lunes, 7 de agosto de 2023

Atender las audiencias y cultivarlas

 

La Asociación Mundial de Periódicos y Editores de Noticias (WAN-IFRA) es la organización mundial de la prensa. La autoridad de la organización deriva de su red global integrada por tres mil empresas editoras de noticias y empresarios del área tecnológica. Su legitimidad viene dada por las más de ochenta asociaciones editoriales miembros, los cuales representan dieciocho mil publicaciones de viento veinte países distintos.

WAN-IFRA ha publicado el informe “Understanding your audiences in a deeper way”, que está también disponible en español bajo el título “En busca de un conocimiento más profundo de nuestras audiencias”.

Este informe analiza cómo diez diarios europeos que han participado en el programa denominado Table Stakes Europe han adoptado estrategias centradas en sus audiencias. Esto les ha permitido, por ejemplo, ofrecer contenidos más orientados a los intereses de sus usuarios y les ha ayudado a transformar a sus lectores casuales en suscriptores.

El Word News Media Congress de la WAN IFRA celebró recientemente su setenta aniversario en Portugal. Más de setecientos directivos y editores de los principales medios de comunicación de todo el mundo analizaron la actualidad del sector de los medios de información, la irrupción de nuevos formatos y el estado de la libertad de prensa en el mundo.

Esta cita anual del  World News Media Congress de Portugal ha tenido temas centrales sobre la mesa como el actual estado de la Libertad de prensa en el mundo, lastrada en países como México. Según informó en su sitio web la Asociación de Medios de Información (AMI), tras concederse durante la ceremonia de apertura el premio ‘Pluma de Oro a la Libertad de Prensa’ a María Ressa, de Rappler, hubo un turno sobre la búsqueda de ingresos a través de suscriptores. Ese ha sido el caso de Jonathan Wright, director general de Dow Jones y The Wall Street Journal que destacó la importancia del contenido de calidad como mejor forma de atraer a nuevos lectores.

 

Hay formatos, que sin embargo ayudan a que la gente pague por el contenido. En este sentido, fueron expuestas tendencias relacionadas con ‘newsletters’, modelos premium y verticales de nicho por parte de responsables de medios como Le Parisien (Francia)The Washington Post (Estados Unidos)Bild (Alemania).

 

Otra de las ponencias ha estado centrada en nuevos formatos o estrategias con las que conectar con la audiencia. Y es que liderar una organización de noticias en pleno siglo XXI requiere un nuevo enfoque tanto en la estructura como en la forma de hacer las cosas. En este marco, hemos podido escuchar las experiencias de Global Media GroupThe GuardianUSA Today o Schibsted Media Group.

 

Protagonismo además para el blockchain que ofrece según los expertos enormes posibilidades para la industria de medios. Su alto nivel de segmentación e interacción abre una amplia gama de posibilidades para los medios: desde soluciones de pago por contenidos, hasta la monetización directa del autor y la asignación de presupuestos publicitarios.

 

Las conclusiones a las que llegó WAN-IFRA es que los periodistas, a los que se supone buenos conocedores de las dos tareas clásicas que han de realizar, se han de esmerar en los siguientes objetivos:

 

1)Ayudar a las audiencias a ser ciudadanos informados en el lugar en el que viven;

2)Ayudar a las audiencias a confiar en que su empresa de noticias está exigiendo a los poderosos que rindan cuentas en el lugar en el que viven dichas audiencias. No obstante, en la actualidad, para captar el escaso tiempo y atención de los lectores y generar en ellos un hábito es posible que deban hacer tres labores adicionales:

3)Ayudar a las audiencias a satisfacer las necesidades de sus vidas en el lugar en el que viven;

4)Ayudar a las audiencias a aumentar su calidad de vida más allá de la mera satisfacción de sus necesidades en el
lugar en donde viven;

5)Ayudar a las audiencias a trabajar con los demás para convertir el lugar en el que viven juntos en un lugar mejor.

No todas las audiencias exigen estas cinco tareas. La clave está en averiguar cuáles añaden un valor real a las personas: ese valor que les lleva a desarrollar el hábito de consumir el contenido de los sitios web que se gestionan, acota el informe.

viernes, 4 de agosto de 2023

Vacío en la plaza

 

El concesionario del quiosco de prensa de la plaza del Charco (Puerto de la Cruz) ha echado el cierre, ha dicho adiós después de un tiempo que le obligó  a interrumpir la actividad desde aquellos ya lejanos tiempos de la pandemia, cuando ese espacio público, médula espinal del sentimiento portuense, aparecía a lo largo del día desnudo y sin alma. La crisis se medía en la plaza por aquel vacío imponente.

