jueves, 30 de septiembre de 2021

SUS SEÑORÍAS, A DAR EJEMPLO

 

Todo empezó cuando un diputado de Vox, la formación ultraderechista, llamó ‘bruja’ en un pleno a una parlamentaria socialista. Hombre, no es que sea una expresión demasiado gruesa –cosas peores hemos escuchado-- pero dirigida a una mujer, en cualquier contexto pero, sobre todo, suena, cuando menos, a descalificación. Es una manifestación irrespetuosa, impropia de quienes, a la hora de defender sus ideas o planteamientos, están obligados a hacerlo en terminología apropiada que, evite, precisamente incurrir en el insulto.

Lo ocurrido pone de manifiesto que se ha alcanzado un nivel de bajeza y de abyección en el debate político que perjudica sensiblemente a la política y merma su credibilidad de forma ostensible. Si los representantes de la ciudadanía se explican --¿se explican?-- de esa forma, ¿qué puede esperarse de otras discusiones de menor fuste, protagonizadas por dirigentes que están en otros foros o en el seno de otras entidades?

Lo ocurrido ha obligado a la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, a hacer una declaración pública en la que ha pedido a los parlamentarios más "respeto" y "educación" en sus intervenciones en el pleno para "dar ejemplo" a los ciudadanos, dejando "los insultos y las ofensas fuera de la Cámara". El grupo Unidas Podemos ha solicitado a la Mesa del Congreso poder aplicar sanciones "más contundentes" a los diputados que insulten a otros parlamentarios, llegando incluso a la suspensión de su cargo por un plazo de hasta un mes, con el fin de evitar, según dijeron sus portavoces, que “ultraderecha despliegue su matonismo” sin consecuencias.

La presidenta de la cámara ha defendido el derecho a la libertad de expresión de las distintas "posiciones políticas", lamentando a continuación que “demasiadas veces y en demasiadas ocasiones en esta Cámara el uso de esa libertad de expresión ha sido utilizada de manera inadecuada, proyectando insultos y ofensas a personas e instituciones".

A ver si sus señorías se dan por aludidas y memorizan los aplausos que dedicaron a la presidenta Batet al término de su intervención. Porque en su invitación a reflexionar sobre lo que proyectan con sus intervenciones y lo que trasladan especialmente a "las nuevas generaciones que escuchan los debates parlamentarios", va algo más que una reprimenda o una llamada al orden. Sencillamente les ha instado a "dar ejemplo", cambiando la forma de expresarse. "La dureza parlamentaria es perfectamente compatible con la buena educación, no tiene por qué derivar en ofensa", ha dicho.

Meritxell Battet ha querido dejar claro que no va a ser neutral en la defensa del Parlamento, de la institucionalidad y de la misma democracia, porque “es lo menos que se merece la sociedad española”. Por eso ha solicitado encarecidamente a sus señorías “más respeto y más educación a la hora de hacer uso de la palabra”. Que una intervención se convierta automáticamente en noticias por desafueros, incontinencias y exabruptos pronunciados en la tribuna de oradores o desde el mismos escaño es una prueba de mala educación y de que no se sabe debatir, vaya. ¡A estas alturas! Los insultos y las ofensas, fuera de la cámara, sí señorías.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

EL BOTELLÓN QUIERE QUEDARSE

 

Los informativos de fin de semana ya cuentan con una sección fija: secuelas del botellón. Los periódicos han de prever dos o tres páginas (además de la primera) para la cobertura: balance del botellón. Los ayuntamientos se están viendo desbordados en sus previsiones; la policía y los cuerpos de seguridad se están sintiendo insuficientes. En varias capitales y en otras ciudades, especialmente, las costeras, con consumo desenfrenado e irrespeto de normas, siquiera elementales, se ha pasado de los incidentes al vandalismo, por no decir violencia incontrolado. Las imágenes, las editadas para visualizar, no engañan: un desastre.

El retorno del botellón, que ha venido para quedarse.

Hace unos años, aún con responsabilidades públicas municipales, casi todo se reducía a concentraciones de jóvenes en determinados núcleos, con la música de los altavoces de los coches o de sofisticados reproductores a todo meter, para desazón de los vecinos próximos que se cansaban de llamar a la policía (Algún resultado de la experiencia de entonces: cuando la patrulla o las unidades móviles de entonces llegaban al lugar, el rechazo, entre abucheos, la agresividad y señales de desaprobación, era notable y las opciones de intervención producían efectos peores pues si la chispa saltaba, la alteración consiguiente amenazaba con ser incontrolable. Cuando la presencia policial en los polígonos, los descampados o las urbanizaciones era estática, o sea, esperaban a que llegaran quienes querían divertirse a sus anchas hasta desembocar en gritos y algaradas, se producía un llamativo efecto disuasor: se iban a otro sitio o aguardaban a que la policía terminara su turno).

La pandemia acabó de enredar los modos de diversión. Concentraciones en plena vía pública sin reservas, de modo que la diversión pasara de cánticos, coros y bailes al desenfreno casi absoluto. Cabe deducir que el consumo de todo tipo de sustancias tóxicas generaba, en tiempo variable, tal suerte de desórdenes que lo de menos era que los servicios de limpieza comenzaran su labor aún de madrugada o al despuntar el alba para que vías, plazas, parques y recintos públicos quedarán decentes después de la melopea que induce a los participantes a cantar o expresar de otra manera su ánimo. El confinamiento, las retenciones y los toques de queda funcionaron como un corsé que, cuando se aflojó o lo liberaron, entre la desobediencia y el irrespeto a normas elementales, desató esa especie de catarsis que busca evitar su reflejo en las páginas de sucesos. Será difícil evitarlo; salvo que las características de la estación invernal influyan en sentido favorable y quiten ganas de hacer estas cosas a quienes las protagonizan.

El retorno del botellón, esa peculiar forma de divertirse y pasarlo bien. Pero, claro otra cosa, es abonarse al vandalismo. El fenómeno se incrementa. La controversia está servida: si los poderes públicos no pueden controlarlo, tendrán que pensar en otro tipo de medidas hasta hacer ver a los jóvenes que la diversión está reñida con los tumultos, las correrías y las revueltas. Y el sector privado debe pensárselo: los jóvenes tienen derecho a pasarlo bien de forma barata, ajustada a sus ingresos.

