martes, 31 de enero de 2017

CUEVA DE BENCOMO Y MEMORIA HABITADA

Parece que esta vez va definitivamente en serio: la cueva de Bencomo, localizada en el margen derecho del barranco del Pino, en la ladera natural de Tamaide, en la carretera general TF-21 que conduce desde la Cuesta de la Villa a La Orotava, muy cerca del Mirador de Humboldt, lleva camino de convertirse en el primer museo de sitio de Tenerife dotado, además, de un centro de interpretación. El profesor e investigador de la Universidad de La Laguna, Ramón Cebrián, es el autor de un proyecto que quiere dignificar la cultura aborigen. Se trata de un Bien de Interés Cultural (BIC) acreedor de más atención que la recibida hasta la fecha. El carácter histórico del penúltimo mencey de Taoro está fuera de toda duda, de ahí que la actuación se oriente a la recuperación del lugar como un escenario natural básico en el patrimonio histórico de las islas.
Las cuevas son un sitio mágico. Es una pena que su estado de conservación sea tan grotesco, porque entrar y ver el paisaje de todo el Valle de Taoro, con el Teide encima y un marcador solsticial de La Palma delante para el control de las fechas y los calendarios, es impresionante”, relató Cebrián días pasados a Gabriela Gulesserian en Diario de Avisos. Además, uno comprueba no solo que desde ahí el rey podía tener el control estratégico visual de Taoro sino que él también era visto desde todos los puntos de su dominio”.
Hay que congratularse de la iniciativa que ojalá se culmine con éxito. La identidad canaria debería fortalecerse a partir de un conocimiento más cabal, en todos los sentidos, de sus ancestros, de sus valores etnográficos, de su medio natural y de su conjunto patrimonial. No hemos sido muy cuidadosos en las islas con todas estas cosas.
De ahí que sea plausible el proyecto para recuperar y dignificar la cueva de Bencomo. Confiemos en que la gestión de los recursos -cabe desear que la Administración asuma lo principal: el desarrollo y el mantenimiento-, cuando concluya la actuación, sea fructífera y se haga honor a la declaración de BIC que fue otorgada a este paraje “teóricamente” protegido.
Como digna de toda atención es la exposición fotográfica titulada Memoria habitada, dedicada a la arquitectura tradicional canaria en el medio rural. Se puede contemplar hasta el próximo 26 de febrero en el Espacio Cultural de CajaCanarias en el Puerto de la Cruz, ubicado en la céntrica calle San Juan. Junto a las fotografías, una serie de paneles didácticos “en los que se reciogen imágenes de los distintos tipos de arquitectura tradicional rural, que se define por su funcionalidad, humildad y autenticidad”.
La exposición nos acerca a este tipo de arquitectura vernácula y nos sensibiliza sobre la necesidad de conservar estos bienes patrimoniales que forman una simbiosis con el paisaje, en un entorno biogeográfico que, sobra decirlo, debe preservarse en las mejores condiciones. En las fotos se suceden, ordenadamente, por islas, las casas cueva, las casas pajizas, las viviendas sencillas de una o dos plantas y las haciendas. Son, como se explica en la introducción de la colección, construcciones emplazadas en parajes privilegiados desde el punto de vista paisajístico y medioambiental o en entornos rurales ligados históricamente a las actividades primarias.
En definitiva, la recuperación de la cueva de Bencomo y la exposición Memoria habitada nos permiten robustecer el conocimiento del patrimonio canario y divulgarlo. Siempre será positivo. Hay que seguir dando pasos, en conclusión.

lunes, 30 de enero de 2017

LIBERTAD DE PRENSA AMENAZADA, DEMOCRACIA TAMBIÉN

Parecía que nunca escribiríamos esto, al menos ciñéndonos a los Estados Unidos de América (USA), pero los hechos más recientes, desde que Donald Trump y sus portavoces han accedido a la Casa Blanca, dan a entender claramente que la libertad de prensa, cuando menos, corre peligro. Algunas expresiones, tanto del presidente como del secretario de prensa, Sean Spicer, y del principal asesor de Comunicación, Stephen Bannon, sin olvidarnos de otra asesora ejecutiva, Kellyanne Conway, no dejan lugar a dudas: están en guerra con los medios, quieren la confrontación, están dispuestos (o eso se colige) a todo, riesgos incluidos.

Parecen no perdonar los antecedentes, que es tanto como decir, ha sonado la hora del desquite, lo que, en un contexto de populismo, nacionalismo y demagogia, alentado por muchos factores, tiñe de incertidumbre los derroteros de la política yanqui y, por consiguiente, su influencia en todo el mundo. Estemos atentos en Europa y a las democracias occidentales donde, por mucha fortaleza institucional que atesoren, las amenazas a corto plazo, evidencia de radicalismos extremistas y xenófobos, son cada vez más inquietantes.

El caso es que el beligerante Trump y su estado mayor no regatean improperios y dicterios hacia el ámbito mediático. Entre las descalificaciones y los reproches, figuran la deshonestidad. Es difícil digerir que todo esto provenga de un sistema democrático y de libertades como es el norteamericano. Las protestas no se han hecho esperar: las de los medios, las de las mujeres injustamente aludidas, las de los extranjeros conminados a marcharse o a no poder traspasar las fronteras y hasta de los primeros jueces que han dicho, cuidado, estas no son formas de conducirse y han empezado a frenar el desaguisado.

A Trump le sitúan, además, en la cultura mediática de la postverdad, de suyo natural antagonista del periodismo auténtico. Ese estado mayor comunicacional estalló, con expresiones tales como “datos alternativos” o poniendo en tela de juicio los cálculos de asistentes a su toma de posesión, “cuando fue la concurrencia más grande de la historia y punto”. (El autoritarismo: eso sí que es otro punto aparte). Seguramente porque son conscientes de que dependen directamente de los sectores y de la ciudadanía que confía ciegamente en ellos, necesitan fijar un enemigo, declarar hostilidades, sembrar todo tipo de obstáculos, hostigar sin miramientios y fomentar los recursos afines que puedan manejar a su antojo y así calar informaciones y mensajes entre adeptos, incondicionales y votantes, sabiendo que siempre habrá opción de captar unos cuantos.

