lunes, 30 de enero de 2023

AMENAZAS AL EJERCICIO DEL PERIODISMO

 

En una de las jornadas del ciclo convocado por la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y Repsol durante el pasado año, se concluye que la polarización y el señalamiento de medios y periodistas, alentados por unas redes sociales que ejercen de altavoces para el linchamiento y las campañas, constituyen en la actualidad las principales amenazas al ejercicio del periodismo.

A juicio de las ponentes en este encuentro, los riesgos que enfrenta la labor periodística y sus artífices han ido empeorando en los últimos años y, muy significativamente, desde el inicio de la pandemia. "Si este debate se hubiera planteado en 2019, habríamos hablado de precariedad. Hoy en día hablamos de amenazas incluso físicas", aseguró la directora de informativos de ‘Á Punt’, de la Radiotelevisión de la Comunitat Valenciana, Raquel Pérez Ejerique.

Sin olvidar la insostenible situación que afrontan los profesionales que informan desde Ucrania y Rusia y los datos recopilados por Reporteros sin Fronteras (RsF) sobre 2021 (488 periodistas encarcelados por desempeñar su profesión) y, aunque en España, “ejercemos en un Estado de Derecho”, para la directora de Contenidos y Transformación Digital de Canal Sur (Andalucía), Carmen Torres Palmero, es obvio que, “a nivel doméstico, el histórico linchamiento que hemos tenido los periodistas cuenta hoy en día con el altavoz de las redes sociales”. Esto supone “una amenaza en las calles y un descrédito para la profesión”.

Los jóvenes, ha añadido, tienen aversión a los medios y los políticos les atacan “y todo eso nos perjudica en gran manera”.

Según una nota de la FAPE, ahora mismo hay un intento descarnado de prescindir de los periodistas. Lo confirma la redactora de ‘El País’ y presidenta de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, Anabel Díez, quien se ha mostrado de acuerdo en que el acoso a los medios, lejos de ser algo nuevo, es “inherente a los políticos. Otra cosa es la capacidad de disimularlo y contenerse” que unos y otros tengan. “¿Qué ha cambiado, entonces?”, ha planteado: “la polarización, el sectarismo, el intento cada vez más descarnado de prescindir de los periodistas para buscarse otros canales como las redes, o los mensajes enlatados y los vídeos”.

Díez tampoco ha querido olvidarse, entre las amenazas que acechan al periodismo en España, de la precariedad. “Si los medios no invierten en calidad, si no hay quien lo haga, entonces lo que está en peligro no son los periodistas sino la democracia”.

Asimismo, la directora del área de Información y Documentación de la Corporación de Radio y Televisión de Galicia (CRTVG), Concha Pombo, ha señalado a la polarización como “la gran amenaza” que “pone en riesgo uno de los valores más importantes del periodismo, como es la independencia”.

Pombo ha hablado de “aquellos periodistas que escriben en Twitter textos que no son periodismo, en los que se posicionan abiertamente, sacrificando cuestiones como la imparcialidad e, incluso, poniendo en la picota a colegas de otros medios”. Una cosa es ejercer en las redes como periodista y otra “ser propagandista de las filias y fobias que llevamos dentro como ciudadanos normales y corrientes”, dijo durante su intervención en la jornada.

La licenciada en Ciencias de la Información y directora de ‘El Periódico de España’, Gemma Robles, estima que, frente que acechan al sector, que “con medios solventes que garanticen el derecho a ejercer esta profesión con posibilidades y sin pasar penurias, podemos ir bandeando lo que se nos viene encima”.

Pese a ello, para Robles, uno de los riesgos más importantes a los que debe hacer frente la profesión es la proliferación de las informaciones “enlatadas”, los formatos en los que no se admiten las preguntas de los periodistas y que “no son periodismo”. “Pueden desaparecer las respuestas pero no las preguntas. No lo podemos permitir”, apostilló.

Una de las aportaciones más interesantes de esta convocatoria corrió a cargo del ex presidente de la FAPE, Nemesio Rodríguez, quienes se refirió a las presiones que sufre el ejercicio del periodismo. Frente a las amenazas externas al ejercicio del periodismo, aludió a la existencia de otras internas, como la connivencia de periodistas y medios con los postulados de un determinado partido político o Gobierno o la conversión de la información en espectáculo.

Sometido al partidismo, el periodismo pierde independencia, rigor, pluralidad, credibilidad y, como consecuencia, anula su función primordial de garantizar el derecho de los ciudadanos a una información veraz, independiente y plural”, destacó Rodríguez.

Por su parte, el corresponsal de NOS News, RadioTelevisión Pública de los Países Bajos en España, Rop Zoutberg, hizo un análisis de los riesgos que, a día de hoy, afrontan los periodistas en Holanda, país que ocupa el sexto puesto mundial en la clasificación de la libertad de información.

Zoutberg destacó el clima violento que soportan los profesionales de la información en Holanda a consecuencia de la proliferación de la polarización y las amenazas del crimen organizado. Asimismo, aludió a la puesta en marcha de una organización que vigila la seguridad de los periodistas y organiza entrenamientos para su seguridad o cómo, desde octubre de 2020, puesto que todo ha ido a peor desde el inicio de la pandemia, los periodistas de su empresa que acuden a manifestaciones, protestas y otras actividades de similar carácter, llevan guardaespaldas y sus furgonetas o micrófonos salen a la calle sin logotipos identificativos para evitar agresiones.

El periodismo, pues, amenazado. Algunas circunstancias mal acompañan. Cuestión entonces de que las propias organizaciones profesionales debatan la cuestión y sepan por dónde conducirse.

viernes, 27 de enero de 2023

Soledad no deseada

 

Puede ser una elección, claro; pero la soledad, a menudo, aparece impuesta y no es deseada. De un resumen estadístico, se desprende que ya son casi cinco millones de personas las que en España viven solas. En todo caso, la soledad no deseada es otro de los fenómenos de nuestro tiempo y afrontarlo es complicado. Exige de las entidades y de las administraciones públicas algo más que una atención asistencial. Estamos ante una realidad social que va a seguir creciendo. La prueba está en que el pasado año hasta un 11 % de los españoles admitió sentirse solo; porcentaje que se elevó hasta el 18 % entre abril y junio de 2020, los meses de confinamiento por la pandemia, según registros de la Comisión Europea que manejó la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) en el curso de la jornada que convocó, conjuntamente con la Red Soledades la cual aglutina a más de cuarenta organizaciones, durante el pasado mes de diciembre.

