miércoles, 30 de septiembre de 2020

ERTE, UN RESPIRO

 

En Canarias, hay ochenta y tres mil quinientos trabajadores en Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), de las cuales hay un porcentaje elevado de personas procedentes de sectores vinculados al turismo. El acuerdo alcanzado en la mesa de diálogo social entre el Gobierno de España, la patronal CEOE y los sindicatos mayoritarios, Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores, hace que tales expedientes se prolonguen hasta el 31 de enero del próximo año, por lo que, a la espera, naturalmente, de mejoras y avances que permitan hablar con fundamentos de la recuperación de la actividad productiva, cabe pensar en un acuerdo de mínimos que durante cuatro meses estabilizará el ámbito laboral.

Algo es algo. El presidente de la patronal hotelera de la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Ashotel, que los es también de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), ha expresado su satisfacción y ha ponderado la capacidad negociadora del ejecutivo:

Tenemos un buen acuerdo –ha dicho. No es el mejor, porque ya sabemos que cualquier carga salarial para una empresa que está cerrada es una losa importante pero el Gobierno de España ha movido sus posiciones iniciales de una forma que entendemos positiva para conservar el empleo y ayudar a que nuestras empresas no desaparezcan”.

Cree Marichal que el porcentaje aplicable en el capítulo de exoneraciones a la Seguridad Social es positivo y que el horizonte temporal hasta enero del próximo año es apropiado para regularizar industrias y concretar la readaptación operativa de éstas, de modo que estén aptas para un fluido funcionamiento si la actividad se normaliza.

Fuentes de Ashotel entienden que el pacto alcanzado inicialmente por el Gobierno, la patronal y las centrales sindicales es también positivo porque además de incorporar al sector alojativo, que es al que representa la patronal hotelera en la provincia, incluye a gran parte de la cadena de valor del sector turístico que pueda demostrar su dependencia de este y que en Canarias es bastante elevado, en torno al 60%-70% de las empresas.

En lo que concierne a la aplicación de los ERTE, hay que consignar un hecho novedoso: se exonera con el mismo porcentaje a los trabajadores a los que se ha sacado del ERTE y a los que permanecen en él. “Esta circunstancia es uno de los logros más destacados y de las peticiones reiteradas que desde Ashotel venimos realizando estos meses para lograr esa flexibilidad que permita al empresariado ser valiente para sacar del ERTE al personal que necesite, sin necesidad de arriesgar ante la posibilidad de tener que volver a meterlo por una caída de la actividad, derivada de la pandemia”, explicó Marichal.

Los ERTE ampliados hasta el 31 de enero próximo pretenden proteger a los trabajadores. Como se sabe, hay tres tipos de expedientes: uno, de suspensión, para empresas que se han visto afectadas por cierre decretado por por la Administración o los que llevan cerrados desde hace meses. Otro, de limitación de actividad. Y un tercero, circunscrito a sectores limitados en las Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE), vinculados a actividades turísticas.

Es este tercer apartado el que se refiere a las empresas de alojamiento turístico. En este caso, la exoneración de la Seguridad Social será del 85 % para las empresas de menos de cincuenta trabajadores y del 75 % para las que superen este número de trabajadores.

Un acuerdo satisfactorio. En el ambiente de incertidumbre y en el marco de una coyuntura de estancamiento pues no terminan de vislumbrarse las soluciones, al menos un respiro.


martes, 29 de septiembre de 2020

EUROPA, POR FIN, HABLA DE TURISMO

 

Se echaba de menos, en plena crisis turística, algún pronunciamiento europeo hasta que el Comité de Transporte y Turismo del Parlamento Europeo (PE) emitió una declaración conjunta en la que se reconoce la decepción del sector al respecto: la Unión Europea (UE) ha hecho poco para ayudar.

Han pasado más de seis meses en esta situación de emergencia –dice la declaración-; sin embargo, todavía no hay criterios comunes en la UE sobre cómo manejar y vivir con esta pandemia. No hay protocolos universales de higiene y salud, no hay reglas comunes para las pruebas o sobre cómo evaluar los riesgos, o no adherirse al principio de libre circulación”.


Para el citado comité, el sector está al borde del colapso. Veintidós millones de personas que trabajan en el medio turístico corren el riesgo de perder su empleo, por lo que han pedido a la Comisión Europea que actúe ya: se necesita una coordinación comunitaria y un apoyo sustancial para dar a las empresas –especialmente, las pequeñas y medianas- una oportunidad de supervivencia.


El comité del Parlamento Europeo incide en que, incluso cuando viajar es parcialmente posible, “la amplia gama de reglas lo hace extremadamente difícil. Las personas están confundidas y no tienen garantías de que sus viajes planeados puedan seguir adelante”.


Las dudas se acentúan cuando no están claras cuáles son las herramientas que el sector turístico podría utilizar para gestionar la crisis, independientemente del instrumento europeo de apoyo temporal para mitigar los riesgos de desempleo en una emergencia (SURE). De ahí la conclusión del comité: “Insistimos en acciones concretas urgentes de la Comisión Europea y los Estados miembros. Se necesita un mecanismo de gestión de crisis bien definido: el sector turístico lucha por sobrevivir”.


Esta conclusión va acompañada de las determinaciones concretas que el sector turístico requiere con urgencia:


-Apoyo financiero directo y específico.

-Criterios coherentes y transparentes para evaluar los riesgos en toda la Unión Europeas.

-Coordinación en el ámbito de la misma de las restricciones de viaje así como de los protocolos de higiene y salud.

-Una estrategia y auténtica política de la UE sobre turismo sostenible.