Todo dependerá de la resistencia. Sostienen algunos estudiosos que, al ser (por ahora) bastante débil en la opinión pública el apoyo al presidente, la posición de los medios se ve aún fortalecida. Pero todo hace vislumbrar que la guerra se va a prolongar, que Trump no retrocederá y que usará su poder ejecutivo para sofocar el periodismo crítico. El sesgo autoritario de Trump también juega. Eso hace fruncir el ceño: si la libertad de prensa está amenazada, la democracia también.

sábado, 28 de enero de 2017

CARNAVAL: CAMBIOS IMPROCEDENTES

No se ha pasado de los ensayos y las presentaciones y ya están hablando del Carnaval... ¡de 2018! En algunos círculos carnavaleros portuenses, puede que malinspirados por la celebración de algo denominado Carnaval de verano -¡en pleno agosto del pasado año!-, se sugiere un posible cambio de fechas, al menos para no hacerlas coincidir con las programadas para Santa Cruz de Tenerife. Apresurémonos a decir que está bien que se debata pero que, de prosperar la iniciativa, estaríamos ante un disparate monumental y un error de similar categoría.

Por la vía de la simpleza: todas las festividades tienen sus fechas en todos lados y obedecen a criterios concretos y consecuentes. Se puede intentar toda la flexibilidad, acomodar, propiciar... pero el calendario, más allá de rigideces, es el calendario. Además, el carnavalero obedece a criterios que han perdurado. Ya sabemos que el Carnaval es una festividad de origen pagano que se desarrolla justo antes de la Cuaresma cristiana, en la que se practicaba vigorosamente el ayuno y la abstinencia de las carnes. Las fechas de otra conmemoración subsiguiente, las de Semana Santa, se determinan tomando el primer domingo siguiente a la primera luna llena tras la entrada de la primavera (domingo de Resurrección). A partir de ahí, se establece el calendario carnavalero, retrocediendo cuarenta días hasta el miércoles de Ceniza, cuando se lleva a cabo el 'entierro de la sardina'.

Si se sale del cauce, como por lo visto se pretende, surgen las complicaciones. Se supone que uno de los móviles de la modificación de fechas es la clara ¿interiorización? ¿absorción? ¿introspección? que ha sufrido el Carnaval portuense por parte del capitalino. Pensar que había logrado diferenciarse, tener su propia personalidad, despertar atractivos en todas partes, principalmente en el norte, y hasta en la propia Santa Cruz. No era cuestión de competir sino de producir una fiesta genuina.

Se trata de revertir esta situación, dirán los proclives a las nuevas fechas. Para ello, si se acepta tal premisa, es indispensable concentrar esfuerzos con el fin de revitalizar el carnaval del Puerto de la Cruz y recuperar sus niveles de participación y brillantez, aún contando que tiene mucho de espectáculo, dada la vertiente turística que hay que aprovechar, sí o sí. La fiesta carnavalera en la ciudad está expuesta, desde hace años, a riesgos y circunstancias que merman su engrandecimiento. Costará levantarlo pero hay que perseverar en el empeño. No hay que resignarse pues quedan mimbres y hay un capital de experiencias que se debe reactivar. Cierto que, hasta ahora, el relevo generacional en el ideario y en la organización de los festejos, así como la desidia y la carencia de alicientes, no han dado los frutos apetecidos. Ha faltado continuidad, de modo que otros carnavales sí han crecido, han retenido a los lugareños y han menguado las potencialidades de los reclamos en el Puerto. Si se quiere salir del marasmo, los cambios en el almanaque no son, en nuestra opinión, la fórmula más aconsejable. Posponerlos no es la solución y, mucho menos, propiciar que la programación se vea sometida a una cierta comparación. Ahí sí que habría que competir. Y no es cuestión.

El punto de vista turístico es tan importante como inevitable a la hora de valorar las decisiones que se adopten. Los flujos de visitantes se sienten atraídos, en una inmensa mayoría, por el Carnaval chicharrero, el que tiene como marco principal vías, plazas y recintos de la capital tinerfeña. Pero una buena parte de aquéllos se aloja en establecimientos portuenses. En los paquetes y planes de viaje se incluye la opción de disfrutar de algo más cercano, aunque de menor grandiosidad. Eso no se puede desaprovechar: al contrario, hay que potenciar e incentivar la programación para hacer que, junto a los nativos carnavaleros, se queden en los ambientes adecuados, desde plaza de Europa a plaza del Charco o explanada del futuro parque marítimo. ¿Y qué se hace, además, con el intercambio con Düsseldorf y las importantes ciudades alemanas de la Renania, donde hay un mercado turístico de gran peso? No creemos que haya predisposición ni voluntad de abandonarlo.

Se saldría pues de los esquemas lógicos y de la propia tradición o 'cultura' carnavalera. Ni con gaseosa hay garantías para el posible experimento. Que debatan, si quieren y no hay otros asuntos de más enjundia que tratar, pero no parece una iniciativa atinada. Sería mucho mejor fomentar grupos, auspiciar innovaciones, organizar mejor lo poco que se tiene (¡ese Mascarita, ponte tacón!), buscar locales, crear, ensayar, cualificar condiciones de divertimento, encontrar fuentes de financiación...

Dejen la fiesta en su sitio natural del almanaque. Carnaval, sí; pero en sus días correspondientes. Busquen estímulos, cultiven valores carnavaleros, creen ambiente apropiado. Eso: genuino.