La ley de prevención del consumo de bebidas alcohólicas en la infancia y adolescencia, en vigor desde mayo de 2018, tiene que funcionar mejor e ir acompañada de acciones operativas, bien comunicadas, que fomenten la prevención y la educación.

Si el botellón ha venido para quedarse, hay que combatirlo desde la racionalidad.

martes, 28 de septiembre de 2021

UNA LEY PARA LAS UNIVERSIDADES POPULARES

 

Las universidades populares de Canarias llegan al Parlamento. Quieren una Ley reguladora promovida por la Asociación Canaria de Universidades Populares (ACUP) cuya iniciativa ya conocen el presidente de la cámara y los representantes de los grupos políticos. Un primer paso.


Algunos ayuntamientos canarios, en el advenimiento de la democracia, se lanzaron a crear y potenciar estos centros socieducativos, animados incluso por el déficit de formación que en la primera década de los ochenta se detectaba en amplicas capas de la población. Era un nuevo rumbo aún en el marco de las limitaciones competenciales pero algunos lo condujeron bien y lo aprovecharon. Compraron o habilitaron edificaciones para disponer de espacios dignos donde impartir no enseñanzas regladas sino aquellas otras que componían una oferta alternativa que se iba enriqueciendo a base de actividades recreativas, lúdicas, cursos de materias específicas –lo digital empezaba a ponerse de moda- y de formación en otras más tradicionales como las teatrales y las de música folklórica. Es más, en aquellas sedes donde había espacio, terminaron estabilizándose espacios para entidades y agrupaciones que precisaban de locales para poder subsistir y crecer.


Puerto de la Cruz, Las Palmas de Gran Canaria y Puerto del Rosario fueron las primeras localidades que acogieron universidades populares. Poco a poco se fueron añadiendo las de otros sitios donde la actividades socioculturales cobraron un considerable impulso. Había sitio para todas, en función de la programación que, de forma autónoma, elaboraban los propios consistorios con arreglo a criterios derivados de las características de sus respectivos emplazamientos. Había que aportar imaginación y satisfacer la aspiración de una población a la que se brindaba una opción de aprender, convivir y desarrollar conocimientos que era difícil encontrar por otras vías.


Lo que se quiere con esta ley, que debería estar aprobada en la segunda parte de la Legislatura, es favorecer el desarrollo cultural y la formación educativa en general en un marco de seguridad jurídica y coordinación en la acción política de los poderes públicos.


O sea, un salto cualitativo, si nos apuran diríamos que necesario para afrontar el porvenir en el mundo pospandémico. Aún hay que remontar algunas fases de crisis y, por supuesto, se abren exigencias a las que es necesario dar respuesta con un modelo de gestión y con unas prestaciones caracterizadas por el pragmatismo. Hay que aprovechar las experiencias acumuladas y hasta las sinergias que surjan para dinamizar la realidad de las universidades populares de las islas. Hay una obligación moral de perfeccionar y otra de frenar la desidia.


Y hay que proteger y defender estos centros desde las propias administraciones locales si es que se quiere potenciar recursos para tener ciudadanos críticos y lugares donde fomentar hábitos de participación social. Si es aprobada esta ley, se estará avanzando en aquellos proyectos puestos en marcha con bases débiles pero con mucha ilusión, como todo lo que promueve el municipalismo. En las universidades populares debe haber un soporte para ganar cuotas de bienestar social. Los beneficios sociales o comunitarios están al alcance, a poco que haya programas y actuaciones sostenibles.


Un ejemplo de estos días, en los que se ha hablado de los diecisiete Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). Qué mejor marco que el de una universidad popular para ofertar la oportunidad de acercarse a su conocimiento y desarrollo práctico. Hay gente que quiere seguir aprendiendo y hacer algo útil, para sí y para los demás. Hay valores que se van desdibujando o perdiendo en ámbitos locales donde abundan otras comodidades o actividades menos comprometidas. Pues hay que esmerarse y estimular el fomento de tales valores. La democracia y la ciudadanía no deben desaprovechar oportunidades.


Esa futura ley de universidades populares canarias debe servir para impulsar su futuro. Es el momento de dar el paso.




lunes, 27 de septiembre de 2021

PERIODISTAS NECESARIOS

 

Durante la pandemia se incrementó la confianza en las noticias publicadas en los medios de comunicación, concluye la última entrega del informe global de Reuters Institute. De esto se deduce que una gran mayoría de personas ha interpretado que una crisis global como la que se padece desde marzo del pasado año precisa de unas estructuras sólidas y operativas capaces de afrontar un auténtico desafío informativo, o lo que es igual, los medios de comunicación de toda la vida.

El periodista Francho Barón, vinculado a la CNN en Español, profesor de Loyola Másteres, se apresura, desde tales conclusiones, a ponderar que “la mejor información siempre será la que provenga de un buen periodista profesional y no de quien de la noche a la mañana se arroga la capacidad de desempeñar un trabajo que tiene sus métodos y reglas”.

Admite que los contenidos generados por usuarios han traído nuevas voces al debate público (muchas de ellas muy necesarias) y han obligado a los medios tradicionales a salir de su zona de confort. “Pero los verdaderos guardianes de este oficio –escribe- siempre serán los periodistas bien entrenados: los que investigan, verifican, ordenan, contextualizan y dan forma a los elementos que componen una buena pieza informativa”.

Los consumidores de información quizás no sean del todo conscientes del trascendental momento en que nos encontramos desde el punto de vista informativo, incluso desde escenarios cercanos que a lo largo de la pasada semana tuvieron focos de todo el mundo. El concepto ‘desorden informativo, como acuñó la UNESCO el fenómeno de las dudas que inspira la veracidad de las informaciones, principalmente la que nos llega a través de los dispositivos móviles, pone de relieve que, como si se tratase de un síntoma de la economía digital, “la información verificada no gana necesariamente la batalla por la atención de la gente”, tal como denuncia Barón, aunque suene apocalíptico.