Ya es hora de que la UE presente una estrategia sobre turismo sostenible y una línea presupuestaria específica en su próximo presupuesto a largo plazo. Una línea presupuestaria de 300 millones de euros para implementar una visión común para el turismo sostenible durante los próximos siete años no es demasiado pedir. Es fundamental asegurarse de que este sector económico tendrá la oportunidad de recuperarse tras meses de estancamiento”, concluye la declaración.


lunes, 28 de septiembre de 2020

LA LLAMA ENCENDIDA

 

No está el patio para fastos ni celebraciones desproporcionadas pero es mejor mantener la llama encendida, de modo que hay que ponderar las convocatorias y las iniciativas para conmemorar el Día Mundial del Turismo, señalado para ayer domingo 27.

Este dato de la Organización Mundial (OMT) resulta escalofriante: entre cien y ciento veinte millones de empleos turísticos directos están actualmente en riesgo. Este otro no lo es menos: la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) prevé una pérdida del 1,5% al 2,8% del PIB mundial.

La emergencia sanitaria, que supera ya un semestre, ha impactado en el sector a escala internacional y en subsectores vinculados. La economía de muchos países en los que el turismo significa una importante contribución al Producto Interior Bruto (PIB), como es el caso de nuestro país, se ha resentido considerablemente. Antes de la declaración del estado de alarma, el turismo constituyó más de un doce por ciento del PIB en el último ejercicio y generó el trece por ciento del empleo entre puestos de trabajo directos e indirectos.

En nuestro país, en efecto, el recién concluido verano, arroja cifras muy desalentadoras. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en julio y agosto, España recibió solo 2.464.441 turistas extranjeros, lo que representa un setenta y cinco por ciento menos que el año pasado. En pérdidas, esta cifra se traduce como nueve mil cuatrocientos noventa y un millones de euros. Además, el gasto que ha realizado el turista extranjero este año también ha disminuido. Lo mismo ha ocurrido con el gasto del turista nacional, un cuarenta y cinco por ciento inferior al del año pasado. Según el Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTUR), el turismo de españoles dentro de nuestras fronteras no ha sido suficiente para salvar la temporada estival.

Es fácil colegir que las cuadernas de los balances anuales chirríen. La Organización Mundial del Turismo publicó, con motivo de la conmemoración, un comunicado en el que, después de reconocer que el turismo ha sido una de los sectores más afectados por la COVID-19 (ningún país ha resultado ileso), las abundantes restricciones para viajar y una caída repentina de la demanda de los consumidores han provocado un desplome sin precedentes del número de turistas internacionales.

Alude también a que las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de la economía informal son los que corren mayor riesgo de perder sus empleos por el cierre de empresas en el sector. “Pero la crisis turística –destaca la OMT en su comunicado- también supone una amenaza en la conservación de la vida silvestre y la protección del patrimonio cultural. La repentina caída de los ingresos del turismo ha cortado la financiación para la conservación de la biodiversidad y, dado que los medios de vida están en peligro en las zonas protegidas y sus alrededores, se teme que aumenten los casos de caza furtiva y saqueo”.

Además, con el cierre del 90% de los sitios del patrimonio mundial como consecuencia de la pandemia, el patrimonio tanto tangible como intangible está en peligro en todas partes del mundo.

Y deja un resquicio para la esperanza: en este Día Mundial del Turismo, la pandemia de COVID-19 “representa una oportunidad para repensar el futuro del sector turístico, incluida la forma en que contribuye a los objetivos de desarrollo sostenible, a través de su valor social, cultural, político y económico. Con el tiempo, el turismo puede ayudarnos a superar la pandemia, uniendo a las personas y promoviendo la solidaridad y la confianza, ingredientes cruciales para hacer avanzar la cooperación mundial que se necesita con tanta urgencia en este momento”.

De modo que el acto de este mediodía convocado por el Gobierno de Canarias, a celebrar en el auditorio ‘Adán Martín’ de Santa Cruz de Tenerife, durante el que serán entregados los Premios de Turismo Islas Canarias 2020, al hotel H10 Costa Adeje Palace y a la compañía Binter Canarias, junto con los que se han celebrado en otras localidades insulares, servirán para reflexionar sobre tal oportunidad y para seguir confiando en que hay soluciones a poco que se mantenga la unidad en el sector.

Todos tienen algo que aportar y el entendimiento entre los sectores público y privado es inevitable si se quiere salir de tan delicado trance.


domingo, 27 de septiembre de 2020

RESPONSABILIDAD SOCIAL Y VALOR HUMANO

 

Ya era madrugada de aquel 24 de febrero, cuando la consejera de Turismo, Industria y Comercio del Gobierno de Canarias, Yaiza Castilla Herrera, despertaba al director del hotel H10 Costa Adeje Palace, Jesús Oramas Rodríguez, para decirle, telefónicamente, que había que cerrar el establecimiento y no dejar entrar ni salir a nadie. No era momento para bromas, ¿verdad, director? Había mil clientes en ese instante, posiblemente la mayoría dormía. Ocho miembros de la plantilla de personal cubrían su turno. Se trataba de un confinamiento en toda regla que duraría, por cierto, catorce días.


Seguro que ni consejera ni director eran conscientes, en ese momento, de lo que entrañaba aquella llamada y aquella medida. Un cliente italiano había dado positivo por un virus apenas conocido que mutaba vertiginosamente y empezaba a causar estragos. Ahí empezó todo.


Ahí comenzó la particular odisea de nuestro galardonado de esta noche, una singular experiencia vivida a tope, sin dormir, durante unas cuantas jornadas. Oramas, un portuense nacido en 1961, hijo de un agente de viajes y de una gobernanta de hotel, o sea, con los genes bien puestos, se lo tomó en serio después de verificar que la llamada de la consejera no contenía broma.


Había llegado el momento de sacar a relucir su condición de ejecutivo, curtido ya en unas cuantas batallas. Puso a prueba su solvencia, contrastada en decenas de cursos de formación –incluido alguno sobre Inteligencia Emocional- de muy diversas materias, después de haberse titulado como técnico en empresas de actividades turísticas y haber superado el máster en Alta Dirección de Empresas. Seguro que se enfrentaba a situaciones que no figuraban en los manuales que había manejado.