viernes, 27 de enero de 2017

CORRUPCIÓN, PEOR

Transparencia Internacional (TI) ha hecho público el informe sobre la percepción de la corrupción, de cuyos contenidos se desprende que España no sale bien parada. El catedrático de Ciencia Política y de la Administración de la Universidad Rey Juan Carlos, de Madrid, el profesor Manuel Villoria, ha sido tajante al opinar sobre los resultados: “Los expertos y los ciudadanos consideran que hay más corrupción a partir de la crisis económica. Los datos son tremendos y casi inesperados. Nunca habíamos tenido una posición tan mala. Hemos llegado al suelo. Más bajo no podemos caer. Es el momento de reaccionar”.
El índice de percepción de la corrupción es significativo, calculado en base a siete encuestas realizadas en nuestro país durante el pasado año. Ya en noviembre de 2016 sonó un timbre de alarma, al conocerse que el 80% de los encuestados respondía que el Gobierno no estaba dando lo que podía esperarse en la lucha contra la corrupción. Según los datos manejados, España era el país de la Unión Europea (UE) que registraba los más altos porcentajes de reprobación ciudadana hacia sus gobernantes. Por ello, obtiene la peor clasificación de su historia al aparecer con una nota de 58 (idéntica a la de 2015) para situarse en el lugar 41 de ciento setenta y seis países. Comparativamente, se ha alcanzado un récord histórico negativo.
Es cierta la dimensión universal de la corrupción en el sector público, como lo prueba el que, según el informe de TI, el 69% de los ciento setenta y seis países consignados en el índice de percepción alcanza una puntuación inferior a 50. Pero eso no debe complacer ni al ejecutivo ni a los ciudadanos, cuando comprueban que no hay forma de atajar o limitar esa lacra que tanta repulsión despierta y desacredita a quienes se dedican a la función pública.
Por supuesto, no son fáciles las soluciones. Ni siquiera las leyes y medidas aprobadas en un intento de frenar la corrupción, añadidas a las prevenciones y exigencias que, se supone, habrán adoptado los partidos políticos y las estructuras administrativas, lo han logrado. Se dirá que es una cuestión de comportamiento acostumbrado o impune, que no prima la ética o que faltan escrúpulos, pero lo cierto es que, pese a la sencilla frase, tolerancia cero frente a la corrupción, no se avanza en los niveles deseables. Los autores del estudio, por cierto, señalan taxativamente que las soluciones no están en propuestas políticas populistas o autoritarias, frecuentemente demandadas por sectores sociales. O sea, cuestión de cultura y de civismo. Hay que reaccionar, sí.

jueves, 26 de enero de 2017

CENSURAS A TUTIPLÉN

Asunto censuras en corporaciones en una tertulia radiofónica. Era previsible que se disparara tras la ruptura de la alianza entre nacionalistas y socialistas en el Gobierno de Canarias. Si eran frágiles o débiles las minorías antes de, si están latentes las ganas de desbancar, si no merman las ambiciones políticas, si ni las normas concebidas para frenar el transfuguismo o penalizar ciertos comportamientos, si los propios partidos políticos no son capaces de controlar o disciplinar a sus consejeros o concejales... al final, el terreno sigue abonado. La tentación existe. Y en determinados momentos, en concretas coyunturas, con móviles más o menos inspirados por el rencor, tan solo por el deseo de devolver el golpe, es difícil resistirse. Aunque seguro hay antecedentes en contrario.

Las censuras han jalonado buena parte de la vida municipal en Canarias desde el primer mandato. Recordemos, por ejemplo, que en el período 1979-83, en Las Palmas de Gran Canaria, hubo hasta tres alcaldes, dos de los cuales accedieron por esa legítima vía, desde entonces revisada a fondo para rellenar vacíos legales e imperfecciones derivadas. Llegaron episodios insólitos, como aquel de 1991, cuando José Carlos Mauricio, aún con mando en plaza y tratando de hacer méritos para el nacionalismo emergente, se empeñó en desbancar a Carmelo Artiles de la presidencia del Cabildo de Gran Canaria sin apenas darle un respiro. Y hasta un caso de autocensura, como fue el perpetrado por Manuel Hermoso, aún con las Agrupaciones Independientes de Canarias (AIC) y el propio Mauricio -¡que llegó a izarle en hombros en la capital grancanaria!- para liquidar la segunda presidencia de Jerónimo Saavedra, redivivo políticamente cuando a poco Felipe González le nombró ministro. En numerosos cabildos y ayuntamientos canarios se han sucedido las censuras, de todos los signos, con el concurso de la práctica totalidad de los partidos. Algunas modificaron sensiblemente la voluntad popular, no importaban contradicciones ideológicas o programas contrapuestos. Por supuesto, en la fase previa a su materialización, tales censuras alimentaron todo tipo de especulaciones, conjeturas y movidas sobre los protagonistas e implicados, alguna de ellas tan curiosa como tener que esconderse en un lugar ignoto o trasladarse posteriormente a otra isla para evitar ser señalados. Los intereses agudizan el ingenio.

Ahora las censuras recobran actualidad informativa. Anda que no gusta ni nada a los medios una tensión, una elucubración, una porfía, una suerte incierta... Se ponen sobre la mesa las piezas, se intensifican los contactos con las fuentes, se pone atención a los movimientos visibles de los días previos... y ¡hala!, servido en bandeja el trance.

Claro que algunos protagonistas parecen haberse olvidado de que las censuras no son para anunciar y amagar, sino para recoger las firmas y registrar el escrito. Después, ya se verá. Porque todo puede suceder. Las censuras no son para escarceos; están para consensuar un candidato alternativo y -supuestamente- un programa de gobierno. Están para ser presentadas y no ser debatidas antes de tiempo ni para amagar ni alimentar expectativas.

Algunas de estas ideas expusimos en la tertulia citada, barruntando la agitación -no sin convulsiones, si es que prosperan las iniciativas- del panorama político local. Se puede entender el afán y el propósito, pero las formas son importantes, aunque cada vez cuenten menos en el corpus de los escrúpulos. Que no se lamenten quienes las han practicado. Que anden atentos los que alardean para luego verse sorprendidos con alguna pirueta, de esas impensables. Ay, esas maniobras. El problema es que prende la inestabilidad y la ciudadanía se ve afectada por parálisis cautelares en la resolución de trámites administrativos (a la espera de...) en tanto que aumenta su desafección hacia la política al intuir que, tras el telón legítimo, se configuran otros escenarios con otros personajes con parecidas ambiciones.