La presidenta de honor de la Asociación contra la Soledad no Deseada, la ex ministra Matilde Fernández, que preside también el Observatorio estatal de la temática, advirtió de un dato significativo: el 16 % de los jóvenes españoles entre 16 y 39 años sienten soledad no deseada, hecho que se agrava si convergen otras circunstancias como discapacidad, ser migrante, maternidad adolescente, enfermo de larga duración o ser componente de una familia desestructurada o del colectivo LGTBI, entre otras situaciones.

Por las estadísticas y por la dimensión que va adquiriendo el fenómeno, es indispensable tomar conciencia de las consecuencias de la soledad. Hay que impulsar, principalmente desde las administraciones más próximas a la ciudadanía, esto es, los ayuntamientos, un conjunto de respuestas positivas y sencillas que vayan constituyendo una red eficaz. De ahí que la existencia de un Observatorio, no como unidad que aumente el gasto público ni robustezca la dotación burocrática, sea también un incentivo que mejore el tratamiento del fenómeno y canalice alternativas o posibles soluciones.

En este sentido, Matilde Fernández es partidaria de impulsar programas donde las diferentes profesiones sociales (incluida la de policía local) tengan un papel proactivo y den los primeros pasos desde la localización y la provisión de información para orientar adecuadamente y mitigar la situación. “Se trata –dice Fernández- de convertir a las personas en protagonistas. Iniciamos una etapa donde hay que tomarse como obligación, los ciudadanos y los responsable, técnicos y políticos de los ayuntamientos, la tarea de profundizar en la democracia. Puede que parezca todo más lento, pero es doblemente eficaz que todas las personas seamos acompañantes de las políticas del municipio, y los poderes municipales acompañantes de los proyectos vitales de las personas”.

El caso es paliar las consecuencias de esa soledad. Evitarla, como también las soledades o la pérdida de vida activa, sin ánimo de compartimentar, antes al contrario: integrar, es el doble objetivo cuyo alcance propiciaría una reanimación de personas que aún reúnen cualidades para ser útiles de verdad. En fin, una mayor humanización de las sociedades de nuestros días, tan dadas a desentenderse o a inhibirse ante problemas visibles que requieren iniciativas y dinamismo para superarlo. Está claro, como sostiene la FEMP en una declaración pública, que hay que apostar por la prevención mediante el fomento de la convivencia ciudadana y por la transversalidad para facilitar el esfuerzo conjunto de las distintas áreas de las entidades locales.



martes, 24 de enero de 2023

LA TARDE, DE JOSÉ LUIS ZURITA

 

El primer número de La Tarde apareció el sábado 1 de octubre de 1927. Se unía a los otros tres periódicos que se editaban en Tenerife: El Progreso (4 de septiembre de 1905 a 30 de enero de 1932) republicano y un tanto anticlerical; Gaceta de Tenerife (1 de junio de 1910 a 1939), católico y La Prensa (15 de octubre de 1910 a 14 de febrero de 1939), republicano.

El diario fue fundado en la capital tinerfeña por Francisco Martínez Viera, Matías Real González y Víctor Zurita Soler. “Tres personalidades diferentes con perfiles diferentes –escribe el autor, José Luis Zurita- pero cohesionadas por su profunda dilección a Tenerife, sus talantes cultos y liberales y, esencialmente, por sus incuestionables vínculos de vocación por el mundo de la información”.

El periódico, dice también Zurita, “refugio de intelectuales y escuela de tantos y tantos periodistas de reconocido prestigio, se imprimió por última vez el 29 de marzo de 1982, superando convulsos períodos históricos e introduciéndose sin traumas en la etapa democrática actual”.

La obra del profesor de la Universidad de La Laguna, José Luis Zurita, que hoy presentamos, LA TARDE, 55 AÑOS DE PERIODISMO TINERFEÑO (1927-1982) El ocaso de la prensa vespertina en España, editada por el Gobierno de Canarias, es el cuerpo de su tesis doctoral defendida en junio de 2011.

El contenido es una invitación a profundizar en el acervo que atesora La Tarde. El oficio del periodismo, enriquecido con conocimientos multidisciplinares y por los incesantes avances tecnológicos, se dignifica con investigaciones como esta que nos sitúa en espléndida posición para entender el porqué de muchas cosas. Las páginas de aquel vespertino contribuyen a entender o interpretar las razones de la historia. En unos tiempos tan cambiantes, en los que se avanza a velocidad de vértigo, sobre todo cuando se producen frenazos inesperados como ha sido, o está siendo, el de la pandemia de un virus maligno, hay procesos sociales que los medios impresos coadyuvan a entender.

Esto es lo que pasa con un largo período del siglo XX, en la isla, en nuestro país, en todo el mundo, durante el cual La Tarde dio cuenta de lo que acontecía. Con modestia, sin pretensiones, con un estilo propio y con un paso por delante del voluntarismo. Es más de medio siglo esforzándose en salir a las calles de la capital y de los pueblos isleños, cincuenta y cinco años desafiando imponderables, forjando valores y superándose para competir. Hacerlo, además, con nobleza, con buenas artes y con el rigor que exigían los cánones de la comunicación escrita.

Todo eso creó escuela. Por eso hemos hablado de la escuela que fue el periódico que abrió sus puertas para muchos de nosotros, aprendices permanentes sobre la realidad a la que nos enfrentamos con voluntad de hacerlo responsablemente, con medios precarios –luciendo audacia, si era necesario- y en circunstancias adversas. Cuando no había ordenadores, si había que redactar de nuevo o transcribir fragmentos de una sentencia judicial, se hacía. Cuando había que repetir el revelado de una fotografía o reajustar la extensión de una crónica transmitida telefónicamente, pues se hacía.