En medio de ese desorden, es indispensable racionalizar la información sin dejarse llevar por factores emocionales. No se trata de ocultar sino de dimensionar adecuadamente las circunstancias que concurren. Es difícil encontrar atenuantes, incluidas el apremio de una conexión, los límites impuestos por las autoridades de turno y hasta los riesgos para la integridad física, pero resulta primordial para transmitir y ganar credibilidad. El mundo, la información, no se van a acabar en este conflicto bélico o en esta catástrofe natural: hay que esmerarse en las exigencias del buen periodista, de la profesionalidad y de las demandas de los consumidores de información, única manera de persuadir a los lectores y las audiencias de que merece la pena pagar por tener acceso a ujna información de calidad.

De modo que, aún respetándolas, tal como señala el profesor Barón, “las voces que se mueven impunemente por los meandros digitales con escasa o nula supervisión de los contenidos que difunden representan una competencia peligrosa y, con frecuencia, desleal”.

La evidencia es clara: el mundo, sus escenarios, necesitan periodistas.



domingo, 26 de septiembre de 2021

PROTECCIÓN SOCIAL

 

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha hecho público su ‘Informe Mundial sobre la Protección Social 2020-2022’. El subtítulo, “La protección social en la encrucijada: en busca de un futuro mejor”, resulta tan descriptivo del análisis de situación, como sugerente en una vertiente prospectiva. Veamos algunos aspectos que nos acercan a sus contenidos.

Su mayor interés, a juicio de algunos analistas, reside en que, además de ofrecer una visión global de la protección social, también la desglosa por regiones: Europa y Asia central, Estados Árabes, Asia y Pacífico, Américas y África. Esto permite contextualizar la situación particular de cada país e imaginar proyectos de intervención focalizada, desde la cooperación y la acción internacional.

También describe fuertes desigualdades regionales: las tasas de cobertura (número de personas protegidas y tipo de situaciones cubiertas) son más altas en Europa, Asia central y las Américas que en África. En paralelo, las inversiones en protección social (en términos de PIB) son igualmente dispares.

El informe consigna en algunas zonas modestos avances en la definición de los pisos de sus sistemas de protección social, es decir, “del conjunto de garantías básicas (…) que deberían asegurar (…) que todas las personas necesitadas tengan acceso a una atención de salud esencial y a una seguridad básica del ingreso (…)”.

Se detiene el documento, por ejemplo, en la protección de la infancia. Dice que es muy deficiente. Englobando los datos de todas las regiones, solo el 26,4 % de los niños (sus familias) recibe algún tipo de prestación social. Este dato da forma a la pobreza infantil y se relaciona también con la protección del trabajo de las familias y la protección social de la que puedan ser beneficiarias las distintas personas integrantes. Sin que se pueda olvidar que el trabajo infantil (cuyos datos son alarmantes), está íntimamente relacionado con estos déficit de protección de las niñas y los niños.

Respecto a las prestaciones esenciales, los datos agregados a nivel mundial muestran una protección claramente insuficiente, pues apenas el 44,9 % de las mujeres que han dado a luz percibe una prestación económica durante el puerperio; sólo el 33,5 % de las personas que sufren una discapacidad grave reciben prestación; un tercio de la población está protegida en caso de enfermedad (común), y un 35,5 % tiene protección en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional.

Desde una perspectiva puramente interna española, el informe tiene una utilidad clara: por más que los estándares de protección social y de inversión estén por encima de la media mundial, este documento sirve para:

  1. Revisar si los elementos esenciales de la protección social están bien apuntalados (los previos y los posteriores de la crisis de la covid-19).

  2. Remarcar el valor del diálogo tripartito.

  3. Reforzar la necesidad de la ligazón inevitable entre recuperación-inversión pública-justicia social.

  4. Revisar si los elementos esenciales de la protección social están bien apuntalados (los previos y los posteriores de la crisis de la covid-19).

  5. Remarcar el valor del diálogo tripartito.

  6. Reforzar la necesidad de la ligazón inevitable entre recuperación-inversión pública-justicia social.

En síntesis, que la protección social está en una encrucijada. Algunas estadísticas son reveladoras de notables desequilibrios que obligan a los gobiernos, especialmente los progresistas, a hacer más esfuerzos y más inversiones con tal de superarlos.



sábado, 25 de septiembre de 2021

LAS KELLYS, EN EL MEOLLO DEL NEGOCIO

 

Reserve su hotel con las Kellys. Este podría el eslógan promocional. Cuando el sector turístico sigue haciendo esfuerzos considerables para su reactivación y para estabilizar el funcionamiento de los mercados, surge una noticia de cierto impacto, un hecho positivo, sobre todo, para el colectivo de las limpiadoras de pisos, las popular y turísticamente conocidas como las Kellys.


Hace pocos días, en efecto, lograban la financiación mínima para poner en marcha la Central de Reservas Hoteleras de la Kellys, una plataforma gestionada directamente por las trabajadoras donde solo se podrán reservar hoteles allí donde se cumplan los derechos laborales. Así, gracias al sistema de ‘crowdfunding’ o micromecenazgo (un mecanismo colaborativo de financiación de proyectos desarrollado sobre la base de las nuevas tecnologías), el proyecto será una realidad «que anteponga los intereses humanos a los mercantiles».


Para el colectivo mismo, la cristalización del proyecto ha sido una sorpresa. Que no la esperaban, vamos. A día de hoy, han hecho su aportación casi dos mil quinientas personas, alcanzando un montante que supera los setenta y siete mil euros, muy por encima de los sesenta mil que habían marcado como mínimo. Sin embargo, la cifra óptima, según cálculos de su dirección, es de noventa mi euros, a la cual podrían llegar puesto que el periodo marcado todavía no ha terminado.


Es una idea estupenda, porque es el usuario quien va a tener la última palabra sobre la reserva”, explicó Yolanda García, dirigente del colectivo que asegura que en Benidorm han llegado a recibir correos electrónicos de turistas que se interesaban por conocer las condiciones laborales del hotel en el que iban a pasar las vacaciones. Algo que, a partir de 2022, podrán hacer gracias a la Central de Reservas Hoteleras, que empezará a funcionar en Barcelona.