Pero ahora tenía ante sí una papeleta que empezó a lidiar llamando al comisario de policía, al que pidió que el hotel fuera acordonado. Imaginen al comisario, en plenos carnavales, con sus dotaciones ocupadas en esos menesteres. Como pudo, asignó una a vigilar el establecimiento: sin entrar ni salir nadie. La realidad, en el interior, eran centenares de clientes de múltiples nacionalidades y de todas las edades que dormían y en cuyas habitaciones y suites, para no sobresaltar, fueron introduciendo unas octavillas redactadas en distintos idiomas, con un mensaje muy claro, en mayúsculas: NO SE PUEDE SALIR DE LA HABITACIÓN.


A las cuatro de la madrugada, mientras ya preparaban un primer picnic para el avituallamiento de mil personas confinadas, un empresario asiático, probador de vehículos de la marca ‘Ferrari’, no debió leer o no entendió el contenido. Se presentó en recepción dispuesto para marcharse pues había de tomar el avión. Ninguna de las explicaciones le convencen, sufre un ataque de ansiedad. Temen por el riesgo de un infarto.


Las cosas empezaban a complicarse. Los medios, los auxilios no llegaban. A los dos días ya eran conscientes de la incomunicación, sobre todo cuando el hotel parecía habilitado como ‘hotel-hospital’. En el ‘hall’ había una suerte de farmacia.


Para entonces, con las informaciones de clausura circulando, los medios y los periodistas empezaron a correr. Uno se coló argumentando la falsedad de que era empleado del hotel. Fue descubierto y quedó a disposición de la policía.


Y sí vino a trabajar, claro, el personal. Querían estar allí, ayudar, ser uno más entre quienes habrían de prestar servicios. Las emociones se sucedían sin cesar. Oramas, en un momento, no pudo más, se dio la vuelta y escuchó: “¡Jefe, vengo a quedarme, dígales que quiero estar en mi trabajo!”. Los policías, que habían hecho un cordón, aplaudieron: cuando la solidaridad se manifiesta naturalmente. Se acreditó también en las llamadas a los familiares dando explicaciones elementales y en los preparativos para disponer desayunos, almuerzos y cenas, aún sin estar especializados. Empezaba a cuajar un especie de frenesí angustioso que solo la templanza y la entereza podía calmar.


Más de uno, desde balcones o ventanas, se inquietó cuando un periodista volaba en parapente en los exteriores del hotel, trasmitiendo o grabando, mostrando unas cartulinas en las que podía leerse que ofrecían hasta 150 libras si accedían a ser entrevistados. Los informativos de muchos canales televisivos recogían diariamente imágenes de la clausura. Algunos empresarios se apresuraron a quejarse de la imagen negativa que se proyectaba sin entender que el confinamiento era tan acertado como inevitable.


La dirección del hotel, mientras tanto, estaba en contacto con las embajadas de varios países que requerían información sobre el estado de la situación en general y de los clientes de su nacionalidad en particular. Con el presidente del Gobierno autónomo, Ángel Víctor Torres, Oramas montó un dispositivo en el que no había contactos. Solo con el alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga –al que pidieron víveres, enseres y juguetes- y una improvisada unidad de psicología predispuesta para tranquilizar a la gente y a los niños que se encontraban con regalos en las puertas de sus habitaciones.


El director Oramas estuvo sin dormir cuatro días. Adelgazó doce kilos. Pero se mantuvo no en el puente de mando, si se nos permite el símil, sino en todas la estancias y en todos los departamentos del hotel. El puente era todo el establecimiento que había que mantener a flote y conducirlo a buen puerto.


Desde allí emitían mensajes de ánimo en forma de folios y cartulinas de distintos colores, colgados en soportes visibles y en los que aparecía una sola palabra, ‘¡Gracias’!, que sintetizaba el espíritu o el ambiente de la situación. El primer día del confinamiento se recaudaron propinas por importe superior a dos mil euros que, unidos a otros dos mil durante los catorce días, hicieron un total de cuatro mil donados a una Organización No Gubernamental. Hasta eso: hubo oportunidad de practicar solidaridad.


Que fue correspondida, por cierto, con pruebas emocionantes como la de una familia belga, matrimonio y dos hijos, que retornó para abrazarse con el director y parte del personal del establecimiento. Cuando se fundieron no solo estaban sellando una amistad eterna sino expresando todo un sentimiento que no es necesario adjetivar.


Exaltemos ese momento para significar la trascendencia de la experiencia, la individual y la colectiva, la primera para enriquecer un currículum que arranca, como recepcionista, en los hoteles Xibana Park y Botánico, del Puerto de la Cruz; y que se enriquece como ‘assistant manager’ de los hoteles Hilton, de New York y Sheraton, de Londres; y como director de los establecimientos insulares ‘Tenerife Princess’ y ‘Conquistador’, pasos, entre otros, de una destacada trayectoria profesional que se está viendo reconocida con la Medalla del distintivo blanco de la orden del mérito de la Guardia Civil y la Distinción de la Policía Nacional de Playa de la Américas por su colaboración con el Cuerpo.


Asimismo, el jurado de los Premios de Turismo 2020 ha destacado el altísimo nivel de profesionalidad demostrado por el hotel H10 Costa Adeje y sus trabajadoras y trabajadores durante la cuarentena sufrida en febrero, convirtiéndose en un referente y ejemplo de gestión para el mundo entero en los inicios de la pandemia. El jurado, compuesto por cinco personas de reconocido prestigio vinculadas al sector turístico del archipiélago, ha destacado su extraordinaria capacidad de resiliencia, profesionalidad, compromiso y generosidad en los sucesos acaecidos en relación al COVID-19, trabajo complementado con una excelente coordinación con las Fuerzas de Seguridad y los servicios sanitarios del Gobierno de Canarias.