En aquella escuela se fraguaban, además, valores humanos. Los del respeto, el pluralismo y la tolerancia. Todos ellos eran componentes del romanticismo que, en buena medida, acompañó al ejercicio del periodismo. Eran los tiempos en que el oficio se aprendía y se ejercía sobre el terreno, escuchando a los veteranos que corregían con una sana voluntad pedagógica o didáctica. Puede que los de entonces, los de La Tarde, en sus últimos años, fueran los últimos románticos, antes de que las exigencias fueran otras, antes de que la inmediatez quebrara el amor por la obra bien hecha, antes de que se agotara el tiempo para la autocorrección o los retoques de estilo, antes de que dejáramos de oler a plomo y de que los libros de estilo –muy útiles, en cualquier caso- condicionaran hasta los módulos de titulación o el uso de las siglas y las mayúsculas.

Qué tiempos aquellos de linotipias y de correctores, de horarios descabellados y de escuchar a los vendedores vocear el nombre del rotativo por las esquinas y en los exteriores de los bares cuyos usuarios, por decir algo, aguardaban por los horarios de la cartelera cinematográfica o los signos de la quiniela, aquella del Patronato de Apuestas Mutuas Deportivo Benéficas. ¡Qué tiempos!

Muchas de estas cosas se desgranan en las páginas de la obra de Zurita. En ellas adivinarán el romanticismo de los nombres propios de La Tarde, al que el autor rinde tributo en un trabajo encomiable. Los que vivimos personalmente y los que caracterizaron otras épocas de cincuenta y cinco años de entrega y abnegación periodística, fueron años pletóricos de experiencias.

Estar dentro, vivir desde las tripas el proceso de producción, hacer el periódico, nos permitió descubrir que aquel vespertino tenía un público fiel y era preferido por la calidad de autores y colaboradores cuyos nombres o seudónimos aparecían en sus páginas, con un ejercicio pluralista, apegado al modelo interpretativo hasta donde se podía llegar.

Estuvimos en aquella escuela. Y hoy nos congratulamos y damos gracias. Pues esos valores, que aprendimos y cultivamos, siguen siendo los que nos motivan.


(Texto leído anoche, en el Casino de Tenerife, durante la presentación del libro de José Luis Zurita, ‘LA TARDE, 55 AÑOS DE PERIODISMO TINERFEÑO (1927-1982) El ocaso de la prensa vespertina en España (Gobierno de Canarias).


lunes, 23 de enero de 2023

Riesgos en las redes

 

Uno de los grandes fenómenos de la comunicación de nuestro tiempo es las redes sociales. Desde su aparición, mucho se ha hablado y se ha escrito sobre las mismas, hasta el punto de constituir un foro de debate en el que se entremezclan opiniones de todo tipo sobre las temáticas más diversas y sobre su propio papel; cuando no, de insultos, descalificaciones y de infundios a los que los responsables de las propias redes intentan poner freno, con sanciones o medidas de suspensión similares, sin demasiado éxito hasta el momento. La facilidad con que proliferan los bots (son los que promueven ideas, generan mensajes automáticamente, siguen a determinados usuarios o, simulando tener una cuenta “normal”, se hacen seguidores, si bien esta última función es cada vez más difícil de implementar porque las redes sociales se han vuelto cada vez más sofisticadas). Los bots sociales no siempre son fáciles de identificar como tales porque se comportan de manera muy similar a los humanos. La abundancia de identidades falsas que operan con casi absoluta impunidad es, desde luego, una rémora, un factor que distorsiona –y de qué manera- el desenvolvimiento de los usuarios en las redes.

Se dirá que lo más fácil es salirse de ese medio tan intrincado, tan proclive a la confusión y al enredo. De una auténtica jungla. De hecho, seguro que muchos usuarios, ofendidos más o menos, o cansados de tener que lidiar en una conversación pública erizada de trampas y de subterfugios impuros, habrán causado baja a petición propia. Pero hay quien decide seguir, por las razones que sea, aunque progresivamente, a su modo, van perdiendo la credibilidad. Es una decisión respetable y deben saber que si se mantienen y entran en el juego –porque, salvo excepciones, es ser partícipes del mismo y, por tanto, arriesgan situaciones desagradables- se exponen a que personas sin escrúpulos se comporten de forma cuando menos irrespetuosa.

Pues si quieren seguir, adelante. Quien fuera portavoz de la Junta de Andalucía, director de El Correo de Andalucía y redactor-jefe de los servicios informativos de la cadena SER, Juan Carlos Blanco, ha publicado un artículo en el que recomienda a quienes quieran seguir en redes (y pone como ejemplo Twitter), una serie de prácticas que puede hacer menos tóxica la relación con las redes sociales.

Reproduzcamos las recomendaciones de Blanco:



1. No bloquees a quien no te gusta, pero dedícate a silenciar a todos aquellos que consideres que se pasan con su activismo o con su mala leche. El bloqueo puede ser agresivo, y aquí lo que interesa es evitar el ruido y buscar que tu timeline te aporte y no te soliviante.

2. Haz listas y busca gente que te aporte. Yo tengo listas profesionales (sobre comunicación, periodismo, análisis político, etcétera) y listas personales sobre una de mis aficiones más recurrentes (el fútbol, para qué os voy a decir otra cosa). En el caso de las profesionales, su confección ha sido una de las ideas que mejor me han resultado en los últimos años. De ellas saco ideas para mis artículos, para las charlas que imparto y para estar al día en mis intervenciones en la televisión y en la radio. Me he hecho mi propio quiosco y me funciona muy bien. Tengo un ‘Twitter’ que me ayuda, que se dice pronto.

3. Disciplínate. No tienes que opinar sobre absolutamente todo ni mostrarle al planeta a cada momento cómo te sientes. Si has sufrido un desengaño laboral, amoroso o político, no es obligatorio comunicarlo con un tuit como si tú fueses Shakira o Piqué. Twitter no es el Boletín Oficial del Estado ni el sillón de tu terapeuta. Y el mundo no espera en vilo que tú ofrezcas tu opinión en 280 caracteres sobre la pandemia, la invasión de Ucrania o Pedro Sánchez.