Habrá que ver cómo resulta esta alternativa que empieza a cuajar y puede que modificar sustancialmente el tráfico clientelar hotelero. Para las Kellys, que han dado todo un ejemplo de constancias y ahora de iniciativa, la puesta en marcha de la Central no tiene nada que ver con los sellos de calidad que tienen muchos hoteles. Y eso es importante precisarlo pues, según la misma Yolanda García, “los propietarios saben cuándo va a venir el inspector que da ese reconocimiento y el hotel se prepara para ello poniendo incluso las toallas y las sábanas nuevas en las habitaciones por las que van a pasar”.


En este caso, serán ellas las inspectoras todos los días del año y las que determinarán si un alojamiento cumple los requisitos para estar en su aplicación: “Y vamos a ser muy estrictas”, avisan las Kellys. No vale solo con cumplir el convenio colectivo sino que también lo tendrán que hacer con las leyes de Prevención de Riesgos Laborales, no podrán tener una externalización ni subcontratación. Tendrán que retribuir de igual manera a hombres y mujeres y fomentar el trabajo estable y de calidad: “Ya estamos cansadas de que nos tomen el pelo”, dice Yolanda García.

Ha sido un avance impactante, sin exageraciones. Después de una lucha laboral no exenta de reveses y dificultades, este logro significa un salto cualitativo en sus afanes y en su voluntad de cambiar costumbres que se resumen en el escaso cuarto de hora de que disponen para limpiar las habitaciones. La situación se agravó durante la pandemia.


Ahora parece que se han abierto algunas ventanas. Quienes se mostraron tan remisos y tan discrepantes con las reivindicaciones de las limpiadoras, ya saben lo que logrado.


Así que ya saben: si hay una anuncio con el mensaje Reserve su hotel con las Kellys, no se extrañen.





viernes, 24 de septiembre de 2021

INCERTIDUMBRE PALMERA

 

El volcán ha fracturado La Palma. Aún quizá sea pronto para hacernos una idea cabal de la nueva realidad surgida pero ya hay algunos rasgos evidentes de las consecuencias de este drama telúrico que ha dado la vuelta al mundo. En plena erupción, la ciudadanía palmera, aún sacudida por la pandemia, empieza a darse cuenta de que se avecinan tiempos muy difíciles y de que nada será como antes de este volcán cuyas coladas lávicas parecen negarse a adentrarse en el Atlántico.


La isla ha quedado partida en dos. El valle de Aridane, donde radica buena parte de su potencia agrícola y donde podía barruntarse algún desarrollo turístico que importantes sectores de palmeros, otrora, no han visto con muy buenos ojos, se ve sensiblemente afectado. Hasta la sostenibilidad se tambalea. Fincas, propiedades, viviendas, dotacionales y recursos han desaparecido o han sufrido daños de muy difícil, por no decir imposible, reparación. Y las infraestructuras, claro: carreteras, ingeniería de canales y tuberías, accesibilidad, instalaciones de diverso uso…


Si el panorama a este lado de la fractura es casi desolador, la contemplación de la otra parte no es más alentadora. El liderazgo de la capital, Santa Cruz de la Palma, ha ido disminuyendo. Notoria pasividad, carencia de iniciativa. Quizá haya llegado para sus instituciones y agentes sociales la opción de encabezar un proceso de recuperación que precisa de generosidad y altura de miras (visión de unidad y de isla, en definitiva) para cosechar y recoger frutos en un plazo temporal razonable.


La nueva realidad palmera obliga a la institucionalidad a hacer un colosal esfuerzo de planificación y de emprendimiento. Hablamos cuando aún se desconoce la dimensión del drama. ¿Hacia qué modelo? Esa es la pregunta, a sabiendas de que algunos no querrán ni plantearla. Pero, atentos, porque tampoco es cuestión de resignarse: las catástrofes –y esta lo es- obligan a rearmarse, a reconsiderar los procesos sociales, a replantearse muchas cosas para superarlas y afrontar las próximas décadas con ánimo de que sus generaciones reaviven no solo el espíritu y una manera de ser sino las ganas con tal de que puedan disponer de bases sólidas sobre los que edificar un porvenir esperanzador.


Quizá el ejemplar comportamiento de la ciudadanía palmera en estas fechas –sería injusto omitir esta apreciación, siguiendo el fenómeno desde la distancia y de las impactantes imágenes televisivas- sea el mejor estimulante para los cometidos que se avecinan. No es que haya hecho gala de solidaridad, que también, sino que ha demostrado que cuando se quiere, se puede. Sin arrugarse, aunque la incertidumbre, como es lógico, haya invadido muchos ánimos y haya hecho derramar muchas lágrimas, en silencio o a la vista de terceros, mientras se suceden las explosiones, las cenizas invaden azoteas, caminos y hasta la pista del aeropuerto, las prerrogativas de la fe religiosa también hacen acto de aparición como las primeras jerarquías políticas que han podido palpar sobre el terreno, después de acreditar la sensibilidad, que no es nada fácil lo que se avecina.


La otra sensibilidad, la mostrada desde el exterior, es también acreedora de reconocimiento. Los jugadores del Real Madrid y Mallorca, posando juntos intercambiados, sobre una pancarta en el césped en la que se leía ‘La Palma, fuerza y ánimo’, es una prueba irrefutable de querer que el drama telúrico acabe cuanto antes y que todos deben comprometerse para remontar.


jueves, 23 de septiembre de 2021

FALLECIMIENTO DE PACO DELGADO GÓMEZ

 

Falleció en el Puerto de la Cruz Francisco Delgado Gómez, perito, empleado de banca y del sector de importación y exportación de frutos así como concejal del Ayuntamiento durante dos mandatos (1979-83 y 1983-87), en el primer ciclo con Unión de Centro Democrático (UCD) y en el segundo integrando la candidatura de Alianza Popular, Partido Demócrata Popular y Unión Liberal (AP-PDP-UL).


En ese segundo, coincidimos como capitulares: era nuestra primera etapa en la vida municipal, mantuvimos algunos debates con posiciones contrapuestas pero hemos de decir que siempre fue respetuoso y tolerante en las formas. Su trabajo político fue en todo momento modesto, ese que, en política local, se desarrolla con discreción, o sea, escoger un tema o recibir la encomienda y desmenuzarla tras consultar fuentes de afectados y antecedentes documentales.