Luego, después de tratar de convencer de males y vicios gubernamentales que precisan ser erradicados, después de invocar la necesidad perentoria de cambio, después de apelar al supremo interés general y un proyecto que ilusione a la población, después de conversaciones y negociaciones inconfesables, darán los pasos para que la censura, prospere o no, se convierta en un hito de la vida institucional. Flota en el ambiente que va a haber censuras a tutiplén. Por no decir en cascada, ya entienden.

miércoles, 25 de enero de 2017

GENERAR Y CULTIVAR TALENTO



El filósofo, ensayista y escritor José Antonio Marina, autor del libro Educación para la ciudadanía (SM), es rotundo al afirmar que “necesitamos dedicar a la Educación al menos un 5% del PIB”. Lo dice en otro contexto, en el de resaltar la importancia de esa materia en los modernos órdenes de la vida, en el de la influencia de la economía a la hora de diseñar y plasmar cualquier modelo; pero viendo que se suceden a nuestro alrededor los episodios de brusquedad y violencia en escenarios tan sensibles como los deportivos, en presencia de hijos y menores de edad; las expresiones vulgares de mala educación, estimulantes de la intolerancia y del irrespeto, en medios de comunicación y en redes sociales, el profesor Marina acierta cuando aboga por generar talento de modo que la educación se convierta en la mayor fuente de riqueza de una nación.
            El premio Nobel de Economía, el estadounidense James Heckman, profesor de la Universidad de Chicago, ha considerado que la inversión en los niveles básicos de educación es la que produce mayores retornos económicos. Fíjense que habla de ‘niveles básicos’, o sea, donde hay que actuar con rigor y fundamento, para hacer de la educación un factor primordial de civismo y ética.
            Mientras todo eso se descuide, seguiremos asistiendo a agresiones físicas y verbales reprobables. No se trata de aplicar sanciones o medidas coercitivas, que pudieran servir. Es, más bien, educar en valores, prevenir, hacer ver que la convivencia ha de responder a cánones elementales de saber estar y de comportarse. Dice el profesor Marina que “la riqueza de las naciones no son ya las materias primas, la producción agrícola, o el capital financiero, sino el capital intelectual”.
            Es cuestión, pues, de generar y cultivar talento. Se evitarían tantas cosas…

martes, 24 de enero de 2017

NEXO, SIN MIEDO A LO NUEVO

La sección de estudiantes y jóvenes investigadores y creadores del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC) presentó días pasados el número 13 de la revista intercultural de arte y humanidades, NEXO, editada en soporte digital.

Su directora, Ruth Pérez Díaz, licenciada en Bellas Artes, creativa, con bríos de juventud y ciertos aires de rebeldía intelectual, se planteó de inicio “un paradigma confuso, contingente y difícil de abarcar”. Es la duda que asiste a su generación, a la de jóvenes creadores que quieren hacer honor a ese dicho común que es el de la generación más preparada de la historia. Pérez encuentra una conexión a ese paradigma: “Toda una paradoja si lo pensamos fríamente, ya que en la era de la información, lejos de tener las cosas completamente claras, luchamos por entender y reflexionar acerca de la “conexión” total y absoluta a la que estamos sometidos”.

Acompañada de Enrique López Moreno, diseñador de la revista y representante de la sección de estudiantes del IEHC, lanzó una suerte de declaración de principios: ...La identidad se genera como un constructo compuesto por muchos factores, todos ellos atendiendo a unos procesos dentro de la sociedad y el momento histórico que nos ha tocado vivir. Y aquí estamos nosotros. Cada uno con nuestras aptitudes, llenos de ganas de aprender, de compartir, de luchar y de dejar huella, como otros hicieron anteriormente para que nosotros hoy podamos disfrutar e ilustrarnos con una buena partitura, una intrigante lectura, un perfecto experimento o con la investigación, o sacudir nuestra emociones con una pieza de arte”.

Ruth convirtió su alegato en el editorial del número 13 de NEXO que, sin perder señas de identidad, se acerca al mundo de las artes plásticas, el diseño, la música y el teatro. Asegura que el contenido no nos dejará indiferentes. La oferta es, desde luego, tentadora: un trabajo de Covadonga García Fierro sobre la poeta y artista plástica Pino Ojeda y otro de Javier Lima Estévez sobre “sucesos memorables” del Puerto de la Cruz relatados por el regidor ilustrado, José Agustín Álvarez Rixo. Laura Brito Martín firma tres antecedentes en Cervantes del mito de don Juan que tiempos después fijará Tirso de Molina en El burlador de Sevilla. Judit Febles profundiza en los perfiles de las mujeres inconformistas en la novelística de Cervantes. Y Alejandro Hernández Pérez publica un texto en el que establece comparaciones entre Queneau, Cervantes y Unamuno a través de la metaficción en tres de sus obras. Se inserta también una reseña sobre la exposición Diálogo In-Coherente qe pudo verse en el Museo de Arte Contemporáneo Eduardi Westerdhal (MACEW).

Persiguen -y lo logran- los responsables de NEXO que este número sea más interactivo, de ahí que resulte una grata experimentación seguir los enlaces a la representación escénica “Entre bastidores”, proyecto de fin de curso de la materia de música y sociedad de los alumnos de bachillerato de Artes Escénicas del portuense IES María Pérez Trujillo. Una sección de creación literaria y una entrevista al diseñador e ilustrador Andrés Nieves completan los contenidos de esta nueva edición de la revista digital del IEHC.

Debemos perder el miedo a lo nuevo, a lo diferente, porque solo así conseguiremos abrirnos a un nuevo mundo e investigar”, concluyó Ruth Pérez Díaz. En NEXO hay argumentos de sobra para comprobarlo.

lunes, 23 de enero de 2017

TRUMP, BELIGERANTE

Hay Trump para entretenerse. No solo aquel discurso inconcebible para una toma de posesión y para un presidente de Estados Unidos de América sino lo que ha caracterizado sus primeras horas, sus primeras decisiones. Ni algo tan serio y discutible, políticamente, como el desmantelamiento de la reforma sanitaria de su antecesor -no hay diferencias en los estilos ni nada-, ha merecido análisis más detallados, dadas sus consecuencias, como las protestas de mujeres en ciudades de todo el mundo, disconformes con el comportamiento, la agresividad, las advertencias y hasta la misoginia del nuevo mandatario. La multitudinaria reacción hace que ya se hable de resistencia civil.

Pero también habría que incluir entre lo llamativo y lo impensable la declaración de guerra a los medios, hecha en un escenario como la sede de la CIA (Virginia), lo que no deja de tener su simbolismo. Ya Donald Trump había hecho gala, en campaña y en vísperas de su asunción, de discrepancias abiertas con medios y periodistas, a los que critica, excluye y discrimina abiertamente, sin miramientos, en plenas comparecencias de prensa. Para que no hubiera dudas de cuál va a ser la tónica, en su estreno, les espeta, puño en alto, que está embarcado en una guerra contra los medios, [pues] “están entre los seres humanos más deshonestos de la tierra”. Trump no se ha quitado el traje de magnate que todo lo puede y ordena a base de dinero y poder. Ahora ocupa el político: peor, por consiguiente.