4. Y, por último, recuerda que está muy bien echarle un vistazo a ‘Twitter’ o consultarlo de vez en cuando, pero no hace falta vivir en ‘Twitter’. Sal a la calle, ten más vida real y verás que hay gente que es capaz de vivir sin estar enganchado veinticuatro horas al día a una pantalla”.

Dados los males y los riesgos a los que nos hemos referido, las recomendaciones son... a tener en cuenta.


viernes, 20 de enero de 2023

LA RADIO INCIERTA

 

Se ha encendido la luz de alarma en el apartado de las audiencias de la radio. Llevamos algún tiempo leyendo informaciones sobre una progresiva reducción pero datos de estudios específicos recientes apuntan que esta vez va en serio. Cierto que, en el pasado, cuando hubo de enfrentarse a problemas estructurales serios, principalmente los derivados de la irrupción de alternativas, el medio fue capaz de superarlos, incluso desde el plano tecnológico. La innovación del podcast (una emisión de radio o televisión que un usuario puede descargar desde internet mediante una suscripción previa tanto en una computadora como en un reproductor portátil) es un buen ejemplo de ello, aún en fase de extensión y perfeccionamiento.

Parece que han llegado las primeras flaquezas. Al menos, en ciertos segmentos de edad. En tan solo diez años, en efecto, la radio ha perdido un 20 % de oyentes de la denominada ‘generación Z’ que integra a los nacidos en finales de los años noventa y principios de los 2000. Es casi el doble de los que han abandonado la televisión. Se advierte que el tiempo de escucha (un indicador indispensable para medir la fidelidad al medio) se comporta también a la baja: entre quienes son seguidores habituales o empedernidos, apenas llega a los cincuenta minutos, la mitad que hace unos años. Para el futuro del medio, especialmente para las cadenas o empresas privadas de radio cuyos ingresos dependen de lucir cuotas de audiencia en el mercado publicitario, estamos ante datos preocupantes

El profesor asociado de Empresa, Programación de radio y estructura del sistema audiovisual, director regional de las emisoras de Atresmedia Radio Catalunya, Francesc Robert-Agell, ha publicado un trabajo en el que escribe que el producto de las empresas de radio (información y entretenimiento) es un bien de experiencia con atributos que son evaluados por el consumidor después de la “compra” y el uso. Solo entonces se puede generar hábito.

Señala que “la digitalización del consumo de contenidos de niños y adolescentes ha truncado la manera en la que se producía el primer contacto con la radio. Por ejemplo, ¿quién decide ahora qué se oye en el coche (suponiendo que toda la familia escuche lo mismo durante el viaje)? Compartir un dial de radio o recomendarse canciones o programas entre amigos son costumbres que han sido sustituidas por el consumo digital individual inmediato”. La conclusión es que “sin hábito, no hay escucha”.

Como en otros episodios críticos, es la propia radio la que debe frenar la huida. Existe una opinión muy extendida entre los entrevistados para el trabajo de Robert-Agell de que la música, sin dejar de estar presente, no va a ser el contenido principal de atracción de la oferta sonora para los jóvenes, puesto que plataformas digitales como Youtube o Spotify suplen este papel. Entonces, el contacto vendrá dado por la creación de contenidos que creen comunidad y esto lo logra la radio hablada dirigida específicamente a esta generación. Existe, igualmente, la convicción también expresada mayoritariamente de que aún se está a tiempo de hacer viable el contacto de los más jóvenes con los productos sonoros de las empresas de radio. “Pero no parece que pueda ser una iniciativa de carácter individual sino a la que debe hacer frente el conjunto del sector”, concluye el profesor catalán. La luz de alarma está encendida.



lunes, 16 de enero de 2023

RECONOCIMIENTO DE ERRORES

 

¿Cómo se ha de proceder cuando se prueba o se certifica que se ha publicado una información que es errónea? El debate se alarga y no es fácil obtener una conclusión generalmente aceptada. Abundan las dudas y los reproches. En cualquier discusión, abundan las preguntas: ¿qué hacer cuando el periodista o el redactor se equivoca, cuando publica un dato o un hecho que no se ajusta a la realidad? ¿Va a rectificar o seguirá gozando del inmenso privilegio de la impunidad?

El director de ‘Univisión Investiga’, uno de los periodistas latinoamericanos más prestigiosos, Gerardo Reyes, establece una premisa sencilla: “Reconocer los hechos errados”. Se trata, según discierne, “de una cuestión de justicia con el afectado y con los lectores”. Eso es lo principal. El daño potencial a la credibilidad del autor queda, en su opinión, en segundo plano.

Al ocuparse del asunto, en su ánimo de especializarse en la investigación y la lucha contra la corrupción, el periodista salvadoreño, Moisés Alvarado, considera que “el periodismo debería ser siempre un ejercicio de precisión. Uno en el que cada dato es contrastado y verificado. Sin embargo, hasta a los mejores se les puede colar un error de información. Y esto no debe traducirse en el temor de que todo el trabajo realizado se desmorone. O que una carrera esté en peligro por reconocerlo. “El esfuerzo del periodista no evitará completamente los errores”, debería ser un mantra para aquel que ejerce este oficio.

Sostiene Alvarado que el primero en reconocer el error de forma pública debe ser el medio de comunicación, responsable último de la información que se publica en su plataforma. Así, el periodista autor de la información o el artículo no verá un impacto tan potente en su reputación, lo que le permitirá seguir ejerciendo su trabajo con la lección aprendida. “Antes de eso, el periodista debe ser transparente con su editor y exponer honestamente qué pasos se hicieron mal”, explica.

Por su parte, el editor-jefe de “La Prensa Gráfica”, uno de los medios más importantes de El Salvador, Daniel Valencia señala un aspecto que es trascendental en el caso que nos ocupa: la corrección debe ir en consonancia con el error cometido. “Si se trata de una cuestión de redacción, puede corregirse sin mayores aspavientos. Sin embargo, cuando el error es fáctico, debe dejarse constancia de que se cometió y que se corrigió en su justa medida. En un medio digital, esto se puede solventar, simplemente, con una nota a pie de página en la que se señale cuál era la información errada y con qué nuevos datos se sustituyó. En casos extremos, la información incluso se debería suprimir por completo en la pieza”, pide tener en cuenta Alvarado.