Delgado fue deportista: jugó en equipos de aficionados de fútbol y baloncesto. Participó en algunos torneos locales. Era seguidor del Barcelona pero cuando el Tenerife militó en la Primera división, estuvo siempre al lado de los albiazules. También apoyó al C.D. Puerto Cruz y solía acudir a El Peñón, así como a los campos de los clubes de las localidades próximas.

Igualmente, incursionó en el automovilismo. Compitió en en rallyes y distintas pruebas por las carreteras insulares. Conducía un Hillmann Imp que pintó con los colores de Tenerife y que, según nos explicó él mismo, era el primer coche producido en serie con el bloque motor y la culata fundidos en aluminio.


En cierta ocasión, en los primeros años de la recuperada democracia para los ayuntamientos, nos convenció para que le acompañáramos en un denominado Rallye del Valle de colches antiguos, enmarcado en unas fiestas de Carnaval, debidamente reglado, cuya salida se hizo desde la calle Blanco, aún con adoquines. Pilotó un Ford 3, y llegó –llegamos- en segunda posición por delante de otros conductores expertos que arrancaron con la condición de favoritos. Eso acentuó su satisfacción al término de la prueba.


Francisco Paco Delgado fue un portuense amante de su pueblo y de sus costumbres, que se sentía orgulloso cuando los paisanos cosechaban algún logro, individual o colectivo, y que compartía con deleite lo que coloquialmente se conoce como “echarse una cuarta de vino”. Reciban Margarita, su esposa, hijos y demás familiares, una sincera expresión de condolencia.


miércoles, 22 de septiembre de 2021

NO HABÍA CONEXIÓN ENTRE El TENEGUIA Y GODÍNEZ

 

A la salida de una tertulia televisiva, Antonio Salazar, buen periodista y amigo (aún sigue apareciendo La gaveta económica, una iniciativa editorial suya), comenta que ha echado en falta alguna alusión al episodio que, de forma colateral, animó en Tenerife la erupción del Teneguía (La Palma), de la que se cumplen, por cierto, cincuenta años.

Efectivamente, en el imaginario colectivo quedó para siempre un hecho, si se quiere anecdótico, pero que movilizó a no pocas personas para acudir al lugar de los hechos, con el fin de comprobar si alguna de las múltiples causas que se esgrimían para explicar aquel fenómeno que ahora volveremos a relatar era verosímil o tenía fundamentos para creérsela.

Fue a principios de los años setenta del pasado siglo. Sin exageraciones, un fenómeno natural de difícil justificación científica produjo un auténtico revuelo popular. En los pueblos de la comarca, casi no se hablaba de otra cosa mientras, en paralelo, el volcán palmero era visitado por científicos y enviados especiales que cubrieron el suceso cuyos antecedentes más recientes en el tiempo eran los del volcán de San Juan, cuya erupción ocurrió en 1949, en el término municipal de Los Llanos de Aridane. No se ha insistido en ello, por cierto, pero mucha gente se quedó sin nada y el impulso a la emigración, sobre todo hacía Venezuela, fue notable. Sin radio ni televisión, aquel fue todo un acontecimiento.

Sería bueno describir que el imaginario colectivo o popular, es definido por la periodista y Máster en Desarrollo Personal, Vanessa González, en Lifeder, como “un conjunto de símbolos, costumbres o recuerdos que tienen un significado específico y común para todas las personas que forman parte de una comunidad. La imaginación colectiva examina la naturaleza del espíritu creador de las sociedades que se deleitan en la invención. También analiza cómo los núcleos culturales de las sociedades creativas energizan y animan a los sistemas económicos, sociales y políticos”. Muy apropiada su descripción para comprender lo que ocurrió entonces.

Ocurrió en el barranco de Godínez (Los Realejos), en las cercanías de la antigua Carretera General del norte que conducía hasta Icod y Buenavista. Aún hoy se puede transitar.

Alguien que una noche cruzaba a oscuras el barranco escuchó una especie de respiraciones. Se asustó, echó a correr y al día siguiente lo contaba a familiares y amigos.

No hizo falta mucho para que la curiosidad se agigantara y comenzara el desfile hacia Godínez. Gentes del pueblo pero también venidas de localidades cercanas, principalmente del Puerto de la Cruz, se concentraron en los márgenes de la carretera y en los senderos que conducían al fondo del barranco para especular y dar su particular versión. Horas y horas, hasta bien entrada la noche, Godínez fue ruta de curiosidad y peregrinación.

Las respiraciones eran una especie de desahogo, lo que entenderíamos como un escape, como un soplido. Al coincidir con la erupción del volcán Teneguía, en La Palma, se quiso encontrar ahí la razón de aquellos soplidos o de aquellos extrañísimos desinflamientos. Allí estuvimos varias noches y así lo sentimos. El geólogo portuense Telesforo Bravo, y su yerno Juan Coello, casi sin quitarse las cenizas que habían acumulado en sus ropajes mientras seguían in situ cómo emergía el Teneguía, lo negó. No había relación alguna.

Pero la leyenda cobró otros derroteros.

A la hora de ofrecer explicaciones, llegó a hablarse de los jadeos y del éxtasis de una pareja que exteriorizaba su placer de forma digamos tan desaforada. Hasta se hizo recuento de criaturas nacidas al cabo de nueve meses para señalar que se aprovechó el fenómeno para hacer el amor en cualquier cueva o rincón del barranco. Una venta localizada al borde de la carretera agotó las existencias de vino, pan y carne de cabra.

Desde el Puerto de la Cruz se organizaron verdaderas excursiones. En una de ellas, uno de los hermanos Pérez, mecánicos de pro, llevó una batería y un potente foco supuestamente para alumbrar los pasajes más recónditos de Godínez y poder disparar sobre el bicho con una escopeta de aire comprimido.

Porque alguien apuntó la posible existencia de un animal, de un avechucho, recién nacido, malherido o atrapado en el follaje o en algún hueco del barranco como causa de aquellas respiraciones que llegaban a producir escalofríos en las mujeres y en muchos hombres.