En concreto, el jurado, según puede leerse, ha valorado que el H10 Costa Adeje tuvo que hacer frente a una situación nueva y complicada en la que todos aprendían a marchas forzadas producto del desconocimiento del comportamiento del virus y sus efectos.



De ahí –leemos en la resolución correspondiente- el especial reconocimiento a todos los trabajadores que, pudiendo verse fuera del hotel, su valor humano y su dedicación profesional ejemplar les hizo permanecer con los clientes durante el tiempo en el que estuvieron recluidos.


La experiencia colectiva anteriormente aludida se reflejó en un episodio desconocido en la historia del turismo en Canarias: el personal del hotel H10 Costa Adeje Palace sacó a relucir lo mejor de ellos mismos, comprometiéndose de manera ejemplar, en una situación excepcional, con sus compañeros y compañeras, con los clientes, con su empresa y, en definitiva, con Tenerife y las Islas Canarias, convirtiéndose en un referente y ejemplo de gestión para el mundo entero en los inicios de la pandemia.


Permitan una apreciación personal: Jesús, de portuense a portuense, el reconocimiento que esta noche recibes, al pie del Drago milenario, es para un profesional ejemplar. Tienes licencia para aceptarlo con orgullo y también como un estímulo para seguir dedicando tus afanes al hecho turístico, seguramente en sus horas más inciertas y delicadas en las islas. Formas parte de esa generación de profesionales que se formó y emprendió rumbos diversos para ir enriqueciendo toda una trayectoria.


De casta le viene al galgo: de un agente de viajes y de una gobernanta, brotó el director de hotel experimentado que ya tiene un legado personal y profesional, tan digno de ser reconocido como tenido en cuenta en una coyuntura adversa como es la que se desencadenó en marzo pasado, como es la que viviste en primera persona y se mantiene hasta hoy.


Tu desempeño es hoy por hoy un estimulante para salir de este trance. Y para acreditar que la industria turística tinerfeña dispone de valores individuales y profesionales que saben cómo afrontarlo. Que se ganan tanto la confianza como el aprecio y el respeto con actuaciones ejemplares como la tuya, y la del personal a tu cargo.


Ya conoces lo que simboliza el Drago. Ya sabes que se te quiere. Y que el mundo turístico canario reconoce tus cualidades.


¡Enhorabuena! Y a seguir trabajando. Por el turismo. Y por Canarias.


sábado, 26 de septiembre de 2020

ELSIE RIBAL, BAJO LA PIEL DE LA LUNA

 

Su intimismo, sus adentros, sus sentimientos, sus querencias, sus ánimos… La autora va desgranando, poema a poema –titulados en su mayoría con una sola palabra-, la delicadeza con la que ha interpretado su propia existencia hasta volver a reencontrarse con sus valores de siempre, ahora Bajo la piel de la luna.


Y así, sin necesidad de demostrar nada, luce su identidad poética, consciente de que la mejor manera de enhebrar sus versos es respetar su clasicismo y refrescar sus fuentes de inspiración. Se sabe “hoja, tránsito”, la “silueta de la alborada” que hace lo que más le gusta en una soledad productiva, en las horas que aprovecha para amar esta forma de escribir y decir las cosas.


Sabe lo que la “palabra destila” en un instante. En los silencios de esa soledad, están los secretos. Pero están también los rumores, las sombras, la brisa perceptible, los sueños, las olas de la mar cercana, los suspiros, los oníricos mensajes, la frondosidad anhelada de las lecturas y relecturas inagotables. Por eso se lanza “una vez más/ a remar con los luceros/, mientras convergen colores/ que desnudan mi alma/ con plegarias de silencios”.


Elsie Ribal hace que trascienda su universo particular, pletórico de sensibilidad, en este nuevo poemario con el que se resiste a dejar de lado sus ensoñaciones. Versos nuevos de aristas conocidas y de perfiles generados con talante aperturista, con propuestas y figuras que prolongan su afán creativo.


En él plasma dos hechos sobresalientes: su admiración por Federico García Lorca y el amor por su ciudad natal.


En efecto, dedica una balada al escritor granadino pues “siguen flotando en las plazas/ las corrientes de tus ríos/ que arrastran mensajes verdes/ con romances encendidos”. Es como si los versos de Elsie, sintiendo que el aire estremece, quisieran hurgar en la personalidad y la obra del autor. Y ahí se entremezclan factores y figuras dispares:

Tu obra de acacias, sombras,/ de remansos y doncellas,/ desnuda bajo la lluvia/ con eternas primaveras,/ se cubrió por un instante/ de negros rasos de seda”.


En otro poema, que lleva nombre y apellidos de Federico, la poetisa, valiente, no oculta su dolor porque hasta “la luna se mostró herida” aquel fatídico 18 de agosto. El dolor acaso reflejo los sentimientos definitivos: “Hasta el sol cala de frío/ en tu tierra granadina/ la que te viera nacer/ y ausentarse de la vida/ por la ignominia salvaje/ bajo un poder homicida”.


Por otra parte, Elsie Ribal es una portuense de pro (no olvidemos que es natural de La Victoria) sin tener necesidad de presumir de ello. Ha estado siempre donde el pueblo, sus agentes sociales, le pidieron que estuviera. Lo suyo ha sido la modestia, lucir sus dotes sin alardes, en sus libros, en sus recitales, en sus cometidos públicos. Que en este nuevo libro haya insertado estrofas dedicadas a un Puerto de la Cruz que ella ha visto evolucionar, revela no solo su amor por la ciudad sino la voluntad de corresponder a ese afecto. Cuando la autora habla de belleza, lozanía, paz y algarabía, alude a los encantos del “viejo relicario” que pintores y poetas llevaron a sus lienzos y a sus páginas con el ánimo de quien descubre un mundo que fascina por tantos atractivos.