No hacerlo de esta manera es no ser coherentes con nuestro trabajo. Si exigimos transparencia de los funcionarios respecto a sus actuaciones, nosotros también debemos transparentar nuestros errores con nuestros lectores”, dice Valencia, a quien una equivocación al consignar el nombre de una diplomática en un listado de beneficiarios de una contratación pública se le quedó marcada a fuego para nunca más señalar a una persona con nombre y apellido sin antes hacer todos los esfuerzos a su alcance para conseguir su versión.

La pregunta es si merece la pena dejar constancia de que se ha cometido un error. En España y en Canarias, los medios escritos son poco propensos a publicar notas de rectificación. Hay criterios que inciden en los bajos índices de lectura y, por lo tanto, es preferible no hacer nada para no alargar el recorrido.

Pero siendo los contextos y las circunstancias sociopolíticas diferentes –el reconocimiento de los errores en espacios plagados de autoritarismo, hay que sobreentender que es más complicado- los periodistas citados, Gerardo Reyes y Daniel Valencia, responden afirmativamente a la pregunta, “pues esta posibilidad no es un elemento a tener en cuenta en el deber último de dar información de calidad a sus audiencias. La información la van a atacar siempre, se haya o no cometido errores”, estima Valencia.

El reconocimiento de un error también es una muestra de respeto con el oficio de informar, un servicio público de vital importancia. Así lo expone un artículo del Consultorio de Ética de la Fundación Gabo, que lo compara con el servicio de agua potable de una ciudad: “Así como en el caso de una contaminación del acueducto, es clara la obligación de la empresa de advertir a la población y de proveer agua no contaminada, en el servicio de información es un deber, sin duda alguna, advertir a los receptores sobre el error y, luego, suministrar la información verdadera”.

viernes, 13 de enero de 2023

FITUR, LA CITA

 

Ya andamos, con preparativos y tal, en fechas de la Feria Internacional de Turismo, FITUR, la primera cita anual para los profesionales del turismo mundial y la primera convocatoria que encabeza los mercados receptivos y emisores de Iberoamérica. Tratándose de un foro único para promoción de marcas, presentación de nuevos productos, conocimiento de tendencias y mercados y establecimiento de las relaciones de negocios que han de robustecer el medio turístico, renovar y enriquecer contactos y perspectivas, repetimos un pensamiento: hay que estar.

Los primeros datos son llamativos: la participación directa se incrementa un 32 % con respecto al pasado año y un 50 % la presencia internacional. País asociado: Guatemala. Nueva sección temática: Fitur Sports. Hasta ocho mil quinientas empresas, de ciento treinta y un países, se han acreditado y todavía podrían ser más porque siguen registrándose, según ha explicado el presidente de Ifema (el recinto que acoge la feria), José Vicente de los Mozos, durante el acto de presentación.

Más datos: en cuanto a superficie de exposición, África aumenta su tamaño en la feria un 146 %; Asia, un 78 %; Oriente próximo, un 437 %, y Europa, un 32 %. También la participación empresarial experimenta un importante avance, con un 25 % más de empresas turísticas -las tecnológicas suben un 27 %-, que incrementan hasta un 50 % su área de exposición.

Fitur 2023 contará con 755 titulares de stands, un 32 % más que en 2022 y un 50% más en cuanto a la participación internacional, en una superficie de casi setenta y mil metros cuadrados netos de exposición. Estas cifras se asemejan a las de la convocatoria de 2020, una edición récord, la última celebrada antes de la pandemia. De los Mozos recordó que Fitur ha sido la única gran feria de turismo que ha mantenido todas sus ediciones, incluso en los años más duros de la crisis sanitaria. Además, ha indicado que Fitur 2023 “llega para consolidar la fuerte recuperación de la actividad turística internacional”. Confiemos en que prosiga, por cierto, y que de China o de cualquier otra procedencia no lleguen noticias inquietantes que incidan en los mercados emisores.

Y es que responsables del turismo nacional como el director de Turespaña, Miguel Sanz, se muestra muy optimista con las previsiones del año recién estrenado. Pone como ejemplo que el gasto turístico supere las cifras de 2019 en el primer trimestre del presente año y que el contingente de visitantes esté los registros de ese mismo ejercicio. Avanza otra cantidad al calcular el impacto de cuatrocientos millones de euros para Madrid, gracias a los ingresos generados a través de los servicios de alojamiento, comercio, ocio, restauración y transporte. Se calcula que este año pasarán por la feria más de ciento veinte mil profesionales de ciento cuarenta países. Hay que incidir en el desarrollo del ámbito internacional en que se desenvuelve Fitur. Por áreas geográfica, la participación de las empresas se incrementa en los siguientes porcentajes: Asia Pacífico: 163 %; Oriente Próximo: 60 %; África: 88 %; Europa: 42 %; y América: 30%.

Desde el ángulo de la digitalización, la presencia online será notable: prevén contar con cuarenta y cinco mil profesionales de este ámbito, para garantizar la continuidad de la fórmula de hibridación y complementar la participación presencial a través de la plataforma Fitur Live Concert. Se calcula que habrá unos trescientos mil seguidores de los distintos perfiles de la feria en las redes sociales.

Y habrá un nuevo espacio temático, en el variado contexto de las secciones monográficas: en concreto, Fitur Sports, promovido en la colaboración con la Asociación Española de la Industria Deportiva.

Lo dicho: hay que acudir a la cita. Para instituciones y el universo turístico, hay que estar.

miércoles, 11 de enero de 2023

RETRÓGRADOS

 Seguro que Lula da Silva, apenas una semana en el cargo de presidente de Brasil, no había incluido en su agenda prestar atención a los pasos subsiguientes a una intentona golpista, máxime si los servicios de información o inteligencia no alertaron de que esa podía ser la reacción de los bolsonaristas cuyo líder, ya ausente, seguía sin reconocer su derrota electoral.

