarios asociados por un quítame allá esa enmienda en la consignación para atención a las drogodependencias. “Las cosas de Miguel”, (un suponer) que le habrá comentado Soria o cualquier otro compañero, sin acordarse quizá de que el portavoz Cabrera Pérez-Camacho ya había hecho sonar su claxon de disconformidad popular “churrera” con la Ley de Comercio y su considerada colisión con la directiva comunitaria de liberalización de servicios y de crítica valiente con determinada conceptuación (referéndum, consultas…) de la Ley de Participación Ciurana.
Pero, es lo mismo, “el Gobierno de Canarias está haciendo las cosas bien”, dicho sea en una semana convulsa en las islas, entre la incertidumbre por la suerte de Haidar y el debate del periodismo inefable a cuenta del caso Aitana o el caso Diego, culpable inocente, por cierto. Tan bien, que con el respaldo del Partido Popular -y hasta con la sorprendente pasividad del ministerio del Interior, que no querrá polemizar, será- se dan por buenas las primeras órdenes dadas en público por el presidente Rivero al primer jefe de la policía canaria, aún pendiente su estreno visual y operativo.
A patrullar en las calles, a proteger al turista, a impedir (sic) el trapicheo de estupefacientes y hacer algo más en las derivadas del machismo criminal. Todo, con cien agentes (por ahora), a los que supuestamente se le iban a encomendar tareas de vigilancia en los accesos de edificios y sedes institucionales. Es imposible que Rajoy apruebe aquellos excesos competenciales (al menos mientras la Ley no establezca otra cosa) pero ya se sabe “el Gobierno de Canarias está haciendo las cosas bien”.
¿Estará bien no pedir disculpas y acogerse a un protocolo como clavo ardiente para exculpar cualquier responsabilidad? Pues no parece que la consejera Roldós haya estado muy feliz con esa declaración en plena vorágine de un suceso histórico en las islas como es el fallecimiento de la niña Aitana.
Y como infortunada es la penúltima ‘perla’ de la consejera Rita Martín, pensando -es un decir- en las repercusiones en mercados turísticos a propósito del inapropiado sitio (aeropuerto de Lanzarote) que escogió Aminatou Haidar para mantener su incomprensible huelga de hambre.
El Gobierno de Canarias estará haciendo las cosas bien pero el 27% de índice de desempleo no lo mejoran todos, como las desesperantes listas de espera tan bien clasificadas en el conjunto de las comunidades autónomas. Está haciendo las cosas tan bien que de la aplicación de la Ley de Autonomía Personal y Dependencia apenas se acuerdan algunos responsables municipalistas, en tanto que el fracaso educativo sigue siendo eso, una asignatura latente.
Otrosí: el propio vicepresidente del Gobierno que hace tan bien las cosas se habrá encargado de informar del éxito que ha significado su declaración sobre el absentismo funcionarial, injusta generalización con playa incluida, pero que ha servido hasta para revisar los sistemas de control de firmas y huellas digitales así como para recoger la cosecha de quienes consideran que ya era hora de que alguien pusiera las peras al cuarto a una clase privilegiada.
El espaldarazo o la bendición de Rajoy a la acción del Gobierno autónomo, ya pensando en la reedición de la alianza tras los comicios del año próximo, sólo viene a confirmar que la percepción de la realidad política está hecha a conveniencia y que unas dosis de autocomplacencia no vienen mal, tal como está el patio.
Lamentablemente, Canarias avanza en una dirección preocupante y uno quiere pensar que alguien se lo habrá dicho al jefe de la oposición. Porque no hay tantas bondades, la verdad.

sábado, 5 de diciembre de 2009

GUIAS TURISTICOS

Siempre fueron personas predispuestas, amables, atentas, sensibles... Los niños y jóvenes les veíamos en al asiento delantero del autobús, junto al conductor, micrófono en mano o haciendo gestos, como personas diestras, capaces de enseñar. Y a fe que aprendíamos cosas aquellos que alguna vez tuvimos la fortuna de acompañarles en una excursión o en algún desplazamiento interior, aprovechando el paso de su trayecto.
Su voz sosegada desgranaba su conocimiento del medio, de la geografía y la historia de la isla y de sus localidades, alguna broma intercalada, las recomendaciones apropiadas... todo ello dicho en español, inglés, alemán e italiano.
Los guías turísticos eran una clase aparte en el negocio. Trabajaban con denuedo, se esmeraban, preparaban a conciencia la ruta del día siguiente, se documentaban para aumentar sus conocimientos de un hecho, de un templo o de una convocatoria folklórica.
Su concurso fue decisivo en los años de esplendor turístico, del Puerto de la Cruz, por ejemplo, cuya imagen proyectaron con holgura justo en los tiempos en que no había promociones específicas e innovadoras. Sabían ganarse el aprecio y el afecto de los turistas que les respetaban, les consultaban y les telefoneaban antes de repetir el destino. Labraron muchas amistades y defendieron las esencias del destino como los primeros, acaso conocedores como nadie de que el medio había que cuidarlo y cultivarlo, sobre todo si seguía creciendo -como ocurrió- la espiral de la competencia.
Ahora que el Gobierno de Canarias quiere regular su actividad mediante una disposición al amparo de la directiva comunitaria de la liberalización de servicios, es de justicia recordar a los pioneros de una muy digna profesión. A los pioneros y a quienes siguieron sus pasos hasta constituir un sólido subsector que agrupa a unos cuatro mil trabajadores en la Comunidad Autónoma.
Se quejan de que la consejería del ramo no valora su papel en la promoción turística local y vislumbran problemas y hasta merma en la prestación de los servicios al interpretar que, en virtud de la aplicación de esa inminente y futura norma, se iguala la capacidad de un profesional con experiencia en una isla determinada o en el conjunto del archipiélago -hoy es necesaria una segunda autorización para ejercer en más de una isla, que se elimna con la resolución del ejecutivo canario- con la de otro cuyos conocimientos se circunscriben a cualquier otra región.
Es decir, la decisión entraña en sí misma una discriminación positiva a favor de trabajadores de otras autonomías que no tienen que someterse a una prueba de aptitud sobre conocimientos específicos de una isla, por ejemplo.
Es de justicia no sólo recordar sino de destacar ese papel que hemos resumido a grandes rasgos. Algunos han recibido galardones o reconocimientos a título individual. Deberían ir pensando en algo más, en el ámbito colectivo, aprovechando convocatorias como la del Día Mundial del mes de septiembre.
Los nombres de Ricardo Guerrero, Moisés Cova, Maite Díaz Miranda, Chano Sánchez, Arturo Maccanti, Chema Segura, Arturo Estaña, Conchi Marrero, Marianne Bertula, Cristina y Enrique Savoie, Beatriz Reyes, Clotilde, Antonio Mesa, los Taoro, Eduardo Mufrege, Leonor Guimerá, Figueroa, Paco Cruz, Dominique Bodín, José María Rada, Rosi Cáceres, José Francisco Acevedo, Víctor Núñez, Guardado... y tantos otros (que perdonen las omisiones, hechas de forma absolutamente involuntaria y porque la memoria no da para más: cualquier otro pueden incluirlo en un post o en un comentario) representan una contribución extraordinaria en el desarrollo del sector y, en concreto, en la relación con los turistas que nos visitan. Algunos de ellos ya no están entre nosotros o se han jubilado. Todos trabajaron -a veces en condiciones muy precarias- con una vocación acreedora de reconocimiento.
Ahora que una nueva normativa viene a regular su ejercicio profesional y de la que parecen desprenderse algunos perjuicios, este modestísimo tributo a la memoria de los guías turísticos sólo ha pretendido reconocer su tarea y ponderar, como se merece, su desempeño en la evolución de nuestra principal industria.
Es de justicia, sí.