Si ya periódicos como The New York Times o The Washington Post acogieron con frío escepticismo los contenidos del discurso de la toma de posesión, no es de extrañar que se eleve progresivamente el nivel de crítica y contestación. A Trump, como candidato, le fue bien descalificando y estigmatizando: estableció hostilidades con los medios, especialmente con aquellos que criticaron sus modales y vaticinaron convulsiones de todo tipo. En sus primeros desempeños, no parece que vaya a reconsiderar, por lo que puede que estemos ante un nuevo modelo de relación entre el poder político y los medios de comunicación.

Porque ¿se puede sostener ese enfrentamiento sin reservas? El tiempo lo dirá. De momento, se apela a la cordura y la racionalidad que se supone albergan gabinetes y asesores para ir disuadiendo al presidente Trump y modulando sus extravagancias. En el pasado, nadie se atrevió a tanto, aun cuando hubiera discrepancias notorias con líneas editoriales que pudieran derivarse de intereses económicos o financieros. Lo cierto es que Donald Trump ha hecho un discurso beligerante contra los medios, al menos contra aquellos que le disgustan por entender que defienden posiciones contrarias, incluso desde el punto de vista ideológico. Se nota que los principios de pluralidad no están en su agenda.

Lo dicho: hay presidente para entretenerse. Y para aguantar desmanes.

sábado, 21 de enero de 2017

UNA SOLUCIÓN PARA PROBLEMAS QUE SE ETERNIZAN

En el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz deberían estudiar y hacer un seguimiento de una decisión del Ayuntamiento de Murcia en virtud de la cual una empresa constructora se encargará de llevar a cabo las ejecuciones subsidiarias de obras, restablecimiento de la legalidad urbanística, limpieza y/o vallado de solares y cumplimiento del deber de conservación en virtud de actos propios de la concejalía de Urbanismo, Medio Ambiente y Huerta.

La iniciativa sería de aplicación en otros muchos consistorios, pero nos centramos en el portuense teniendo en cuenta las circunstancias que concurren en la geografía del municipio. Ya saben que hay una queja muy extendida de falta de mantenimiento y de las estampas de abandono prolongado que caracterizan algunos puntos de la ciudad, sin que haya visos -por las razones que sea- de que se produzca un cambio a corto o medio plazo.

Se trata, en teoría, de una intervención muy interesante. Luego vendrán los peros y los inconvenientes, principalmente de tipo económico, pero que es un cauce de solución para situaciones que se eternizan, seguro.

Veamos. Pongamos que hay un solar o un inmueble abandonado, expuesto a deterioro sin límite, a vertedero y a ser 'okupado'. En aquellos supuestos que la propiedad del suelo o la edificación incumpla los deberes de conservación o protección de los bienes en las condiciones de higiene, seguridad y mínimo ornato exigibles, el Ayuntamiento, cumplidos los trámites de requerimiento, intervendrá con arreglo a los términos establecidos en los pliegos de licitación del concurso.

Es decir: una vez acreditado que el terreno o el inmueble acumulen suciedad o presenten riesgos para la salud y convivencia de las personas, el departamento correspondiente del Ayuntamiento -suele ser Urbanismo- trasladará una orden de intervención a los propietarios. En caso de que se cumpla el plazo estipulado y no actúen, lo hará la empresa contratada por dicho departamento, de forma subsidiaria y a costa del títular.

Los resultados en Murcia durante 2016 son muy estimables: fueron registradas 415 órdenes de limpieza de solares, 23 actuaciones de ruina inminente, 15 comunicaciones para la instalación de lonas con serigrafía de la fachada y 171 por asuntos varios, principalmente actuaciones en fachadas por motivos de seguridad, derivados de desprendimientos, desconches, desperfectos o similares. Si se repasa la naturaleza de estas situaciones, deducirán fácilmente por qué sugerimos la aplicación de la determinación murciana en el municipio portuense: es homologable.

Es cuestión de proponérselo. Y de ejecutarlo. Con ello se crea conciencia de conservación y mantenimiento. Si se quiere mejorar la realidad urbanística, si se quiere que algunos núcleos urbanos presente un aspecto más gratificante, más atractivo y menos abandonado, este pudiera ser un buen instrumento. El conjunto patrimonial saldría ganando. Y el interés privado, también: se revalorizaría, no tengan duda. Reactivación de la economía local y probable creación de empleo, efectos añadidos.

Cuestión de proponérselo. Y de ejecutarlo.

viernes, 20 de enero de 2017

EDUCAR PARA MEJORAR


Las imágenes de dos padres de jugadores peleándose a puñetazo limpio en el curso de un encuentro de fútbol de categorías inferiores, que han circulado en redes sociales y han sido reproducidas en algunos canales de televisión, han refrescado varios criterios esgrimidos desde hace tiempo en distintos foros y tribunas radiofónicas. En una sociedad enferma, como es en la que nos desenvolvemos, se necesita insistir en la cordura, en los valores cívicos, en los programas educativos y en la sensibilización comunicacional. Mientras se fomente lo contrario, incluso por omisión, asistiremos a episodios violentos, reprochables, inapropiados, que lo son más cuando se multiplica su divulgación.
    En ese contexto, hay que hablar del papel de los medios de comunicación, prestos a denunciar, como es su deber, pero poco proclives a una oferta didáctica sugerente y a mensajes llanos e insistentes que impacten y calen en esa sociedad no para regenerar, que también, sino para prevenir y educar, para hacer del civismo una norma de conducta ejemplar y generalizada. En ese sentido, hemos sostenido que los medios tienen mucho que decir. Hay metodología especializada y hay recursos: se trata de crear sinergias para ir cambiando hábitos y códigos culturales.
    La Federación de las Asociaciones de la Prensa de España (FAPE) ha tomado una iniciativa interesantísima sobre el asunto que nos concierne: se ha acercado a los grupos parlamentarios del Congreso de los Diputados para persuadirles de la necesidad de incluir en normativas que regulen la educación, principalmente en el ámbito de la secundaria, el conocimiento de los medios de comunicación y su función como servicios públicos esenciales para profundizar en la democracia como un instrumento útil con el fin de mejorar el propio comportamiento de la sociedad. De los informes elaborados por expertos y estudiosos, se desprende que, tal como evolucionan las cosas, esa necesidad apremia.
    Para la FAPE, establecer una asignatura específica para la juventud en la que se estudien los medios desde todas sus aristas sería un soporte válido para fortalecer la formación intelectual y cívica de ciudadanos, maduros, responsables e independientes. Ello abundaría en el propósito de formar a usuarios críticos de los medios de comunicación que, en las últimas décadas, se han convertido también en potenciales productores de mensajes. El asunto merece sensibilidad y receptividad. Por el bien social.