Así que los menesteres de ahora mismo –una dificultad añadida- deben ser los propios de una compleja reorganización interna, básicamente centrada en recobrar la confianza del ejército y su estabilidad. Habrá de adoptar medidas delicadas cuyo coste va a ser escrutado por los opositores que habrán de acreditar, políticamente, algo más que lo exhibido hasta ahora.

Así, un juez del Tribunal Supremo de Brasil ha ordenado la detención de Anderson Torres, jefe de Seguridad Pública del Distrito Federal de Brasilia cuando se produjo el asalto a la Plaza de los Tres Poderes. Torres fue ex ministro de Justicia en los dos últimos años del Gobierno de Bolsonaro,(2019-2022) y uno de los hombres fuertes del ex mandatario de ultraderecha.

Ha sido el magistrado del Supremo Tribunal Federal, Alexandre de Moraes,  quien ha dictado la orden de detención de Torres. La Policía Federal ha registrado su casa en Brasilia, pero Torres se encuentra de viaje en Estados Unidos junto a su familia, según el periódico O Globo. Curiosamente, en Estados Unidos también está el expresidente brasileño, ingresado en un hospital estadounidense por una obstrucción intestinal.

Moraes cree que Torres, en su calidad de secretario de Seguridad Pública de Brasilia, ha sido uno de los responsables de los "fallos" en el esquema de seguridad que permitió el intento de golpe de Estado por parte de los seguidores de Bolsonaro.

Los manifestantes, según informaciones de agencias, sabían dónde estaban hasta los extintores. Y los servicios de inteligencia, ¿no preveían que este levantamiento se podía producir, que el populismo alentado por quienes no han aceptado el dictamen de las urnas se podía descontrolar?

El domingo, tras los incidentes en la capital brasileña, el gobernador del Distrito Federal de Brasilia, el bolsonarista Ibaneis Rocha, destituyó de su cargo a Torres como secretario de Seguridad Pública. El gobernador Rocha fue apartado el lunes de su cargo. No podrá ejercer durante tres meses, qué curioso. ¿Y después?

Las autoridades están investigando por qué la policía militar dejó vía libre a los manifestantes. "Muchos de ellos sabían hasta dónde estaban los extintores", aseguran algunas de las personas allí presentes. Además se está estudiando las vías de financiación que permitieron fletar autobuses llenos de bolsonaristas hasta las inmediaciones de la Plaza de los Tres Poderes.

Bien, el caso es que lo ocurrido en Brasil pone de manifiesto que la democracia es frágil y que hay que protegerla. Y que hay muchos antidemócratas, incapaces de reconocer principios elementales como es el veredicto de las urnas que parecen abrazar solo cuando les favorece. Es el concepto patrimonialista del poder y de las instituciones.

Que algunos, por estas latitudes, todavía no hayan condenado la intentona y el espectáculo bochornoso –siempre vulgares, con trampas, con afán destructivo- revela que la democracia les da exactamente igual. Si la pueden minimizar o destruir, mejor.

Retrógrados.


lunes, 9 de enero de 2023

MERMA LA CONFIANZA EN LOS MEDIOS IMPRESOS

 La crisis, o sus síntomas, se prolongan. La firma Gallup, centrada en el mercado estadounidense, acaba de publicar su última encuesta en la que se confirma que la desconfianza hacia los medios de comunicación ha alcanzado un mínimo histórico desde que se tienen datos, en 1973. Los registros, referidos al año recién acabado, confirman un notable descenso de la confianza de los ciudadanos en lo que hacen los medios de comunicación.

Tal como publica laboratoriodeperiodismo.org, en concreto, según la empresa especializada, “solo un 16 % confía «mucho» o “bastante» en los periódicos en cuanto a confianza, en 2022cuando los picos históricos han estado incluso por encima de un 50 %. En 2021, la suma de «mucho» y «bastante» sumó un 21 %”.

La conclusión es que los lectores encuestados cada vez creen menos en lo que traen los periódicos. La pérdida de credibilidad es palpable y la confianza se ha ido reduciendo progresivamente, hasta alcanzar los niveles más bajos en 2022. También han caído los que le otorgan «alguna» confianza, y aumenta lógicamente el número de los que cada día confían menos en los medios.

En una expresión gráfica, la línea de los que apenas otorgan confianza a los periódicos ya supera la línea de los que otorgan alguna.

Esta es la primera vez que el porcentaje de estadounidenses que no confían en absoluto en los periódicos es más alto que el porcentaje combinado de «mucha» o «bastante» confianza.

Pero es un problema generalizado para los medios de comunicación. No hay una diferencia sustancial, por ejemplo, en cuanto a la confianza en periódicos o la confianza en los informativos de televisión. La confianza en ambos canales cae también. No disponemos de datos estadísticos referidos a nuestro país pero en algunos estudios similares publicados en períodos trimestrales la tendencia parecía ser la misma. Si nos atenemos a las tiradas de rotativos de toda condición, en clara regresión, los medios impresos están perdiendo la batalla.

La confianza de los norteamericanos en los diarios sigue estando fuertemente polarizada por afiliaciones partidistas, con el 70 % de los demócratas, el 14 % de los republicanos y el 27 % de los independientes que dicen tener mucha o bastante confianza, respectivamente.

Gallup remarca que ha habido una brecha constante de dos dígitos en la confianza entre demócratas y republicanos desde 2001, y esa brecha ha oscilado entre 54 y 63 puntos porcentuales desde 2017.

Veamos otros datos ilustrativos que ayudan a explicar las conclusiones del trabajo de Gallup. Por ejemplo, por tercer año consecutivo, la mayoría de los republicanos indican que no confían en absoluto en los medios. Esta cifra aumentó diez puntos porcentuales en 2020 y ha estado en el 60 % o cerca del 60 % desde entonces. En esta última encuesta, el 57 % dice que no tiene confianza, mientras que el 29 % dice que no tiene mucha.