viernes, 4 de diciembre de 2009

SUERTE Y ACIERTOS

Suerte y aciertos para Ignacio Badenas, desde ayer primer jefe de la Policía Canaria aún por estrenarse visualmente, operativamente.
Suerte y aciertos, sobre todo porque las primeras órdenes del presidente del Gobierno parece que exceden de los propios cometidos competenciales del nuevo cuerpo. (Ya somos tres, o cuatro contando con los locales. Al Estado Libre Alocado que parece a menudo la Comunidad Autónoma, a este paso, terminarán por identificarlo como un estado policial y santas pascuas).
En efecto, eso de poner seguridad en las calles, controlar el trapicheo de estupefacientes, velar por la protección turística y hacer algo más en las derivadas del machismo criminal, como que no figuraba inicialmente entre los cometidos de la policía creada desde el sostenella y no enmendalla. Se había hablado, ¿no?, de vigilancia en centros y edificios oficiales, de tareas complementarias y auxiliares de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Pero Rivero no se conforma, da un paso más y lanza no un mensaje sino un planteamiento que debe estar revolviendo las entrañas de ciertas jefaturas y escalas de mando que intentarán digerir hasta dónde se va a llegar.
Y es aquí donde surge el problema: si por la sorprendente pasividad del ministerio del Interior se va a dejar que, por la vía de los hechos consumados, crezca y crezca el 'gran hermano' del policía canario, a ver cómo se controla entonces, a ver cómo se endereza el rumbo, a ver quién es competente o no. Los guionistas de series y películas de acción, muy dados a destacar qué cuerpo es el que interviene en determinado suceso, tendrán, seguro, una nueva fuente de inspiración.
Los que creíamos y seguimos creyendo que la policía canaria no tenía razón de ser, al menos mientras no variasen la realidad y las circunstancias, vemos -aún agotada la capacidad de asombro- que la cosa avanza hasta que lleguen los informes y las estadísticas triunfalistas en seguridad pública y otras materias desde que el nuevo cuerpo entró en acción.
Por eso, suerte y aciertos para quien tiene una encomienda complicada, como todo aquello que se hace por primera vez y en lo que hay que probar, incursionar y, como él mismo anticipa, relacionarse bien con otros cuerpos de seguridad. Es consciente de que no habrá milagros, de que una policía no se construye ni se fabrica en doce meses ni en cuatro o cinco años, de que habrá de transcurrir más tiempo para que la cosa funcione como se espera, la gente se identifique y el cuerpo se proyecte apropiadamente.
Igual para entonces ya se habrá marchado la Guardia Civil de Canarias. Próximo debate, apunten.

jueves, 3 de diciembre de 2009

GASTAR O DEVOLVER

Hay que gastar cuatro mil millones de euros -no han leído mal: cuatro mil millones de euros- antes de que terminen el mes y el año. Hay que gastarlos porque si no, serán devueltos a las arcas del Estado.
¿Que quiénes han de gastar tan suculenta cantidad? Pues los empresarios canarios que pueden acogerse a la Reserva de Inversiones de Canarias (RIC), una importante figura ideada -si no falla la memoria- por el otrora hiperactivo parlamentario socialista Augusto Brito Soto en el fragor de las negociaciones de la modificación del Régimen Económico Fiscal (REF).
Nos parece una noticia impactante, en plena crisis, en pleno análisis de una nueva subida -moderada, eso sí- del índice de desempleo. Los que no entendemos mucho de ciencia económica y que sabemos lo elemental de cómo se desenvuelve la subsidiada economía canaria nos quedamos aturdidos.
Unas diez mil empresas se acogen a las ventajas de la RIC, lo que significa una dotación media por empresa de unos doscientos mil euros. Con razón en algunos sectores empresariales se viene hablando de "situación tremendamente delicada".
Y la pregunta es clara: ¿se podrán en gastar en veintisiete días (sin contabilizar los festivos del mes) cuatro mil millones de euros? Mucho hay que correr, suponemos, para hacerlo. Y en todo caso, ¿quiénes serán los beneficiarios de ese voluminoso gasto?
También cabre preguntarse por qué no lo han hecho hasta ahora los empresarios que tienen a su alcance esta opción. Hay una explicación, no sabemos si válida para todos los casos: muchos empresarios no logran que bancos y cajas les concedan operaciones de préstamos para financiar la adquisición de los activos aptos para la RIC.
Es la actitud del temor, de la cautela, a veces en exceso. Que nadise extrañe enttonces de que los perqueños y medianos ahorradores hayan aumentado su contención o de que la tendencia consumista haya menguado.
Y así va pasando el tiempo. Y así van amontonándose los fondos hasta que apremia el ejercicio y se disparan las alarmas. Pidieron los empresarios una prórroga, la enésima petición, la enésima prórroga, pero el ministerio de Economía y Hacienda dijo nones. La fecha, 31 de diciembre, es improrrogable. Hay que gastar.
No es de extrañar pues que se hable de situación delicada. Y mucho menos que se contraste de nuevo la enorme debilidad en la capacidad de gestión para acogerse a beneficios en materia de inversiones. El tejido empresarial debe reaccionar.
Porque en enero habrá que preguntar, en efecto, cuánto se gastó -en veintisiete días- de este volumen de dinero. Y si algún sector productivo se reactivó en consecuencia.
Si no, ya saben: vaya cuesta la de ese mes.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