El hombre, un joven emigrante de origen subsahariano, se va triste, apesadumbrado, después de tantos años nutriendo a clientes, vendiendo revistas, publicaciones y periódicos de muy distintas nacionalidades, además de chucherías, golosinas, postales, souvenirs y variedad de artículos que servían hasta para un regalo.

(Aún recordamos cuando un domingo al mediodía, junto al inolvidable Carlos Ramos Aspiroz, en el café del mediodía, fiel a su Abc, luego a El Mundo, hicimos una suerte de encuesta contabilizando la cantidad de consumidores de prensa que aún mantenían la costumbre de disfrutar del aperitivo y de la lectura dominical mientras saludábamos al paso de la gente y registrábamos a los compradores que cumplían con aquella especie de rito que, evidentemente, palidecía).

Había menos ejemplares, habían disminuido las publicaciones extranjeras… evidentemente se había perdido o se seguían perdiendo los hábitos por la lectura. El quiosquero afirma que “Internet acabó con todo”. Quedaban los fieles al papel, los tradicionalistas de toda la vida, los últimos de las Filipinas que se resistían a abandonar su oferta impresa, sus páginas cargadas de información y de secciones que daban vida a aquellos mosaicos, “los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa” y que el profesor Juan de Mairena pidió al alumno en cierta ocasión que fuera, poco menos, que traduciéndolo a lenguaje poético. El alumno respondió: “Lo que pasa en la calle”.  Ambas oraciones vienen a decir lo mismo, pero mientras que la primera es manifestación de un espíritu rebuscado y cursi, la segunda es aceptada como expresión de absoluta claridad y elegancia. No hay elegancia sin sencillez. Ahora bien, la sencillez no debe confundirse con el empobrecimiento, según advertencia explicativa de Marcelino Valero Alcaraz.

El caso es que la plaza se queda sin quiosco de prensa, salvo que la concesión propicie un requiebro tras el cual resurja la actividad y el recinto, tan frecuentado, tan al paso de nativos y visitantes de toda condición social, recobre una de los fundamentos para frecuentar y detenerse de nuevo en  aquella esquina ahora esquilmada porque el papel, uno de los nutrientes de tantos años, se agota sin remedios.

Solo hay que lamentar esta sobrevenida orfandad de la singular y popular plaza portuense, un día de los camarones, otro de significado histórico-político, escenario de vivencias y acontecimientos que sustanciaron su fama y su trascendencia. Lo que va de ayer a hoy: había carritos –ese era el nombre para reconocer e identificar aquellos puntos donde era difícil no encontrar lo que se precisaba-, en donde se vendían centenares y centenares de periódicos, desde la madrugada hasta el anochecer, hasta que la plaza no daba para más. Hoy no queda ni uno donde se pueda comprar una edición impresa.

A este vacío, desde luego, no gusta asistir.

jueves, 3 de agosto de 2023

GANIVET, ARTISTA Y SENSIBLE

 

Es de esas noticias que las lees un par de aveces, porque no te las crees y porque necesitas verificar… a ver si es él. O qué le pasó.

En medio de esta convalecencia que nos ha tocado, dijo adiós Javier Ganivet, cuyo nombre, en alguna oportunidad, no se sabe bien por qué, escribíamos con equis.

Con Javier coincidimos, inicialmente, cumpliendo el servicio militar, allí en la sede de lo que entonces se denominaba el Gobierno, justo al lado de Capitanía. Él era ya un veterano, a punto de licenciarse. Allí habría llegado, un suponer, como tantos otros en la época –primera mitad de la década de los setenta- bajo el manto protector de Luis Guiance Abreu, comandante de Oficinas Militares y presidente del Real Unión de Tenerife, ‘padrino’ de cientos de jóvenes de la isla destinados a un llevadero cumplimiento de los deberes militares.