jueves, 19 de enero de 2017

PERDÓN INCULPATORIO

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, vino a decir, con respecto al infausto suceso del avión YAK en el que perdieron la vida sesenta y dos militares españoles, que no, que no había que pedir perdón pues poco menos que eso era conceder la razón a los familiares de las víctimas. Otros compañeros del partido gubernamental -en una interpretación ciertamente peculiar- dijeron que las responsabilidades ya quedaron depuradas en las urnas, tras las convocatorias de favorables resultados. Pero la ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, en un hecho insólito si nos atenemos a lo que acostumbran su formación política y ella misma, ha venido a presentar disculpas en sede parlamentaria a las familias de los fallecidos después de que el Consejo de Estado, como se sabe, dictaminara que el Estado, teniendo en cuenta los hechos que rodearon al trágico accidente, tenía responsabilidad.

Que se sepa, a esta hora, ha renunciado a su cargo de embajador de España en Londres el que fuera ministro en aquel entonces, Federico Trillo. No sin polémica. Y no sin dolor, un suponer, pues la manifestación -va sin segundas- de Cospedal, ante el tras el suceso, le habrá hecho, cuando menos, fruncir el ceño. Gracia no, desde luego. Su terquedad se desmoronó y así sea porque gobernar en minoría acarrea estas cosas y estas variaciones o porque la ministra querrá desmarcarse del marrón, lo cierto es que Trillo se ha quedado compuesto y sin otra adhesión que la de uno de sus secretarios de Estado. Inquebrantables que son algunos.

Y que se sepa, a esta hora, el que se mantiene es el señor Catalá. El perdón de Cospedal tiene que haberle sentado a cuerno quemado. Cierto que no es la primera vez que dos altos cargos de un mismo color político colisionan en público, pero no lo es menos que discrepancia tan ostensible sobre un hecho que ha levantado tantas ampollas ha reventado en plenas fauces políticas, sobre todo porque cuando se trata de cuestiones tan sensibles hay que tener más cintura o, si se quiere, ser más condescendiente, sobre todo cuando el sufrimiento de unas familias no se ha agotado, principalmente porque no tuvieron una señal, un gesto de comprensión o cercanía humanista por parte de quienes han compartido menesteres gubernamentales.

El ministro de Justicia no ha renunciado ni lo hará. Es más, seguro que preferirá mantener la posición por aquella de la coherencia, aunque ahora se mantenga silente. A fin de cuentas, ¿qué más da un perdón inculpatorio?

miércoles, 18 de enero de 2017

OBAMA, PUNTO FINAL

Cuando apareció en la escena, el mundo estaba tan necesitado de un liderazgo que pudo llamársele “el ansiado” o “el deseado”. Barack Obama. Todo lo contrario de lo que ocurre ahora con su sucesor que, sin empezar, lo ha revuelto todo hasta hacer que se multipliquen las dudas y el mundo empiece a rascarse la cabeza, señal inequívoca de no se sabe qué va a pasar con el tío Donald.

Dentro de dos días, se va a producir el relevo presidencial en Estados Unidos de Norteamérica. Se marcha Obama, llega Trump. Las circunstancias son bien diferentes a las de 2008: de la ilusión y las esperanzas de entonces se ha pasado al desasosiego y a la incertidumbre de ahora. El caso es que, al cabo de ocho años, el ciclo Obama se cierra con resultados si se quiere, para los más críticos, desiguales, claros y sombras; pero muy estimables desde la respuesta dada a los problemas y al debe que hubo de afrontar. No habrá satisfecho del todo pero tampoco ha defraudado. El presidente saliente se puede marchar con la frente alta, ha hecho honor a su condición de dignatario respetable.

Cierto que no puso el punto final a Guantánamo, en Cuba; pero nadie hizo tanto antes para normalizar las relaciones bilaterales y acabar con una situación insostenible. Cierto que las tensiones con Israel y su gobierno alcanzaron niveles impensables pero mantuvo la posición con el tratado de no proliferación nuclear con Irán. La retirada de Irak y Afganistán también es plausible. Como la predisposición para una relación fructífera con Europa. Cierto que no ha lucido en exceso los equilibrios medioambientales pero por primera vez acreditó el compromiso de su país con el concierto por el cambio climático en aquella histórica cumbre de París. El yihadismo y la situación en Siria son asignaturas pendientes.

En política interior, los episodios de violencia policial recobraron el problema racial que adquirió una considerable virulencia en el final del mandato. De alguna manera, eclipsaron los logros de la reactivación del mercado laboral (hasta el punto de no registrar prácticamente desempleo) y la implementación de la reforma sanitaria, objeto de desmantelamiento, como no podía ser de otra manera, por la nueva Administración republicana. Rescató, además, un sector financiero que llegó a estar muy debilitado en la esfera mundial.


Ocho años después, Obama se despide como un estadista celoso de su deber. Sus lágrimas incontenibles reflejan la personalidad de quien supo gobernar con firmeza y convicciones, pese a las dificultades advertidas en las cámaras legislativas, en algunos casos cercanas al extremo. Representó al pueblo norteamericano, junto a su familia, con dignidad y entereza. Un discurso distinto, puede que no siempre persuasivo, pero siempre valiente y resuelto, reflejó una estatura política y un quehacer acreedor de reconocimiento, incluso entre quienes menos empatizaron. Con sus claroscuros, ocupa ya un lugar en la historia de USA y del mundo. El lugar de quienes han demostrado estar lejos de la mediocridad y la tibieza, de aquellos que dignifican la política, tan necesitada, allí, aquí y en todas partes de personas de su nivel.

martes, 17 de enero de 2017

TENDENCIAS MEDIÁTICAS

En ijnet (Red de periodistas internacionales), la editora Elyssa Pachico, master en periodismo por la American University, con amplia experiencia en distintos paises latinoamericanos, divulga un interesante trabajo sobre las tendencias de los medios de comunicación en el año recién estrenado.