SIN TAXIS NI GUAGUAS

El transporte público en Tenerife atraviesa dificultades. No gustan o no satisfacen las políticas del Cabildo Insular y por eso algunos operadores de notable peso en el sector, como son taxistas y guagüeros (el término no gusta mucho pero es el más a mano para identificar), expresan su protesta y llegan a parar.
Hay antecedentes de estas posiciones, bien es verdad que bastante alejados en el tiempo. En los años sesenta del pasado siglo, aún en pleno franquismo, la protesta llegó a los pueblos, donde hubo concentraciones y gritos que luego no pasarían a mayores. El servicio entonces era prestado por "Transportes de Tenerife", empresa vinculada a familias poderosas de la época. En la década siguiente, cuando la situación de esa empresa se hacía ya insostenible y era necesario disponer de una alternativa sólida, el paro se alargó varias semanas y algún día no hubo el más mínimo servicio. Hasta que el Cabildo asumió la negociación y se lanzó a la búsqueda de una nueva estructura empresarial para normalizar la prestación de los transportes por carretera urbanos e interurbanos.
(Hay una anécdota de aquellos tiempos, tan beneficiosos para los taxistas si bien es verdad que muchos de ellos, conocedores de las limitaciones de muchas personas, hicieron innumerables favores de cobrar imports reducidos o no cobrar incluso las 'carreras' para ir al hospital o a trabajar. También los autobuses de turismo resolvieron papeletas a estudiantes en exámenes y usuarios de aviones. La anécdota: nos habíamos desplazado a Valencia para transmitir un partido copero del Tenerife. En los estudios de Radio Popular de la capital del Turia, durante los preparativos de la transmisión, un redactor se interesaba por la realidad social y económica de la isla. Cuando le dijimos que llevábamos tres semanas con una huelga de transporte público que ya se estaba notando en mucha gente y que ésta apenas protestaba, respondió:
-Bueno, no tendrán mucho problema para ir de un sitio a otro. Como las distancias son tan cortas, hasta no les vendrá mal caminar...
Lo que es la ignorancia, ¿verdad?).
Ahora las circunstancias son distintas pero igual de complejas. La entrada en funcionamiento del tranvía en la capital tinerrfeña ha alterado usos y hábitos y, por lo que se ve, ha repercutido en economías domésticas y de trabajadores autónomos. Lo comentaba un taxista hace unos días:
-Esto se veía venir. Ahora, para coger una carrera de quince o veinte euros, desde el centro a Ofra o Somosierra, hay que esperar mucho. Una carrera de esas a lo mejor antes salvaba el día, por lo que ahora, se nota.
El caso es que taxistas y conductores de guaguas de TITSA han unificado su protesta y ensayan su manifestación mientras agotan sus pretensiones de reunirse con responsables institucionales, hasta la fecha parece que sin demasiado fruto. Les quieren exponer las consecuencias de reducción de líneas y de aumento de frecuencias horarias en determinados trayectos. Los que hemos sido y somos usuarios del transporte público por carretera sabemos lo que es eso.
Ojalá alcancen un acuerdo -que no será fácil, desde luego- porque el colapso puede ser de aúpa.
Y que ponga mucha atención la representación política porque éste es un asunto que trasciende y es sensible a los ánimos y a los humores del personal.
En algún caso es la primera protesta seria a la que se enfrentan determinados responsables del partido que, desde hace décadas, gestiona competencialmente las políticas del transporte público en la isla. Que se anden con cuidado, igual algo se mueve...

martes, 1 de diciembre de 2009

UN HISTORICO Y DOLIENTE SUCESO

El periodismo en general, el periodismo canario en particular, se debate entre el perdón y la reflexión tras el lamentable suceso de Arona. Ya saben: muerte de una niña, imputación del novio de su madre, detención de éste, linchamiento mediático, error médico, diagnóstico espantoso, decisión judicial consecuente de puesta en libertad, anuncio de querella, ingreso en centro hospitalario de ese imputado...
Hace bien el periodismo en entonar un 'mea culpa'. Es un ineluctable acto de contrición. Y hará mejor si aprende bien esta lección, aunque las fuentes le conduzcan a errores y precipitaciones. Sobre todo, salvando el principio constitucional de la presunción de inocencia, convertido por todos estos avatares en principio de culpabilidad.
Algún columnista, en uno de sus mejores artículos, titula que no basta con pedir perdón. Porque el daño ya está hecho. Buscar la foto, lograr el testimonio de alguien, disponer de algún informe... Cuanto peor, mejor. Las ansias de informar -vamos a decir que las nobles y obligadas ansias- se trastornan en un producto horripilante por las consecuencias.
Ha sido -y aún no ha terminado- un suceso histórico. Aquí, tan cerca, más doliente.
Por eso, que siga el debate pero que se aplique bien la experiencia. Se perdió la vida de una niña inocente por causas que nada tienen que ver con un primer informe médico. Pero otras han sufrido un daño difícilmente reparable.
Que pida perdón y se refugie en lo que sea el periodismo para justificar este desaguisado pero que también reflexione porque la sociedad ha quedado desconcertada. Y estos son golpes que merman credibilidad.

jueves, 26 de noviembre de 2009

ANTES Y DESPUES DE HAIDAR

Alakrana y Haidar, vocablos que terminan haciéndose familiares, que se memorizan a fuerza de leerlos en titulares o de escuchárselos a locutores y presentadoras de espacios informativos audiovisuales. Pero, más que vocablos, son problemas de envergadura que brotan y crecen con soluciones que se van complicando a medida que avanzan los días y la multiplicidad de opiniones en el universo mediático es otro sumando de dificultades.
Problemas que se enquistan para un Gobierno que debe actuar con mucho respeto, conforme a las reglas del Derecho Internacional y que no puede resolver a su antojo ni por las tremendas como parece desprenderse de algunos testimonios, unos (en el caso del pesquero secuestrado) movidos por un trasnochado anhelo autoritario casi belicista y otros (en el de la activista saharaui) por una solidaridad con la causa, acentuada si se quiere por un victimismo añadido que despierta adhesiones y enreda aún más cualquier sendero de solución.
En pleno debate político tras la liberación del barco -ni siquiera en resultados gratificantes llueve a gusto de todos; y más: vaya ingratitud la de algún tripulante-, detengámonos en la situación de Haidar, entera responsabilidad del Gobierno de Marruecos que retiró su pasaporte y le impide entrar en El Aaiún. Haidar es una activista saharaui, ahora mismo la cara visible de un problema muy serio en el que está en juego la autodeterminación de un pueblo. Defiende sus ideas de forma pacífica. Aboga por el cumplimiento de los derechos humanos.
He aquí, entonces, que las soberanas decisiones del Gobierno marroquí suenan, cuando menos, a arbitrariedades. Y el Gobierno español que no quiere ni debe ser cómplice del autoritarismo con que se conduce Marruecos. Pero Haidar, en huelga de hambre en el aeropuerto español de Lanzarote, no quiere acogerse al Estatuto del Refugiado (opción concedida por ejecutivo español), una de las posibles salidas al contencioso, y la tuerca da una nueva vuelta. La activista, además, pone en juego su propia vida, un hecho que hace más inquietante la situación.
El legítimo posicionamiento de Haidar, con un esfuerzo personal considerable que entrará en la historia del pueblo saharaui, merece respeto. Se va conociendo su pasado, plagado de penalidades y tribulaciones. Es probable que marque un antes y un después en las relaciones entre las partes del contencioso entre Marruecos y la República Saharaui Democrática. Es de esperar que, en medio de la tensión creciente, alguien le haya explicado que el Gobierno español no tiene competencias sobre la decisión de terceros estados de admitir o rechazar la entrada en su territorio.
Como es de esperar que el Gobierno de España agote todos los recursos diplomáticos a su alcance para lograr que Marruecos revise sus decisiones de modo que sea posible el retorno de Haidar -acaso heroína sin querer- al Sahara Occidental. Ha de ser una acción firme y persuasiva. Porque el Gobierno de Marruecos también se la juega ante la opinión pública internacional: debe respetar la Convención de derechos políticos y civiles de Naciones Unidas.
Lo preocupante, en el centro del conflicto, ahora mismo, la vida de una mujer. Hay que salvarla.
Qué problema.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