Allí nació la leyenda del bicho. El bicho del Realejo o el bicho de Godínez. El periódico 'La Tarde' se hizo eco en varias ediciones de la controversia. Fueron unos reportajes deliciosos.

Y allí quiso disparar el popular Gilberto Hernández, a quien Manolín González, si no estamos errados, había provisto de una escopeta de balines. Se lo pasó muy bien con el mecánico Pérez a su lado, a quien ordenaba la orientación del foco.

Gilberto tuvo en Godínez una de sus genialidades: el padre Rubén, animado por las historias que le llegaban a su parroquia, se acercó una noche para comprobar qué había de serio en todo aquello. El cura trataba de explicar algunos fenómenos geológicos para hallar similitudes hasta que Gilberto le interrumpió:

-Para mí, padre, se trata de un alma en pena que está vagando en el infierno y quiere salir aunque esté abrasado.

-¡Hombre, Gilberto! No diga usted eso, deje el infierno tranquilo que bastante dolor tienen los que están allí-, replicó el padre Rubén, mientras Gilberto y acompañantes contenían las ganas de la carcajada.

En la oscuridad de la noche, apareció también Gregorio Avalos, un pintor acuarelista, precursor del cabello largo de The Beatles y que intentó en cierta ocasión suicidarse en Las Cañadas con un tubo de aspirinas. Tenía una peculiar forma de hablar, muy castellanizada:

-¡Jesús, qué oscuro está esto!

En ese momento, el mecánico Pérez encendió el foco y lo dirigió al rostro del artista:

-Soy Avalos, el pintor, ¿no me reconocen?

Se pedía y se guardaba silencio cuando se escuchaban las respiraciones (sic). Alguien pretendió grabarlas pero no tuvo éxito. Algunos guardaron posiciones estratégicas, en las proximidades de los "núcleos de emisión", como para localizarlos y salir de dudas. Hasta que el silencio se veía alterado por un grito:

-¡Galano!, échate un metro p'abajo, muchacho, a ver si sale el bicho y te pica.

En las páginas de 'La Tarde' de aquellos días, como dijimos, ha quedado reflejada la opinión del catedrático Telesforo Bravo, quien negaba la posible relación de aquellos extraños ruidos con la erupción volcánica de La Palma.

Centenares de personas se agolparon en la carretera, el hombre de la venta debió hacerse rico con el chorizo y la carne de cabra, alguien se quedó con las ganas de disparar y cobrar pieza, puede que alguna pareja haya aprovechado la ocasión para unos arrumacos o algo más, puede también que algunos hayan "visionado" al bicho... pero lo cierto es que la popularidad del fenómeno fue decreciendo a medida que pasaban las fechas y allí, en Godínez, no pasaba nada. No, no había conexión entre el Teneguía y Godínez.

Pero en la pequeña gran historia del municipio, en ese imaginario colectivo, quedó este episodio, tan peculiar y tan popular. Tal fue así que aquel barranco (con el paso del tiempo y el trazado de la nueva autovía del norte, más aislado o más lejano) recibió, naturalmente, el sobrenombre: barranco del bicho.


martes, 21 de septiembre de 2021

LA BRECHA: BIEN DE LUJO

 

El Foro Económico Internacional advertía hace unos meses que existe un riesgo real de un aumento de la brecha de acceso a la información con los muros de pago en medios de comunicación. En una de sus investigaciones, ha constatado, en efecto, que existe una mayor proporción de suscripciones a muros de pago entre personas de mayores ingresos o de mayor estatus.

En efecto, la llegada masiva de los modelos de suscripción a los medios digitales ha comportado una preocupación: la brecha entre los que pueden pagarse las suscripciones y los que no pueden hacerlo se agranda. Esto quiere decir que la distancia entre quienes tienen acceso a información de calidad y los que no, sea cada vez mayor, perpetuando de esa forma las diferencias sociales.

Partiendo de estas premisas, la profesora asociada de Periodismo en la Universifdad de Illinois (USA), Nikki Usher, ha publicado un libro en el que profundiza en este problema: News for the rich, white and blue (Columbia University Press), en castellano algo así como Noticias para ricos, blancos y azules. Usher concluye que “en medio de la desigualdad y la desconfianza desenfrenadas, los medios de comunicación se han vuelto más fuera de contacto con la democracia a la que pretenden servir”. En su obra, la profesora de Illinois reformula los desafíos que afronta el periodismo en términos de poder, lugar y desigualdad.

La autora se detiene en las desventajas del periodismo diseñado principalmente para aquellos que pagan una suscripción completa. Ahora que los periódicos canarios han dado pasos claros a favor de extender los contenidos de pago, habrá que estar atentos a la evolución de los consumidores de información con respecto a sus hábitos y costumbres. ¿Abandonarán definitivamente las ediciones impresas? ¿Les parecerán elevados los costes de la suscripción de la edición digital? ¿Se inclinarán cada vez más por los tratamientos audiovisuales? ¿Es otro paso en la crisis del periodismo?

Quienes han asistido al nacimiento del libro de Usher, coinciden en señalar que el peligro que se avecina es un futuro en el que los periódicos dan forma a su cobertura para atraer al grupo que ha demostrado la mayor disposición a pagar por noticias de calidad: las élites ricas, blancas y liberales. Se vislumbran, pues, los desequilibrios que ya son notables en algunos casos. Lo resume un crítico de Usher, el periodista Jack Shafer:

Si los lectores de bajos ingresos –escribe-- se ven excluidos de las noticias de calidad, corren el riesgo de quedarse desinformados o, peor aún, de ser engañados por información errónea mediante operaciones gratuitas de noticias falsas, medios ideológicos que se hacen pasar por noticias directas o ráfagas virales en las redes sociales”.