Después de ponderar los avances de 2016 producidos en apartados tales como las investigaciones internacionales en asuntos de corrupción, el auge de los videos 'on line', la consolidación de recursos como selfies o drones y hasta la revelación de los 'chat bot' en el periodismo (programas de ordenador con “personalidad específica”) que intentan mantener una conversación con el usuario como si se tratase de un ser humano, la autora cita dos hechos que deben ser tenidos en cuenta en cuanto parece que marcarán tendencia en el futuro inmediato.

Por un lado, la verificación. Ya nos hemos referido a ella en anteriores entradas. A medida que ha crecido la controversia sobre las noticias falsas (especialmente en las redes sociales), la necesidad y la obligación de comprobar o verificar las informaciones se contrastan con las vías que se utilicen para ello. “Los hechos existen e importan”, escribe Elyssa Pachico, quien aventura una tarea de verificación, fact-checking, más creativa, es decir, recurriendo a fuentes primarias, tuiteando en vivo o creando bases de datos completas 'on line'. Añade la editora norteamericana que “los periodistas podemos hacer que la transparencia sea una parte más rutinaria de su trabajo (siempre y cuando no pongamos a nuestras fuentes en peligro). Si los periodistas nos hacemos el hábito de explicar a nuestros lectores cómo, exactamente, producimos las historias, contribuiremos a la creación de lectores más comprometidos que puedan acceder a la evidencia por sí mismos”.

Por otra parte, está la proliferación de los grupos cerrados de chat, orientados clarísimamente ya a convertirse en un canal de distribución de noticias, informes y documentos cada vez más importante. Téngase en cuenta, por ejemplo, que WhatsApp reúne ya a más de mil millones de usuarios en todo el mundo. Aplicaciones similares, como Telegram o Signal, propiciarán que los periodistas sigan experimentando con estas herramientas para obtener información y acceder a su público. Sin olvidarnos de los denominados “fijadores digitales”, muy válidos para inteconectarse con determinados grupos de informantes o personas directamente vinculadas a ciertas actividades que se organizan por esta vía para llevarlas a cabo. Son redes de confianza en las que no hay que pagar, bien es verdad que se recomienda para su utilización la máxima cautela antes de transmitir o emitir información.


Dos tendencias en el periodismo de nuestros días, el que quiere superar retos y dificultades para ofrecer productos de calidad; pero, sobre todo, para informar con solvencia y seguridad. Y es que los consumidores de información con cada vez más exigentes. 

lunes, 16 de enero de 2017

PARTICIPACIÓN ACTIVA DE LA COPREPA

La Conferencia de los Presidentes y Presidentas de los Parlamentos Autonómicos de España (COPREPA), a cuya asamblea plenaria de Valencia hemos tenido oportunidad de asistir, ha incluido en su declaración institucional su firme voluntad de participación activa en el mundo, después de constatar la cada vez más complicada situación del proyecto europeo que, desde luego, no está dando las respuestas que podrían esperarse a problemas latentes que afectan a miles de ciudadanos.

La COPREPA sintoniza así con otro reciente pronunciamiento de la Conferencia de Asambleas Legislativas de las regiones europeas (CALRE) en el que se insta a fortalecer el objetivo común, esto es, “trabajar en colaboración y mostrar un liderazgo europeo fuerte en todos los niveles de gobierno”. Y se alude en dicha declaración al sexagésimo aniversario del Tratado de Roma que, en teoría, debe representar una excelente oportunidad “de abordar seriamente la cuestión del regionalismo europeo como factor estratégico desde el que reactivar la reconstrucción de una perspectiva europea”.

Las intenciones, pues, resultan claras: se trata de que la Conferencia gane peso político en el contexto internacional revitalizando y consolidando su papel de interlocución ante instituciones, organismos y procesos sociales que afecten al bienestar y progreso de la ciudadanía.

En ese sentido, si se acepta ello como una fortaleza, habría que aprovechar todas las opciones al alcance. Por ejemplo, la presidencia española de la CALRE. Y las presidencias españolas de tres de sus grupos de trabajo. Y hasta el mismo vigésimo aniversario de la fundación de esta organización que reúne a setenta y cuatro parlamentos europeos de ocho países. Todo ello ha de servir, dice la declaración de Valencia, “para reforzar nuestra voz en el marco de la futura Unión Europea (UE), participando activamente en el debate de los escenarios que hagan posible una comunidad política y económica consciente de su historia y valores comunes”.

La COPREPA, cuya presidencia de turno será ejercida por el titular de Las Cortes Valencianas, Enric Morera i Catalá, parece convencida de su crecimiento “cuando es capaz de actuar como una sola voz en el contexto internacional”. Por eso ha reafirmado su voluntad de participación activa, consciente de que su operatividad práctica será decisiva no solo para ganar credibilidad sino para contribuir a ese propósito en el que deben esmerarse los responsables de las intituciones políticas: recuperar el interés y el respeto de los ciudadanos por la política, tan vituperada por múltiples razones que están en la mente de todos. A ver si lo consiguen.


domingo, 15 de enero de 2017

HERMANAMIENTOS DE HACE TREINTA AÑOS

El mes de enero de 1987 será recordado como el de los hermanamientos del Puerto de la Cruz con otras localidades. En efecto, coincidieron, en distintas fechas, los materializados con San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria) y Puerto la Cruz (Estado Anzoátegui, Venezuela). Curiosamente, el citado municipio grancanario es ahora actualidad como consecuencia de la iniciativa que pretende ejecutar allí la firma 'Loro Parque'.

Hace treinta años, pues, dos ciudades de probada vocación turística se hermanaron con la intención de conocer mejor sus respectivas evoluciones en los ámbitos social, económico y cultural. Eran alcaldes, entonces, Félix Real González y Francisco Araña del Toro. Una representación del consistorio portuense viajó primero a San Bartolomé, acompañando a colectivos ciudadanos que respondieron a la llamada de una agencia de viajes que organizó un desplazamiento para la ocasión. Hubo intercambios culturales y recreativos. A la semana siguiente, se produjo la devolución de visita. Los representantes de la corporación tirajanera vinieron al Puerto de la Cruz encabezados por su alcalde. El programa de intercambios fue muy similar.