NO ESTAS SOLA

El machismo criminal se ha cobrado cincuenta y siete víctimas mortales en lo que va de año. Es una cifra elevada. Si hubiera una sola víctima, también sería elevada. Es un hecho inasumible, una lacra social de la que deriva una forma de discriminación social.
Hoy habrá concentraciones, convocatorias, declaraciones y actos con los que recordar una fecha que entraña sensibilidad. Las mujeres siguen reivindicando solidaridad. Aspiran, con toda legitimidad, a que no haya una agresión, una víctima más. La respuesta debe seguir siendo numerosa y debe significar algo más que una demanda de seguridad. Ha de ser un mensaje para impulsar un cambio de cultura, de conducta y de comportamientos.
Se dispone de una herramienta potente en el estado de derecho, la Ley Integral contra la violencia de género. Hay que perseverar en su aplicación y en su desarrollo pues resulta evidente que en cada ocasión que se pone en peligro la integridad física y psíquica de una mujer se produce una vulneración de los derechos fundamentales desde todo punto de vista inadmisible.
No estás sola, mensaje de una iniciativa de comunicación con la que se quiere acentuar la sensibilidad e implicar a la ciudadanía en la lucha contra la violencia machista. Es claro que la responsabilidad no debe recaer únicamente sobre las víctimas. La mujer no debe sentirse sola, de ahí que las instituciones públicas impulsen acciones que condenen los hechos y contribuyan a cambiar esos hábitos y esa cultura.
Lo importante: el rechazo a la violencia, fomentar valores de igualdad, seguir trabajando para que la repulsa sea indiscutible y lograr esa tolerancia cero ante la violencia contra las mujeres.
Porque no están solas.

martes, 24 de noviembre de 2009

PREU 1969-70

Llegamos en el curso 1969-70, una vez finalizado el bachillerato, en el colegio 'Gran Poder de Dios'. Ibamos a cursar el Preuniversitario, el popular 'Preu', con su prueba de madurez para acceder a la Universidad.

Llegamos con alguna incertidumbre pero confiados en los comentarios convergentes: buen ambiente, adecuada organización, excelente profesorado... El colegio San Agustín, de Los Realejos, nos abría sus puertas. El centro tenía la buena fama de haber formado a centenares de alumnos de varias localidades de la comarca.

Allí llegamos, junto con otros compañeros portuenses, Andrés Carballo Rodríguez, Domingo Perera Pérez, Gerardo González Movilla, Mario Torres Rodríguez y Manuel Mederos González. Con los dos primeros habíamos escogido Letras a la hora de cursar el bachiller superior. Desde el Puerto de la Cruz también se incorporaba Astrid Breittenstroter, a la que reconocíamos porque acompañaba constantemente a su madre cuando ésta disfrutaba de las aguas de Martiánez.

Y allí conocimos a compañeras y compañeros que, al cabo del primer trimestre, ya formábamos un grupo compacto y bien compenetrado. Empezábamos a madurar, había diferencias y seguro que hasta algún recelo pero la calidad humana se impuso. La prueba es que, con el paso del tiempo, situados ya cada cual en el lugar elegido en los órdenes de la vida, y alguno hasta jubilado -curiosamente, parece que ninguno abuela ni abuelo, por ahora-, nos seguimos respetando y viendo una vez al año para desgranar las vivencias y los recuerdos de nuestro paso por el San Agustín realejero.

Al colegio llegábamos cada mañana en un microbús que hacía un recorrido por el valle para recoger a los alumnos. El aula estaba a la izquierda, según se entraba. Era una suerte de garaje habilitado. Don Rafael Yanes, el director constante y celoso, seguía siempre atento tanto la entrada como la salida. Creo recordar que eran más numerosos los que cursaban Ciencias. Había horarios y espacios distintos para quienes seguíamos Letras.

Allí tradujimos La Ilíada y La Eneida, guiados por una excelente profesora, doña Orencia, que enfermó durante el curso una breve temporada y fue sustituida por Jerónimo, ya licenciado, que había sido también alumno suyo. Inglés enseñaba Félix Calzadilla, que venía desde La Orotava y caminaba desde la parada de las guaguas como un auténtico 'lord'. Don Félix pronunciaba de forma exquisita las terminaciones -ted y -ded y en su método aparecía la traducción de textos del 'Reader's Digest' cuyo número en inglés comprábamos en alguna librería portuense. Dos hermanas, Conchita y Mari Carmen, enseñaban sus asignaturas de forma muy pragmática: nos hacían leer libros y textos sobre los que habríamos de elaborar algún trabajo que serían archivados para su reutilización en cualquier momento.

En aquel curso se produjo un hecho muy llamativo: la inauguración de un polideportivo descubierto en unos terrenos próximos al colegio. Era lo que faltaba al centro y la constancia de don Rafael fue decisiva para su materialización por fases. En el polideportivo algunos hasta hicimos pinitos arbitrales de baloncesto.

Aquella promoción de Preu 1969-70 forjó maestros, arquitectos, médicos y profesionales de distinta ramas. Las mujeres, encabezadas por Milagros Palmero, que era muy memoriona y sabía mucho latín, eran todas encantadoras. A ellas y a ellos (los Francisco, Víctor, Echagüe...) les movían los afanes de juventud, las corrientes musicales de entonces, los gustos y las modas de aquella época. De todo eso hablábamos en el desplazamiento matinal, en el tiempo de recreo o a la salida, cuando bajábamos al Puerto en el 'Mercedes' de Movilla o nos poníamos a hacer auto-stop en la intersección de la carretera general, antes de La Carrera o de Los Barros.

Aquella promoción tiene la buena y sana costumbre de reunirse a almorzar una vez al año, la última el pasado fin de semana. Era la ocasión para felicitar al presidente del sindicato internacional de futbolistas, el mismo Movilla, pero no llegó a tiempo. Hubo menos discursos que otra veces ("Es que estamos en crisis", Fernando Echagüe dixit) pero recuperamos anécdotas, escuchamos chistes y pasamos un rato muy agradable, de sana amistad.