Entonces, Nikki Usher es muy clara a la hora de prever que, por la conjunción de varios elementos, “el periodismo local está en peligro”. Tiene presente también el influjo de las redes sociales y el ecosistema de publicidad digital. Y eso lleva a Shafer a reflexionar sobre el futuro de la comunicación:

En la era de los medios impresos, los periódicos locales, aunque se dirigían a las mismas comunidades que ahora, obtenían unos ingresos por periódico mucho mayores de lo que ahora deja un suscriptor digital, por lo que la suma de cincuenta mil suscriptores digitales comprando un periódico al día, unido a los ingresos por publicidad, no tienen nada que ver con los ingresos de otros tantos suscriptores digitales ahora. El problema, a diferencia de periódicos como el NYT, Washington Post, y otros, es que para los locales no hay más territorio donde crecer”.



lunes, 20 de septiembre de 2021

UN DRAMA TELÚRICO

 

Un volcán en erupción. Anunciado pero hasta que no emerge, casi confiamos en que nunca se va a producir. Y por tanto, no causa daños. Temblaba la tierra en La Palma, enjambre sísmico, miles de movimientos, ruidos inquietantes… Hasta que estalló, si se puede emplear como sinónimo.

Y estalló en pleno directo de un noticiario de la televisión pública canaria, registrado en la sala de realización en medio de la liberación del personal y en los puntos más próximos, allí donde el tiro de cámara era el más rebuscado, sin saber donde estaba el blanco. Antes, un aperitivo con el susto de una redactora de la cadena estatal en plena intervención. Una y otra señal coincidían: la erupción iba a ser televisada.

Somos islas de suelo volcánico pero no estamos acostumbrados. Y ahora era posible seguir en directo el curso de la erupción: todos preguntándose qué va a pasar, cómo será, cuánto durará…

La jornada, desde las tres y doce minutos de la tarde, momento en que el magma empieza a brotar, iba a tener un marcado acento informativo, no exento de anécdotas y apremios. Tal como fue discurriendo en las horas sucesivas, un drama telúrico se desarrollaba en La Palma, a la espera de recibir un bautismo nominativo. Sin problemas; hay tiempo para ello.

El directo. Hay que valorarlo, especialmente desde el punto de vista mediático. Horas de transmisión continuada, con apenas descanso y en busca de testimonios que fueran el soporte informativo serio y sin alarmismos. En el suceso, de magnitud casi desconocida, cuando se quiere llegar o estar lo más cerca del lugar de los hechos, es natural que se produzcan precipitaciones y hechos que llaman la atención, como la exclamación de una locutora (“¡Voy a mear!”), convertida en trending topic en la maraña de las redes sociales.

Si esa es una expresión llamativa –se vuelve a poner de manifiesto que para quienes intervienen en directo, en cualquier cometido y desde cualquier puesto, es primordial mantenerse en silencio- no lo es menos el mutismo de otros canales de televisión de ámbito estatal. No es el momento, pero bueno, ya saben que Canarias queda muy lejos y es domingo por la tarde. Un poco más de sensibilidad no sobraría. A fin de cuentas, un volcán en suelo patrio no se ve todos los días.

Que no hubiera radios locales que sintonizar –llueve sobre mojado, recuerden el triste suceso del rescate de una de las niñas tristemente desaparecidas en aguas próximas a Tenerife el pasado mes de junio- es un vacío descomunal en un acontecimiento histórico, como lo prueba su reflejo en medios y digitales de medio mundo.

No hubo daños personales, evacuadas unas cinco mil personas, veinte viviendas destruidas total o parcialmente al paso de la lava que busca el mar, presente el presidente del Gobierno de España para dar gracias a la ciencia, un reconocimiento razonable de la respuesta coordinada de los servicios públicos, bocas que crecen para ofrecer estampas sin igual, perfilar el cráter de un volcán, los testimonios de los lugareños explicando sus circunstancias personales o familiares… y una cadena de titularidad pública (RadioTelevisión Canaria) que prestó, durante unas once horas, un auténtico servicio a la ciudadanía insular que merecía estar informada.

Eso: un drama telúrico al que, en las pantallas, no faltaron ni sustos ni emociones ni el deseo sobrevenido de una micción.


domingo, 19 de septiembre de 2021

LA OMT SEGUIRÁ EN ESPAÑA

 

La sede de la Organización Mundial del Turismo (OMT) seguirá en Madrid, capital del Reino. Se zanja así una polémica que no pasó de una fase incipiente. Es una buena noticia después de la zozobra de la pandemia. Se trata de ganar visibilidad, de seguir siendo referencia física de una actividad fundamental sobre la que nuestro país tiene mucho que aportar.

La nueva sede de la OMT estará ubicada en el Palacio de Congresos de Madrid, localizado en pleno Paseo de La Castellana, frente al flamante nuevo Santiago Bernabéu. De acuerdo con las informaciones que se han ido conociendo, la licitación del contrato de remodelación del edificio y la adjudicación se producirán el año próximo, por lo que, si no hay contratiempos, las obras comenzarán a principios de 2023. El edificio tiene una superficie construida total de casi ocho mil metros cuadrados; consta de un sótano para instalaciones y aparcamiento con capacidad para más de 30 coches, entreplanta, que alberga la cafetería y una sala de exposiciones polivalente, y tres plantas para oficinas, despachos y salas de reuniones, incluyendo un auditorio de más de quinientos metros cuadrados con cabinas de traducción. La nueva sede cuenta con diversas medidas orientadas a la eficiencia y sostenibilidad energética, tales como paneles solares, luminarias LED o sistemas de climatización y ventilación con las más altas prestaciones. En definitiva, una sede moderna y funcional, con una excelente ubicación que permitirá a la organización internacional seguir liderando la promoción de un turismo responsable, sostenible y accesible para todos.

España ha desempeñado un papel destacado en el ámbito de la OMT, desde su creación, en 1975. Recordemos que en 2003, en virtud del impulso aportado por España, la Organización se integra en Naciones Unidas como agencia especializada. Eso significó, de facto, la consideración de primera institución internacional en el campo del turismo. Tal consideración ha contribuido a fortalecer la colaboración público-privada en el ámbito de la OMT, dando un apoyo especial al programa de sus miembros afiliados, siendo el país con mayor participación de entidades públicas y privadas en esta categoría de miembros afiliados.