Pocos días después, se consumó el hermanamiento entre dos ciudades cuya denominación solo se diferencia en la preposición 'de': Puerto de la Cruz (Tenerife) y Puerto la Cruz (Venezuela). En mayo de 1986, se había registrado la primera parte en la ciudad venezolana: fue inevitable el clima de emotividad al reencontrarse muchos portuenses que había emigrado y aún permanecìan en el país hermano. Al frente de la expedición tinerfeña, en otro viaje popular, iba el alcalde Félix Real, acompañado por otros miembros del gobierno local.

En enero de 1987, como decimos, tuvo lugar la ratificación del hermanamiento. La alcaldesa de Puerto la Cruz, Idalba de Almeida, agradeció vivamente la acogida de los portuenses. Ella y Real sembraron el árbol de la amistad en la antigua Plaza de los Reyes Católicos. En el salón de plenos del Ayuntamiento tuvo lugar el acto cívico-institucional, en el curso del cual fue suscrito el documento que sellaba el hermanamiento entre ambas localidades.


viernes, 13 de enero de 2017

ANTONIO RUIZ

Se cumplen cuarenta y cuatro años del fallecimiento del historiador e investigador portuense, Antonio Ruiz Álvarez, fundador y primer secretario del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias (IEHC). Sus coetáneos le recuerdan como una figura destacada, un estudioso de la vida local e insular que aportó valiosos testimonios que contribuyeron a su conocimiento. Fue colaborador habitual en la prensa tinerfeña y sus trabajos vieron la luz también en emisoras de radio y revistas especializadas. Avanzados los años cincuenta, se trasladó a París, donde residió junto a su familia y donde prosiguió sus investigaciones históricas. Murió en Berlín, a los cincuenta y cuatro años de edad, mientras proyectaba un viaje de regreso a su tierra natal.

Le recordamos, siendo niño, en las animadas y cultas charlas con la abuela a la que visitaba con frecuencia. Leímos y conservamos desde entonces uno de sus títulos preferidos, “Biografías de poetas del Puerto de la Cruz”. Es autor también de una “Síntesis histórica del muelle del Puerto de la Cruz o de La Orotava”. A los hijos insignes de su ciudad natal (los Iriarte, Bethencourt, Miranda, Ventoso, De la Cruz) dedicó interesantes monografías. Otra publicación destacada, “Estampas históricas del Puerto de la Cruz”, se une a las que plasman los contenidos de “La Casa Real de la Aduana” y “Castillo de San Felipe”, curiosamente dos monumentos que son referencias primordiales del patrimonio histórico portuense que espera, por cierto, el impulso del que se habló en el consistorio hace unos meses.

Fue, pues, un apasionado del Puerto y de la cultura. Sensible, inquieto, siempre atento a cualquier documento o vestigio histórico-artístico, indagaba de forma incesante en archivos de entidades y bibliotecas eclesiásticas y particulares. Buen y agudo conversador, le vimos personalmente interesarse ante párrocos y otros investigadores por el curso de restauraciones y proyectos de edición.

El memorialista portuense Melecio Hernández Pérez ha evocado el homenaje que un grupo de amigos le tributó antes de su viaje a Francia, en abril de 1957. “Estamos demasiado acostumbrados -rescató Hernández de aquel acto- a leer sus crónicas periodísticas o sus charlas por radio con sus chispazos críticos, duros si se quiere, pero constructivos e inspirados siempre en el bien de nuestro pueblo. Estamos hechos a saborear las anécdotas de la historia de nuestros ilustres antepasados bajo el tono punzante de su pluma; de esa pluma juvenil, adolescente casi, que, metódica y continuamente, iba hurgando entre viejos y quizá olvidados papeles de los archivos provinciales para brindarnos luego las tristes o gloriosas epopeyas de la historia de nuestro pueblo”.


Cuarenta y cuatro años ya sin Antonio Ruiz Álvarez, Arual, como firmaba muchos de sus escritos. Sería interesante alguna iniciativa que refrescara su quehacer y su memoria.

jueves, 12 de enero de 2017

SETENTA Y DOS AÑOS DESPUÉS...



En un popular programa televisivo, franja nocturna, proyectan dos fotografías en el mismo plano -una en color, otra en blanco y negro- de grupos de personas que aspiran a encontrar refugio en alguna parte. Paisajes desgarradores, rostros desencajados, nieves envolventes… El locutor invita a hallar las diferencias: solo hay una, exclama: setenta y dos años las separan. Unos huían de los horrores de la guerra, de la Segunda Guerra Mundial, en busca de abrigo y cobijo. Otros (mal)combatiendo el frío, huidos también de las bombas y de la miseria, tratando de llegar a un país que les albergue.
Esa era la diferencia, en tanto la historia se repite. Parece increíble: en la Europa opulenta de nuestros días, en medio de gélidas temperaturas, gente alimentándose de calderos comunes, colas de personas expectantes, niños corriendo por charcos y zanjas casi como único juego, cuidadores o celadores, posiblemente voluntarios, prácticamente a la desesperada, conscientes de que la situación se va a prolongar y mañana será peor. En el mismo territorio devastado por el desenfreno bélico, hace setenta y dos años, paisaje similar, los mismos elementos. El caos, la impotencia, la desesperanza…
La comprobación inspira tristeza, claro. Invita, además, a reflexionar sobre tantas cosas: las ambiciones humanas, los afanes destructivos, las adversidades, las incapacidades para hacer frente a los propios dramas generados, las luchas estériles, las desigualdades, los grandes perjudicados son los mismos inocentes de siempre, el ritual de acero que cantara el poeta, “el hambre disponible recurre al fruto amargo de lo que otros deciden, mientras el tiempo pasa y pasan los desfiles…”.
No han dado una oportunidad a la Paz ni han sabido ni podido acordar algunas soluciones para acabar con tantas tribulaciones. Claro que se repite la historia, da igual por caprichos que por contumacia, por intransigencia que por ambiciones ilimitadas. “La memoria ningún recuerdo omite”, escribió Joan Manuel Serrat. Ahí están las imágenes separadas por setenta y dos años para corroborar que muchos están donde estuvieron tantos otros.
Con sufrimientos y penalidades. Setenta y dos años después…