Y echamos en falta, nuevamente, a dos compañeros: Juan Rodríguez y Domingo Domínguez. Ellos también aportaron su sello personal a la promoción del Preu 1969-70 del colegio San Agustín de Los Realejos.

Al final, posamos de esta guisa.



domingo, 22 de noviembre de 2009

COFRADIA REMODELADA, PERO ¿TIEMPOS NUEVOS?

La cofradía de pescadores “Gran Poder de Dios” cuenta ya con una sede rehabilitada, donde siempre estuvo, en la calle Lonjas, junto al refugio.

No pocos avatares –algunos de verdadera complejidad- han salpicado la vida más reciente de la entidad y, aún más, del propio proyecto de remodelación que ha precisado de tres mandatos para su definitiva materialización. Es otra prueba de la mala suerte que caracteriza las obras públicas en el municipio.

En esa iniciativa algo tuvimos que ver, en los tiempos que ocupamos la alcaldía del municipio. El inmueble, muy antiguo, presentaba serias deficiencias y hasta riesgos físicos. Cuando llovía, los problemas se agravaban. Con Guillermo Guigou como consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno de Canarias, mantuvimos unas conversaciones preliminares, avanzadas después cuando el departamento quedó a cargo de Pedro Rodríguez Zaragoza quien, en Madrid, en el curso de una FITUR, mostró su mejor predisposición, a la que se sumaba, por cierto Pilar Parejo, entonces consejera del Cabildo Insular, empeñada de hacer de este rincón de la ciudad un entorno atractivo que combinara tradición, encanto y modernidad.

Con Rodríguez Zaragoza llegamos a hablar, incluso, de previsiones presupuestarias. Antonio González Pérez, entonces concejal delegado de Urbanismo, captó muy bien las líneas maestras del proyecto que impulsó con el celo que caracterizó su gestión. Con él ejecutamos las primeras medidas de desalojo de otras dependencias o cuartos del inmueble.

Hasta que fueron surgiendo los problemas derivados de la ocupación y explotación de un pequeño bar, plasmados en un expediente que consigna actuaciones en un mismísimo 24 de diciembre. Años después, con las obras ya terminadas, y a la espera de convenir o culminar trámites jurídico-administrativos para su reapertura y entrada en funcionamiento, la sede de la cofradía era escenario de un insólito episodio -con algarada incluida que, por fortuna, no pasó a mayores- que reflejaba descoordinación, aprovechamiento político, radicalidad y hasta falta de sensatez.
Pero, bueno, después de tales avatares, los pescadores tienen ya su casa y es lógico que estén de enhorabuena, sobre todo si les sirve para tramitar aquello que es necesario hacer al margen de las embarcaciones, de las redes y de las artes de su sufrido oficio. Pero sus necesidades y sus problemas van más allá de la disponibilidad de un recurso material y humano desde el que canalizar sus apremios y mucho más allá del local social donde consumir lo cotidiano en el ambiente que se estime más adecuado.

Las necesidades y los problemas, después de un relevo generacional que ha devenido incompleto y carente de estímulos, siguen siendo de formación y de preparación para afrontar nuevas técnicas de pesca y hasta una reconversión. De poco servirá una nueva y ansiada infraestructura, por la que vienen suspirando generaciones de portuenses, si quienes tienen que utilizarla para su profesión o su medio de vida no están a la altura de las exigencias de los avances o de las transformaciones.

Dicho en otras palabras, siempre teniendo como destinatarios a los pescadores portuenses: no se puede vivir exclusivamente de la nostalgia, de cualquier tiempo pasado que fue mejor, de capillitas pletóricas de envidia, de rencillas, de celebraciones festeras anacrónicas, de creerse que algunas cosas son inmutables, de ensimismamientos, de capturas reducidas a conveniencia, de comercialización arcaica… Pensando en el porvenir, en potenciar el sector primario, en lograr que se incorporen a él jóvenes que buscan ganarse el sustento, es necesario tener una actitud distinta, una actitud abierta, emprendedora y caracterizada por la constancia.

La cofradía y su flamante sede deben estar para eso, para aglutinar e impulsar el quehacer de un colectivo que necesita renovarse, entre otras cosas, para seguir contribuyendo a la identidad del municipio, cada vez menos visible, por cierto, por culpa de otras circunstancias.

jueves, 19 de noviembre de 2009

EL MEJOR TELEDIARIO DEL MUNDO

Media Tenor, un prestigioso instituto académico de análisis de medios de comunicación, ha otorgado el Premio de Informativos 2009 al Telediario 2 de Televisión Española. El galardón, según la información de agencia, supone su reconocimiento internacional como el mejor telediario del mundo.
La segunda edición del Telediario, la de las ocho en Canarias, fue siempre de las más vistas. A ver qué ha pasado hoy en el mundo, encendíamos el televisor. Lorenzo Milá lo presentó durante cuatro años ininterrumpidamente. Ahora le ha sustituido Pepa Bueno, antes en un magazine de la mañana. Los dos son excelentes profesionales; se diría, demás, que unos comunicadores hechos para eso, para los informativos de la televisión pública. Reúnen rigor, credibilidad, fiabilidad, telegenia... Hasta quienes menos gusten de sus rostros o de su estilo no pueden negar las cualidades que inspira su estilo y su 'modus presentandi'.
El Telediario 2 ha ganado a veintitrés noticiarios del nivel que registran en Francia (TF1), Reino Unido (BBC), Estados Unidos (ABC News, CBS, NBC) e Italia (RAI). Es, por tanto, muy meritorio este éxito que viene a confirmar alguna apreciación hecha días pasados, a propósito del nombramiento de Alberto Oliart al frente de la corporación: los informativos de TVE han vuelto a ser los más vistos y eso es fruto de una visión muy profesionalizada, de unos planteamientos muy equilibrados y muy pluralistas en cuyas fuentes deberían beber los responsables de otras cadenas, principalmente las autonómicas.
La misma información de agencia relativa a la concesión de este premio detalla hasta trece criterios que sustancian la decisión de Media Tenor, entre otros, contenido de reportajes políticos, variedad de temas económicos, visión internacionalista, despliegues y coberturas. Telediario 2 se ha llevado la palma porque también han sido valoradas sus contribuciones en forma de visibilidad de las mujeres, diversidad de cuestiones locales y de tratamientos relativos a salud, educación, medio ambiente y democracia.
Lo mejor del galardón es la declaración final que hace el instituto Media Tenor en el sentido de que, gracias al Telediario 2, "El público español está en la mejor posición para construir su propia opinión sobre lo que ocurre en España y en el mundo".
Como alcanzar ese nivel es una obra compleja, en la que interviene mucha gente antes de los rostros finales, una obra de mucho tiempo, de muchos reveses y hasta de muchas incomprensiones, este galardón invita a congratularse.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