La periodista Concha Moreno ha publicado recientemente sobre el papel de la Organización. “En la actualidad –escribe- nuestro país trabaja en el seno de la OMT para coordinar actuaciones que faciliten la movilidad internacional segura que permitan la reactivación del sector y reforzar la agenda multilateral para impulsar el valor del turismo sostenible como fuente de empleo y desarrollo económico, reforzando el papel activo de la organización en la protección del medio ambiente y la lucha contra el cambio climático”. Además, Moreno consigna que España colidera con Francia el Programa de Turismo Sostenible de One Planet, que aspira a acelerar la producción y el consumo sostenibles en las políticas y prácticas turísticas para abordar los retos de la contaminación, la pérdida de biodiversidad y el cambio climático.

En síntesis, pensando en el turismo del futuro y en los propios intereses de España, una buena noticia que nuestro país siga siendo la sede de la OMT. Gana el turismo, ganamos todos.



sábado, 18 de septiembre de 2021

TRABAJO EN EL HOGAR, INFORMALIDAD Y PRECARIEDAD

 

Al cumplirse diez años de la aprobación del Convenio internacional 189 que regula situación de los trabajadores domésticos, firmado en junio de 2011 y en vigor desde septiembre de 2013, se descubre que solo ha sido ratificado por treinta y dos países, entre los que no se encuentra España. Otra razón para entender lo que pasa en este país con las Kellys. Y para explicarse la actitud de la patronal recientemente, al negarse a un incremento de quince euros para fijar el salario mínimo. Tan llamativo como cierto.

Esta falta de compromiso ha venido generando, especialmente en los últimos años, un movimiento reivindicativo, organizado desde las asociaciones y organizaciones de trabajadoras del hogar y entidades afines españolas. Este movimiento asociacionista ha conducido incluso a la creación de un sindicato de trabajadoras del hogar y los cuidados. Una de las principales reivindicaciones de este sindicato es la ratificación del Convenio 189, como herramienta de dignificación del trabajo al servicio de los hogares y de consecución plena de derechos sociales.

La profesora de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Carlos III de Madrid, María Gema Quintero Lima, ha publicado un interesantísimo trabajo sobre la realidad del ámbito de empleadas y empleados domésticos, donde hay, según concluye, mucho trabajo y pocos derechos.

Recordemos aquella frase (¡cómo está el servicio!), utilizada incluso como chiste u ocurrencia en cualquier gag, un golpe de efecto cómico en una película, representación teatral o programa de televisión. La criada, la sirvienta, la fámula eran términos, en otro tiempo, con los que identificar a quienes se ocupaban de los servicios de la casa, incluso hasta de la atención a los recién nacidos.

En su estudio sobre la dimensión jurídica del asunto, la profesora Quintero precisa que en España, el Trabajo al Servicio del Hogar Familiar, antes denominado Trabajo de Servicio Doméstico, se enmarca jurídicamente en el Real Decreto 1620/2011 de 14 de noviembre. Y es que, bajo el paraguas argumental de que el servicio doméstico es un tipo de relación laboral especial, tiene una legislación distinta del Estatuto de los Trabajadores.

Estamos –escribe Quintero- ante una prestación laboral que se desarrolla en un centro de trabajo particular (el hogar familiar), al servicio de un sujeto empleador (cabeza de familia) que no desarrolla actividad económico- empresarial alguna ni tiene un ánimo de lucro, lo que justifica formalmente el régimen diferenciado”.

Es tan especial esta relación laboral -continúa- que existe la modalidad de trabajo en régimen interno, con alojamiento y pernocta en el hogar familiar las veinticuatro horas del día, todos los días de la semana, con ciertos descansos particulares”.

Sus particularidades se proyectan también en su regulación (forma del contrato, tiempo de trabajo y descansos, remuneración, prevención de riesgos laborales, extinción y calificaciones del despido).

Los trabajadores del hogar, como deben saber, se incluyen en un sistema especial del Régimen General de la Seguridad Social. Esta diferenciación conlleva distintos actos de encuadramiento, distinta intensidad en la cotización (que en su caso va por tramos) y exclusiones prestacionales. El ejemplo más relevante de esto último es que los trabajadores del hogar no tienen acceso a la protección por desempleo.

La dificultad de controlar las condiciones laborales en el hogar es evidente. Por consiguiente, el proceso de verificación que formaliza las relaciones laborales es un tanto débil. Es posible que haya un número no cuantificado de trabajadores del hogar en situación irregular. Personas que no podrían prestar fácilmente sus servicios en una empresa pero que apenas encuentran dificultades prácticas para trabajar en los hogares. La profesora Quintero Lima, tras sus estudios e investigaciones, concluye que, además de la situación de irregularidad administrativa, los déficit de control permiten que en el trabajo doméstico pueda haber una masa importante de trabajo informal o trabajo no declarado. “Sin contratación ni vinculación al sistema de Seguridad Social o, si la hay, infracotizando. La cotización por debajo de las horas reales de trabajo ha sido abordada recientemente por la Inspección de Trabajo” revela.

Al final, la informalidad hace inútiles los derechos sociales reconocidos al colectivo de los trabajadores del hogar. Esos derechos serán difícilmente exigibles si antes han de demostrar la existencia de una relación laboral, pero con serias dificultades de prueba.

En puridad, según aprecia Quintero Lima, “la regulación laboral del servicio del hogar no aplica para los trabajadores dedicados a la atención sociosanitaria”. Los trabajos de cuidados que se realizan en las instituciones (residencias, centros de día, atención a domicilio), quedan regulados por el Estatuto de los Trabajadores y sus normas de desarrollo (particularmente en materia de riesgos laborales), así como por acuerdos negociados. Además, estos trabajadores están amparados por el Régimen General de la Seguridad Social, del que obtienen una cobertura completa.

No obstante, muchas veces, a través de la fórmula del trabajo doméstico, se contrata a personas trabajadoras para realizar labores de cuidado similares a los que se prestan en las instituciones, pero con peores estándares laborales”, según indica la profesora de la Carlos III.

En conclusión, el área del trabajo en el hogar adolece de una serie de irregularidades que generan informalidad y alta precariedad, sobre todo porque muchas de las personas trabajadoras del hogar acaban prestando servicios de cuidado al margen del marco de garantía del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD) y sin los beneficios laborales correspondientes.