Los otros poemas constituyen la sucesión de imágenes y metáforas que la poetisa y rapsoda va hilando segura del terreno que pisa, dotándolos de una cualidad sugestiva. Bajo la piel de la luna es, pues, un libro de poesía en el que su autora siente el paso de la vida a la vez que demuestra que aún puede remar con los luceros y desnudar su alma, en tanto el caleidoscopio colorea esas plegarias de silencio que tanto dicen de personas sutiles que sienten y se esmeran con lo que hacen.


El lirismo de Elsie, en efecto, siempre cautiva, sigue atrayendo, acaso porque no abunda la fórmula poética, acaso porque las coordenadas de ésta siguen siendo terreno difícilmente accesible dadas las singularidades que lo caracterizan.


Desde Torres de arena a Acantilados de papel pasando por Crepúsculos, Cuando se quiebra el silencio, Paréntesis azules sobre el asfalto y Poemas a voces, que firma junto a su hija, Elsie Tavío, en el conjunto de su producción bibliográfica, hay todo un vuelo de poetisa que es capaz de superar adversidades de la vida y seguir acreditando entereza al dejar en el papel una idea, un verso lleno de delicadeza y sencillez.


Lo que sí sabemos, desde luego, es que la piel de la luna es muy sutil.

viernes, 25 de septiembre de 2020

REMANENTES DESMADRADOS

Igual no es muy feliz el término pero es evidente que el asunto de los remanentes de las liquidaciones presupuestarias municipales se ha desmadrado. Degeneró en una controversia que ha servido más bien para debilitar al municipalismo y situarlo en un trance delicado cuando más necesitaba de unidad para afrontar la emergencia sanitaria y la prestación solvente de los servicios. El último paso de una secuencia que se va enredando –y ojalá que no hay que cumplir con aquello de ‘y lo que te rondaré morena’- consiste en rechazar el contenido de una segundo decreto propuesto por el ministerio de Hacienda. Así lo acordó la junta de portavoces de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en la que la posición socialista, sin ser tan explícito su desacuerdo, consistía en reclamar un fondo de cinco mil millones de euros que no dependa de que los ayuntamientos tengan superávit y poder gastar lo que coloquialmente se conoce como “ahorros municipales”.

Esta alternativa tiene sustancia, claro que sí. Porque no solo se trata de suspender la regla de gasto sino incluir esa cantidad, que ya aparecía en el primer decreto, pero sin estar vinculada ni a préstamos, a tener ahorros ni a tener superávit. También reclaman, por cierto, el Fondo de Transportes para sufragar el déficit de aquellas empresas municipales que lo registrasen.


Hay quien se pregunta si la medida propuesta, en sí misma, era positiva o negativa. Algún jurista consultado señala que no hay normas positivas o negativas. Toda Ley tiene aspectos positivos pero también negativos. Esta no es una excepción y nos suscita un dilema:  ¿Es preferible ceder los remanentes al Estado antes que tenerlos en los bancos? La disyuntiva lleva, por cierto, a una discutible contraposición de ideas: desde el municipalismo a menudo se recuerda que los ayuntamientos son Estado “a la hora de pedir”, pero se olvida que son Estado a la hora de contribuir en una situación de crisis galopante.


A ver cuál es el final de la historia porque hay que soldar las heridas del cisma. Cuando los ayuntamientos se unen, consiguen lo que se proponen. Se rompió la unidad, es verdad; pero cuando actúan al margen de los intereses de partidos y hacen lo que dicen siempre pero no hacen, esto es, defender los intereses de sus municipios, raro es que no materialicen sus aspiraciones. Quien esperó, ganó.

 

En el fondo, lo sucedido, el desacuerdo, el resultado de la votación parlamentaria, son también el reflejo del encono y de la dificultad máxima para entenderse entre las representaciones políticas institucionales, empeñadas en no acercar posturas, en no acreditar empatía en las negociaciones y en, definitiva, en no ponderar. De ahí, brotan algunas preguntas que igual explican algunas sinrazones de la controversia:

-Si se trata de prestar dineros, ¿por qué no pactar una fecha de devolución y consensuar el destino de los mismos?

-Por qué la cesión se debía llevar a cabo sobre la totalidad del remanente de tesorería y no una parte?

-¿Por qué el Gobierno dispuso para los ayuntamientos, sin respetar la autonomía local, el destino del fondo de los cinco mil millones de euros?´


El desgaste ha sido notable pero la última palabra no está dicha. Que lo sucedido sea una lección para todos. Y un empujón más hacia el acuerdo final. Tras el desmadre.


jueves, 24 de septiembre de 2020

UNIDOS CONTRA EL INTEGRISMO ISLÁMICO

 

En forma de “carta abierta a nuestros conciudadanos”, casi cien medios de comunicación franceses apelaron ayer a la población para que defienda la libertad de expresión ante las amenazas, particularmente las del integrismo islámico. El hecho no puede pasar inadvertido, justo cuando se inicia el proceso judicial por el atentando yihadista contra la revista satírica Charlie Hebdo. Mucho menos, cuando la publicación responde a una aspiración de unidad en la conquista de esa aspiración: la libertad de decir, encuadrada en uno de los tres grandes principios de la Revolución Francesa de 1789, el inicio de la Edad Contemporánea, al sentar las bases de la democracia moderna: la libertad.

En el documento se destaca que no hay que ceder a las ideologías mortíferas y se defiende el derecho a manifestar las opiniones propias y a criticar las de los demás, siempre que se haga en los límites fijados por la ley.

Recordemos que la publicación sufrió un violentísimo ataque criminal, allá por enero de 2015. Los protagonistas de aquella acción quisieron protestar por los contenidos satíricos de la revista. Pero en Francia, como se sabe, el delito de blasfemia no existe, por lo que los medios que han publicado el texto señalan que “defendiendo la libertad de blasfemar, no defendemos la blasfemia, sino la libertad”.