JOSE ANTONIO RIAL, LA MEMORIA DE 'FYFFES'

Ha llegado desde Caracas la triste noticia del fallecimiento de José Rial, el célebre autor de "La prisión de Fyffes", una novela fundamental para entender los primeros días de la represión franquista tras el golpe de estado de 1936.
La primera referencia de esa obra que albergamos en la memoria se remonta a los años sesenta del pasado siglo, cuando le traían a la abuela desde Venezuela un ejemplar de forma clandestina y que ella forraba con un papel muy grueso para que no apreciaran las tapas. La iba prestando a personas de estricta confianza a las que requería su devolución. El ejemplar aún está entre los libros conservables y resistentes a las mudanzas. "Monte Avila" hizo varias ediciones, que se agotaban. Hasta que el Gobierno de Canarias, al cabo de los años, asumió una reedición de este clásico en el que se ven retratados quienes padecieron reclusión por culpa de pensar diferente a los golpistas.
A José Antonio Rial le concedieron la medalla de oro de Canarias. El que fuera senador socialista por la isla, José Vicente González Bethencourt, promovió aquella distinción que otorgó Adán Martín. Rial la recibió con emoción. Como emocionados quedaron los asistentes al acto ante su entereza.
Le conocimos en un viaje que hizo a la isla, ya recuperada la democracia, para intervenir en alguna actividad del Instituto de estudios Hispánicos de Canarias con sede en el Puerto de la Cruz. Aquí aceptó nuestra invitación para participar en el programa "La Tertulia" que conducíamos cada sábado en Radio Nacional de España. Su testimonio fue muy ilustrativo, haciendo gala de una memoria y de una sensibilidad extraordinarias.
Allí estaba el intelectual, el novelista y el historiador, el hombre al que apasionaba el teatro. Fueron cincuenta minutos de conversación analítica, sentida. Una lúcida memoria la suya. Es de esperar que la grabación se conserve en los archivos de Radio Nacional.
Dejó de existir en Caracas, a los 98 años. Allí había estudiado a Simón Bolívar para interpretar su papel en la historia venezolana. Y allí tuvo que contar en innumerables ocasiones las peripecias de una cárcel que inmortalizó en una novela extraordinaria.
Hay que releerla.

martes, 17 de noviembre de 2009

LA PESADILLA DEL BARRANCO, CUARENTA Y UN AÑOS DESPUES



Los ciudadanos del norte de Tenerife, especialmente los del Puerto de la Cruz, experimentaron ayer tarde-noche, casi con exactitud de almanaque, lo que se vivió un 24 de noviembre de 1968, cuando lluvias torrenciales que se prolongaron durante toda una noche hicieron que corrieran los barrancos. Se registró una víctima mortal y los daños en infraestructuras, viviendas, instalaciones y terrenos de cultivo fueron tan extraordinarios hasta el punto de que nunca hubo una evaluación exacta.
La que sigue es una crónica retrospectiva de aquella jornada de verdadero impacto en la sociedad tinerfeña de entonces y que dejó visibles secuelas durante mucho tiempo. Las actualizaciones de esta entrada en este blog, aparecida en noviembre del pasado año, son mínimas.

-¡Está corriendo el barranco!
Recuerdo perfectamente que estábamos en el porche del colegio esperando al siempre ponderado Alfonso Trujillo Rodríguez para recibir nuestra clase de griego. Llovía intensamente. El profesor orotavense, en lo que no era habitual, se retrasaba. Hasta que apareció conduciendo su Volkswagen beis, modelo escarabajo. Cuando descendió, con sus sempiternas gafas negras, enfundado en una gabardina y protegiéndose con un paraguas, exclamó:
-¡Está corriendo el barranco! Lo he visto desde la carretera. Era imponente.
Los pocos alumnos que habíamos acudido a clase nos enteramos por él. El agua caída durante toda la madrugada había producido la escorrentía, un fenómeno natural que siempre llamaba la atención y despertaba incertidumbre e inquietud en la población.
Cuando terminó la clase, habían llegado otros profesores y alumnos que confirmaban la crecida del barranco en proporciones poco menos que desconocidas. De inmediato se dijo que, a la vista de la escasa asistencia, lo procedente era suspender las clases. El profesor Trujillo seguía hacia la Villa y ofreció su coche para desplazarnos hacia la zona de las barriadas. Fuimos, en efecto, dos o tres compañeros. Al llegar a las inmediaciones del cauce, el ruido era atronador, estruendoso, y la corriente, de color negro, era avasalladora. Una imagen irrepetible. Para recordar toda la vida.
Se cumplen cuarenta años y un años del aluvión de noviembre de 1968 que azotó el norte de Tenerife, el valle de La Orotava, para ser concretos. El aluvión que produjo una crecida sin igual del barranco San Felipe y unos daños humanos y materiales considerables.
Fue un suceso extraordinario. Para los niños y los jóvenes de la época, muy impactante. Estuvo lloviendo sin cesar durante horas. Cundió la alarma. Los habitantes de los bloques de viviendas San Felipe y Carlos Arias -popularmente conocidas por las barriadas- estaban en la calle, algunos de ellos, con unos pocos enseres. La fuerza del barranco arrastraba cuanto se encontraba su paso. Acabó con una vía de reciente construcción (Blas Pérez González) y destruyó parte de las viviendas más próximas.
Al mediodía, la lluvia había remitido pero la zozobra y el disgusto eran palpables.
-¡Hay un cuerpo sin cabeza en el salto del barranco!-, exclamó alguien con evidente alteración.
Y hacia el lugar fuimos unos cuantos. En efecto, un cuerpo humano al que faltaba su cabeza, yacía en un lateral, había quedado atrapado entre las piedras y un montón de maderas. El gentío se agolpó en la carretera de Las Arenas. Los guardias civiles y los municipales, alguno sin gabardina, se esforzaban en la distribución del tráfico y en impedir que los curiosos traspasaran las líneas de seguridad establecidas. La carretera de Las Dehesas quedó cortada. Se supone que un juez ordenó el levantamiento del cadáver decapitado. Los propios guardias y algún voluntario, ayudados de unas mantas, lograron rescatarlo. Se trataba de un vecino de Los Realejos.
El suceso empezó a adquirir su auténtica dimensión a medida que avanzaban las horas. El periódico "La Tarde" publicó una crónica de Luis Castañeda titulada "Impresiones de una angustiosa noche de vísperas", actualizada al día siguiente y reproducida años después en la desaparecida "Revista Local" que editaba el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz. Resultaba impresionante el relato de Castañeda: una denuncia en toda regla, impregnada de atinada literatura descriptiva.
En los alrededores de las barriadas había compañeros y compañeras de clase, algunos cuidando bolsas de ropa que habían logrado sacar de sus casas amenazadas por la furia del barranco. Después, volvimos a verles en su alojamiento provisional del empaquetado de Yeoward, actuales dependencias del Ayuntamiento. Hubo otros improvisados albergues.
Alguna fuente señaló que al menos cuarenta viviendas se habían visto afectadas. También se dijo que el campo de fútbol de La Vera había quedado completamente destrozado. Y que los pastores habían perdido muchos animales. Los periódicos de fechas posteriores, muy demandados, fueron dando cuenta del alcance del aluvión. La corta depresión asfaltada que servía de enlace para el camino a Punta Brava desapareció. Las playas de las cercanías eran un montón de desechos. El agua del mar estuvo varios días ensombrecida.
El pleno del Ayuntamiento se reunió días después, el 4 de diciembre, en sesión extraordinaria. Era alcalde Felipe Machado del Hoyo. El pleno analizó y evaluó lo ocurrido. El acta de la sesión recoge que siete viviendas quedaron literalmente desaparecidas. Las obras de encauzamiento se vieron notablemente destruidas, de modo que el "Ministerio de Obras Públicas ha tomado ya las medidas urgentes que el caso requiere para reponer los fuertes del barranco que han desaparecido y garantizar las propiedades públicas y privadas de sus riberas ante futuras crecidas". Los suministros del servicio eléctrico y de abastecimiento de aguas se vieron también interrumpidos, hasta el punto de que, durante unos días, fue necesario atender a los damnificados con una o dos cubas.
El alcalde anunció en ese pleno que desde Madrid había recibido noticias de que saldrían de inmediato a subasta 222 viviendas programadas para el municipio y que las Mutualidades Laborales de Santa Cruz de Tenerife habían ofrecido una aportación a fondo perdido de quinientas mil pesetas, destinadas a los mutualistas siniestrados que habían perdido enseres y mobiliario.
Están a punto de cumplirse cuarenta y un años de aquel fenómeno natural que es recordado por los supervivientes -y no es exagerado el término- de forma muy singular. Historias y situaciones personales caracterizadas por la inquietud, la incertidumbre y el dolor. Y nadie se olvida del estruendo ni del torrente de color negro.
-¡Está corriendo el barranco!
Ayer, casi con exactitud de almanaque, mucha gente supo lo que eso significa. Y la historia se repetía.