Allí coincidimos, el tiempo justo para descubrir su vocación artística y creativa. Era intérprete de ballet. ‘El bailarín’, le decía Guiance. Como buen veterano, se escaqueaba en los momentos más apremiantes de la jornada y sabía eludir aquellas obligaciones que sobrevenían. En alguna ocasión se escapaba una o dos horas para ensayar en el zaguán de una casa de los alrededores.

Ganivet se conducía con lentitud, espaciadamente. Posiblemente porque era lo que le inspiraba su vocación artística. Era un observador meticuloso. Se fijaba en los andares de modelo de cualquier mujer llamativa. Fino, sutil, metódico, hacía del ballet una verdadera pasión. Cualquier publicación o colección de fotos, que enseñaba con discreción, era una referencia didáctica.

Al terminar el servicio militar, nos despedimos. Fue un adiós sin alharacas, como si estuviésemos ambos seguros de que nos volveríamos a encontrar. Quería montar una academia de ballet, o algo así.

En el paso de los años, las circunstancias quisieron que volviéramos a coincidir, esta vez en cometidos diferentes: él era fotógrafo de prensa (se había incorporado a Diario de Avisos a finales de los ochenta) y cubría actos institucionales, en tanto que a uno le correspondía convocarlos, prepararlos y conducirlos, por aquello del orden y las facilidades para que los fotoperiodistas –así terminaron denominados y reconocidos- cumpliesen con su cometido.

En cada encuentro, o en cada coincidencia, la pregunta se repetía:

-¿Y te acuerdas cuando…?

En estos días se ha recordado su destreza en ocasión de la visita de Michael Jackson y su estancia en el Puerto de la Cruz. Destreza porque plasmó momentos de esos calificados mágicos, en realidad fruto de la sensibilidad artística que llevaba en cuerpo y alma.

Hasta siempre, Ganivet.

miércoles, 2 de agosto de 2023

Periodismo en picado

 

La pasada campaña electoral, que por motivos personales hemos seguido a cierta distancia, arrojó algunos episodios en los que, lamentablemente, salieron malparados algunos periodistas que, seguro, hubieran preferido otra consideración mucho más discreta  o menos notoria a la vista de la repercusión que tuvieron en el desempeño de su cometido. A su pesar, hubiera añadido Gonzalo Torrente Ballester.

Tal es así que, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) hubo de salir al quite en algunas controversias, con profesionales de por medio, que llamaron poderosamente la atención. La APM llegó a rechazar de manera categórica las manifestaciones de dirigentes políticos en las que descalificaban la labor de los periodistas y medios de comunicación  cuando estos, en el ejercicio de la libertad de expresión y del pluralismo informativo, emitieron opiniones o informaciones críticas con la actuación de los partidos políticos.

Como cualquier ciudadano, señala la Asociación, los políticos tienen derecho a opinar y criticar a su vez a los periodistas y medios de comunicación, pero no a tratar de desprestigiarlos por realizar su trabajo, que incluye en numerosas ocasiones la petición de explicaciones a los líderes de las formaciones políticas, ya estén en el Gobierno o en la Oposición.

La APM ha aprovechado para recordar a todos los políticos que la labor de los periodistas de los medios de comunicación, tanto públicos como privados, es ofrecer a sus lectores la mejor información posible y, en el caso de las entrevistas a los candidatos de uno u otro signo, indicar, si las hubiera, las contradicciones que se pongan de manifiesto en sus discursos

Finalmente, la APM insistió en que el señalamiento de periodistas y medios de comunicación por parte de responsables políticos, que ha sido denunciado en reiteradas ocasiones por esta Asociación, lleva a que los profesionales no puedan ejercer su trabajo sin dificultades y a que se repitan casos como el sucedido en los Sanfermines, en Pamplona, en que compañeros de Televisión Española fueron increpados por algunas personas cuando desarrollaban su labor, situación repetida en algunos actos públicos o convocatorias realizadas por organizaciones políticas.

Las experiencias vividas tienen que resultar, tienen que se provechosos en el más positivo de los sentidos. Cierto que la polarización política que se vive en el país, el clima de encono que lo envuelve, los intereses políticos y de todo tipo así como comportamientos inadecuados e irresponsables –que ya han propiciado auténticos especialistas- reflejados también en las prestaciones profesionales, contribuyen al desprestigio de del ejercicio periodístico. Pero hay que corregir lo que sea sea manester. So pena de que el periodismo siga en picado.