Los medios que han dado este paso recuerdan que en que en pleno 2020 hay personas amenazadas por expresar "opiniones singulares" en las redes sociales, que hay medios "señalados como objetivos por organizaciones terroristas internacionales" y Estados que ejercen presiones contra periodistas a los que consideran "culpables" de haber publicado artículos críticos.

Hay una afirmación rotunda: dicen temer que "el miedo legítimo de la muerte" acabe por ahogar inexorablemente a "los últimos espíritus libres".

En sus apreciaciones, todo el edificio jurídico construido durante dos siglos para asentar la libertad de expresión en el derecho francés está siendo atacado "como nunca desde hace 75 años", en esta ocasión por "ideologías totalitarias nuevas, que pretenden a veces inspirarse en textos religiosos".

El terrorismo islamista, pues, está señalado. Hay que pensar en que no quedará cruzado de brazos, o lo que es igual, intentará, no se sabe cuándo ni donde, repetir una acción violenta o mortal. Acaso sea ese el ‘leit motiv’ de esta posición conjunta de los casi cien medios galos que han hecho gala de una solidaridad poco conocida y practicada. Y es que, tal como afirma el ministro francés de Interior, Gérald Darmanin, que apoyó la iniciativa conjunta de los medios, la libertad de expresión está seriamente amenazada.

El atentado contra Charlie Hebdo fue una horrible y execrable acción de fanáticos integristas que está siendo enjuiciada en la vía judicial adecuada, donde se tiene que apreciar también el funcionamiento del Estado de derecho. Caiga sobre los autores de hechos probados todo el peso de la Ley. Y hagamos ver, seamos sensibles, entre todos, que el mundo, sus principios y sus valores, no pueden funcionar de esa manera.



miércoles, 23 de septiembre de 2020

CANCELACIÓN EN EL IMSERSO

 

Se veía venir, era una decisión esperada: se acabó la temporada para los viajes del Imserso, el Gobierno los ha cancelado después de varios meses de suspensión. Así lo dispuso el Consejo de Ministros que ya trabaja en un nuevo programa que deberá estar adaptado a las nuevas condiciones para ofrecer todas las garantías a los usuarios.

Por un lado, es otro golpe que encaja el alicaído sector turístico en este año aciago. Pero no falta razón al ejecutivo cuando justifica la cancelación diciendo que hubiera sido una insensatez poner a viajar a millones de personas mayores cuando la pandemia sigue causando estragos. Los mayores son las personas más cuidadosas y las que más se protegen del virus.


Pero hay unos perjuicios evidentes: el presidente de la Asociación Corporativa de Agencias Viajes Especializadas (Acave), Martí Sarrate, ha señalado que el programa de viajes del Imserso contaba con una dotación de novecientas mil plazas cuyo desarrollo hubiera sido una tabla de salvación para noventa mil puestos de trabajo estimados durante la temporada baja del período otoño-invierno.


Sarrate ha sido crítico con la decisión del Gobierno “pues no transmite buena imagen ya que se da a entender que no hay seguridad para nuestra gente. Seguimos dando una imagen de mucho alarmismo y poca seguridad y confianza”.


Ha ido más lejos el presidente de la Federación Empresarial de Asociaciones Territoriales de Agencias de Viajes Españolas (Fetave), César Gutiérrez, quien señaló que los recursos del programa se pierden:

"El Imserso se debería haber puesto a trabajar ya hace mucho tiempo, las empresas que tienen la licitación tendrían que haber creado otros paquetes y haber dado una alternativa. Que se diga que se cancela supone que se han hecho las cosas muy mal, ya que han tenido muchos meses para prepararse", censura.


Al respecto, recordó que dado que el público objetivo al que se dirige esta actuación puede ser población de riesgo, ya en el mes de abril, desde FETAVE, se llamó a trabajar para buscar otra serie de colectivos que sí pudieran beneficiarse del programa, como aquellos que han estado en primera línea durante la crisis sanitaria tales como sanitarios, policías, cajeros o transportistas.


Pero lo cierto es que, por una vez, ha primado la salud de las personas y la cancelación, desde ese punto de vista, es irreprochable. De todos modos, la secuencia de lo ocurrido tiene que servir de experiencia, principalmente pensando en futuras convocatorias. Se ha cancelado la temporada pero el programa de turismo social para mayores debe ser rescatado. Un millón de personas se acoge a él cada año. Es una prestación que requiere de una dinamización y ahora de una revisión de sus fundamentos teniendo en cuenta las circunstancias de la emergencia sanitaria.


Lo más probable, pensando en el ejercicio 2021-22: convocar un nuevo concurso. Confiemos en que los usuarios del programa dispongan de una oferta completa y puedan seguir disfrutando de esta opción con todas las garantías.


martes, 22 de septiembre de 2020

EL FÚTBOL, DE OTRA MANERA EN UN PROGRAMA TELEVISIVO

 

Se han cumplido treinta años de la emisión del primer programa televisivo El día después (Canal +), una producción que modificó sustancialmente el tratamiento de la información deportiva en televisión. Se trataba de innovar, de ofrecer algo más que las imágenes resumidas de los encuentros de la jornada y algunas declaraciones intercaladas de los protagonistas.

Y a fe que lo consiguieron. Fue un salto notable, con Nacho Lewin en la conducción y Jorge Valdano como analista técnico, culto y experimentado. Rompió esquemas el programa que tenía sus antecedentes en Trofeo y Estudio Estadio (RTVE). Del primero –también con afanes innovadores en cierta etapa- recordamos aún emisiones en blanco y negro.

En octubre de 1990 cambiaron las cosas. Y los hábitos. Los lunes eran otros lunes. De la misma forma que ajustábamos horarios –y lo que fuese- “para ver los goles” con los anteriores programas, hicimos lo mismo los lunes con El día después, antes de cenar, en horario de tarde-noche, cuando no rodaba el balón.