Con un 27 %, la confianza de los independientes se encuentra en el punto más bajo de la tendencia. Esta es también la primera vez que cae por debajo del 30 %. Mientras tanto, el 41 % de los independientes dicen que no tienen ninguna confianza y el 32 % no tienen mucha.

Si bien la lectura de mucha/bastante confianza entre los demócratas nunca ha caído por debajo del nivel de la mayoría, la proporción con mucha confianza no ha superado el 26 %, y actualmente está muy por debajo del 18 %.

A la espera, pues, de comprobar lo que sucede en España, las empresas y los editores han de estar preocupados y deben concentrar imaginación y esfuerzos en el cambio de modelo de negocio del que viene hablándose hace ya algún tiempo. Hay gente que sigue prefiriendo la información impresas y sus múltiples variantes de edición pero va mermando la confianza cuando, en la mayoría de los casos, accede a la información desde otros canales.

sábado, 7 de enero de 2023

PARA QUE LA JUSTICIA FUNCIONE MEJOR

 Arrastra la administración de justicia en su conjunto la mala fama de su lentitud, de ahí que siempre se ponga atención en aquellas medidas que contribuyan a mejorar su funcionamiento, especialmente en lo que concierne a dotacionales e infraestructuras así como a recursos humanos y materiales.

Canarias no ha sido una excepción, por lo que los anuncios hechos recientemente por los responsables de la consejería de Administraciones Públicas y Seguridad del Gobierno de Canarias, referidos a las principales líneas presupuestarias para el año recién estrenado, revistan un interés particular para los operadores jurídicos y para los justiciables.

En efecto, con un presupuesto de 185 millones de euros para el ejercicio recién comenzado, un 15 % más que en 2019, el área de Justicia supone el 45,6 % de todo el departamento que dirige Julio Pérez, quien junto a la viceconsejera de Justicia, Carla Vallejo; y la directora general de Relaciones con la Administración de Justicia, Mónica Ceballos, informó sobre las líneas programáticas a los decanos de los colegios de abogados de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, Rafael Massieu y José Manuel Niederleytner, respectivamente.

Pérez fue claro al respecto: con este presupuesto se pretende ofrecer un servicio público de justicia más accesible y eficiente, y responder al desafío de la tutela judicial efectiva, como derecho fundamental de los canarios y canarias, y de su seguridad jurídica; y a la calidad de los servicios de la Administración de Justicia, a la atención a las víctimas y al acceso a la justicia gratuita.

Julio Pérez destacó los 28 millones de euros dirigidos a programas de transformación digital, que incluyen, entre otras cosas, el expediente judicial electrónico, que permitirá a los letrados y letradas obtener copias desde la sede judicial electrónica.

El titular de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad también hizo hincapié en los 23 millones de euros con los que se consolida el incremento de la partida destinada al turno de oficio y la asistencia jurídica gratuita, así como en los 28 millones de euros dirigidos a programas de transformación digital, que incluyen el expediente judicial electrónico y permitirá a los letrados y letradas obtener copias desde la sede judicial electrónica. Esta cantidad también engloba las actuaciones que tienen como fin mejorar la ciberseguridad, la interoperabilidad y mejorar los equipamientos informáticos de la Administración de Justicia.

En relación a la estrategia para la transformación digital, el consejero Pérez, según fuentes de su departamento, ha detallado que el programa de modernización de la Administración de Justicia en Canarias abarca, además del expediente judicial electrónico, el proyecto de justicia digital, el equipamiento de los órganos de nueva creación, la gestión inteligente de la cita previa y la accesibilidad a los servicios públicos de justicia.

Una parte de la financiación de esta estrategia se hará a través de los fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR). En concreto, la adquisición de dispositivos informáticos para juzgados y salas de vista, y la implantación de servicios homogéneos digitales en el servicio Atlante web.

Durante la sesión también se abordó el plan de infraestructuras judiciales contemplado en el presupuesto, con la creación de nuevos órganos y la mejora de otros, bien a través del arrendamiento o la compra de inmuebles, para lo que hay previsto casi seis millones de euros; los puntos de encuentro familiar, 920.000 euros ampliables a través del Pacto de Estado contra la Violencia de Género; la mediación extrajudicial y las oficinas de atención a las víctimas del delito, 110.000 euros.

En fin, con más medios se supone que la administración de justicia debe funcionar mejor. La sociedad saldrá ganando.

 

viernes, 6 de enero de 2023

LUZ EN EL TÚNEL

 Pues parece que se ve luz al final del túnel del edificio Iders, localizado en la avenida Familia de Agustín de Betancourt y Molina del Puerto de la Cruz. Ya saben que han transcurrido más de treinta años desde que las primeras familias y los primeros propietarios fueron desalojados a raíz de haberse detectado aluminosis (enfermedad del cemento) en algunas partes de la edificación. Más de tres décadas que han significado un auténtico calvario de manera que no prosperaron los intentos de encontrar soluciones para que los ocupantes volvieran a sus viviendas y a sus locales comerciales. La larga sombra de bloqueos y búsquedas de fórmulas jurídicas y urbanísticas –mientras la rigidez administrativa y de planeamiento se mantenía- se ha prolongado para desespero de los damnificados que veían cómo hasta se prodigaban brotes de especulación, surgidos en medio de la zozobra y el desespero sin que las vías para explorar una salida al contencioso resultaran fructíferas o viables.

El asunto se agravó desde un ángulo social: el abandono del Iders propició que decenas de ‘okupas’ empezaran a utilizarlo regularmente como refugio. Hasta llegaron a pagar una cantidad con tal de poder acceder y dormir. ¿Hace falta decir que la estampa era ruinosa y sórdida? ¿Que la zona urbanísticamente hablando, otrora expresión visible del emporio turístico, se había degradado y devaluado? Unos incendios, intencionados o no, se encargaron de acentuar la inseguridad que se palpaba en los alrededores. Los vecinos y comerciantes próximos fueron hartándose y elevando el listón de sus protestas. Se hacía difícil, por no decir imposible, convivir ante aquel panorama. El Ayuntamiento logró vallar la edificación para impedir que se pudiera entrar desde el exterior.