lunes, 16 de noviembre de 2009

NORTE Y SUR, SIN HOSPITALES

El disgusto de unos vecinos, sorprendidos en plena madrugada con la repentina dolencia de un pariente que fue diagnosticada como isquemia cerebral, puso de relieve que la atención sanitaria de aquellos que andan un poco lejos de los centros hospitalarios significa un serio problema cuyas perspectivas de solución, según se desprende de algunas decisiones presupuestarias recientes, seguirán siendo bastante complicadas.
Ya saben: susto, nervios, prisas, llamada, petición de datos, ambulancia que tarda lo suficiente para desesperar, traslado, ingreso, urgencias, hospital, espera, pasillos… hasta que llega la información que alivia, si se ha llegado a tiempo, como parece que fue el caso.
Hechos como el descrito -es innecesario pormenorizar- contrastan la necesidad de que entren en funcionamiento cuanto antes los centros hospitalarios del norte y del sur de Tenerife. Quienes vivimos isla adentro sabemos muy bien lo que aumentan las ansias y las distancias en ocasiones como la relatada. Quizá en la capital no tanto. Esos centros han terminado convirtiéndose en un objeto ansiado, más que una reivindicación o una demanda que termina reclamando justicia social.
Ya se sabe que la salud es un derecho irrenunciable y que la sanidad es uno de los pilares del Estado de bienestar. En Canarias, pese a los avances, y teniendo en cuenta quejas, debates y registros estadísticos, da la sensación que ambas obviedades, cuando menos, se tambalean. En Tenerife, tan sólo, se habla de casi veinte mil personas en listas de espera, donde seguro que pasarán meses hasta ser atendidas. Cuentan que hay lista de espera hasta para el transporte de los pacientes y que el porcentaje de éstos se va incrementando notablemente. Y que en atención primaria también hay lista de dos o tres días para ser atendidos por el médico de familia.
Los problemas se agravan si, como parece, la tijera de los recortes en los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma que hoy empiezan a ser debatidos en el Parlamento termina extendiéndose en los capítulos dedicados a la asistencia sanitaria, con lo que la apertura de los hospitales del norte y sur tinerfeños seguirá demorándose. La cadena de consecuencias es fácil de colegir. Y que se convenzan: no es la eterna cantinela, el tono lastimero de la ciudadanía del interior. Es una demanda que hay que agradecer no haya traspasado los límites de la paciencia -¡benditos límites!- del respeto y de la tolerancia. Claro que esos límites reflejan también una pasividad social preocupante, un conformismo existencial que ni siquiera muta en tiempos de crisis. Que quede claro que las infraestructuras o las dotaciones hospitalarias son una conquista y no un regalo. Y más claro debe quedar aún en qué fijan sus prioridades quienes tienen la responsabilidad de administrar recursos públicos.
Los recortes son la sustancia del debate político y del presupuestario en concreto, en las cuantías que sea, enmienda arriba, rectificación abajo. La gente, tan hastiada de la política, no estará muy pendiente, más que nada porque no espera grandes cosas. Pero que sepan los gobernantes que los equilibrios y la cohesión social se resienten a poco que asuntos tan esenciales como la atención sociosanitaria siguen sin tener respuestas directas y concretas. Si las previsiones contables del Gobierno de Canarias no son buenas para Tenerife, teniendo en cuenta el volumen de las competencias y de las prestaciones del Cabildo Insular, puede que estemos al borde de un colapso, dicho sea sin exageraciones.
Se resiste uno a creer y admitir que la apertura de los centros hospitalarios del norte y del sur de la isla depende en alguna medida de la oportunidad, de la proximidad electoral por ejemplo. Será ingenuidad y hasta una cierta benevolencia, pero más allá de la coyuntura y de esa visión alicorta, es evidente que se necesita un nuevo modelo sanitario en Tenerife, basado en planes integrales de salud y en centros mejor dotados tanto con recursos humanos como materiales que sirvan, incluso, para aliviar esa pesada carga de los actuales hospitales.
Lo que no es ingenuidad, en lo que hay que ser tajantes es que la sanidad no puede ser un negocio. Porque entonces sí que los desequilibrios y las discriminaciones fomentarán esa desvertebración o esa descohesión hasta límites insoportables.