Había una cita con quienes no se conformaban con los resúmenes sino que introducían imágenes curiosas y hasta cómicas al margen de la cancha, entrevistas valientes o picantes a presidentes y dirigentes, testimonios de aficionados que habían recorrido cientos o miles de kilómetros para ver a su equipo y de otros que desvelaban cuáles eran sus costumbres y rituales los días de partido… Entraron en vestuarios y aguardaban la despedida hasta el autobús de quienes retornaban y apretaban para coger el avión. Lo bueno, lo llamativo era que no se limitaron al entorno de la primera división: aparecían campos de categorías inferiores, con sus cuidadores y sus respectivos modus operandi. Y ganaron espacio los enamorados en el graderío, el somnoliento espectador, las bellas damas que lucían pieles, los cánticos corales y los bocadillos llevaderos para reanimar el descanso. Aparecieron los taquilleros, los masajistas, los utilleros y cómo preparar las bebidas tonificantes. Lo que el ojo no ve, era el título de una sección, acaso la más esperada. Era la exposición del otro lado del fútbol.

Que de todo eso había en El día después, junto a datos estadísticos bien secuenciados y análisis de tácticas, movimientos o lances del juego. Y hasta los guiñoles, inspirados en la entrega consolidada de la televisión francesa, con los que se aportaba algo más que unas notas de humor e ironía.

El fútbol era todo y era de todos”, dijo Carlos Martínez, actual conductor del programa que se emite en un canal de Movistar +. Fue un nuevo concepto que abrió caminos en la oferta televisiva, una manera de captar la atención de los aficionados y hasta de quienes no lo eran pero que se sintieron atraídos por aquellos contenidos o aquellos tratamientos del hecho deportivo diferentes a los que se hacían entonces.

El día después puso fin a los tópicos, a la monotonía acartonada, a las imágenes sucesivas sin más. Apareció para quedarse y ya ha cumplido treinta años, seguro que con afán de seguir renovándose. Y de perpetuar el nombre de uno de sus protagonistas, Michael Robinson, que así se llamará el plató donde se hace el programa.


lunes, 21 de septiembre de 2020

PERIODISTAS EDUCADORES

 

Ha sido muy rotundo el profesor de periodismo de la Universidad de New York, escritor y crítico sobre medios de comunicación, Jeff Jarvis, en una entrevista publicada en la revista Journalist, de Alemania, reproducida, a su vez, en Laboratorio de Periodismo, de la Fundación Luca de Tena.


Jarvis reflexiona sobre los cambios que experimenta al periodismo, tal como evoluciona la pandemia de la COVID-19, hasta el punto de sugerir que “hemos de hacernos preguntas sobre cómo podemos reinventarnos como periodistas”. Y es que, después de considerar que “lo que pensábamos que era una crisis ahora es mucho peor”, las circunstancias parecen propiciar una oportunidad para contrastar que hay nuevas formas de periodismo y nuevas formas de estar ahí para los lectores.


El profesor Jarvis parte de una premisa bastante extendida: el mayor problema para el público en general, y para los profesionales, era la desinformación. La crisis del coronavirus demuestra que hay otro factor de considerable magnitud: la ignorancia. “La mejor cura para la ignorancia es la experiencia”, señala mientras relata su propia experiencia. Elaboró una lista en Twitter sobre COVID-19 que incluye a más de seiscientos científicos, virólogos, epidemiólogos y algunos periodistas. Su conclusión: “Nuestro trabajo no es luchar contra la desinformación sino construir y difundir conocimiento experto”.


Esto lo explica todo. Médicos y científicos se han integrado en un nuevo ecosistema de información abierto. Dice Jarvis que lo hacen mejor que los propios periodistas: “Quieren un intercambio de información rápido y abierto y han configurado servidores para este fin, de modo que los estudios puedan difundirse y hacerse accesible entre sí más rápidamente”, señala. Eso pone de relieve la imperiosa necesidad de ir reduciendo, hasta superarla, la ignorancia. Solo así se acabará con la desinformación y las informaciones estarán bien fundamentadas, dotadas del indispensable rigor para tratar desde todos los ángulos el acontecimiento histórico que vive la humanidad y que, por ahora, sigue sin solución.


Por eso suenan rotundas las palabras de Jeff Jarvis: “Hay que actuar más como educadores preocupados por las consecuencias y el impacto de su trabajo. Como periodistas, tendemos a difundir nuestros informes por todo el mundo. Con eso el trabajo está hecho. Nos decimos a nosotros mismos: lo que le pase ya no es mi trabajo. En el papel de educadores, debemos preocuparnos por si nuestros estudiantes están aprendiendo lo que queremos. Cuando vemos a personas en Estados Unidos que se niegan a usar mascarillas, eso también dice algo sobre el fracaso del periodismo”.


Y hay que hacer todo lo posible para evitar el fracaso. Notable déficit arrastra el periodismo, demasiados reproches al amarillismo y a la abundancia de bulos y paparruchas, como para no tener en cuenta estas sesudas sugerencias que se orientan a la recuperación de la credibilidad mediática. El fracaso sería de todo un colectivo que ha de ser consciente de la responsabilidad contraída ante la sociedad. Y lo que es más grave: el fracaso contribuiría a que la pandemia se prolongare, a que las posibles soluciones se demoren y a que la ciudadanía en general siga flotando en el proceloso mar de las dudas e incertidumbres.