Ahora, el área de Ciudad Sostenible y Planificación del consistorio ha culminado el proceso de notificación de ruina inminente a las personas propietarias del Iders. Con ello, se activa el período de dos meses en el que la propiedad deberá presentar el proyecto de demolición del inmueble. David Hernández, edil responsable del área, ha sido metódico y perseverante al explicar que “el pasado mes de junio, a la vista de los informes técnicos y jurídicos solicitados al área, se tomó la firme decisión de decretar la ruina inminente del inmueble y de dar todos los pasos que dicho decreto establece, asumiendo los compromisos que de esta decisión se derivan por parte del Consistorio”. Por ahí están las primeras luces, son los primeros pasos para poner punto final a un problema histórico, sin duda; pero también para mejorar el entorno y las condiciones de vida en el sector Martiánez.

El siguiente paso, según dictamina el decreto de ruina emitido el pasado 7 de junio de este mismo año, es la redacción del proyecto de demolición, que deberán presentar los propietarios del inmueble en el plazo de dos meses. Además, previo a completar la redacción del proyecto, el equipo redactor podría establecer otras medidas de protección del edificio urgentes como el apuntalamiento que asegure las labores previas a realizar en la estructura. En el caso de que transcurriera el período y la propiedad no hubiera cumplido con las obligaciones del decreto, el área de Ciudad Sostenible tendrá amparo legal para poder asumir el procedimiento de contratación del proyecto de demolición del edificio, mediante la ejecución subsidiaria de las actuaciones ordenadas. Posteriormente, al estar el inmueble en situación legal de consolidación y ser ordenada la demolición por la Administración, se permitirá la reconstrucción con la misma edificabilidad del inmueble sustituido, tal y como señala la legislación urbanística canaria.

Hernández subraya que “no sólo estamos dando respuesta a una situación tan relevante para la ciudad, sino también a las personas propietarias del edificio, que no tendrán que esperar a la tramitación de procedimientos más complejos dependientes de otras instituciones, pues el decreto de ruina inminente emitido por el área de Ciudad Sostenible establece el camino a seguir de manera temporalizada y con las responsabilidades definidas”.

 

lunes, 2 de enero de 2023

NEGATIVIDAD Y FALTA DE UTILIDAD

 Todos tenemos algún amigo, pariente o allegado que, en más de una ocasión, ha manifestado el hastío de los informativos, especialmente los de televisión. “Todos ponen lo mismo… todos muestran la peor cara de la realidad… todos quieren impactar con la crudeza… todos son iguales, sus enfoques inducen al rechazo”, son frases habituales cuando se trata de comentar los contenidos diarios.

Las consecuencias son directas: rechazo al tratamiento de tantos hechos negativos, hartazgo. Surge entonces el espíritu de evasión, huir de la realidad que, por reiterativa, impulsa hasta un estado anímico poco constructivo y hasta poco motivado para acceder a la información. Luego llegan los estudios de medición de audiencias y la autopropaganda de los mismos medios para indicar lo contrario: índices, cuota de pantalla, récords y alguna comparativa.

Pero esta es la conclusión: “La negatividad con la que los medios de comunicación dibujan en ocasiones la realidad y la falta de utilidad de las noticias en el día a día de los usuarios serían dos de las principales causas que hacen que la gente evite las noticias”. Según una investigación llevada a cabo por Benjamin Toff, profesor de la Universidad de Minessota; y Rasmus Kleis Nielsen, director del Reuters Institute para el estudio del periodismo, las tendencias en ese sentido se vienen agravando. Aquellas frases del primer párrafo se suceden a menudo.

Los hallazgos del trabajo, claro, sugieren que la ansiedad que puede causar esa negatividad y el poco valor práctico que los lectores o televidentes perciben «juegan un papel importante en la formación de actitudes hacia las noticias y el comportamiento posterior».

Tales apreciaciones refuerzan la importancia de las dimensiones emocionales del uso de las noticias, más allá de su supuesto valor como fuente de información. Sostiene el estudio que “si bien los estudiosos de la comunicación política, a menudo, han tratado el consumo de noticias como la piedra angular de la buena ciudadanía, encontramos que las personas que evitan las noticias tienen normas desiguales y débilmente internalizadas sobre el deber percibido de mantenerse informado, en parte porque anticipan que las noticias los pondrán ansiosos sin ser relevantes para sus vidas, lo que resulta en un compromiso limitado con las noticias y, por extensión, con los asuntos cívicos y políticos. Promover sociedades más informadas requiere lidiar con estas perspectivas arraigadas”.

Las noticias, desde este punto de vista, por lo tanto, entrañan una dimensión emocional no siempre tenida en cuenta, y que afecta sobremanera a la hora de evitarlas, puesto que son una fuente de incertidumbre, y se convierten, por tanto, “en un obstáculo para un compromiso político más profundo en un mundo complejo y perturbador”.

Para los autores de esta interesante investigación, las teorías existentes sobre las noticias y el compromiso político, que a menudo enfatizan el valor de la información que se transmite, subestiman las perspectivas que se tienen sobre los aspectos sociales y emocionales de la noticia.

Claro, así las cosas, no es de extrañar que evitar las noticias, desatender los informativos, sea una estrategia, si nos apuran, razonable. No decimos que sea buena y aconsejable; sí que, teniendo en cuenta estos factores, es deducible tal como esa información les hace sentir “a menudo ansiosos y sin poder”, según expresa el estudio.

Por ejemplo, los entrevistados ven las noticias muy enfocadas en crímenes y sucesos, terrorismo y disputas partidistas, «lo que genera no solo miedo sino también sentimientos de incertidumbre y falta de control».

Entonces, la idea de cada vez más personas que han de seguir  las noticias como un deber cívico, pierde fuerza ante la reacción emocional negativa e inmediata que sienten ante las noticias que, además, se consideran irrelevantes para navegar en la vida diaria o en el resto del mundo.

Toff y Nielsen, en conclusión, estiman que las perspectivas que presentan las noticias como inductoras de ansiedad y de poco o ningún valor práctico, «representan una barrera significativa a largo plazo para comprometerse con las noticias y, por extensión, con la vida cívica”.