sábado, 14 de noviembre de 2009

PARADAS DE GUAGUAS

Ahora que las guaguas vuelven a operar salidas y llegadas en una de las avenidas del polígono San Felipe-El Tejar, a la espera de una nueva estación, la memoria nos devuelve algunos antecedentes. Quienes hemos sido y seguimos siendo usuarios del transporte colectivo de viajeros, hemos vivido las mudanzas y todas esas situaciones que se suceden en un lugar frecuentado por gentes de todas las latitudes, acaso donde mejor se contrasta el cosmopolitismo de una ciudad como el Puerto de la Cruz.
No alcanza la memoria pero cuentan que la primera parada de guaguas en el municipio, propiamente dicha, estuvo en la calle Blanco, antes del espacio donde estacionaban los taxis que aún tienen en la plaza del Charco su parada principal. Popularmente eran conocidas como "jardineras".
Donde sí recordamos un lugar parecido a una estación es en las inmediaciones del refugio pesquero, en el exterior del establecimiento conocido por "Viuda de Yanes" y de "El Fielato". La calle era amplia y adoquinada. Allí maniobraban los conductores para orientar la salida hacia la calle Santo Domingo. En una edificación allí construida a principios de los años setenta del pasado siglo, albergaron en un pequeño local las oficinas de atención al público o de recogida de envíos. Allí se hacían las reservas o se despachaban los billetes para desplazarse a La Laguna y Santa Cruz en el denominado "exprés" o "expreso", en realidad un microbús marca "Commer" de once o doce plazas que salía a las y cuarto y menos cuarto y no hacía paradas prácticamente.
Eran los tiempos de "Transportes de Tenerife", la empresa que prestaba los servicios y que no resistió los avances de la modernidad y las demandas crecientes de los usuarios. En aquella zona próxima al muelle, se vivió algo parecido a una huelga. Fue un paro, ciertamente, al frente del cual se puso Liborio Zamora, más conocido por "Cheché". Se concentraron unas decenas de personas, sin violencia, sin que la algarada pasara a mayores.
Y en aquel pequeño local, por cierto, depositaban los paquetes del desaparecido diario "La Tarde" por cuyos ejemplares esperaban habitualmente los contertulios de la 'cámara alta' del "Bar Dinámico". Y hasta que aparecían los repartidores. Curioso, porque había quien compraba "La Tarde" a la mañana del día siguiente. Y es que, a veces, ni llegaba.
Cuando el tráfico se fue intensificando, la parada fue trasladada hasta El Penitente, en la explanada adoquinada junto al mercado municipal. Lo que hoy sería el tramo de plaza de Europa más próximo a la fachada de las casas consistoriales. Los turistas, cada vez más numerosos, demandaban información y entonces colocaron unos originales cartelones de madera que solían caerse con una ligera brisa y donde estaba inscrito el lugar del destino. Las guaguas seguían saliendo Santo Domingo arriba para girar hacia la Punta de la carretera pasado el que era conocido como empaquetado de los "Betancores".
En los alrededores de la plaza del Charco habían dejado espacio para que estacionaran las guaguas que cubrían el trayecto hasta las barriadas y Punta Brava, éste casi siempre con Agustín Rodríguez al volante. Salían cada media hora desde el exterior de la sede de Falange, cerca del cinema "Olympia". Los retornos, por la calle Puerto Viejo, se hicieron cada vez más complicados -practicamente las guaguas no cabían entre obras y aparcamientos- de modo que fue necesario buscar otro emplazamiento que funcionó durante un tiempo al comienzo de la calle Nieves Ravelo, frente al monumento a Bonnín, donde incluso construyeron una isleta de protección y acceso de los usuarios.
Se materializó años después otro traslado: hasta la avenida Hermanos Fernández Perdigón, en un área que concentraba los núcleos de prestación de servicios públicos más importantes. El turismo había eclosionado en la ciudad. Instalaron unas pequeñas casetas, unos módulos, donde despachaban billetes, paquetes y mercancías y en cuyos alrededores se concentraban los conductores, cobradores e inspectores.
Había desaparecido "Transportes de Tenerife", sustiuida por TITSA después de un doloroso parto en el Cabildo Insular en el que mucho tuvo que ver el ya jubilado secretario general del Ayuntamiento portuense, Santiago Díaz Baeza. La isla estuvo sin transporte público de viajeros en la segunda mitad de los años setenta más de un mes.
En Hermanos Fernández Perdigón estaban José Abreu, Domingo Martín y Emeterio Martín Ramos, personajes con distintas responsabilidades y que, a fuerza de verles todos los días, se sabían las conexiones y los horaros de carretilla. Pedro Méndez, Domingo Ríos, Pedro Díaz, Ciriaco, Gregorio..., por citar algunos conductores. Allí aparcaban las unidades de la flota que, paulatinamente, se iba modernizando. La empresa iba introduciendo, además, nuevas líneas y nuevas frecuencias. Así surgieron los denominados "refuerzos", servicios expresos para Santa Cruz que, entre las ocho y las diez de la mañana, salían nada más llenarse la unidad prevista. La Guardia Civil se había puesto dura y vigilaba de cerca a las guaguas sobrecargadas que llevaban mucha gente de pie.
Hasta que ya en los años ochenta, en plena democracia y al principio de la autonomía, edificaron la estación de guaguas sobre un suelo que había servido para campo de fútbol rudimentario e instalación de circos y espectáculos ambulantes. Era María Dolores Palliser la consejera del ramo en el Gobierno de Canarias y Francisco Afonso, el alcalde. Estaba previsto que el acto de inauguración estuviera presidido por Jerónimo Saavedra pero alguna protesta popular o sindical aconsejó que, a última hora, anulara su desplazamiento desde La Laguna.
La flamante estación de autobuses -así fue denominada, hasta que en las letras exteriores rotularan guaguas- parecía satisfacer las exigencias. La infraestructura disponía de dos plantas en el subsuelo para aparcamientos. Pero, como algunas de las dependencias ubicadas en la principal, nunca fueron utilizadas a plenitud.
Allí vivió sus últimos días laborales Diego Rodríguez, que era inspector y fue alcalde de La Matanza en el primer mandato democrático. El inspector fue una figura esencial en el transporte interurbano de pasajeros. Aparecía en cuaquier parada, a verificar con creyón rojo y azul, la numeración de los billetes que expedían los cobradores en unos tubos cilíndricos mientras en bandolera colgaba la cartera de la que sacaban el cambio. Se trataba de comprobar que todos habían pagado. Si algun usuario no lo había hecho y estaba el inspector a bordo, tiraba de aquel cordón de cuero que se extendía por el techo de la guagua y hacía sonar la campanilla que avisaba al conductor para apearse en la parada siguiente.
Ahora han cerrado esa estación por grave deterioro de su estructura, lo que ha significado la rehabilitación de la parada de Hermanos Fernández Perdigón. Un retorno al pasado, a la espera de un nuevo edificio, se supone. Ojalá no se prolongue mucho tiempo esta provisionalidad, por el bien de todos: trabajadores, usuarios y vecinos. Y ojalá haya mejor suerte que con otras obras públicas en la localidad portuense.