Si se acepta que la crisis sanitaria está cambiando modos de vida y comportamientos sociales, hay que esmerarse para que la información no sea negligente o carente de fundamentos esenciales. Hagamos caso a Jarvis y seamos conscientes de lo que supone ser, en la práctica, educadores. El ejemplo de las mascarillas es evidente.

domingo, 20 de septiembre de 2020

HOTEL VALLE MAR, UN TOQUE DE DISTINCIÓN

 

A la espera de concretar fechas y pormenores, se han cumplido cincuenta y seis años de la entrada en funcionamiento del hotel Valle Mar, en el Puerto de la Cruz, propiedad de la familia Ybarra, sin duda uno de los distinguidos en la oferta alojativa portuense, situado en pleno centro de la avenida Colón, esquina Venezuela. Fue Philip Feier su primer director, cuando el establecimiento abrió sus puertas, en 1964.


En primera línea de playa, cuando aún existía la de Martiánez, que iba cediendo su espacio a la transformadora mano del hombre, primero con el Lido San Telmo, y luego con las piscinas (zona Los Alisios) que habrían de culminar con la construcción del Lago hasta completar el complejo turístico que cambiaría sustancialmente la fisonomía urbanística de la zona, en pleno litoral.


Junto a otros afamados hoteles que componen el primer gran elenco de los que constituían una selecta oferta alojativa en la que se perfilaba a pasos agigantados como ciudad turística, al establecimiento siempre le distinguió un toque de calidad.

El Valle Mar fue otra de las grandes escuelas de hostelería y restauración cuando la apertura al turismo, en el Puerto,era ya incontenible. Acogió a no pocos trabajadores procedentes del sector agrícola, pesquero o de la construcción. Y allí aprendieron idiomas (inglés o alemán, preferentemente) por uno de esos milagros inexplicables de la asimilación fonética. No se exagera cuando se dice que se convirtieron en grandes profesionales.


El “hotel de la marquesa”, como coloquialmente era denominado e identificado en el argot turístico, experimentó algunas transformaciones. En los años sesenta se vio afectado por un temporal marítimo que causó estragos en instalaciones y avenidas de Martiánez. Fotos de sus balcones y habitaciones daban la vuelta al mundo cuando había celebraciones de Carnaval y cuando el circuito urbano de Martiánez acogía el gran premio ‘Ciudad de Puerto de la Cruz’. Muchos clientes, no solo extranjeros, seguían la prueba desde privilegiadas atalayas.


Dos nombres asociados al Valle Mar (cuya plantilla laboral llegó a disputar aquellas celebres competiciones futbolísticas de verano en el viejo campo El Peñón, aún con cancha de tierra): uno, la boite “Los Caprichos”, un sugerente recinto en el ‘Puerto Cruz la nuit’ de la mejor época, donde Falo y Los Palmers entonaban sugerentes melodías para parejas y enamorados. Y otro, Café de París, una hermosa y atractiva cafetería, siempre con un ambiente selecto.


Como lo tenía el hotel cuando el Puerto no tenía competencia en el ámbito turístico: aquellas cenas-baile de Navidad y Nochevieja, a las que las parejas accedían con riguroso traje de etiqueta mientras el público observaba desde la avenida Colón y los jardines del complejo Martiánez las evoluciones de celebraciones tan señaladas.

El Valle Mar, pues, va para sus seis décadas de funcionamiento. Una seria y sustantiva contribución a la hostelería canaria y al Puerto de la Cruz como destino turístico.


sábado, 19 de septiembre de 2020

PRORROGAR LOS ERTE

 

En la Mesa Tripartita que negocia los criterios y modalidades de aplicación de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), el ministerio de Trabajo mantiene una posición firme: que continúen, como factor principal, aquellas empresas que están vinculadas al turismo, lo cual no significa que sean todos los sectores relacionados con el turismo.


Como se preveía, la prórroga de los ERTE iba a suscitar una controversia que, probablemente, añadiría picante al pote de la incertidumbre social y empresarial. La prórroga está en vigor hasta el 30 del presente mes de septiembre. En las reuniones con agentes sociales, el ejecutivo ha puesto como condición que solo se mantuviera o aplicase en sectores relacionados con el turismo.


Es ahí donde han surgido dificultades. Tanto las organizaciones empresariales como las centrales sindicales se han negado a que la prórroga de los ERTE sea sectorializada. Los sindicatos han advertido que se corre el riesgo de excluir de los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) a empresas que se están viendo muy afectadas al estar ligadas al turismo.


En efecto, durante la negociación ya han surgido dudas sobre este particular. Por ejemplo, se está planteando que se puedan quedar fuera de los ERTE empresas del transporte de autobuses o aerolíneas cuyas rutas no sean turísticas. De los ochocientos mil trabajadores que están ahora mismo en expedientes de regulación temporal, con la futura prórroga podrían quedar apenas unos ciento veinte mil.


No va a ser fácil alcanzar un consenso sobre este particular. Las partes (ministerio, patronales y sindicatos) solo parecen estar de acuerdo con la fecha: prorrogar hasta el 31 de enero de 2021. Y luego discrepan en cuanto a la intención del ministerio de Trabajo de mantener el actual esquema de exoneraciones de cotizaciones empresariales, que bonifica en mayor medida las cuotas por aquellos trabajadores que salen de ERTE en lugar de concentrarlas en aquellos que no se reincorporan.


Según el periódico Cinco Días, otras dos cuestiones sobre las que no hay acuerdo cerrado tienen que ver, de un lado, con el mantenimiento o eliminación de la cláusula de garantía que obliga a las empresas a mantener el empleo durante seis meses desde el final del ERTE o desde la fecha de la primera incorporación de uno de sus trabajadores. De otro lado, afecta a la eliminación de la cláusula que impide despedir de forma objetiva a los trabajadores alegando la pandemia. La patronal viene exigiendo ambas cuestiones.


En definitiva, el panorama no se presenta despejado ni mucho menos. A ver si la negociación –ya con al 30 de septiembre encima- fluye con criterios de generosidad. Todas las partes, en un marco y en un horizonte cargados de incertidumbres, tienen que ceder. Se trata de alcanzar el mejor acuerdo posible.